El Rhino irrumpió en el sitio de construcción subterráneo, una nube de polvo y furia. El espacio era un laberinto de túneles inacabados, pilas de escombros y enormes vigas de soporte.
"¡Aquí te tengo, araña! ¡No hay dónde correr!" rugió Rhino, sus cuernos brillando peligrosamente en la penumbra.
"Correr no es mi estilo, Aleksei," respondió Peter, su voz resonando en el túnel. "Mi estilo es... la ingeniería."
Peter no se quedó quieto. Comenzó a disparar una ráfaga incesante de telarañas de alta tensión, no directamente a Rhino, sino a las gigantescas vigas de soporte que sostenían el techo del túnel. Con una velocidad asombrosa, creó una red compleja de telarañas interconectadas, tejiéndolas como un sistema de poleas y anclas.
Rhino, frustrado, cargó. Peter esquivó el golpe por poco, mientras el puño de Rhino impactaba una viga, haciendo vibrar toda la estructura.
"¡Tus jueguitos de telaraña no me detendrán!" exclamó Rhino.
"No están hechos para detenerte, Aleksei," dijo Peter, mientras continuaba con su intrincado trabajo. "Están hechos para... dirigirte."
Rhino volvió a cargar, y esta vez, Peter usó su telaraña de forma diferente. Disparó una serie de redes al suelo frente a Rhino, justo antes de que el imponente villano pisara. Las telarañas, aunque no lo detuvieron, se adhirieron a sus pies blindados, añadiendo una fracción de segundo de resistencia a su movimiento.
Mientras Rhino se abría paso, Peter activó una de las telarañas que había anclado a las vigas. Con una serie de tirones estratégicos, logró desviar la trayectoria de Rhino. En lugar de estrellarse contra Peter, el villano fue redirigido hacia una pared de escombros.
Rhino se estrelló contra los escombros con una fuerza descomunal, derribándolos y creando una abertura en un túnel aún más profundo. Peter había anticipado esto.
"¡Te voy a aplastar, araña!" gritó Rhino, mientras se abría camino a través del nuevo túnel.
"Inténtalo, pero ten cuidado con el terreno inestable," advirtió Peter, mientras se balanceaba por el túnel que se estrechaba cada vez más. Rhino lo persiguió, su tamaño y velocidad convirtiéndose en un problema en el espacio confinado.
Finalmente, Peter lo llevó a un cuello de botella. Un túnel que se reducía considerablemente, con una gran excavación más allá. Era la trampa perfecta.
Cuando Rhino intentó atravesar el estrecho pasaje, Peter actuó. Disparó varias telarañas a los lados del túnel, pegándolas a las paredes y al techo. Luego, con un esfuerzo sobrehumano, disparó un cable de telaraña reforzado al suelo, justo en el camino de Rhino.
El Rhino tropezó con el cable, su inercia lo llevó hacia adelante, y su propia fuerza lo impulsó hacia la excavación. Cayó con un estruendo, aterrizando en el fondo del pozo.
Pero Peter no había terminado. Mientras Rhino intentaba levantarse, Peter, desde el borde del pozo, disparó ráfagas continuas de telaraña, no contra Rhino, sino contra las paredes del pozo y los escombros cercanos. Las redes se expandieron, cubriendo las paredes del pozo y los hombros de Rhino, uniéndolo al entorno.
El Rhino rugió de furia, intentando mover sus brazos, pero cada movimiento solo lo enredaba más. Las telarañas se solidificaron, atrapándolo en el fondo del pozo como un insecto en ámbar. No estaba herido, pero estaba completamente inmovilizado, su fuerza bruta inútil contra una red diseñada para explotar su propio impulso.
"La próxima vez, Aleksei," dijo Peter, observando cómo los trabajadores del sitio de construcción y la policía llegaban al lugar, asombrados por la colosal figura inmovilizada. "Recuerda que no solo se trata de qué tan fuerte golpees, sino de qué tan inteligente seas para lidiar con el impacto."
Spider-Man desapareció en las sombras, dejando a Rhino como un trofeo de su ingenio. Había sido una de sus batallas más agotadoras, pero Peter había demostrado que incluso la fuerza más imparable podía ser sometida por la mente correcta.