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Chapter 2 - Capítulo 2: El Origen Optimizado

El "click" del autobús escolar al cerrar la puerta resonó en los oídos de Peter, no como el inicio de una excursión rutinaria, sino como el tic-tac de un reloj. Sabía que cada segundo en Oscorp era crucial. Mientras sus compañeros bromeaban y se empujaban, Peter observaba cada detalle del laboratorio de genética, los tubos de ensayo burbujeantes y las jaulas con animales mutados. Su mente, antes abrumada por la novedad de la reencarnación, ahora estaba enfocada con la precisión de un láser.

Cuando la araña, la araña radioactiva que lo cambiaría todo, se descolgó de su telaraña con una gracia antinatural, Peter no reaccionó con pánico. En lugar de gritar o sacudirse violentamente, movió su mano con deliberación. La sintió posarse en su piel, un cosquilleo, luego el pinchazo. Pequeño. Preciso.

"¡Peter, estás bien! Pareces un poco pálido," dijo Gwen Stacy, notando su quietud.

Peter sonrió, un poco forzado. "Sí, Gwen, solo un poco mareado. Demasiada ciencia fascinante para un lunes por la mañana, supongo." La excusa era pobre, pero esperaría. No quería que nadie notara nada fuera de lo común.

Al día siguiente, los síntomas comenzaron. El sudor frío, los mareos que lo obligaban a sentarse en el suelo de su habitación, la sensación de que su piel quemaba y sus músculos vibraban. Pero esta vez, Peter estaba preparado. No fue a la escuela. Le dijo a Aunt May que tenía una fuerte gripe, lo suficientemente convincente como para que lo dejara quedarse en casa.

Mientras el virus (o la radiación) hacía su trabajo, Peter no se limitó a sufrir. Armado con una libreta y un bolígrafo, comenzó a documentar cada sensación. La fuerza creciente en sus extremidades. La agudeza de sus sentidos. El extraño zumbido en su cabeza que presagiaba peligro. El sentido arácnido. Podía sentirlo desarrollarse, no como un dolor de cabeza, sino como una nueva forma de percibir el mundo.

Una vez que lo peor pasó, Peter se sintió renovado, casi eléctrico. Fue al patio trasero, donde nadie podía verlo, y comenzó a experimentar. Un salto que lo llevó al techo del cobertizo. Una telaraña diminuta tejida entre dos dedos, sorprendentemente fuerte. Era real. Era increíble.

Su primera meta no fue salir a patrullar. Fue optimizar. Pasó horas en su habitación, utilizando cada libro de física y química que tenía. Necesitaba una fórmula para la telaraña que fuera reproducible, resistente y, lo más importante, no tóxica. Sabía que los lanzarredes originales eran un prototipo. Él haría unos mejores. Más compactos. Con mayor capacidad.

Dibujó planos en su cuaderno, calculó la tensión y la elasticidad, y consideró los materiales. Pensó en usar su ingenio para ganar algo de dinero extra. Pequeños trabajos de programación para empresas locales, quizás. O consultoría de ciencia para proyectos escolares de otros. Esto no solo le daría fondos para sus experimentos, sino también una coartada perfecta para sus frecuentes ausencias.

Miró su mano, ahora capaz de adherirse a la pared sin esfuerzo. "Esto es solo el comienzo," susurró para sí mismo, una mezcla de emoción y una inmensa determinación en su voz. El Peter Parker de esta vida sería un Spider-Man que no solo reaccionaba, sino que creaba y prevenía. Y su primer gran proyecto sería la salvación del Tío Ben. No habría un "gran poder, gran responsabilidad" nacido de la tragedia, sino de una elección consciente y premeditada. La vida de su tío, su propia conciencia, dependían de ello.

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