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Chapter 114 - 114: Zombi Konbi (2)

"No creo... poder resistir mucho..." - murmuró Karui, agotada, herida, no solo de cuerpo, sino también de orgullo, después de todo, era obvio que el dúo zombi eran monstruos - "Supongo que aquí termina todo..."

"Entonces, espero que agradezcas que llegara antes de que tus heridas te mataran" - respondió Kurama, o mejor dicho, uno de sus clones al ver a la chica que había quedado atrás, posiblemente porque el dúo zombi estaba todavía persiguiendo al grupo principal.

"Te tardaste" - murmuró Karui mientras se sentaba con dificultad, más que nada porque a duras penas podía mover el cuerpo sin sentir cómo este estaba al borde del colapso - "Gracias..."

El clon de Kurama simplemente asintió antes de poner su mano en la frente de la chica y usar su chakra para regenerar sus heridas, uno de los pocos beneficios del chakra del Kyuubi no Kitsune.

*****

"Eso fue rápido, pero molesto" - gruñó Kakuzu con irritación mientras veía cómo la gran mayoría del grupo estaba en el suelo, con sangre brotando de sus cuerpos, mientras que Hidan tenía atrapada en cadenas a Yugito.

"Por mucho que odie desperdiciar una presa, tenemos que irnos, el Kyuubi está cerca" - respondió Hidan con molestia mientras chasqueaba la lengua, aunque su expresión cambió cuando sintió un potente instinto asesino, así que rápidamente retrocedió, aunque cuando hizo esto, un kunai apareció en medio de los dos, rompiéndolas y liberando a la Jinchuriki de Matatabi.

"¡Tú!" - rugió Hidan, aunque su expresión cambió cuando vio cómo el responsable era alguien familiar - "Kyuubi..."

Kurama no le prestó atención, él simplemente revisó el estado del resto de ninjas de Iwa antes de soltar un suspiro de alivio y ver que todos estaban bien, así que simplemente creó unos cuantos clones para protegerlos mientras él se encargaba del resto.

Kakuzu simplemente observó en silencio mientras una enorme sonrisa apareció en su rostro - "Kyuubi..."

"El dúo zombi" - respondió Kurama mientras entrecerraba los ojos - "Me sorprende que sigan aquí"

"¡Kurama-kun!" - exclamó Mabui al ver al chico que acababa de llegar - "Es bueno verte"

Kurama asintió mientras continuaba manteniendo la guardia en alto.

Los clones estaban trabajando en los heridos, asegurándose de que ellos estuvieran bien.

"Cuando terminen, llévense a todos lejos de aquí" - dijo Kurama mientras le lanzaba una mirada rápida a sus clones, quienes asintieron antes de cargar a los ninjas heridos.

Kakuzu simplemente guardó silencio mientras que Hidan miraba a su compañero, esperando a que le dijera su opinión.

"Esto es mucho mejor, tu cabeza tiene un precio mucho más alto que esta estúpida misión" - dijo Kakuzu luego de analizar la situación completa - "Kurama Uzumaki, el Jinchuriki del Kyuubi no Kitsune"

"N-No..." - murmuró Yugito mientras se liberaba de la protección del clon del chico pelirrojo - "¡Yo también voy a pelear!"

Las llamas azules volvieron a rodear el cuerpo de Yugito mientras sus ojos cambiaban de color, uno dorado y otro azul - "¡Vamos, Matatabi!"

[¡Por supuesto, Yugi-nya]" - exclamó Matatabi con una sonrisa en su rostro felino - "[Demostrémosles que no somos los ratones, sino el gato]

Yugito rugió con furia mientras la capa de chakra azul tomaba una forma felina.

"Podrías haber sobrevivido por más tiempo, pero no, decidiste venir a ser una carga para el Jinchuriki del Kyuubi" - dijo Kakuzu con desdén, solo para levantar una mano y bloquear el ataque de garras de fuego de la chica - "Aunque esto es mucho más molesto que antes... ¿A caso quieres mostrar una buena apariencia para este chico?"

"¡Hsss ~!" - Yugito siseó con fiereza mientras las llamas aumentaban su poder - "¡Muere!"

Kakuzu frunció el ceño mientras empezaba a esquivar estas extrañas llamas azules que parecían desear consumir su chakra.

"Jiongu..." - una gran cantidad de hilos negros empezaron a brotar de las prendas de Kakuzu, destruyéndola y tomando la forma de cuatro entidades diferentes - "Veamos si puedes demostrar el valor del precio en tu cabeza, Bakaneko (gato monstruo)"

Yugito rugió con furia ante el claro desdén en la voz del mercenario inmortal, antes de atacar como si fuera un animal rabioso.

"Tch, consiguiendo el trabajo fácil" - murmuró Hidan, solo para soltar un grito de dolor al sentir cómo una parte de su cuerpo desaparecía - "¡ARGH!"

"No despegues tus ojos de mí" - dijo Kurama, quien tenía el brazo desmembrado del sacerdote loco, el cual parecía querer regresar a su dueño, aunque esto no pudo cumplirse porque el joven pelirrojo hizo que unas extrañas llamas blancas consumieran la extremidad.

Hidan soltó un grito de dolor mientras sentía cómo perdía la conexión con su extremidad - "¡Tú! ¡Imposible!"

"Cuando sabes a lo que te enfrentas, es fácil crear contramedidas" - respondió Kurama con una salvaje sonrisa en su rostro - "Tal vez seas inmortal mientras mantengas tu cuerpo en perfecto estado, pero si uso mi chakra y lo hago vibrar a nivel celular..."

"¡No entiendo qué mierda estás diciendo, pero estás muerto!" - rugió Hidan con furia mientras se lanzaba contra el pelirrojo, rozando ligeramente su mejilla - "¡Te tengo!"

Kurama simplemente dejó que hiciera lo que tuviera que hacer, observando cómo el cuerpo del sacerdote loco se volvía negro y un extraño tatuaje que parecía ser su esqueleto, se materializaba sobre su piel.

"¡Es hora de que mueras, sucio mortal!" - rugió Hidan con una mirada llena de locura, solo para tomar su arma con su único brazo disponible y usarla para atravesar su corazón - "¡No me importa si luego me molestan por matarte, voy a hacer que desaparezcas de este mundo por llevarte mi brazo!"

Kurama frunció el ceño cuando sintió cómo algo parecía querer atravesar su pecho, aunque luego de unos cuantos segundos, nada pasó.

"Imposible..." - murmuró Hidan con una mirada aterrada - "¡Nadie puede soportar el poder de Jashin-sama!"

"Si eso es todo, supongo que es mejor que termine con esto rápido" - dijo Kurama mientras negaba con la cabeza antes de lanzarle una pequeña esfera de fuego blanco como si fuera una piedra - "Jigoku Rasen Shotto (Disparo infernal espiral)"

Hidan se quedó quieto mientras sentía cómo la esfera de fuego atravesaba su cráneo, solo para caer al suelo, inerte.

Kakuzu, quien estuvo observando todo mientras usaba sus máscaras para lanzar diferentes Jutsus elementales, se congeló cuando vio cómo su compañero inmortal moría con suma facilidad - "Imposible... la maldición de Jashin no dejaría que él muriera tan rápido..."

"Eso es cierto, pero hay un pequeño detalle que obviamente ustedes no entienden" - respondió Kurama mientras hacía como si su mano fuera una pistola - "Y ese es que si los lastimo a nivel celular, ustedes no van a tener forma de poder regenerarse... Rasen Shotto (Disparo espiral)"

De las puntas de los dedos de Kurama, una pequeña bala de chakra salió disparada a toda velocidad, impactando contra tres de las cuatro máscaras que estaban en los extremos de los hilos que Kakuzu había invocado, haciendo en el proceso que el mercenario inmortal empezara a vomitar sangre.

"T-Tú..." - dijo Kakuzu con el rostro pálido porque era obvio que el pelirrojo sabía sus puntos débiles - "Imposible, nadie debería de saber nuestra debilidad"

"Te lo dije, cuando tienes la información suficiente, llegar a la respuesta correcta es cuestión de tiempo" - respondió Kurama con una salvaje sonrisa en su rostro - "Kakuzu, un ninja del tiempo de Hashirama Senju, y uno de los pocos que logró sobrevivir, cuando fallaste en tu misión de intentar matarlo, fuiste encerrado por tu gente, esto te llevó a tener un profundo odio por tu aldea natal, es por eso cuando escapaste, mataste a todos los ancianos del consejo y robaste sus corazones, posiblemente usándolos como catalizador para la técnica prohibida que usaste para volverte inmortal"

Kakuzu se quedó en silencio con una expresión pasiva, más que nada porque esta era información condicional, una que nadie debería de saber.

"No tengo idea de cómo funciona tu técnica prohibida, pero es obvio que di en el clavo por tu expresión" - continuó Kurama mientras entrecerraba los ojos - "Puedo sentir el chakra diferente al tuyo en tus máscaras, uno tan puro que obviamente viene del corazón de una persona"

Kakuzu estaba tan concentrado en Kurama, que no notó el ataque de Yugito hasta que un calor impresionante atravesando su corazón - "Ugh..."

El mercenario inmortal nuevamente vomitó sangre mientras miraba su pecho y notaba la garra de fuego que estaba cauterizando su herida - "Cómo no noté el ataque... espera... Genjutsu..."

"No, no soy experto en esa área" - respondió Kurama mientras lanzaba cuatro Kunais justo debajo de Kakuzu, y de estos saliendo lo que parecían ser cadenas de tinta que rápidamente rodearon el cuerpo de Kakuzu como si fueran serpientes hambrientas - "Es solo que perder tan rápidamente tres corazones hizo que tus sentidos se desorientaran"

Kakuzu suspiró con una mezcla de irritación y pesar mientras intentaba mover su última máscara, el último corazón que todavía tenía 'dentro' de él. Sí, la hipótesis de Kurama era acertada, él había estado robando corazones, reemplazándolos cuando estos llegaban a su límite natural, ese era el secreto de su inmortalidad, pero eso ya no importaba.

Kurama rápidamente le indicó a Yugito que retrocediera, porque con Hidan siendo devorado por las llamas de su Jigoku Rasengan, solo quedaba uno, y él tenía pensado usar una de sus técnicas más peligrosas para asegurarse de que no quedara nada de esos dos inmortales.

"Adiós..." - murmuró Kurama mientras lanzaba hacia el cielo una pequeña esfera parecida a la Bijuudama, solo que mucho más comprimida que lentamente empezó a descender hacia el lugar donde estaba el mercenario inmortal - "Dai Rasenringu (Gran Anillo en Espiral/ Gran Rueda de Miedo)..."

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