PIPER
Creo que Caos sintió algo de compasión por mí, ya que puso su mano y me invitó a dar un paseo para que pudiésemos hablar. En mi cabeza tenía la imagen de Percy, se veía aun decaído, si hubiera dependido de mi aún no le hubiera dejado ir a ninguna misión. Necesitaba descansar, pero parecía que tenía algún dolor. No pudimos hablar casi nada, y llevaba ya más de 20 días fuera, y al haber estado en tierra para buscar a Tyson para el solo fueron 7 días y ahora nuevamente se iba al palacio de Ananké para su entrenamiento con ella. Me frustraba, se suponía que entrenaríamos juntos.
—Hay cosas que no sabes que son entre Percy y yo —me sentía excluida luego de esa expresión, sentía que era inútil, solo un capricho concedido por parte Caos a Percy, quería demostrar mi valor... Caos sonrió un poco. —Esto que te voy a decir es solo entre tú y yo, nadie más y así debe permanecer —asentí rápidamente, ansiosa por escuchar lo que Caos quería decirme.
—La persona que lanzó al tártaro a Tyson fue el propio Poseidón. Bueno eso no es algo que Percy no vaya a averiguar, pero lo que no sabe es que en secreto Poseidón ha estado lanzando ciclopes con habilidades especificas al tártaro, no se lo digo a Percy porque no quiero que su corazón se vuelva resentido y lleno de odio —tenía todo el sentido que quisiera ocultárselo porque ya por lo que le hizo a él estaba profundamente herido y furioso, si además de saber que es culpable por Tyson simplemente en cuanto lleguemos a la tierra lo destruiría.
—¿Estás diciendo que Poseidón es culpable de traición? —Caos suspiro pensando por un momento.
—No necesariamente, puede haber algo de fondo que aún no sabemos —podía tratarse de cualquier clase de manipulación de alto nivel para hacer cosas en contra de su voluntad, pero aún asi era muy sencillo como para que Poseidón no tuviera culpa.
Empezó a contarme que el día que conocimos a Zoe ella había estado observando el acceso al tártaro y la actividad que allí se generaba y había visto que arrojaban a Tyson. Me pidió que lo relacionado con la misión de rescate en el tártaro no debía comentarlo con Percy, sino que debía esperar a que el me lo contara. Yo sabía que luego de su anterior estancia en el tártaro había terminado con serias pesadillas que le tomaron mucho tiempo superar. Supe entonces porque había tardado tanto, había rescatado a Tyson de las profundidades del tártaro donde había estado esclavizado y que se había encontrado con Fobos y protegiendo a Tyson y a un grupo de ciclopes había recibido una herida profunda y porque había estado dormido y lejos de nosotros. La herida de su hombro que no había cicatrizado. Fue todo lo que pude obtener Caos. Me quede un poco más tranquila, aunque no satisfecha.
—¿Y la espada de Percy? —pregunte sacando mi nueva espada Riptide en su estado de pluma.
—¿Qué pasa con su espada? —preguntó Caos
—¿Que va a usar Percy ahora? —le dije con preocupación sincera.
—Oh… él tiene otra espada que yo pensé que sería adecuada para él —dijo con tranquilidad señalando la espada sobre la mesa —La espada de Peleo —fruncí el ceño, no soy ignorante pero realmente no me suena mucho ese nombre y menos para una espada. Caos sonrió ligeramente. —Una larga historia, supuestamente para ustedes era un mito, pero fue forjada para reyes y tiene el poder de inclinar la balanza en el desenlace de una pelea —dijo solemnemente, entonces sonreí, Percy jamás haría un mal uso de esa espada, y sabría cómo usarla contra los enemigos más poderosos —Es por eso que pensé en Percy para que fuera el portador de esa espada —no podía estar más de acuerdo.
—Tienes razón, es el indicado —Caos me dio una ligera sonrisa.
—Debes saber que Thalassa te enseñara a dominar los poderes del agua, que serán muy necesarios para que acompañes a Percy al frente del ejército, si pueden controlar el agua y el fuego de manera equilibrada y en todo el potencial, seréis imparables, a pesar que sois inmortales, no sois inagotables, así que los poderes tuyos y los de Percy se complementan, entonces ustedes dos debes pelear como uno —dijo mientras agitaba sus manos para crear una brisa de neblina negra. —Vuestros poderes con el agua son natos en ustedes, solo que el tuyo ha estaba inactivo, durante muchos años.
—¿Inactivo? Pero… yo soy hija de Afrodita —en la neblina pude ver una representación de mi madre.
—Correcto ¿sabes acaso como fue creada tu madre? —negué con la cabeza —Ella nació de la espuma del mar —era mi madre, pero no sabía cuál era su origen. Era un poco vergonzoso.
—¿Así que de cierta forma tengo origen marino? —pregunte tímidamente, pero por dentro sentía que mi corazón se aceleraba hasta casi explotar, estaba más unida a Percy de lo que pensaba, eso me producía una emoción intensa.
—Si... es por eso, aunque Percy no lo sabe... hizo una buena elección contigo, alguien complementario al poder de Hestia y a los poderes que está adquiriendo—me sentí halagada, y emocionada porque Percy me haya escogido.
—Thalassa te ayudara con eso, aparte que ahora tu encanto vocal es superior al de tu madre, así que úsalo con sabiduría —me sonrió, mientras yo no podía creer todo lo que estaba escuchando —En batalla puede ser de gran ayuda, pero a la vez es desgastante —yo podría usarlo para tranquilizar monstruos y luego Percy los aniquilaría. Eso sí era un buen plan de batalla —De todas formas, vuestro entrenamiento durara 15 años —dijo suavemente.
—15 años... 15 años —susurre débilmente, pensando en que era mucho tiempo. Aunque eso no me preocupaba mucho, solo por el hecho de que mamá estaría triste o al menos furiosa por mi desaparición —No tengo prisa por volver —dije firmemente, mamá podría ser un problema sino aparezco.
—En la tierra solo son 5 años... necesitamos tiempo para que los cuerpos de Silena y Beckendorf se regeneren, así como Thalia —tenía sentido, así que solo quedaba entrenar —Ahora veamos esto... está sucediendo en la tierra —y una imagen apareció en la neblina negra. El campamento Júpiter. Se me helo la sangre. Sentí una mezcla de emociones. Odio, rabia, decepción, tristeza.
La escena, era romanos corriendo de un lado para el otro, agrupándose para la batalla, todos con sus armas y en su típica formación romana. Entonces lo vi y mis ojos se abrieron de par en par y mis puños se apretaron fuertemente, se veía igual que cuando lo vi la última vez. A su lado estaba Reyna, no sabía cómo sentirme con respecto a ella, no es que Jason me dejo por ella, pero ella siempre lo quiso para sí, ahora ya nada le impedía tenerlo. Entonces paso lo "inesperado" Reyna lo beso apasionadamente, para luego retirarse y dirigirse hacia una de las legiones. Jason sonreía estúpidamente ¡como lo hacía cuando me besaba a mí! La sangre empezó a hervirme tanto que empecé a brillar en un aura negra, Caos me puso la mano encima para tranquilizarme y salí de mi trance de ira. Pero aún tenía esa imagen en mi mente.
Al frente del ejército estaba Atlas, lo cual ya era muy malo, porque significa que no salió solo de estar cargando el cielo. Y una persona más a la que no se podía identificar porque no tenía rostro sino una sombra. Pero el solo dirigía a los monstruos, no peleaba. Pude ver también a Annabeth, eso me enfermo aún más... porque sabía lo que le había hecho a Percy. Ella daba órdenes a algunos soldados junto con Hazel y Frank, mientras que Mark se escabullía cobardemente de la batalla. Como era de esperarse. La batalla fue sangrienta, aunque no duro mucho si pude ver que los monstruos eran más resistentes y sus habilidades de batalla habían mejorado considerablemente, hacía falta más esfuerzo para vencerlos. Entre el minotauro, ciclopes, empusa, furias, perros del infierno, y otros lograron diezmar el ejército romano en un ataque sorpresa, para finalmente retirarse no sin antes proclamar una amenaza.
—Esto es solo el principio estúpidos semidioses... lo que viene... no lo podrán detener —y luego desaparecieron en una nube densa de color negro. Caos me miró fijamente como si tratara de averiguar mi estado después de ver esto.
—Ahora lo que deberás hacer es averiguar quién está cargando el cielo en lugar de Atlas, casi puedo apostar que se trata de uno de nuestros aliados —asentí mientras empecé a rememorar donde se encontraba ese lugar donde alguna vez tenían encadenada a Artemisa. —No hay prisa porque quien quiera que sea no ira a ningún lado y seguro que desde Olimpo lo investigaran, pero debemos empezar a recopilar información para que cuando sea nuestro momento tengamos operaciones simultaneas que debiliten al enemigo —quería saber quién era el que incitó a Poseidón a arrojar ciclopes al tártaro y quien era el reemplazo de Atlas.
NICO
Después de mi charla atípica con Artemisa solo había un pensamiento en mi cerebro "viviré para que estés orgulloso de mi". Tal como prometieron los dioses vinieron a entrenarnos. Mi habilidad con la espada era buena, pero no era precisamente veloz en asestar los golpes con mi espada de hierro estigio. Así que elegí como mi instructor a Hermes. Él era el más veloz de todos los dioses, aparte de un gran guerrero. No quería estar con Poseidón, sentía asco de estar con él. Tampoco con Artemisa, porque mi mente no soportaba no ver a Thalia acompañando a su señora. Ares era un cerdo sanguinario. En cambio, y a pesar de su espíritu fiestero y desenfrenado Hermes tenía un sentido de la "humanidad" si cabe el término. Podía llegar a ser una compañía agradable si se lo proponía.
Mi padre intento persuadirme para que me mudara al campamento Júpiter para estar con Hazel y con él, pero me negué alegando que mataría a Mark en mi primera oportunidad, así que no insistió mucho y finalmente me dejo quedarme. Agradecí que no tratara conmigo sobre la muerte de Thalia, sabía que tal vez le resultaría desagradable que me hubiera fijado en una hija de Zeus, así que su omisión fue algo gratificante para mí. Fui sacado de mis pensamientos por Hermes, quien me chasqueo los dedos delante de mis ojos.
—Hora de entrenar, a veces pensar demasiado se vuelve un enemigo —dijo mientras caminábamos hacia la arena.
Primer día de entrenamiento, así que supongo que iremos ligero. Supuse mal. Por el momento no era entrenamiento personal, ya que todos debíamos entrenar. La primera orden del día: Correr. Y aunque mi estado físico no es deplorable, aun así, no es el mejor. Así que ahí vamos... corriendo... corriendo. Ni las hijas de Afrodita se salvan del entrenamiento. Es gracioso ver su horror cuando las gotas de sudor empiezan a correr por nuestros cuerpos, y nuestra piel se vuelve pegajosa bajo la luz intensa del sol. Hermes por otro lado no se molesta en seguir nuestro ritmo, sino está bajo la sombra de un árbol, con una limonada helada, que hace más agónico nuestro entrenamiento.
—Sigan corriendo, parecen vacas lentas y gordas —dijo Hermes causando el furor de algunos, y el horror de las hijas de Afrodita, yo me concentré y seguí corriendo. Mis piernas quemaban, mi cuerpo me pedía para, pero yo tenía una promesa, que mi cuerpo tendría que aceptar más esfuerzo físico, probando mis propios límites. Dimos un par de vueltas más y entonces paramos.
—Bien, no lo han hecho tan mal —dijo con una sonrisa burlesca. Travis y Connor estaban casi exhaustos, algunos hasta habían vomitado del cansancio. Yo solo me detuve a tratar de recuperar el aliento.
—Ahora, es tiempo de buscar un compañero de entrenamiento —Agggg odio esta parte. Pero parece que no tendré que esforzarme porque vi a Lucy que se acercaba a mí.
—¿Hacemos equipo Di Angelo? —me pregunto con cautela. No quería ser grosero, ella me había aconsejado que arreglara las cosas con Thalia. Así que sonreí con aceptación. Pero yo no me quedaría solo con la práctica, yo iría más allá de lo que nos enseñaban en grupo. Yo necesito ser el mejor.
—Está bien... —le dije tratando de sonar entusiasmado, y creo que lo logre porque ella sonrió. Hermes empezó a dar las instrucciones de cómo íbamos a entrenar. Primeramente, uno se encargaba de recibir los golpes y luego se intercambiaban los roles. Así estuvimos por un par de horas. Hasta que finalmente el entrenamiento termino. Todos se fueron directo a sus cabañas casi extenuados. Yo aún me quede frente a un maniquí de entrenamiento. Me disponía a desenvainar mi espada cuando sentí la mano de Hermes sobre mi hombro.
—¿Aun no es suficiente? —Pregunto Hermes.
—Solo entreno mejor —dije, y era verdad, en grupo tengo que seguirle el paso a los demás, solo, puedo seguir mi propio ritmo.
—Sabes, tú tienes una ventaja sobre los demás —lo mire curioso, el solo sonrió.
—Lo que Thalia hizo —me estremecí ante su mención —Fue muy valiente y eso ha despertado algo en ti —tenía razón es una fuerza sobre mí que me impulsa hacia adelante. —Así que usa esa fuerza, su fuerza para ir más allá —me dijo y luego desenvaino su espada. —¿Te sientes con fuerza como para entrenar con un humilde dios? —Pregunto casi graciosamente, haciéndome reír, luego desenvainé mi espada y arremetí contra Hermes. No me sorprendió que sin ningún problema bloqueara mi ataque. Así estuvimos durante un par de horas, hasta que finalmente mi resistencia cedió. Y me desplome en el suelo. Hermes sonrió triunfalmente, mientras yo respiraba con dificultad.
—Resistencia —dijo dándome la mano para levantarme —Eso es lo que te hace falta, será mejor que trabajes en eso, las batallas que vienen serán largas —dijo severamente.
Luego de intercambiar unas palabras, se fue. Y yo me moría de hambre. Camine pesadamente hacia el comedor...vacío, mire el reloj. Hace 2 horas que había pasado la hora del almuerzo. Maldije en silencio, pero sin más me dirigí a mi cabaña. En mi mesa encontré una nota "los héroes necesitan comer... que lo disfrutes". Era una nota anónima, me dio un poco de pánico pensar en quien podría ser la persona que me había dejado un plato de abundante comida. Aún estaba caliente. Eso me asusta más...
NARRADOR
En una cueva oscura del tártaro. Se encontraban Nix y Érebo rodeado de algunos titanes entre los que resaltaban Atlas, Hyperón, Océanos, Kronos.
—¿Qué nuevas me traes? —preguntó Érebo con seriedad
—No tan buenas diría yo —respondió el muchacho lleno de cierto temor, las malas noticias no eran algo que les encantara oír —Los ciclopes han desaparecido de la forja —dijo mirando a Fobos de manera penetrante.
—¿Que los ciclopes qué? —Nix se adelantó claramente mortificada por las noticias. —¿Cómo desaparecieron? —pregunto lentamente para hacerlo más dramático.
—Alguien se lo llevo —dijo el campeón con cautela. Mientras que Nix irradiaba rabia.
—Un semidiós vino a buscar la espada y logro escapar con los ciclopes—Fobos dijo con la cabeza gacha.
—¡No... No... ¡No! —Érebo se levantó y tomo del cuello a Fobos, ante la mirada de todos. —Lo único que se te ordena es cuidar de los malditos ciclopes y el arsenal de espadas ¿¡Y ni siquiera eso puedes hacer estúpido hijo de Ares!? —Érebo arrojo a Fobos contra la pared más cercana, haciendo que se desmayara del impacto.
—Ahora... necesitamos meter un poco de miedo. Toma unos 50 monstruos y llévate a Atlas y ve hacia el campamento Júpiter... un pequeño ataque —sonrió Érebo y el campeón sonrió maliciosamente. Y luego salió del lugar seguido de algunos monstruos y del titán Atlas.
—Reúne a todos... debemos hablar, sin esa espada nuestro plan se modifica. Debemos encontrar al ladrón de la espada —dijo Nix ofuscada mientras Hyperón se fue a buscar a los demás.
THALIA
Se veía más alto y más formado, así como el cambio de color de sus ojos, pero conservaba el color de su cabello. No podía evitar estar enfadada, aunque también me alegre de verlo y que me haya sacado de los Elíseos. Pero me enojaba que aun guardara muchos secretos y que casi no estuviera con nosotros. Entiendo que tenga responsabilidades, pero también lo necesitamos aquí, sino ¿a quién le voy a decir cerebro de algas? Casi que me había ideo en divagaciones con mis pensamientos cuando Urano me chasqueo los dedos para sacarme de mis pensamientos entreverados.
—Ahora hija de Zeus —dijo con un poco de fastidio y no lo culpo, ser hija de Zeus no te hace la más querida por las deidades, ya que suponen que podemos ser igual de arrogantes y patéticos como él. Hice una mueca un poco desafiante que gracias a los dioses recibió con simpatía. —Ya veo, ojalá Caos haya dicho la verdad con respecto a ti —dijo mientras caminaba a mi alrededor como examinándome, eso sí es incómodo.
—Y qué es exactamente lo que dijo —pregunte con un poco de cautela, pero a la vez tratando de sonar desafiante. Me sonrió mientras me hizo señas para que nos acercáramos a un acantilado, lo cual me produjo un ataque de pánico, las alturas han sido siempre mi punto de debilidad, el hecho de una caída libre me enferma. Su sonrisa se hizo aún más grande ante mi renuencia a acercarme más
—Tranquila, ahora cierra los ojos —seguí sus instrucciones y sentí que una energía me invadía y una luz blanca cegadora me impedía abrir los ojos, pero aun así traspasaba mis parpados, y aunque no producía dolor si podía sentir que la energía fluía por mis ojos y luego invadía mi cerebro, pensé que me iba a freír de tanta energía. De pronto mi espalda se contorsionó de manera violenta produciendo un poco de incomodidad y una sensación de cosquilleo, lo cual me hizo sonreír. Cuando abrí mis ojos y vi lo que tenía mí alrededor… me desmayé.
SILENA
Hemera me llevo a una habitación donde había cualquier cantidad de armas, dagas, espadas cortas, cuchillos de toda forma y material de construcción, estoy seguro que Beck estaría como niño en juguetería en este lugar.
—¿Lo encuentras interesante? —me pregunto con voz calmada, su voz eran como la luz que se cola por la ventana en el amanecer. Tiene sentido que sea primordial del día.
—La verdad que si mi señora —no sabía cómo dirigirme era un poco incómodo actuar como si fueran nuestros iguales ya que ella era más poderosa que los dioses. Levanto la mano para hacerme callar, pero aún mantenía la sonrisa en su rostro.
—Solo Hemera —dijo mientras me tendió la mano para tomar la mía. —Ahora cierra los ojos que es necesario que te de mi bendición para que puedas resistir los entrenamientos —cerré mis ojos y parecía que no los hubiera cerrado porque una luz amarilla me invadía, pero era también pacífica y amable. Sentía como mis músculos se afirmaban y mi postura se enderezaba, mi cerebro empezaba a moverse a velocidades que jamás pensé que podría, ser hija de afrodita no te hace un ser necesariamente pensante, así que era toda una novedad ver que mi cerebro podía procesar a un ritmo desorbitante.
Abrí los ojos, mi mirada era más aguda, mis reflejos se sentían más certeros y afilados. Me sentía una nueva Silena.
—Ahora eres inmortal y vas a ser capaz de dominar todas estas armas —dijo mientras yo aplaudía de emoción. Me emocionaba la idea de demostrarme que puedo ser una guerrera y que puedo ganarme el respeto de mi batallón inspirándoles valentía y entrega —Nuestro entrenamiento durara 15 años —dijo ella con naturalidad.
—¿Queeeeeee? ¿Tanto tiempo? ¿Porqueeeeeee? —empecé a despotricar en preguntas hacia Hemera quien solo me dejaba hablar y hablar hasta que finalmente me callé.
—Veras… tanto tu como Beckendorf murieron hace ya un tiempo. Se requiere tiempo para que vuestros cuerpos se regeneren y puedan ser capaces de reinsertarse en la realidad física de la tierra… pero los 15 años de aquí solo serán 5 en la tierra —dijo ella, entonces todo tuvo sentido, era eso por lo cual teníamos que pasar tanto tiempo.
—¿En el caso de Thalia? —no quería sentirme responsable que tuviéramos que esperar tanto tiempo. Ella frunció el ceño un poco al ver mi cara ansiosa.
—En el caso de ella es más simple, ella no lleva más de una semana muerta, su regeneración es más rápida. Aparte del hecho de que todos ustedes necesitan entrenamiento que no se aprende en un par de años, dominar vuestros poderes y habilidades, entrenar con vuestras tropas, entrenar con sus comandantes, es un proceso largo, pero necesario —dijo ella sentándose en un banco mientras suspiraba.
—¿Poderes? pero yo solo tengo los poderes propios de una hija de Afrodita —dije con un poco de decepción. Me hizo un gesto para que me sentara a su lado así que me acomode a su lado. Me sentía tan ágil y llena de energía que lo último que quería era estar sentada
—No solo tendrás eso, a partir de ahora tienes poder de curación. Apolo parecerá un curandero barato a tu lado, es por eso que necesitas tiempo para poder dominar esos poderes —me emocione… wooooow curar suena ¡cool! —Ahora es tiempo de empezar a entrenar, ve y busca una espada —me dijo mientras que me apresure a tomar una espada, mientras Hemera se cambió a su estado de batalla con su armadura de oro pulido y resplandeciente que pareciera que el sol estaba impreso en su coraza. Van a ser 15 años largos.
BECKENDORF
Aether y yo fuimos directo a un lugar conocido para mí: la forja. Sentía tanta nostalgia a pesar de sentirme en mi elemento. Había otras personas de mi batallón en la forja trabajando en algunas armas, lo cual me aprecio increíble, seguramente manejaban metales y materiales que jamás he visto y magia que jamás se me hubiera permitido tener acceso.
—Veo que te llama la atención —dijo Aether sonriendo. Yo sentía que se me salían los ojos cuando vi con más detenimiento los hornos de fundición y las herramientas de alta precisión. Por un momento pensé ponerme a trabajar con los soldados que merodeaban por allí. Tal vez algo para darle a Silena, ya que quería que nuestro "casamiento elisano" fuera formal.
—Desde luego que si —dije con alegría.
Me indico un lugar donde había una caja grande que tenía el símbolo de mi padre en la tapa (la enclusa o el martillo) me emocione al verlo, mire a Aether quien me asintió para que procediera a abrirlo. Lo que vi fue simplemente grandioso. Un martillo de plata brillante y con la empuñadura de madera revestido de cuero, el martillo estaba adornado con bajorrelieves de destellos de luz y algunas piedras preciosas que lo hacían casi una obra de colección más que un arma. Por su parte había también una espada de oro imperial, sumamente brillante y la hoja tenía detalles de rayos de luz y una escritura que no podía llegar a comprender. El mango de la espada era de plata y tenía el símbolo Caos, el infinito.
—Los necesitaras, ya que tu función es una de las más duras, pero nada que no puedas hacer, al ser un hijo de Hefesto la fortaleza física es una de tus características innatas, además no estarás solo, Piper y Percy se mueven con libertad por todo el frente de ataque y seguro que no te dejaran divertirte solo —dijo Aether con diversión, no pude evitar sonreír, ya estoy esperando probar estas bellezas. —Ahora cierra los ojos, esto puede doler un poco —me preocupe, hace mucho que no sentía lo que es el dolor, no sé cómo reaccionare a volver a sentirlo. Mi muerte no fue de las más agradables, pero fue necesaria y lo volvería a hacer si se volviera a dar el caso.
Cerré mis ojos forzosamente y entonces empecé a sentir punzadas que fueron en aumento por mis músculos, sentía como si me estuvieran martillando los huesos, como estuvieran estirando mis músculos y las coyunturas estuvieran siendo fundidas en el horno. El dolor no era como para desmayarme, pero si me hizo arrodillarme sobre una de mis pernas y encogerme un poco. Abrí mis ojos y sentía que la fuerza fluía por mi cuerpo, físicamente no me veía muy distinto, siempre mi musculatura estuvo bien definida, así que eso no cambio mucho, pero mi vista y reflejos se habían agudizado notablemente.
—Ahora revisa tus armas —me dijo… ahora los detalles en bajorrelieve estaban iluminados de una luz blanca brillante. —Con esa espada enviar al Tártaro a los monstruos será más fácil… el martillo se convierte en anillo, el cual debes golpear una vez para activarlo y la espada si es para usarla ceñida a tu armadura —agite mi martillo en se convirtió en un elegante aro de plata con detalles luminosos —Ahora te voy a explicar una cosa —suspiro y luego se acomodó para seguir —Tu muerte fue hace un par de años por lo que necesitas un tiempo para la regeneración, según los cálculos nuestros entrenamientos tomaran 15 años, pero no te angusties, en el mundo natural son solo 5 —no podía creer lo que mis oídos escuchaban… 15 años? Es demasiado.
—¿Así que estamos con tiempo? —dije un poco despreocupado
—Sí y no… estos años se pasaran volando, necesitamos que sean excepcionales en el manejo con la espada y otras armas, así como la estrategia colectiva y el trabajo en equipo y seguramente misiones que se les encomendara para que el equipo engrane y se conozcan en el campo de batalla —dijo el chasqueando sus dedos para colocarse su armadura de batalla, no se lo pensó más y arremetió contra mí, que gracias a mi instinto logre evadir el golpe, pero no el contraataque que me lanzo un par de metros atrás.
—Buenos reflejos, pero aún pueden mejorar más —le sonreí porque iba a disfrutar de entrenar con este primordial.
ZOE
Mi mentor era Hydros el primordial de las aguas. Mi habilidad con el arco era excepcional, aparte del hecho de que Caos me había sacado de las estrellas hacía ya un par años, así que había tenido oportunidad de poder practicar más a fondo las habilidades de caza.
—Bien señorita Nightshade, parece que lo que más tenemos que trabajar contigo son los ataque cuerpo a cuerpo —dijo Hydros mientras me observaba con los brazos cruzados de manera seria. —Ahora cierra los ojos, esto tomara unos minutos —cerré mis ojos y un aura celeste me invadió, mil pensamientos empezaron a recorrer mi cerebro, planes de batalla, conocimiento que nunca pensé que se podría tener, mis ojos empezaron a abrirse y cerrarse intermitentemente, lo que pasaba por mi cerebro era increíblemente intenso. Hasta que finalmente se detuvo. —¿Estuvo bueno ehhh? —preguntó con una sonrisa Hydros, quien ya no estaba vestido con su túnica habitual, sino que ahora tenía su armadura de batalla —Veras, las cazadoras son excepcionales con el arco y la flecha ese es tu elemento, pero tu compañía de cazadores necesitara en algún momento enfrentarse cuerpo a cuerpo, empuñar algo más grande que una daga o cuchillo de caza —abrió su mano para entregarme una pulsera de plata con una piedra celeste en el centro, muy hermosa —Golpéala —hice lo que me dijo entonces la pulsera se convirtió en una espada de plata, era ligera como lo era Riptide alguna vez en mis manos. El mando era de plata también y se podía ver algunas piedras preciosas que sabía que venían de las profundidades del mar —También te estoy dando la capacidad de respirar bajo el agua y convocar flechas de poder acuático —dijo con severidad mientras que me pidió mi arco, el cual se lo entregue y empezó a hablar en idioma caótico y mi arco empezó a brillar, la aljaba que tenía en mi espalda desapareció y ahora mi arco brillaba suavemente reflejando el color del agua un celeste cristalino. Me entrego el arco, cuando lo tome sentí el poder del arco se hacia uno con el poder que ahora yo poseía. Lo tense sin dudarlo y allí apareció una flecha de agua brillante y poderosa.
—Ahora, usa esta espada para entrenar, cuando seas medianamente nueva podrás usarla—me lanzó una espada común, agarre y de una le lance un puñetazo en la mandíbula que lo hizo desestabilizarse… negó con la cabeza y los brazos exageradamente —Esto va tomar mucho tiempo —murmuro y no pude evitar sonreír, saco su espada, entonces entendí que se refería a un golpe de espada, y entonces reí aún más por mi torpeza.