La revelación a Gwen había abierto un nuevo capítulo en la vida de Peter. Con su mente brillante ahora dedicada a la causa de Spider-Man, su efectividad como héroe se disparó. El laboratorio del sótano se transformó en un centro de investigación y desarrollo, donde Gwen, con su experticia en bioquímica y genética, se convertía en la perfecta contraparte para las invenciones mecánicas y electrónicas de Peter. Era un equipo formidable, operando en las sombras para proteger a una ciudad que ignoraba su existencia.
Pero el cosmos tenía un sentido del humor retorcido. Justo cuando Peter y Gwen comenzaban a encontrar su ritmo, una vieja amenaza resurgió, más peligrosa y personal que nunca. Los reportes hablaban de avistamientos de un "demonio alado" que ahora operaba con una eficiencia aterradora, no solo robando, sino secuestrando a ingenieros y científicos de empresas tecnológicas. No era el viejo Buitre buscando venganza; esto era diferente.
El sentido arácnido de Peter zumbó con una urgencia que Gwen también notó. Esta vez, la amenaza no era solo para la ciudad, sino que se sentía escalofriantemente cerca de su nuevo mundo compartido.
"Peter, ¿qué pasa?" preguntó Gwen, mientras ambos revisaban los últimos reportes policiales en la "Bat-cueva" del sótano. "Ese patrón... no es el del Buitre original. Es más metódico."
Peter asintió, su rostro contraído. "Lo sé. Es... demasiado inteligente para él. Los objetivos son muy específicos. Me preocupa que esté construyendo algo. O que esté reclutando."
La preocupación de Peter se hizo realidad cuando recibieron una alerta. Un ataque a una instalación de investigación de vanguardia, especializada en tecnología de vuelo autónomo y sistemas de propulsión. No era una empresa rival; era un proyecto de la Universidad Empire State. ¡Y el Dr. Miles Warren estaba supervisando esa instalación! Peter sintió un escalofrío. Warren era el mentor de Gwen en genética, y Gwen solía visitar esa instalación.
"¡Peter, esa es la instalación de propulsión de la UES!" exclamó Gwen, sus ojos abriéndose de par en par. "¡El Dr. Warren está allí! ¡Y yo tenía programada una visita para hoy por la tarde!"
El corazón de Peter se encogió. El Buitre había mejorado, y ahora no solo era más letal, sino que parecía haber descubierto su conexión con la UES, o al menos con científicos prominentes. Esto era personal.
"Quédate aquí, Gwen," ordenó Peter, su voz grave. "No te acerques a ese lugar."
Gwen lo tomó de la mano, sus ojos fijos en los suyos. "¡No! No me digas que me quede aquí. Si es un nuevo Buitre, necesito analizar su tecnología. Y si el Dr. Warren está en peligro... No voy a quedarme de brazos cruzados mientras tú te pones en peligro." Su voz era firme, su determinación inquebrantable. "Recuerda, Peter. Lo resolvemos juntos. Dame mi tableta. Necesito monitorear las frecuencias y los patrones de vuelo en tiempo real. Puedo ser tus ojos desde aquí."
Peter dudó, pero vio la convicción en sus ojos. Sabía que Gwen no era una damisela en apuros; era una fuerza de la naturaleza. Y su intelecto sería un activo invaluable. "Bien," dijo Peter, entregándole un par de auriculares con un auricular encriptado y una tableta de comunicación. "Pero a la primera señal de peligro, te desconectas. ¿Entendido?"
"Entendido," respondió Gwen, su rostro concentrado mientras ya tecleaba en la tableta.
Peter se puso el traje de Spider-Man, sintiendo el peso de la responsabilidad, y ahora, el peso adicional de saber que Gwen estaba involucrada, aunque a distancia. Se balanceó hacia el edificio, el corazón en la garganta. El Buitre había vuelto, y esta vez, su objetivo no era solo robar, sino atacar lo que Peter más valoraba.