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Chapter 3 - (3) Primer paseo por la ciudad

Habían pasado varios días desde que William comenzó a vivir con Mikasa y su familia. Durante esos días, William se sentía como una parte más del puzle familiar. Un padre alegre y carismático, una madre que desbordaba amor y cariño y una hermanita que poco a poco iba perdiendo su timidez hacia William.

Bajo un día de primavera como ese con el cielo totalmente despejado y los suaves vientos meciendo las ramas y la hierba, William se dispuso a entrenar. Lo principal para usar el ikkotsu a pleno rendimiento eran unos fuertes brazos, aunque tambien era necesario fortalecer todo el cuerpo para maximizar el poder, pero lo principal eran los brazos.

Desde el comienzo, no hacía nada más que hacer flexiones. No tenía ninguna clase de herramienta como pesas o máquinas de ejercicios así que simplemente siguió haciendo flexiones en series de diez a quince.

A su lado, Mikasa estaba en cuclillas mientras le veía haciendo flexiones. Su rostro denotaba que no entendía porqué estaba haciendo lo que estaba haciendo.

"¿Que haces, hermano?" preguntó Mikasa.

William detuvo su serie de flexiones y se sentó para descansar. Al ver a la pequeña niña tan inocente, sintió una pizca de envidia ya que ella no entrenaba pero en un futuro sería poderosa. Mikasa simplemente tenía que despertar para ganar un poder sobrehumano, pero incluso desde antes de su despertar se ganó la reputación de gran peleadora cuando iba con Eren. William no pudo evitar pensar que las líneas de sangre son aterradoras e injustas. Al igual que la línea de sangre de los Ackerman les daba una mejora integral, la línea de sangre de los Fritz les permite usar todo el poder del titán fundador.

"Estoy entrenando." respondió William luego de tomar un poco de agua que se había preparado con antelación.

"¿Por qué?" preguntó Mikasa.

"La razón es simple, es porque quiero ser más fuerte." respondió William.

"¿y por qué?" preguntó Mikasa.

"Para poder proteger lo que me importa." respondió William.

"¿Y por qué?" volvió a preguntar Mikasa, haciendo que la expresión de William se oscureciera un poco.

Se percató que había entrado en un bucle de preguntas y respuestas infinito. Por supuesto, sabía que Mikasa no lo hacía a malas ni nada por el estilo, pero parecía haber alcanzado la edad de querer aprender todo lo que la rodea y preguntar por todo. William en cambio sabía la forma de salir de ese bucle.

"¿Quieres que preguntemos a mamá si nos lleva a dar una vuelta por la ciudad?" preguntó William de vuelta.

William no tuvo ningún problema en llamar mamá a Reika Azumabito. Podía sentir el cariño con el que lo trataba, y aunque nunca podría ocupar la posición de la madre de su primera vida, William ya la veía como parte de su familia.

Aunque Mikasa no pudiera soportar a los desconocidos por su timidez, todavía tenía ese brillo en su mirada pensando en lo que descubriría si iba allí.

"¡Vamos!" respondió Mikasa con entusiasmo.

Una vez en la casa, William convenció a Reika para que los llevase a la ciudad y ya de paso utilizaría el viaje para comprar algunos productos que escasean como la sal, las velas y el hilo para coser las costuras desgastadas de las prendas de vestir.

"Mikasa, no te sueltes de la mano de tu hermano ¿Vale?" dijo Reika mientras los miraba felices acompañándola a la ciudad.

"Si~" dijo Mikasa.

"Y William, cuida de tu hermana y que no se separe ¿Quieres?" dijo Reika.

"Está bien." respondió Will.

Reika no había tenido dos hijos, pero al ver aquella escena sintió que hubiera estado bien si Mikasa hubiera tenido un hermanito. Por supuesto, no era tarde para ello ya que todavía era joven. Reika simplemente sonrió.

El distrito de Shiganshina fue diseñado en forma de un semicírculo ya que estaba pensado como una defensa para la puerta del sur de la muralla María, la muralla más externa de las tres. En Shiganshina, el lugar al que iban era considerado una ciudad pero claramente comparados con las ciudades del interior, podría considerarse más un pueblo grande que una ciudad.

Para Mikasa, la cual si hubiera sido traída alguna vez en el pasado no lo recordaría, se le abrieron los ojos. Veía muchos edificios de dos o tres plantas a los lados de las calles pavimentadas con piedras y sobre las cuales paseaban una gran cantidad de personas.

Para Mikasa, fue algo asombroso ya que vivía en una cabaña algo alejada de esa ciudad. No vivían allí porque quisieran, era debido a su apariencia asiática otorgado por el linaje del clan Azumabito. Debido a los problemas y las miradas raras cuando vivían allí, su familia se trasladó a las afueras de la ciudad para vivir una vida tranquila.

William en cambio estaba emocionado por un concepto totalmente diferente a Mikasa. Todo se veía rural, muy distinto a las grandes y masificadas ciudades con rascacielos donde vivió toda su primera vida. Emanaba una sensación a lo antiguo que hacía latir el corazón de William, parecía como si hubiera viajado al pasado.

Había aprendido que vivir en el pasado no era tan cómodo como la era moderna, pero las vistas de aquel lugar le emocionaron. Se sentía como un turista luego de entrar a un rincón en el mundo que mantenía su belleza natural inalterada por la mano del hombre.

Desde la calle en la que estaban se podía ver en la lejanía la puerta que separaba el mundo de dentro de las murallas con el mundo exterior. Pero había un problema que molestó un poco a William y esa era la Guarnición. Dentro de los muros existen tres fuerzas diferentes, la Legión de reconocimiento, la Policía militar y la Guarnición.

Debido a la paz de tantos años dentro de las murallas, la fuerza que debería luchar si alguna vez se adentraban los titanes estaba pasando el tiempo disfrutando en grupo de algunas bebidas en una taberna.

"¡Hermano, allí! ¡Mira!" dijo Mikasa tirando de William.

En una de las calles había un espectáculo ambulante. Era un hombre que predicaba la historia de los muros María, Rose y Sina para atraer a más personas a creer en la religión de las tres diosas. William se quedó momentáneamente asombrado por la alegría y la emoción con la que contaba la gloria de las tres diosas protegiéndolos. Aun así, sintió un poco de lástima por aquel hombre. No solo estaba glorificando a un cúmulo de titanes endurecidos para protegerlos de otros titanes, sino que las murallas se verían comprometidas en unos años.

Claramente esa religión no iba a perdurar por mucho más tiempo.

"Oh? ¡Carla! ¡Que coincidencia vernos así!" dijo Reika mientras se encontraba con una buena amiga.

"¿Reika? ¡Vaya, si que es una sorpresa!" dijo Carla Jaeger "¿Cómo está el doctor Jaeger?"

"Está ocupado visitando pacientes día a día. A veces me preocupa lo duro que trabaja..." respondió Carla.

William giró la cabeza para ver a la mujer que se había puesto a hablar, asombrándose de la apariencia de aquella mujer. La recordó en un solo instante, era un personaje secundario que era difícil de olvidar debido al impacto que dejó. Cabello castaño y mirada alegre, casi enérgica y una personalidad muy agradable y decidida. A su lado estaba su hijo, de tan solo 5 años de edad, el inocente niño y futuro perpetrador de innumerables eventos que sacudirán al mundo entero.

Eren Jaeger.

"Hola Mikasa, ¿Quién es él?" preguntó Eren.

"Mi hermano mayor." respondió Mikasa "Se llama William."

"¡No sabía que tenías un hermano mayor! ¡Soy Eren! ¡Seamos amigos!" dijo Eren con una brillante sonrisa mientras le extendía la mano.

Varios pensamientos no paraban de cruzar por la mente de William, pero aun así los desechó todos y le estrechó la mano.

"Encantado Eren, puedes llamarme Will si quieres." respondió William.

Luego de hablar un rato las madres por un lado y los niños por otro, cada familia se despidió para continuar con sus cosas pendientes. Antes de separarse, William y Eren hicieron una promesa para jugar juntos en la ciudad y también para presentarle a su otro amigo Armin.

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