La casa estaba en silencio, sumida en la oscuridad. El suave aliento de sus habitantes dormidos llenaba el aire. Todos descansaban... todos, excepto uno.
Alex yacía despierto, el cuerpo relajado pero el corazón latiendo con fuerza. La anticipación lo consumía mientras susurraba para sí mismo:
"Está bien... Hagámoslo."
Pero la oscuridad era absoluta, impenetrable. "Necesito otra habilidad... algo para disfrutar todo lo que he planeado."
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Un vacío repentino. Sus 49 LP disminuyeron a 34.
Tipo: Pasiva
Descripción: Tus ojos se adaptan a la oscuridad como los de una criatura nocturna. Eres capaz de ver con claridad en ambientes con poca o nula iluminación natural.
Efectos:
Visión clara en la oscuridad hasta 15 metros.
No funciona contra oscuridad mágica o ilusiones.
Visión en escala de grises (sin colores).
Limitaciones:
No mejora la visión en luz intensa ni otorga visión penetrante.
Luz brillante repentina puede causar ceguera temporal.
Activó la habilidad y una oleada de claridad lo invadió. La oscuridad se disipó y su visión se agudizó. Cada detalle se volvió nítido: el leve subir y bajar del pecho de Elara, la sutil separación de sus labios al exhalar y, lo más llamativo, la pecaminosa curva de su trasero mientras yacía de lado, de espaldas a él.
Su mirada se detuvo.
Ella estaba envuelta en un camisón rosa, fino y translúcido, que se ajustaba seductoramente a su cuerpo. La tela apenas ocultaba la plenitud de sus caderas, la voluptuosa redondez de sus nalgas ni el encaje de sus bragas asomando, tentándolo con destellos de piel prohibida.
—Joder... Parece que estuviera desnuda — reflexionó Alex, una sonrisa curvando sus labios.
La forma en que la tela se adhería a su cuerpo, subiendo apenas, hizo que su erección palpitara con fuerza. Ella se movió, rozando su muslo contra él inconscientemente, haciendo que el camisón se levantara un poco más.
'Si duermes vestida así... ¿qué hombre no perdería el control?'
Sus dedos ardían por tocarla. Lenta y cuidadosamente, deslizó su mano sobre la piel tersa de su cadera, presionando la palma contra la curva de su trasero. Incluso a través de la tela, era suave, cálida, irresistible. Una oleada de lujuria lo recorrió al activar su siguiente habilidad.
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<<¡Habilidad sube a Nivel 2!>>
Una lenta e invisible oleada de excitación recorrió el cuerpo dormido de Elara, filtrándose hasta sus entrañas como una droga. Un sutil escalofrío la recorrió; sus muslos se apretaron mientras la magia tejía su hechizo.
Durante minutos, nada. Pero entonces...
"Mnhhh~"
Un gemido leve escapó de sus labios. Su cuerpo se estremeció; sus muslos se frotaron con insistencia. Al moverse, presionó su trasero contra el colchón, haciendo que el calor en el estómago de Alex se volviera abrasador.
—Perfecto. Ahora... continuemos.
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Moviéndose con sigilo, guió la mano dormida de Elara hacia su entrepierna, presionando sus dedos contra la palpitante dureza bajo sus pantalones. El calor de su palma lo electrizó.
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<<¡Pensamiento enviado!>>
¡¿Qué carajo?! ¡No había terminado! La frustración lo embargó, pero era de esperar... Nivel F. Mala suerte.
<<¡Habilidad [Deseo Sugerente] sube a Nivel 2!>>
Elara dejó escapar otro suspiro. Al moverse nuevamente, sus dedos se cerraron ligeramente sobre su erección.
Alex contuvo un gemido. Su toque, aún dormido y a través de la tela, era enloquecedor. Se mordió el labio, observando cómo su expresión se teñía de una necesidad inconsciente.
—"Mmh... qué cálido..." murmuró ella, adormilada.
Sus pestañas aletearon; su respiración se aceleró.
Entonces, como movida por un imán, sus dedos se flexionaron alrededor de él.
Un atisbo de conciencia brilló en su mente confusa. Lentamente, sus ojos se entreabrieron. La habitación permanecía en tinieblas.
'¿Por qué tengo tanto calor?'
Un hormigueo recorrió su piel; el fuego en su vientre se expandió como un reguero de pólvora.
Entonces lo sintió: algo duro y caliente bajo su palma.
Su respiración se cortó. Sus dedos presionaron instintivamente, sintiendo la rígida longitud palpitar.
'Dios mío... Mi mano está en la polla de mi hijo.'
Una punzada de placer la atravesó al darse cuenta. Su sexo, ya sensible, se tensó; sus paredes internas palpitaron con avidez.
'¿Hice esto dormida?'
Su mente le gritaba que se apartara, que fingiera no darse cuenta... pero su cuerpo la traicionó.
Su clítoris palpitaba, desesperado. El calor húmedo entre sus muslos era insoportable; sus bragas pegadas a sus pliegues empapados. La necesidad crecía mientras seguía sintiendo la polla de Alex.
'Es tan grande... Tan dura... ¿Estará sufriendo?'
Su respiración se hizo entrecortada. Pensar en Alex, reprimido y deseante, avivó su fuego.
Antes de que pudiera detenerse, su mano libre se deslizó hacia abajo.
Un escalofrío la recorrió al presionar las yemas de sus dedos contra sus bragas mojadas.
'Ah... Estoy empapada...'
Su cuerpo temblaba mientras se frotaba el clítoris, lenta y provocativamente. Casi sin darse cuenta, su agarre sobre la polla de Alex se apretó, sus dedos acariciándolo al compás de sus propias oleadas de placer.
¡Madre mía! Mi madrastra me está haciendo una paja mientras se toca... ¡Esto es increíble! pensó Alex, mientras otra idea, aún más audaz, comenzaba a tomar forma en su mente.