Capítulo 8 Semilla
Herética de la Oscuridad
Pasó un año y siete meses, y el Imperio Fénix anunció el
regreso del Arca Primordial, un territorio secreto bajo su control al que solo
un número limitado de personas tendría acceso, incluyendo al ganador de un
torneo supervisado por ellos, en el que participarían todos los países e
imperios del continente Cielo Profundo.
Xión deseaba obtener un lugar en la expedición, y si tenía
que conseguirlo por la fuerza, lo haría. Sin embargo, no estaba dispuesto a
participar en torneos para niños. Por eso, llamó a uno de los sirvientes de su
palacio y lo envió al Palacio Fénix para anunciar una visita. El sirviente
regresó una hora después acompañado de uno de los príncipes reales, quien
agradeció a Xión por honrarles con su presencia y le aseguró que el mismo
Emperador Fénix lo recibiría en cualquier momento que decidiera ir. El príncipe
mostró gran respeto y se inclinó varias veces como muestra de su deferencia. Xión
le informó que iría al día siguiente, especificando la hora.
…
Al día siguiente, una comitiva de príncipes fénix que se
autoinvitaron al lugar se cruzó en su camino para intentar conocerlo.
Finalmente, fue recibido en el Palacio Fénix. Sin embargo, el Emperador Fénix
no se atrevió a recibirlo en su sala del trono, sino que lo hizo en una sala de
estar majestuosamente decorada con alfombras doradas, mesas de madera tallada
con energía profunda y sofás que eran artefactos diseñados para la comodidad de
los cultivadores.
Un príncipe de rango bajo guio a Xión a sentarse en un sofá
frente a veinte personas con el emperador en el centro. Parecían una pintura
oriental de dioses, con el dios emperador en el centro. Lo que desentonaba en
esa imagen era que todos eran hombres; el emperador solo tenía una hija y ella
no estaba presente.
—Maestro Xión, bienvenido —dijo el Emperador Fénix, Feng
Hengkong. Su voz era profunda y grave, su cuerpo imponente como una estatua, su
rostro perfilado y su apariencia distinguida. Su piel no mostraba
imperfecciones, y aparentaba tener unos cuarenta años, aunque su expresión
severa no dejaba que se le interpretara como una persona joven. Xión hizo una
reverencia antes de sentarse.
—Emperador Feng Hengkong, estoy aquí para hablarle de un
asunto que nos concierne a ambos y sobre el cual debemos negociar —dijo Xión,
vistiendo túnicas blancas impecables. A sus diecinueve años, gracias a su
entrenamiento corporal y al Gran Camino de Buda, además de ser el heredero del
Dios Dragón Primordial, medía ya 1,86 m, poseía un cuerpo atlético y una
apariencia más allá de lo distinguido. Llevaba el cabello largo y negro,
recogido con su propio cabello para que cayera sobre su espalda y dejar sus hombros
al descubierto.
—Maestro Xión, disculpe mi ignorancia, pero no sabía que
estábamos relacionados. ¿A qué relación se refiere? —preguntó Feng Hengkong con
curiosidad.
Xión levantó la mano y activó la Oda del Fénix, sorprendiendo
a Feng Hengkong y a sus hijos. Feng Hengkong lo miró con alegría.
—Maestro Xión, no sabía que pertenecía a la familia Feng… —Xión
liberó su aura, utilizando la sangre, el alma y la esencia del Fénix, haciendo
que la mitad de los príncipes cayeran de rodillas y el resto apenas pudiera
mantenerse en pie, pálidos y temblorosos, incluido el emperador.
—Me ha malinterpretado, nuestra relación no se basa en su
apellido ni en un parentesco familiar. Nuestra relación se debe a la sangre del
Fénix, aunque usted solo puede considerarse portador de una gota de sangre del
Fénix, mientras que yo soy un verdadero heredero, con la sangre, el alma y la
esencia del Fénix —dijo Xión, conteniendo su aura mientras hablaba. Feng
Hengkong lo miró con conmoción. Al ver que él no podía hablar, Xión decidió
continuar.
—En este mundo, existen dos legados del antiguo Dios Fénix.
Uno pertenece a su familia y otro al clan Fénix, que optó por una vida
pacífica, recluyéndose y alejándose del mundo. Este legado es el que yo he
obtenido. No soy miembro del clan Fénix, y no estoy aquí para negociar en su
nombre. Ustedes tienen filosofías de vida diferentes, y no es mi misión
contradecir ninguna de ellas.
»Estoy aquí porque poseo las partes cinco y seis de la Oda
del Fénix, mientras que ustedes tienen las primeras cuatro partes, y deseo
intercambiarlas. Además, necesitaré un lugar cuando aparezca el Arca
Primordial. A cambio de este favor, estoy dispuesto a tomar la protección de su
imperio en mi nombre y también aceptaré a su hija, Feng Xue'er, como mi esposa,
siempre y cuando ella esté de acuerdo —ofreció Xión. Al escuchar esta última
parte, Feng Hengkong se levantó de un salto y lo miró con indignación.
—¡Cómo te atreves! —reprendió Feng Hengkong, liberando su
aura y tratando de suprimirlo. Él era un cultivador del reino tirano de rango
10. Xión no reaccionó de ninguna forma. Aunque se encontraba en el reino tirano
de rango cinco, cinco rangos por debajo de Feng Hengkong, incluso el aura de un
cultivador en el reino soberano tendría dificultades para causarle molestias,
mucho menos la de Feng Hengkong.
—¿La cuestión del matrimonio te ha perturbado?
Lamentablemente para ti, está fuera de tu alcance, ya que esta petición es la
voluntad del Fénix Divino, quien les concederá a todos ustedes indignos de uno
de sus herederos. Sin embargo, tengo mi propia voluntad, y si no acepto casarme
con ella o si ella no me acepta a mí, entonces no habrá boda. Aun así, sigo
teniendo un destino relacionado con tu familia, y cuidaré de ustedes —dijo Xión
con calma.
Feng Hengkong notó que su aura no le afectaba en absoluto y
se puso nervioso.
—Piensen detenidamente en mi propuesta. Volveré mañana a este
lugar y espero conocer a Feng Xue'er en ese momento —dijo Xión, levantándose
para marcharse, utilizando su aura para suprimir a todos los príncipes que
intentaron detenerlo y hacer que se postrara.
…
Al día siguiente, Xión regresó al palacio del Fénix. Esta
vez, el emperador lo recibió en su sala del trono y estaba acompañado por un
anciano de piel roja, cabello blanco y ojos ardientes. No parecía en absoluto
una persona común. En la sala del trono, solo estaban el emperador y el
anciano, aunque Xión podía sentir a otros ancianos ocultos y observando.
—Xión, nuestro imperio Fénix tiene una propuesta que
ofrecerte. Entrega las partes que posees de las odas… —Xión interrumpió el
discurso del emperador liberando su aura, lo que hizo que este cayera de
rodillas de inmediato, y lo miró con incredulidad, al igual que el anciano que
quedó paralizado a su lado.
—Insensatos —bufó Xión—. Yo soy un auténtico heredero del
Fénix, ustedes solo son portadores de su sangre. Si no entienden lo que eso
significa, les explicaré ahora mismo —dijo Xión, y el emperador se postró en el
suelo junto a su anciano defensor.
—Significa que aquí yo soy un dios y ustedes mis sirvientes.
Su nivel de cultivo no importa, y despojarlos de su linaje del Fénix no está
más allá de mis posibilidades —reprendió Xión, aunque en realidad no sabía cómo
hacerlo, pero Feng Hengkong y el anciano temblaron, aunque no podían hablar…
Xión percibió la presencia de alguien acercándose y frunció
el ceño. La persona corría hacia la sala y él podía sentir la pureza de su
linaje de sangre. Las puertas de la sala del trono se abrieron y una chica de
cabello negro y ojos azules entró en el salón del trono, seguida por otro
anciano.
—¡Padre! ¡Gran abuelo! ¿Qué ha sucedido? —preguntó la chica,
corriendo y apresurándose a ayudar a levantar a su padre y abuelo del suelo. Xión
dejó de reprimirlos.
Él miró a la chica, era hermosa y por sus palabras, se
trataba de Feng Xue'er, la única hija del Emperador Fénix y heredera del Fénix
Divino, más bien, su encarnación.
—Tu padre y tu abuelo me suplicaban que les diera las partes
seis y cinco de la Oda del Fénix de forma gratuita, al parecer están arruinados
y no tienen con qué pagar —dijo Xión.
Feng Xue'er lo miró a él y luego a sus familiares, quienes lo
observaban indignados. Luego asintió.
—¿Cuánto estás pidiendo? —preguntó Feng Xue'er, como si
estuviera dispuesta a pagar en nombre de ellos, dejando atónitos a su padre y
abuelo. "Ella es tonta de nacimiento", pensó Xión, solo comprobando si era
igual que en la historia original.
—El precio es tu mano en matrimonio —dijo Xión, dedicándole
una sonrisa—. Si piensas que soy guapo, entonces tendremos que casarnos de
inmediato —añadió. Feng Xue'er se mordió los labios y miró a sus familiares con
preocupación. Xión soltó una carcajada.
—¡Esta chica es tonta! —sentenció Jasmine al ver cómo Feng
Xue'er hacía pucheros al darse cuenta de que estaba bromeando con ella.
—Mi nombre es Xión y otro remanente del Fénix me ha enviado
aquí para completar tu Oda del Fénix y la mía, ya que se avecina una gran
calamidad. Supongo que tu remanente del Fénix ya te ha informado de eso
—explicó Xión. Feng Xue'er asintió—. Bien, también necesito tener acceso al
Arca Primordial. A cambio, te protegeré a ti y a tu familia —añadió Xión. Feng
Xue'er miró a sus abuelos y a su padre.
—Padre, ¿está pidiendo algo injusto? —preguntó Feng Xue'er.
—Él también está pidiendo tu mano —gruñó el emperador. Feng
Xue'er se ruborizó.
—Padre él es muy guapo, pero casarnos solo por eso ha sido
una broma —explicó Feng Xue'er con vergüenza. Sus familiares la miraron
aturdidos.
—Feng Xue'er, aunque antes estaba jugando, debes casarte con
la persona que más te gusta, y como esa persona soy yo, entonces debes casarte
conmigo —explicó Xión con seguridad. Feng Xue'er hizo un puchero y miró a su
padre como si se sintiera agraviada.
—Padre, él está jugando de nuevo con Xue'er, ¿verdad?
—preguntó Feng Xue'er. El emperador parpadeó y luego se lanzó hacia él con
intenciones asesinas, pero el anciano más joven lo detuvo sosteniéndolo del
hombro.
—Él dice la verdad, si te gusta, entonces debes casarte con
él —asintió el anciano con un suspiro y miró al anciano de cara roja, quien
hizo una mueca y también asintió.
El emperador era el único que parecía no aceptarlo, pero con
sus ancianos allí, no se atrevió a negarlo. Feng Xue'er parpadeó aturdida. Xión
no perdió tiempo y caminó a su lado, tomando su brazo.
—Xue'er, muéstrame este lugar —dijo Xión, colocando la mano
sobre su hombro y guiándola fuera del salón del trono, mientras al emperador se
le ponía la cara tan roja como al anciano más viejo.
…
Un mes después, Xue'er ya vivía en su palacio y Xión ya había
dado severas palizas a más de treinta de sus hermanos, que eran norteños y
querían desplumar a su propia hermana. Xión había retomado un ritmo normal en
su entrenamiento, entrenando solo medio día y dedicando el resto de su tiempo a
la creación de Llamas de la Muerte Congelada, la refinación de píldoras y la
curación de personas en estado grave.
Él los atendía en su palacio, en el ala de curación, y Feng
Xue'er, con quien ya había compartido la oda del fénix, era su ayudante.
—Bienvenido —dijo Xión a un hombre de mediana edad, quien lo
saludó con una reverencia respetuosa—. Sí, Hua Minghai, puedo curar a tu
esposa, pero solo si estás dispuesto a pagar el precio por ello: tus artes
profundas de movimiento —dijo Xión, y el hombre se quedó paralizado en el
sitio.
Este era un disfraz convincente, pero las habilidades de
investigación del Gremio Mercantil de Luna Negra eran aún más asombrosas, y
todos los que llegaban allí eran investigados por ellos. Hua Minghai era un
ladrón bajo contrato, que se metió con las personas equivocadas, y su esposa
terminó pagando el precio.
—Te daré mi vida si es necesario —dijo Hua Minghai. Xión negó
con la cabeza.
—Solo es una pequeña cosa, no hace falta ser tan radical
—dijo Xión, y al día siguiente tenía en sus manos las artes del dios ladrón.
Esta era una técnica que permitía esconder el aura y hacerse invisible, no al
mismo nivel que una píldora de invisibilidad, pero sí cercano a ello. También
aumentaba la velocidad de movimiento en distancias largas.
Xión ya podía volar, pero debía tener en cuenta que esta era
una técnica que te permitía correr a máxima velocidad mientras ocultabas tu
aura, lo cual era muy poderoso en este mundo o en cualquier otro, y si se
combinaba con su cuerpo, era cien veces más efectiva, porque su velocidad no se
podía comparar con la de ningún otro cultivador. Lo único que podía superarla
era la velocidad de movimiento de la sombra rota del dios de la estrella, pero
esa era una técnica para un rango corto de movimiento.
…
Pasó otro mes y llegó el torneo del imperio Fénix. Xión fue
invitado como anciano de la secta del monarca supremo, junto a Xia Yuanba y su
maestro, el maestro espiritual Amarga Agonía.
—¡Cuñado! —lloró Xia Yuanba cuando lo vio, y delante de una
multitud, el gran tipo que ahora medía dos metros y medio, lloró como un niño
pequeño abrazándolo—. Cuñado, ¡mi vida es muy dura! —lloró Xia Yuanba con
desconsuelo. Su vida debía ser realmente difícil, porque él ya estaba en el
reino tirano de rango 10, gracias al maestro espiritual Amarga Agonía, quien
había logrado sacar su potencial a flote, por supuesto, con la ayuda de Xión,
que le refinaba constantemente píldoras divinas.
—Cuñado, tranquilícese, recuerde nuestro objetivo, un hombre
debe tener prioridades —dijo Xión, mientras Xia Yuanba, un hipócrita que vivía
rodeado de mujeres, se limpiaba las lágrimas.
Feng Xue'er soltó una risita, pero los demás invitados solo
miraban a Xia Yuanba con horror. En menos de dos años, este monstruo había
avanzado desde el reino profundo espiritual hasta el reino profundo tirano, y
ya estaba en el pico de ese reino. No necesitaban pensar mucho para comprender
que en pocos años, Xia Yuanba se convertiría en un tirano absoluto en este
mundo, y ninguno de ellos dudaba de que alcanzaría la divinidad, mencionada
solo en leyendas. Estaban aterrorizados por el futuro de sus sectas.
—Hermano Yuanba, tú puedes lograrlo —animó Feng Xue'er, quien
había conocido a Xia Yuanba en su palacio y se hicieron amigos de inmediato.
Feng Xue'er estaba en su propio parco junto a su padre, pero
era tan despreocupada como Xia Yuanba y lo saludó sin importarle lo tenso que
estaban todos por su llegada. Xia Yuanba parpadeó y miró a Feng Xue'er, luego,
con la misma despreocupación, le devolvió el saludo como si estuvieran en su
casa.
—Hermana Feng Xue'er, no sabía que eras miembro del clan
Fénix —dijo Xia Yuanba con sorpresa, ya que ella era la ayudante de Xión y él
creyó que era una sirvienta en su palacio. Los presentes parpadearon,
preguntándose si estaba actuando estúpido o si en realidad era estúpido. Feng
Xue'er se sonrojó.
—Hermano Yuanba, solo soy una princesa —dijo Feng Xue'er sin
darle importancia. Los presentes apartaron la mirada de Xia Yuanba y la
dirigieron hacia ella, de la misma forma en que antes miraban a Xia Yuanba—.
Tú, hermano Yuanba, eres impresionante. Todos dicen que en unos diez años es
posible que te conviertas en una legendaria deidad —alabó Feng Xue'er. Xia
Yuanba la miró con espanto.
—Hermana Feng Xue'er, no me maldigas, por favor. Mi cuñado y
mi maestro me aseguraron que en dos años me convertiría en una deidad. Moriré
si tengo que soportar diez años más de entrenamiento —dijo Xia Yuanba con voz horrorizada
La multitud y los invitados de los principales poderes lo
miraron en estado de shock. Feng Xue'er iba a seguir hablando, pero su padre se
recuperó del aturdimiento ante su conversación y se apresuró a recordarle que
debía comportarse. Xia Yuanba también fue reprendido por su maestro, quien lo
sentó como a un niño obediente a su lado.
…
El torneo comenzó y, sin sorpresa alguna, el Imperio Fénix
resultó vencedor. Al finalizar el torneo, el Imperio Fénix anunció la llegada
del Arca Primordial y extendió algunas invitaciones a ciertas personas para que
ingresaran con ellos. En realidad, no deseaban invitar a nadie, pero fueron
presionados por los cuatro terrenos divinos y no tuvieron otra opción que
aceptar, ya que su deidad protectora no estaba presente para resguardarlos de
un posible ataque.
El remanente del Fénix, que protegía al Imperio Fénix, sintió
la proximidad de una calamidad y transmitió toda su herencia a Feng Xue'er
antes de desaparecer del mundo. Antes de entrar al Arca Primordial, Xión
sugirió a Feng Xue'er que aprendiera las partes 5 y 6 de la Oda del Fénix para
aumentar su fuerza al ingresar al arca, y ella lo hizo, quedándose dormida de
inmediato.
…
—Tranquilícese, ella solo está experimentando un cambio.
Cuando despierte, será más fuerte que antes —explicó Xión al preocupado
Emperador Fénix, quien caminaba de un lado a otro en la habitación de Feng
Xue'er—. Estará mejor aquí. Parece que algunos de sus invitados tienen malas
intenciones hacia ella —dijo Xión, y Feng Huengkon comprendió que él había sido
el responsable de esto.
—¿Ya has recibido noticias sobre una mina de jade en el país
del Viento Azul? —preguntó Xión, y el emperador se puso tenso. Xión lo miró con
frialdad—. Su cabeza rodará si uno solo de sus soldados pone un pie en ese
país. No vale la pena, y solo estaría haciendo el trabajo de otros —advirtió Xión.
—¿Qué quieres decir? —preguntó el Emperador Fénix.
—El maestro de la Región de la Espada Soberana tiene
intereses en el país del Viento Azul, pero no se atreve a actuar directamente,
ya que atraería la atención de los otros tres poderes. Por eso, los está
utilizando a ustedes para crear el caos y así ocultar sus propias acciones.
»Recientemente, ha destruido la Secta Cielo Ardiente en ese
lugar para dar inicio a sus planes y crear un demonio. Ahora necesita carne
para ese demonio, y esa carne será su ejército. Por supuesto, si usted no
actúa, él encontrará a alguien más o cambiará de dirección, pero eso no debería
importarle. Asegúrese simplemente de no convertirse en una marioneta y no
perderá su cabeza por nada.
»En cuanto a la seguridad del Imperio Fénix, estará
garantizada por la Secta del Monarca Absoluto mientras no esté aquí, ya que me escabulliré
unos días después de mi ingreso al Arca Primordial Profunda, fingiendo mi
muerte para atrapar a algunos intrusos. Ya he informado a la Secta del Monarca
Supremo al respecto —dijo Xión. El Emperador Fénix asintió con determinación.
—Entiendo, necesitabas ingresar al Arca Primordial para
simular convincentemente tu muerte —dijo el Emperador Fénix—. Tienes otro
método para salir —añadió. No era una pregunta, pero Xión asintió.
…
Con Feng Xue'er apartada del camino, Xión ingresó al Arca
Primordial junto a Xia Yuanba.
…
—Cuñado, ¡escapa! ¡Son bestias del Reino Soberano! —gritó Xión
luchando desesperadamente contra una bestia tirana de rango seis, mientras una
manada entera mantenía ocupado a Xia Yuanba y se acercaban bestias del reino
Soberano. Xia Yuanba lloró y gritó, pero al final liberó un aura divina y
avanzó con ojos dorados, decidido a enfrentar la amenaza, mientras tomaba a Xión,
quien fingió desmayarse y lo arrojó lejos.
Xión cayó a varios kilómetros de distancia y, mientras Xia
Yuanba estaba demasiado ocupado, se levantó y sus heridas desaparecieron como
una ilusión, dejando al descubierto su ropa blanca impecable mientras volaba
lejos.
—Este chico es demasiado difícil de entrenar —se quejó Xión
con amargura.
—¡Demonio! —acusó Jasmine por haber hecho algo tan cruel con
Xia Yuanba. Xión sonrió.
—Jasmine, ¿alguna vez has oído hablar del Arca Primordial?
¿El tesoro creado por el dios Maligno utilizando las leyes del Perforador
Universal? —preguntó Xión.
—¡Imposible! —exclamó Jasmine. Xión sonrió.
—Ya te lo dije antes, este planeta fue creado por el dios Maligno,
y hay muchas cosas aquí que le pertenecían —dijo Xión mientras afinaba sus
sentidos volando por el lugar.
…
Unos minutos después, escuchó una voz débil que le rogaba
ayuda. Xión sonrió y voló a toda velocidad hacia la voz.
—¿Qué sucede? —preguntó Jasmine, quien no podía escuchar
nada.
—Está relacionado con el dios maligno, y es la principal
razón por la que estoy aquí, para rescatar a una de las mitades del alma de su
hija —dijo Xión.
—¡El dios maligno tenía una hija! —exclamó Jasmine. Xión
asintió.
—Así es, y en este planeta se encuentran las dos mitades de
su alma —dijo Xión, llegando a un castillo. Xión sonrió.
…
—Tengo hambre —demandó la pequeña niña con tono arrogante una
vez que fue curada del veneno que la afectaba, gracias a la Perla del Veneno
Celestial.
Era una niña muy linda, con cabello y ojos de color fuego,
pero tenía el carácter arrogante de una deidad. Honger era la mitad del alma de
la hija del dios maligno y había sido entregada a un clan de dioses para que la
cuidaran, pero fue afectada por el veneno de la Rueda de las Mil Tribulaciones,
el segundo tesoro del cielo, al final de la guerra de los dioses, y fue sellada
en este lugar bajo el cuidado de un espíritu remanente. Al sentir la presencia
de la Perla del Veneno Celestial, el espíritu se apresuró a llamar a Xión para
que la curara.
Xión sacó una espada de nivel soberano y los ojos de Honger
se iluminaron. Xión se la entregó y ella la devoró como si fueran dulces.
—Honger, ¿quieres venir conmigo? Cuidaré de ti y te aseguraré
muchas espadas para comer. A cambio, debes ayudarme en la batalla siendo mi
espada, y también debes permitirme usar este lugar —dijo Xión, y cuando Honger
dudó, él sacó otra espada. Honger asintió rápidamente y Xión sacó un contrato
de vínculo que ya había conseguido y preparado para este momento.
—Tengo algo mejor —dijo Jasmine, pero Xión negó con la
cabeza.
—Mi destino y el de Honger ya están unidos, este pacto es
solo una formalidad para poder mover el Arca Primordial —explicó Xión.
Jasmine hizo un puchero y Xión la tomó para besarla. Jasmine
lo pateó y corrió a esconderse en la Perla del Veneno Celestial y Honger los
observaba mientras comía su espada. Xión sonrió y, después de que Honger
terminara de comer, realizaron el pacto y una marca de espada apareció en su
mano derecha, para luego desaparecer.
Honger entró en la Perla del Veneno Celestial para hacerle
compañía a Jasmine. Xión ya había dejado una gran cantidad de espadas y sacado todas
sus riquezas de jade refinado de allí, ya que sabía que Honger lo dejaría en la
ruina si encontraba esas riquezas.
…
Al hacer un contrato con Honger, la dueña del Arca
Primordial, Xión pudo controlarla.
Este arca tenía su propio mundo y criaturas del Reino
Soberano vivían allí, pero eso no le importaba a Xión. Lo que le importaba era
que este era un terreno de entrenamiento único que podía utilizar en el Reino
Divino sin que nadie percibiera su aura cuando practicara sus diferentes
poderes.
Por otro lado, estaba la capacidad de moverse por todo el
universo, aunque esto tenía un terrible costo en jades refinados, por lo que
solo lo usaría si era absolutamente necesario.
En la historia original, después de encontrar el arca, Yun
Che pasó un año viajando en ella sin rumbo fijo hasta que se quedó sin energía,
pero Xión no haría lo mismo. Este arca consumía un jade de nueve soles en
cuestión de segundos, y esos jades eran casi inexistentes en el mundo de los
dioses, por lo que solo se podía imaginar la cantidad que Yun Che gastó en un
año. Xión, consciente del recurso estratégico que había obtenido, lo utilizaría
con extrema precaución.
Además, Xión no tenía ningún plan específico para este Arca
Primordial, ya que cuando volviera a ser un dios, este tesoro no seria nada
para él
Xión pensó en lo que haría a continuación. En este momento,
no planeaba viajar por el universo, solo moverse de un continente a otro en
este pequeño planeta. Sin embargo, esperaría a que todos terminaran sus
aventuras y salieran del arca. Como el maestro del arca por voluntad de Honger,
Xión los observaba a todos. Centró su atención en Xia Yuanba, quien había
avanzado al Reino Profundo Soberano y estaba exterminando sin piedad a un
último grupo de bestias de ese mismo reino. Era un guerrero implacable.
Xia Yuanba maldijo amargamente cuando no pudo encontrar a Xión
antes de salir. Al darse cuenta de que era muy extraño que tantas bestias los
atacaran por sorpresa, estaba convencido de que alguien había intentado
matarlos, por lo que juró venganza. Xión solo pudo parpadear, ya que fue él
quien atrajo esas bestias usando un cebo alquímico.
…
Cuando todos salieron y el arca se puso en movimiento, Xión
modificó su rumbo para dirigirse al otro lado del planeta, donde se encontró
con el continente de la Nube Azul. Después de evaluar la situación, volvió a
mover el arca hacia el precipicio donde Yun Che una vez saltó para suicidarse.
Allí, salió del arca y se dejó caer.
—Xión, ¿qué es este lugar? —preguntó Jasmine alarmada al
sentir la creciente oscuridad.
—Observa y luego hablaremos. No salgas de la Perla del Veneno
Celestial, la energía oscura de este lugar te hará daño —advirtió Xión.
…
Al bajar, Xión se tragó rápidamente la última píldora de
invisibilidad que le quedaba, no quería llamar la atención de las bestias de
este lugar en su estado actual, ya que sin duda lo identificarían como un
enemigo al no poseer la semilla de oscuridad.
Xión no tardó mucho en encontrar lo que estaba buscando, ya
que sintió su llamado. Era un extenso campo de flores blancas que parecían
lirios de pétalos anchos. Eran flores del inframundo, pero lo que llamó la
atención de Xión fue la niña espíritu con la apariencia de Honger, pero con
cabello blanco puro y ojos multicolores. Xión retiró el efecto de la píldora de
invisibilidad y la niña volteó para mirarlo. Xión le sonrió y ella le devolvió
la sonrisa.
—Hola, Ni Jie. ¿Puedo acercarme? —preguntó Xión, Dándole el
nombre que su madre escogería para ella el futuro. La niña, que llevaba un aura
blanca cubriendo su cuerpo desde el cuello hasta las piernas a modo de vestido,
lo miró sorprendida y luego asintió. Xión se acercó para acariciar su suave
rostro. La niña se sorprendió y rápidamente tocó su mano. Al tocar su mano, la
marca de Honger brilló y ella salió apresuradamente de la Perla del Veneno
Celestial para ver qué estaba sucediendo. Mientras devoraba una espada, al ver
una réplica suya, se quedó atónita. Ambas Honger se tocaron las manos mientras
derramaban lágrimas.
Honger no estaba feliz con esto y se apresuró a volver a la
Perla del Veneno Celestial. Xión acarició los cabellos de la otra Honger para
consolarla. Él creía recordar que el alma de Ni Jie no podía ser tocada por
nadie, a excepción de Honger. Para que él pudiera tocarla, debía ser efecto de
sus propias células de dios y sus habilidades para manipular el alma. Eso a su
vez significaba que el cuerpo de Yun Che estaba siendo asimilado más rápido de
lo que Xión pensó inicialmente.
…
Xión se quedó allí durante varios días, haciéndole compañía y
contándole acerca de él y el mundo exterior. Le dijo que en unos años más, su
madre vendría a verla y él las llevaría a ella y a Honger por todo el universo.
También prometió regresar para hacerle compañía. Ni Jie asintió encantada y
sacó la semilla de la oscuridad para obsequiársela. Xión tenía la intención de
pedírsela cuando fuera a marcharse, así que la tomó.
—¡Xión, no toques eso! —exclamó Jasmine, pero Xión solo tragó
la semilla elemental de la oscuridad, y esta se adaptó a sus venas profundas,
provocando un enorme aumento de poder en ellas, pues la semilla de la oscuridad
era la más poderosa de todas. Xión se sentó y Ni Jie se sentó a su lado,
recostándose en él.
—¿Qué significa esto? —preguntó Jasmine conmocionada, porque
en el reino divino, la oscuridad era un poder tabú.
—Hace millones de años, después de la muerte del dios
ancestral, nacieron los dioses de la creación, tanto los de la luz como los de
la oscuridad, conocidos como diablos o demonios. Los dioses se dividieron de
inmediato: la luz rechazó a la oscuridad y viceversa. Se convirtieron en
enemigos mortales solo debido a su origen.
»Así, su enemistad creció con el pasar del tiempo, hasta
hacerse enemigos mortales. Sin embargo, uno de los dioses de la creación, el
dios maligno, que en ese momento tenía otro nombre, comprendió que los dioses
de la luz y los de la oscuridad eran dos caras de la misma moneda, y la razón
por la que ninguno de ellos alcanzaba el reino del dios ancestral era que
estaban rechazando partes de sí mismos.
»Sabiendo esto, el dios maligno inició una investigación que
terminó relacionándolo con el emperador diablo, y juntos crearon la semilla
herética de la oscuridad. También de esa relación nació su hija, Ni Jie.
»Los dioses de la luz se enteraron de su relación y trataron
de matar al emperador diablo, logrando enviarlo al vacío y provocando la guerra
entre la luz y la oscuridad. Estos dos poderes mantenían el equilibrio de la
creación junto con la destrucción del vacío absoluto.
»Su absurda guerra los destruyó a ambos y también destruyó la
realidad, rompiendo el equilibrio y dando ventaja a las fuerzas destructivas.
Ahora, gracias a los dioses de la luz y la oscuridad, principalmente a los de
la luz, toda la realidad está al borde de desaparecer y ser destruida.
»La única forma de salvarla es volver a forjar los poderes
primordiales de luz y oscuridad en un último intento por restablecer las leyes
del mundo que fueron destruidas y recuperar el equilibrio entre la creación y
la destrucción.
»En resumen, esta semilla de oscuridad es nuestra última
esperanza y la razón por la cual el dios maligno sacrificó su vida para darnos
una oportunidad. A pesar de que le quitaron a su esposa, su hija seguía viva y
no podía permitir que la existencia fuera destruida —explicó Xión.
—Por eso las bestias divinas están tan asustadas y te han
dado todo lo que poseen —dijo Jasmine. Xión asintió, y su cultivo empezó a
aumentar debido a la semilla de oscuridad del dios maligno.
Xión se encontraba en el rango 5 del reino profundo tirano,
pero rompió ese rango avanzando al rango 6, 7, 8, 9, 10 y sin detenerse, se
convirtió en un cultivador del reino profundo soberano de rango 1.
Xión extendió la mano y esta se cubrió de energía oscura.
—Xión…
—Lo sé. Sin la fuerza para defenderme, mostrar que puedo
controlar la fuerza profunda de la oscuridad será mi fin —dijo Xión. Jasmine
asintió con preocupación.
—No te preocupes, la semilla de oscuridad me otorga un
control absoluto sobre ella —explicó Xión—. Jasmine, ¿cuánto te falta para
recuperarte por completo del veneno? —preguntó Xión, mientras miraba las flores
del inframundo a su alrededor.
—Un año —dijo Jasmine en tono neutro.
—Entonces, en un año le pediré una de estas flores a Ni Jie
—dijo Xión apretando los dientes. Cuando ella se recuperara del veneno, sería
el momento en que tendría que partir.