PERCY
—Yo… te conozco —escuché el susurro de su voz. No abrió los ojos, su voz sonaba cansada y se quebraba. Me asusté porque entendí que era la opresión que sentía que me estaba poniendo un poco ansioso. Era el tratando de percibir mis emociones. Pero tenía el muro fruto de mi entrenamiento con Ananké para cualquier clase de ataque a nivel mental y emocional.
—No… no lo creo —titubeé y ahí fue donde sabía que había perdido. El extendió su mano lentamente para entrar en contacto con la mía. Solo fue un sencillo roce, pero fue suficiente. Abrió sus ojos con dificultad, estaba muy debilitado.
—Percy… —susurró y podía ver que sus ojos estaban llorosos, era uno de esos momentos que quería que llegasen, pero a la vez me sentía temeroso.
—Grover —tomé su mano con fuerza, no recuerdo cuantas veces fue su mano la que me ayudaba a ponerme de pie luego de una paliza o cuando me golpeaban en la escuela.
—¿Cómo es posible? —sus lágrimas corrían directo a las sábanas de la cama. Podía sentir su pulso acelerarse, no soltaba mi mano, sino que la apretaba con fuerza.
—Es una larga historia —suspiré mientras me retiraba la capucha, chasqueé mis dedos para mostrarle mi viejo aspecto.
—Estoy seguro que si —trataba de moverse, pero no era recomendable, por lo que puse mi mano sobre su hombro para que se quedara quieto.
—Debes descansar —le rogué, pero era obstinado.
—Ya habrá tiempo para eso cuando este muerto —sonrió dolorosamente.
—Buscaré a Silena para que te de algo para dormir, necesitas descansar —no dejó ir mi mano.
—Te busque, so pretexto de mi búsqueda de semidioses —contaba con que haría eso, pero siempre estuve huyendo y luego deje de estar en la tierra.
—Lo siento —no me gustaba pensar que había estado tan preocupado por mí.
—¿Ha sido duro cierto? —sabía lo que cada palabra significaba, cerré mis ojos por un momento, mi pulsera vibraba y supongo que pudo sentirlo también, en mi mente todo se redibujaba, todo era nuevamente claro, todo estaba tan fresco, tan real. —Se que cargas con un gran dolor —un par de lágrimas salieron de mi ojos, me sentía impotente de no poder contenerlas, el recuerdo de todas las vivencias me embargo y sentí que mi hombro me empezaba a gritar que nunca desaparecería.
—Mucho —el asintió y nos quedamos en silencio, no sé por cuanto tiempo, pero no soltó mi mano y solo lloramos, lloramos como nunca lo habíamos hecho, él nunca se quejó de recibir las palizas por mí, siempre dijo que lo haría una y mil veces de ser necesario porque es lo que lo amigos hacían unos por otros. Aprendí que a no quejarme tampoco y soportar el dolor en mi interior. La noche estaba avanzando y no sabía ni qué hora era o lo que estaba pasando afuera.
—Aun puedo sentir un poco —se disculpó un poco secándose las lágrimas que aún tenía corriendo por las mejillas. —Sally… —cuando dijo el nombre de mi madre me emocioné, siempre dijo que le amaba como un hijo.
—También lo sé —el asintió y luego saco algo de debajo su peto de cuero que estaba un poco destruido.
—Sally, ella, ella me dejó algo para ti —sentí nostalgia de lo que me pudiera entregar. —Debes tenerlo —me entregó una bolsa sellada. Se veía como si fuera una carta y tenía alguna clase de objeto también
—¿Ella sabía sobre lo que me paso? —cerró los ojos en afirmación.
—Se lo dijo Annabeth una vez que la encontró —me dolió el corazón, no debió decírselo. No quería que mi madre viviera sufriendo sabiendo que yo estaba desterrado.
—¿Cuándo te dio esto? —guardé la bolsa dentro de mi armadura.
—Fue unas semanas antes de que los encontraran muertos, ella dijo que lo necesitarías —sonreí con nostalgia.
—Estoy seguro que ella sabía que siempre estaba en problemas —Grover rió con un poco de dolor. Me puse nuevamente mi capucha.
—Supongo que debo mantener el secreto —asentí, no era momento de que nadie supiera y menos que el enemigo lo supiera también.
—Aun no es tiempo —sabía que él podría entender.
—Cuando supe que habías muerto me juré ser un mejor protector… no volver a fallar como lo había hecho contigo —sus palabras me dolieron, sentí el peso de la responsabilidad que había tenido que llevar todos estos años y de cuan culpable debe haberse sentido al enterarse que morí en el destierro.
—No fallaste, sigo vivo porque estuve cuidando de mi —mi voz se había quebrado, porque podía entender su pesar, pero no era para que pensara que me había fallado.
—Quisiera haber podido evitar todo lo que Gabe te hizo —fue un momento crudo, unos minutos de profunda reflexión, no dijimos nada, era una cuestión de no hablar de ello solo saber que estaba allí en algún lugar de nuestro recuerdo.
—Nadie podía —era cierto, era un niño y él no podría con Gabe y sus amigos.
—Yo debí, estaba allí para protegerte —tomé su mano con fuerza, no quería que dudara de que estaba agradecido por todas las veces que se sacrificó por mí.
—Era difícil… yo lo entendí —sus ojos nuevamente estaban llenos de lágrimas. Me sentí abrumado por ello —No debes culparte por eso —el asintió lentamente. Nos quedamos en un profundo silencio. Eran casi las 3 de la madrugada. Debía dejarle descansar.
—Iré a avisarle a Enebro que estas bien —se puso tenso.
—Ella va a matarme —reía por un momento. Ella era la única que podía hacerlo entrar en razón.
—Cuento con eso —choqué puños con el antes de emprender mi camino hacia la puerta.
—Es bueno verte de nuevo —asentí, era bueno saber que estaba bien.
—A mí también me alegra —sabía que aún teníamos mucho que hablar por delante, pero habría tiempo. Luego debía contarle sobre Estelle. No parecía saberlo. —Grover… Gracias —solo asintió, pero sé que es lo que necesitaba escuchar. Chasqueé los dedos y aparecí en el frente del campamento donde estaba Beck.
—Aún nada —chocamos puños. Los chicos de su equipo estaban en guardia rodeando su área de vigilancia.
—La tierra no deja de temblar, debe estar muy intensa la pelea de Zoe —sabía que muchos de los poderes de Zoe iban a producir esta clase de incidentes.
—¿No deberías enviar a Tyson o ir tu? —comprendía la preocupación de Beck, pero con Poseidón, Tritón, Mark y Zoe era más que suficiente.
—Debemos confiar en ella —Beck asintió mientras azuzaba a fogata que estaba encendida en medio para dar calor a los chicos. Ya hacía mucho frío y eran las hora más frías.
—Phoebe me dijo que Artemisa y Sky se quedaron rescatando a Nico, Jason, Reyna y dos semidioses más porque se quedaron rezagados protegiendo el escape en los ciervos en los que llegaron —no me esperaba que llegaran en ciervos, fue toda una sorpresa que cruzaran el portal para entrar al campamento.
—Suena como que se complicó las cosas —me dio un poco de temor que siguieran allí afuera, pero debíamos esperar.
—Según nos dijo la cazadora Bóreas estaba confabulado con los monstruos —uno de los dioses de los 4 vientos principales.
—Eso explica la reducción de temperatura, quieren sepultarnos en nieve —iba a ser un invierno brutal por lo que teníamos que mantener el clima lo más cálido posible. —Bueno, iré al lago un momento, avísenme cualquier cosa —quería poder ver lo que Grover me había entregado asi que me dirigí rumbo al lago, por estos días era un lugar donde podíamos estar tranquilos y era raro que nos cruzáramos en ese lugar porque siempre teníamos una u otra cosa que hacer.
Cuando finalmente me encontraba en el lago en silencio hice una gran fogata para mantener el ambiente caliente. Entre en la tienda para ver que estaba todo en orden y limpio. Hestia había estado aquí muchas veces para poder encontrarse con Caos y saber sobre mí, le había pedido que no viniera mucho al campamento porque cada día que pasaba se volvía más inseguro, pero siempre pasaba las noches en su santuario, me ayudaba a encontrar paz y podía ver a Estella allí sin ninguna mirada indiscreta ni nada que nos interrumpiera, aunque últimamente solo me dedicaba a patrullar el campamento. Revise lo que Grover me había entregado. Dentro de la bolsa había una carta y una cadena con una llave. Me colgué la llave en el cuello y me senté para poder leer la carta, pero lo que primero pude ver era una vieja foto de mamá y yo cuando fuimos a uno de nuestros viajes a Montauk, solo éramos los dos, ella sonreía con autentica felicidad y yo tenía una gran sonrisa porque eran ese momento del año en que no teníamos que estar rodeados de Gabe y todas las atrocidades que nos había tocado pasar. Siempre pasábamos el rato en la playa, fogatas, largos paseos y ver las estrellas tirados a las afueras de la cabaña. Eran días felices. Para ese momento yo estaba con lágrimas, eran demasiado doloroso saber que ya no estaría conmigo nunca más y tampoco estaría para Estelle. Pero las palabras que estaban escritas hicieron que todo el dolor se calmara, toda la angustia cesara y todo aquello por lo que tanto sufría dejará de atormentarme para dar sitio a la esperanza.
PIPER
Sabía que Percy estaba sufriendo nuevamente, podía sentir su pulsera vibrar y también podía verlo retorcer un poco el hombro por ello, por lo que me aleje mientras caminábamos, so pretexto de revisar por donde íbamos, no quería incomodarlo. Hestia tenía razón cuando me dijo que tal vez debía estar a su lado silenciosamente, pero que me viera a su lado no que me viera huir, alejarme o enojarme. Eso es lo que había estado haciendo estos meses, simplemente estar para él. Había sido una locura cuando llegué a al campamento sin la capucha, había recibo muchas muestras de cariño y demasiadas preguntas, sobre qué había pasado y de cómo había terminado siendo campeón de Caos, sobre cómo obtuve la espada de Percy y esa fue una parte difícil de explicar. También estaba el momento en que me había encontrado con mi madre y la forma en cómo me abrazó, sabía que ella había sufrido por eso y el comentario sobre Jason había sido más que claro que había dejado a todos en silencio por un momento.
Ya en el puesto de vigilancia toparme nuevamente con viejos conocidos como los Stoll fue simplemente genial, pero aún faltaba encontrarme cara a cara con mi pasado: Jason. Sabía que no sería un encuentro sencillo, porque habría muchas recriminaciones y reclamos, más que seguro me reclamaría la maldición que mi madre le había impuestos y cómo había terminado costándole su puesto de pretor que tanto amaba. Eran casi las 4 de la madrugada hacía mucho frio y se podía ver la respiración de todos mientras seguían de pie vigilando, las guardias eran de 3 horas para evitar que se desmayaran del cansancio, pero nosotros si podíamos seguir de pie, parte de nuestro entrenamiento era el poder estar de pie por días. Decidí ir a ver que le tomaba tiempo a Percy. Cuando llegué Silena estaba atendiendo a semidiose que estaban tiritando de frio, Phoebe entre ellos con algunos cortes en los brazos. El trabajo que Lena había hecho con los hijos de Apolo era increíble, el avance medico era mucho mejor que cuando estábamos nosotros y algunas veces era un "es todo lo que podemos hacer por ahora".
—Hermanita ¿vienes a ayudarnos? —le sonreí con cansancio, sabía que ella me había visto ser rodeada de campistas con miles de preguntas. Miré para todo lado, buscando a Grover, Gleason y Percy. —Aethos, no está —chaqueé los dedos con un poco de frustración, sabía que iba hacer otras cosas luego de pasar por aquí. Me acerqué a Phoebe quien estaba ayudando a una niña pequeña.
—¿Que paso con el resto? —ella me miro con atención por un momento.
—Tu eres la niña de Afrodita, la que se perdió del campamento Júpiter —no me gustaba para nada su tono, pero no tenía tiempo para esas cosas.
—Exacto —dije con aburrimiento.
—Nico, Jason y Reyna nos mandaron adelante porque nos perseguía una horda de monstruos, Artemisa y Sky se quedaron para terminar la extracción —sabía que si Nico había dado esa orden de quedarse atrás para que el resto avanzara era porque sabía que podían llegar a alcanzarlos.
—Bien —luego dejé de mirarla para concentrarme en la nena que estaba cálidamente arropada, pero se notaba que estaba cansada. —¿Cómo te llamas, pequeña? —ella me miro con recelo, pero le di una leve sonrisa mientras tomaba su mano.
—Soy Nicole, hija de Eos… señora —negué rápidamente, me hacía sentir vieja ese título.
—Solo Piper —ella asintió, mire sus ojos eran hermosos. —Que hermosos ojos tienes —ella se avergonzó un poco, era muy tierna.
—Tú también tienes ojos lindos —le sonreí con agradecimiento.
—Mis ojos cambian constantemente de color —ella se acercó para mirarme de cerca era sin dudad una niña muy simpática. —Toma, come esto —chasqueé los dedos y convoqué unas galletas para ella.
—¡Abran paso! Tengo más heridos —en ese momento entraron Thalia sin su capucha, pero con la cabeza gacha y Reyna con Nico y Jason en brazos. No quería quedarme a ver qué pasaba.
—¿Dónde vas? —me sostuvo Silena del brazo con una mirada seria.
—No quiero estar aquí —le rogué para que me dejara. Sabía que no podía huir de esto.
—No puedes escapar de esto ahora —ella tenía razón, por lo que después de un momento soltó mi brazo para dar órdenes.
—Ponlos en estas camas —Reyna y Thalia obedecieron —Situación —pidió Silena para poder atenderlos.
—Estuvimos peleando con perros del infierno, trasgos, lobos enormes, furias hubo de todo en la fiesta —Sé que Reyna me reconoció, pero no dijo nada porque como pretor sabía que no era lo importante ahora mismo sino la vida de sus compañeros.
—Se nota que estuvo divertido —les dijo Silena mientras revisaba las heridas de Nico y Jason, también le dio una mirada a Reyna, pero ella solo tenía rasguños.
—Se gentil —dijo Thalia mientras terminaba de colocar a Jason en la cama Silena se le acercó sin decir nada, pero con una mirada dura y fue Reyna quien puso su mano sobre ella y rogó con la mirada.
—Bromeas, con lo que le hizo a Piper —susurró con dureza
—Thalia —Phoebe apareció en la escena para ver cara a cara a Thalia.
—Demonios, no —susurró, mientras dudaba en si girar o no. —No me mires asi, tú también te dejaste descubrir. Piper —le di una sonrisa descarada. Cuando se enfrentó a Phoebe esta tenía una mirada dura en sus ojos, no sabía si estaba contenta o no con el regreso de ella.
—¿Cómo? ¿Por qué? —Thalia dudo un poco, pero finalmente mantuvo la compostura para poder dar la cara.
—Es una larga historia, seguramente Artemisa te lo contará, ahora no es momento —luego se giró para centrar su atención en Nico, porque Jason ya estaba siendo atendido por Silena quien estaba sanando sus heridas y sacando pedazos de metal y madera que tenía incrustados. Seguramente despertaría con el brebaje asqueroso que le dio.
—Será mejor que me vaya —me detuve porque le escuche toser y retorcerse en la cama. Silena me miró fijamente como disculpándose. Nuestros ojos se encontraron, su mirada no había cambiado nada, era adusta y llena de ese sentido orgullo de los hijos de Zeus. Thalia también tenía sus ojos puestos en mí más que en Jason. Aparecieron Will y Lucy haciendo bullicio, pero cuando se percataron de la situación se quedaron en silencio.
—Tu… —susurró desde la cama con dureza, trato de levantarse, pero Silena lo detuvo.
—Dale algo para dormir, no es momento —no fue un pedido, fue una orden, no quería un altercado en medio de las misiones.
—Tienes la culpa de mi desgracia —sus palabras eran llenas de dureza como si quisiera lastimarme o afectarme, pero no lo iba a lograr. Miré a Thalia de reojo, ella negó.
—Mi memoria es un poco diferente que la tuya —le respondí con un tono sarcástico.
—Por tu culpa, tuve que soportar a tu odiosa madre y sus peroratas —podía soportar que dijera cosas sobre mí, pero que empezara su estúpido discurso hablando de mi madre no lo soportaría. Silena estaba a punto de decir algo cuando levanté la mano para que nadie interviniera.
—Cuida tu boca, Jason —le dije con un tono mordaz para que desistiera de sus comentarios.
—Ya me lo quitó todo ¿Qué más va a tomar? —sabía que le había dolido dejar de ser pretor, pero eso no podía importarme en lo más mínimo. Levanté mi mano ardiendo en fuego, no iba a dudar.
—Thalia, contenlo o lo haré yo —le advertí dándole una fuerte mirada. Ella se acercó a la cama y lo tomó de los brazos con fuerza.
—Jason, cálmate —miró a Silena y ella automáticamente puso a dormir a Jason.
—Será mejor que vea como esta Nico —asentí mientras la tensión se disipaba del ambiente, vi a Phoebe acercarse a Thalia para jalarla del brazo y llevarla para hablar, supongo que tendrían mucho de lo que hablar.
—Cuidalos bien, por favor —me percaté que Lucy llevaba su cuerno de minotauro extendí mi puño para felicitarla. —Anda a ver a Beck luego para que te ayude a hacer algo con ese cuerno —ella asintió con un aura tímida.
—Está bien… Piper —me acerqué un poco más.
—Tranquila, somos hermanas asi que no hay porque estar tensas —le di una sonrisa tranquila. Todos podíamos infundir un miedo terrible cuando estábamos en plan lucha, pero el resto del tiempo éramos como siempre habíamos sido.
—Está bien, iré a limpiarme esta sangre de monstruo —asentí y luego pensé en que Percy estaría en el lago sino estaba en ningún otro lugar así que me dirigí hacia allá.
Cuando llegué todo era paz, hacía frio eso sí, fuera de la atmosfera del campamento que estaba medianamente controlada el clima era brutalmente frío. Había una gran fogata a las afueras de la tienda, supe que Percy estaría allí. Cuando entre me lo encontré tirado en la cama, sin armadura y sin ningún vendaje, se había quedado profundamente dormido, tenía una carta en su mano. No me atrevía a fisgonear de que se trataba, pero claramente era letra de mujer, lo deje tal y como estaba solo tome una frazada y lo cubrí. Podía ver su herida no estaba abierta, pero se veía que estaba fresca y el vendaje estaba ligeramente manchado de sangre. Suspiré mientras tomaba los vendajes y me deshacía de ellos luego solo me senté sobre el suelo apoyando mi espalda sobre su cama. Me puse a pensar en la misión, pensé en Shadow y como tendríamos que luchar contra toda la maldad que se escurría de él y sobre todo temía por Percy, él tenía una debilidad que no podía ser conocida y mucho menos explotar porque podrían ser un punto de inflexión en la batalla.
Pensé también en todo el tiempo que pasamos desde que Fobos le había hecho esa herida y había cambiado su vida para peor, pensé en todo lo que hubiera podido suceder si no hubiera tenido esa herida y como las cosan hubieran sido entre nosotros. A veces veía a Silena y Beck y sentía celos de lo que ellos tenían, eran tan felices y disfrutaban cada pequeña cosa que podían hacer juntos, estaba feliz por ellos por la oportunidad que estar en el ejército de Caos les había dado, pero no podía evitar sentir que también quería vivir eso. Habían pasado tanto años desde el momento en que sentí que mi corazón se inclinaba por Percy que no creí que sobreviviría a toda la oscuridad que se nos vino encima, por momento pensé que simplemente debía dejarlo ir para que pudiera vivir más tranquilo sin la presión de saber que estaba interesada en él. Pero luego en mis momentos de soledad pensar en él me hacía saber que todo lo que pasaba valía la pena por alguien como él.
Había pasado mucho tiempo desde que habíamos visto a Hestia, pero sabía que Percy seguía visitándola todos los días, luego nos diría que no quería que estuviera en el campamento por que en cualquier momento podía estallar una incursión y podría ser objeto de algún ataque. Todos estábamos de acuerdo con que no queríamos que Hestia estuviera en el campamento por el momento y mejor procurar que estuviera a salvo, luego de que Zeus se había acercado a hacer un tipo de tregua la relación entre Hestia y ellos había mejorado y ya no tenía que ir a hurtadillas al Olimpo. Siempre tuvimos la duda de donde pasaba las noches Percy porque siempre decía que dormiría en el santuario de Hestia, pero nunca habíamos podido llegar o dar con ese lugar. Percy dormía plácidamente, haciendo un pequeño ronquido, me producía felicidad poder verle tranquilo y descansando. Pasaron un par de horas, los chicos preguntaron si sabía dónde estaba Percy, les dije que no se preocuparan que estaba descansando. Después de unas horas sentir que se movía sobre la cama, no pareció alarmarse por mi presencia porque se giró y podía sentir su mirada sobre mí, pero sin decir nada, solo suspiraba de vez en cuando con tranquilidad. No esperaba que dijera nada, ni que me contara que es lo que leía cuando se durmió, solo me importaba que se sintiera cómodo con mi presencia a su lado.
—Aún recuerdo como si fuera ayer cuando me salvaste en este lugar —su voz era calmada, pero llena de nostalgia, me hizo sonreír, de cierta forma me gustaba que tuviéramos memorias compartidas.
—Solo fue casualidad —dije con un poco de pena. Me dio un ligero toque en la cabeza.
—No lo creo —susurró mientras se acomodaba en la cama.
—Yo tampoco —siempre he pensado que todo estaba planeado para que nuestros destinos se cruzaran y se unieran por más tiempo que eso tomara.
—¿Todavía extrañas esos tiempos en los que solo éramos campistas? —me giré para mirarlo, tenía esa mirada alegre llena de picardía, pero también estaban hinchados sus parpados, había llorado demasiado.
—Sinceramente, no —mi vida había mejorado mucho desde que acepté estar a las órdenes de Caos.
—Solo hay algo que extraño de todo ese tiempo —me entro curiosidad por lo que dijo.
—¿Qué sería eso? —se sentó sobre la cama con las piernas cruzadas tomando la carta que tenía en mano y guardándola sobre la mesa que estaba a su costado.
—Que nuestras vidas eran más sencillas —no me parecía que nuestras vidas fueran sencillas.
—¿No lo son ahora? —me miro con seriedad.
—Ahora tenemos el peso de la responsabilidad de la vida de otros —entendí perfectamente a lo que se refería. Ahora los dioses no dictaban la norma de las misiones o de quienes iban o no, ni de las decisiones del campamento. Era nuestra responsabilidad ahora. Caos se había ido nuevamente al Vacío para poder tener un perfil bajo y había dejado toda la responsabilidad a nosotros, solo lo habíamos vuelto a ver cuándo Tyson estuvo haciendo el proyecto de Percy.
—Eso apesta —suspiré con cansancio.
—Si y no —el me dio una ligera sonrisa.
—Habla claro que me confundes —se froto la parte posterior de la cabeza con un poco de pena.
—Si apesta porque a veces debemos privarnos de nosotros mismos —el más que nadie sabía sobre eso porque se había concentrado en una cosa: entrenar, entrenar y seguir entrenando. —No apesta porque tenemos el poder de evitarles el destino cruel que a veces nos tocó vivir —sabía que ese era su principal móvil para aceptar esta misión el poder evitarle a sus amigos un destino desafortunado.
—No puedo darte la contra en eso —le lance un pedazo de leña que había cerca, lo esquivo sin problemas.
—Con suerte sobreviviremos para poder vivir nuestras vidas en tranquilidad —suspiré nuevamente y se acercó más al borde de la cama, su cara se acercó y su mirada me sonreía.
—Claro que sí, no estoy pensando en morir —podía ver un nuevo brillo en él, algo que yo no conocía, no podía decir que me apenaba no tener nada que ver con su reciente mejoría, pero si sentía un poco de frustración que todo este tiempo no pude lograr nada en él.
—Es bueno oír eso —le respondí con una sonrisa.
Continuamos hablando de muchas cosas de manera aleatoria mientras las primeras luces se alzaban, no sentía el más mínimo sueño, comimos, tomamos y nos quedamos dentro de la tienda compartiendo cosas de nuestros pasado, misiones, detalles de cosas que ambos habíamos vividos y de cómo había sido la vida para mi fuera del campamento. Hablamos de nuestros padres no divinos, me conto muchas cosas sobre Sally y Paul, no pudo evitar derramar algunas lágrimas y su pulsera vibro mucho en ese momento, pero él no se apartó ni salió corriendo de la tienda. Después hablamos de Hestia de cómo la relación afectiva había comenzado para ellos hace mucho años cuando llego al campamento, también me contó cómo era el templo dedicado a Vesta en Roma y que había ido con Tyson para poder buscar a los ciclopes para el proyecto de las granadas.
El sol ya estaba iluminando el lago, era momento de volver para poder empezar el entrenamiento del día por lo que me puse de pie para empezar a caminar y estirar las piernas cuando sentir a mano de Percy detenerme del puño de mi sudadera. Me giré para ver una mirada de Percy que no me esperaba. Timidez. No dijimos nada por un momento, porque creo que él no sabía que quería decir ni yo sabía si preguntarle si tenía que de decirme algo. Luego de un momento se levantó y tiró de su agarre en mi sudadera y mi dio un abrazo tímido, podía sentir su respiración irregular en mi oreja, y sentía que temblaba ligeramente, me entró pánico porque pensé que estaba dándole un ataque relacionado con su herida, me aparté un poco él no me miraba, no podía, me esquivaba.
—¿Que pasa Percy? ¿Estás bien? —no me respondió, pero claramente podía ver que estaba ansioso. No sabía si reírme, porque esto era inesperado. —¿Por qué estas temblando? —me miro por un corto periodo para luego esquivar la mirada tenía la mejillas sonrojadas.
—Me siento nervioso — no quería hacerme ninguna clase de idea equivocada por lo que me mantenía a la expectativa de lo que pudiera decirme, pero se mantenía en silencio y aún tenía mi sudadera tomada por el puño.
—Me estas asustando Percy, dime que pasa —lo tomé por lo hombro para poder captar su atención hacia mis ojos, pero lo que hizo a continuación me dejo congelada. Sus labios y los míos se unieron por una milésima de segundo, luego él se alejó y se quedó mirándome con algo que no podía descifrar en su mirada, pero yo, yo entre en pánico y empecé a hiperventilar, tanto que empecé a morderme las uñas, el solo me miraba con atención hasta que finalmente hice lo primero que se me ocurrió. Salí corriendo de la tienda lejos de donde estaba Percy. Su cara de asombro no tenía precio, pero era yo la que estaba en pánico, corrí tan rápido como pude rumbo al bosque, pero al poco rato tenía a Percy sobrevolando el área buscándome, no me estaba escondiendo ni nada de eso solo estaba tratando de calmarme porque no sabía que estaba pasando. Finalmente deje de verlo volar por encima de mí cuando aterrizo delante de mí con los brazos abiertos, no pude frenar lo suficientemente rápido como para que no me abrazara para detenerme. Me quede un poco sorprendida y avergonzada.
—Lo siento si te sorprendí… no era mi intención —susurró mientras me alejaba un poco de su abrazo, seguía con las mejillas sonrojadas.
—¿No era tu intención hacer qué? —pregunté con un poco de temor de que se arrepintiera de haberme besado.
—Sorprenderte —apartó la mirada cuando lo dijo, pero luego volvió a mirarme.
—¿Entonces porque me besaste? —el suspiró un par de veces antes de responder.
—Porque quería hacerlo —luego su respiración se veía en el aire por el frío que hacía.
—Percy —susurré porque me llegó al corazón la forma en la que hablaba, era como si todo el daño y el mal que le había pasado habían quedado a un lado.
—Piper, perdoname porque te mantuve alejada por tanto tiempo —extendió su mano para poder tomar la mía, dudé por un momento, pero finalmente tomé su mano. Estaba tiritando, sabía que no era por frío, sino por nervios. —Yo, yo, quiero estar cerca de ti más que nunca —su voz se quebraba un poco, pero cuando vi sus ojos entendí todo, entendí cuanto había sacrificado todo este tiempo, cuanto estaba contenido dentro de él.
—Percy, no sé si puedas con eso, tu pulsera, tu herida —su rostro se deformó un poco por los motivos que le di, pero era necesario que lo supiera.
—Creo que puedo soportarlo —su voz era esperanzadora, sabía que él quería intentarlo.
—No quiero verte sufrir, no por mi causa —era cierto, no quería que al final resultara siendo peor.
—Piper —susurró dolorosamente buscando mi mirada. No encontramos y creo que ambos estábamos en la misma página. —Me gustaría intentarlo, si estás de acuerdo —suspiré un poco porque tenía miedo de esto.
—No quiero ilusionarme —el negó rápidamente.
—Y yo no quiero lastimarte más —me sentí un poco abrumada por esto, sentía que podía terminar mal.
—Todo este tiempo has sabido lo que siento hacia ti, no es justo —su cara era de vergüenza.
—No quiero privarme de tus sentimientos por mí y no quiero ocultar más mis sentimientos por ti —dejé de respirar por un momento cuando me dijo eso, sentí que mis mejillas se encendían y mi corazón bombeaba tan rápido que pensé que me iba a dar algo. Creo que Percy se dio cuenta de ello porque apretó mi mano y me atrajo lo más cerca posible, sentía su aliento sobre mis labios y sentía un gran deseo de cerrar la brecha.
—He esperado tanto esto que se siente irreal —susurré mientras él cerraba los ojos, me sentí tan indecisa que no pensé que pudiera hacer algo.
—Oh, es muy real creelo, aún estoy temblando —dijo mientras apretaba mi mano, luego de un momento soltó mi mano y me sorprendí un poco, pero solo fue para poder sacarse la pulsera y entregármelo. Lo miré un poco curiosa. —Quiero, quiero que cuides esto por mi —tomé la pulsera entre mis manos y el me miraba con atención.
—¿Estás seguro de esto? —el asintió rápidamente.
—Mucho, lo he pensado desde hablé con mamá hace más de 3 meses —suspiré poque había esperado mucho tiempo.
—¿Qué te tomó tanto? —se puso tímido para darme su respuesta, pero finalmente sus ojos nuevamente se encontraron con los míos.
—Sigo pensando que no soy bueno para ti —sus palabras me dolieron el corazón porque pensaba tan poco de sí mismo con respecto a mí, podía darle mil argumentos de porque yo debería pensar eso de mí misma, pero sería un nunca acabar.
—Eres exactamente lo que quiero y necesito —Percy me miró con ojos llenos de ternura. Fue el momento en el que decidí que no dejaría que se alejara de mí nunca más. Fui yo quien cerro las distancias entre nosotros y lo besé volcando en ello todos mis sentimientos, todo lo que había tenido reprimido todo este tiempo. Por un momento no podía respirar porque creo que ambos estábamos demasiado ansiosos y eso nos impedía poder besarnos con calma, no fue sino hasta que él se apartó que me di cuenta de lo que estábamos haciendo y me sentí avergonzada. Él tenía la cabeza hacia atrás mientras resoplaba, creo que era porque estaba con las mejillas ardiendo. Tomé su cabeza y la puse en dirección hacia mí para mirarlo, estaba tan avergonzado como yo. Era tierno, me sentí tan cohibida que no sé cómo encontré las palabras que quería decir. —Lo siento, me emocioné demasiado —se rio por un momento mientras se terminaba de acomodar la sudadera porque había salido de la tienda como sea para darme alcance.
—No, está bien, de hecho, yo me alegro que lo hayas hecho —no podía controlar su propio rostro que estaba ardiendo, pero sí pudo tirar de mi para darme un ligero abrazo y podía sentir su corazón ir a un ritmo que pensé que le daría algo en cualquier momento. —Debemos volver —susurró y no pude evitar darle mi mejor cara de desaprobación. —Espero que tengas un poco de tiempo después para poder hablar de esto —señalo a un nosotros que me gustó y me hizo sonreír de tal manera que tomó mi mano para volver caminando rumbo a la tienda a recoger algunas cosas.
Caminamos en silencio, pero de vez en cuando nos mirábamos y sonreíamos, nos avergonzábamos y nos apretábamos las manos, no podía decir que quería escuchar todo lo que tuviera que decir sobre nosotros, pero sabía que debía darle tiempo para que encontrara la forma de hablar con naturalidad, yo también quería poder decirle que le amaba, pero aún se me trababan las palabras en el cerebro, me daba un cortocircuito que esperaba que mi mirada, sonrisa le dijeran. Luego de tomar sus cosas de la tienda abrió un portal para nosotros para ir al campo de entrenamiento, pero antes de cruzarlo acomodé su capucha, no sin antes darle un suave beso en la mejilla.
—No sé cuándo podré volver a hacerlo y el día es largo —su cara de auténtica felicidad me emocionaba, era como si todo aquello que en su momento nos alejó el uno del otro no estaba más, pero no porque esas vivencias y situaciones no siguieran allí, sino porque sentía que Percy estaba escogiendo un nosotros y eso era lo que tanto quería.
—Piper —susurró con simpatía, luego tomo mi mano para cruzar juntos el portal. —Espero que no te arrepientas de esto —sabía que tenía grandes dudas no sobre nosotros, sino sobre si era una buena idea que siguiéramos adelante en estos tiempos.
—¿Cómo podría? —le di un ligero golpe en el hombro. Pero luego apoyé mi cabeza en su hombro.
—No sabía que podrías tener estos niveles de dulzura —me sentía en paz, ya no era una vorágine de sentimientos sino un apacible río que recorría todo mi ser y me hacía sentir en calma, ya no más ansiosa no más preocupada, solo pensaba en protegerlo con todo lo que tuviera con cada fibra de mi ser.
—Yo tampoco —susurré acomodándome en su hombro.
—Me agrada esto —el susurró también.
—A mí también —me reí un poco mientras seguíamos asi al otro lado del portal, ya en el campamento, no había nadie todavía solamente los autómatas que patrullaban el campamento. El sol estaba despuntando.
—La próxima vez debemos ir al Vacío, el tiempo pasa muy rápido aquí —Percy se rió mientras soltaba mi mano y se despedía, pero no pudo avanzar mucho cuando alce la mirada hacía el lago y venía Tyson con Zoe en brazos y detrás de él Tritón con Mark. Automáticamente corrimos hacia Tyson.
TYSON
Luego de que todos se hubieron ido a sus respectivas misiones organizamos al resto del campamento en grupos para poder patrullar el campamento, teníamos puestos de vigilancia apostados en varios lados de la frontera donde todos se iban rotando para poder vigilar cualquier incursión. Sabíamos que las misiones no iban a ser sencillas y que debíamos estar atentos de cualquier incursión que se presentara. El primer reporte que recibí en mi puesto fue el del grupo de Clarisse que habían traído a Thanatos con ellos, también me enteré que Piper había sido descubierta por las Parcas, no pude evitar reírme cuando me enteré de eso porque era algo que ya era necesario para poder cerrar las brechas que había entre los campistas y nosotros. Aún había una pequeña parte que se morían por saber que había detrás de las capuchas incluido los dioses. Sé que Apolo y Hermes hasta habían abierto apuestas ilegales sobre ese tema y curiosamente solo el nombre de Piper estaba incluido, pero no muchos fueron a por esa opción, pero se pagaba bien a 7.5, pero claro ninguno de nosotros podía apostar porque eso sería malo para el negocio.
Tome unos minutos para poder volver al campamento y ver como estaban las cosas. Desde la ventana de mi habitación se podía ver el centro del campamento por lo que vi cuando Thalia se escabullía desde la entrada, seguro de camino a la enfermería porque tenía en su espalda a Jason y Reyna cargaba a Nico, no vi entrar a Artemisa, pero no me importo demasiado eso, luego de un momento solo estaban Beck y sus campistas resguardando la entrada principal. Eran casi las 4 de la mañana para ese entonces y aún no había ninguna noticia de Zoe. Entendía que su misión iba a ser la más larga de todas porque enfrentarse a criaturas marinas era sin duda una misión para unos pocos, pero era de larga duración. Salí a caminar por la playa un momento a pesar de que ya no he hacía conocer como hijo de Poseidón el mar seguía siendo el lugar donde me podía despejar y me sentía más claro, pero esta vez el mar estaba agitado, constantemente había temblores y se podía oír el rugir de la brisa marina que nos cantaba la gran turbulencia que había en el fondo marino.
Me quedé mirando el horizonte mientras el sol empezaba a hacer su aparición lentamente, aunque al ser invierno el día demoraba en aclarar aún asi se podía percibir el amanecer. En ese momento sentí que el mar traía hacia la orilla algo. Tritón traía entre sus brazos a Zoe y a Mark, también el venía a los tropezones cuando al final también cayó sobre sus rodillas, rápidamente me acerqué para darle una mano. Ambos estaban desmayados y magullados.
—¿Qué paso? —le dije tendiéndoles la mano para que me entregara el cuerpo de Zoe, rápidamente la cargue y estaba completamente agotada, podía sentir que su fuerza estaba agotada.
—La batalla fue muy dura —Tritón también estaba muy agotado, pero por lo menos aún se mantenía en pie. Dejó a Mark sobre la arena y le lance una botella de nuestra medicina. Se asqueó al probarlo, pero luego de un momento pudo ponerse en pie para poder volver a cargar a Mark.
—¿Cómo resultó? —el me dio una mirada un poco perdida al comienzo.
—Pudimos lograrlo, pero el precio fue alto —sonaba como que algo había salido mal y eso me preocupaba, había pasado mucho tiempo de temblores y reacciones en el mar. —Llevémoslos a la enfermería —
—Llevalo, yo llevaré a Zoe a nuestro cuartel —el asintió mientras empezábamos a caminar, en ese momento apareció Percy y Piper corriendo hacia mí cuando estábamos cerca Percy formo un portal directo a la casa, pasamos por él y la llevé hacia su habitación, Percy cerró los ojos un momento y al segundo siguiente estaba Silena entrando por la puerta de la habitación de Zoe. Ella empezó pasar un scanner sobre ella para poder determinar que estaba mal con ella.
—Necesitaremos meterla en la cámara de recuperación —dijo Silena luego de un momento de revisar sus signos vitales y verificar que estaba estable. Percy charlaba con Piper sobre como tuvo que estar su misión para que terminara asi.
—¿Qué está mal con ella? —le pregunté un poco impaciente, Piper se me acercó y puso su mano sobre mi hombro.
—Tiene un cuadro de agotamiento extremo —suspiré con alivio, pero la cara de Silena no pasaba de ser una cara de preocupación por el estado de Zoe.
—¿Pero eso no se soluciona con descanso? —preguntó Percy mientras extendía sus manos para impulsar sobre ella energía de Caos, pero parecía haber un ligero rechazo.
—En una situación normal sí, pero mira aquí, esto es el núcleo de poder primordial vital que cada uno de nosotros tiene dentro, cuando llevamos nuestros poderes al límite este empieza a consumir nuestra fuerza vital hasta secarnos completamente, Zoe está en ese límite —ella nos mostró parte del scanner en su tableta donde el núcleo tenía una luz leve, luego paso el scanner por mi pecho y me enseño la muestra y tenía una luz refulgente de color amarillo.
—¿Con la cámara de recuperación se solucionará? —Silena negó rápidamente.
—Ayudaría, pero tardaría mucho en recuperar, pero podemos acelerar el proceso al condensar poder de Hydros para usarlo en Zoe —empecé a entrar en un poco de pánico, condensar un poco de poder primordial podía tomar tiempo y Zoe no lo tenía.
—Yo puedo encargarme de eso, tengo experiencia —levanté la mano instintivamente y luego de un momento abrí un portal rumbo al vació, pero Percy me detuvo.
—Quedate, cuida de Zoe, yo hablaré con Hydros —me miró de tal manera que entendí a lo que se refería, sabía que el conocía la ansiedad que me estaba invadiendo y no podría hacer bien lo que se necesitaba. Asentí a lo que me dijo y fue él quien cruzó el portal rumbo al Vacío. Piper intento seguirlo, pero el negó y ella solo asintió. Silena seguía revisando a detalle el estado de Zoe, no perdió tiempo y armó la cámara de recuperación para poner a Zoe dentro. Piper le dio una mano para poder colocarla dentro y vertió el líquido de energía de curación para que empapara a Zoe.
—Porque no pidió ayuda —susurré y fue Piper quien me respondió.
—Ella podía con esto, se va a recuperar —Silena asintió mientras ponía a trabajar la cámara de recuperación.
—Se va a recuperar —repetí susurrando.
—Ven, vamos a buscar algo para comer, será una noche larga —me tomó del brazo para sacarme de la habitación mientras Silena le administraba algunos medicamentos. Cuando bajamos Thalia y Beck estaban en la sala esperándonos.
—¿Cómo esta ella? —pregunto Thalia mientras Beck chocaba puños conmigo.
—Su situación es un poco delicada —les explicó Piper.
—Necesita un concentrado de poder primordial de Hydros para poder recuperarse —Beck chasqueó la lengua mientras me miraba con buscando una señal.
—Debió llevar sus ataques al límite para llegar a esto —Thalia hablo mientras pensaba en su estado crítico.
—Porque no nos avisó, habíamos quedado en eso —dijo Beck y yo rápidamente asentí perdiendo un poco la cordura, porque justamente hizo lo que no debía.
—Tranquilo, ella va a recuperarse, Percy volverá con la solución —me calmó Piper dándome un golpe en el hombro. Pero dentro mío sentí una ligera sensación de culpa, porque debí haber ido a apoyar esa misión.