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Chapter 155 - 155: La Flor del Desierto (2) [+18]

"Se ven tan lindos juntos ~" - dijo Maki al ver cómo su maestro, la mujer que ella más respetaba, estaba tomada del brazo de Kurama, quien tenía una pequeña sonrisa en su rostro, después de todo, él sabía el por qué él estaba aquí.

"Silencio, Maki" - dijo Pakura con el rostro rojo por la vergüenza, después de todo, ella no pensó que tendría a alguien para pasar este día especial, no cuando su relación personal con el sexo masculino durante su vida como ninja de Sunagakure no Sato, era simplemente laboral porque al vivir como una huérfana, ella había aprendido a ver las máscaras de las personas que intentaban entablar relación con ella.

"Solo estoy diciendo lo que todos pueden ver, los dos se ven bien juntos" - dijo Maki con una sonrisa bromista en su rostro.

"¿Y qué hay de ti, Maki-san? ¿A caso no tienes a alguien especial para pasar este día?" - preguntó Kurama mientras intentaba cambiar de tema a uno mucho más vergonzoso para la chica de Suna.

"Cierto... ¿Dónde está tu pareja, Maki?" - preguntó Pakura con un brillo sádico en su mirada.

Maki se sonrojó como un tomate cuando escuchó esto, solo para lanzarle una mirada molesta a su maestra - "Él está ocupado, no tiene tiempo para celebraciones"

Aunque apenas dijo esto, Gaara apareció con una expresión confundida - "¿Para qué me llamaste, Kurama?"

"¡¿Gaara-sama?!" - exclamó Maki con el rostro aún más rojo, al punto que parecía un pulpo hervido - "¡¿Qué hace usted aquí?!"

"Kurama me llamó" - respondió Gaara mientras asentía en dirección de la chica, solo para mirar a su amigo - "¿Qué sucede?"

"La verdad es que quería hablar contigo, pero como estoy en medio de una cita, pensé... ¿Por qué no hablamos durante una cita doble?" - dijo Kurama con calma.

Gaara se quedó en silencio unos segundos antes de asentir, aunque había detalles que honestamente no comprendía, pero si amigo lo encontraba necesario, él no era quién para decir algo.

Maki, quien todavía estaba sorprendida, rápidamente comprendió la situación, lo que causó que su vergüenza aumentara a niveles inimaginables.

Cinco horas después, Kurama y Pakura estaban caminando en silencio, la mujer tenía una sonrisa sobre sus labios porque la cita no solo había sido perfecta, sino que Maki parecía haber reunido el valor para hablar sus sentimientos.

"¿Qué estás pensando?" - preguntó Kurama al notar el cambio en la mirada de su acompañante.

"Que es una hermosa noche, perfecta para nosotros" - respondió Pakura con una feliz sonrisa mientras se acercaba a su pareja - "Creo que estoy lista"

"¿Estás segura?" - preguntó Kurama mientras levantaba una ceja.

"Ya estoy en mis treinta, Kurama-san" - respondió Pakura mientras cerraba los ojos - "Si sigo esperando, no voy a poder tener hijos, y honestamente, yo también deseo una familia"

"Ya veo" - asintió Kurama, porque no era como si dijera 'El clan Uzumaki es tu familia', porque si bien eso era cierto, él también comprendía lo que la mujer trataba de decir.

El dúo continuó avanzando en silencio, observando el cielo estrellado, ignorando las miradas del resto de parejas, estando en su mundo personal.

"Esto me trae recuerdos" - dijo Pakura luego de un buen tiempo de silencio - "¿Sabes? Siempre tuve celos de las parejas, porque me recordaban lo que yo nunca pude tener"

"¿Por qué?" - preguntó Kurama con ligera curiosidad, después de todo, Pakura siempre guardaba lo que pensaba, esta era primera vez que ella abría su corazón por decisión propia, y no por necesidad.

"Porque durante toda mi infancia y adolescencia tuve que entrenar" - respondió Pakura mientras soltaba un suspiro pesado - "Entrenar, entrenar, y solo entrenar..."

Memorias aparecieron una detrás de otra, mientras la mujer de Suna miraba a su pareja a los ojos.

"Al ser una niña huérfana, tuve que velar por mi propia seguridad, por mi futuro" - dijo Pakura mientras cerraba los ojos - "El único lado positivo, es que tuve la suerte de nacer con un poder poco común, aunque eso también fue mi perdición..."

Un creciente instinto asesino invadió la mente de la mujer de Suna, aunque rápidamente se relajó cuando sintió los brazos del joven pelirrojo.

"Gracias" - murmuró Pakura mientras cerraba los ojos - "Ya estoy bien"

Kurama asintió, aunque mantuvo sus brazos alrededor de la mujer, quien se hundió en su cuerpo.

"Vamos, estoy lista" - dijo Pakura mientras una de sus manos se movía hacia la entrepierna del chico, como si quisiera remarcar sus deseos.

Los dos rápidamente se movieron hacia la habitación de Kurama, solo para caer a la cama juntos, Kurama abajo, y Pakura encima de él con una sonrisa seductora en su rostro.

"¿Sabes? Voy a usar todo lo que aprendí durante la academia en el curso de seducción" - dijo Pakura mientras le quitaba los pantalones al chico, y se lamía los labios - "Así como lo que escuché de las chicas de la mansión"

Sin decir nada más, Pakura puso la dura masculinidad del joven entre sus grandes pechos y empezó a moverlos.

Kurama echó la cabeza hacia atrás en placer porque podía sentir la suavidad cálida del valle de la mujer, quien sonrió ligeramente, disfrutando de las expresiones que veía, notando cómo Kurama parecía débil a este tipo de ataques, posiblemente porque las únicas que hacían esto eran Tsunade, quien estaba ocupada con los bebés y con su trabajo, e Hikari, quien estaba trabajando en el hospital ahora que la Sannin rubia estaba retirada.

"Ahora esto..." - murmuró Pakura mientras agachaba la cabeza, besando la punta de la masculinidad que salía de entre sus pechos, solo para empezar a lamerla con cuidado.

Kurama apretó los dientes para aguantar gemir porque a pesar de que era obvio que le faltaba experiencia, ella era hábil, o estaba cambiando sus movimiento dependiendo de su expresión.

Lentamente, Kurama podía sentir cómo su semilla subía al llegar al clímax, liberándola toda sobre el rostro de la chica, quien soltó un grito de sorpresa porque pareció comprender lo que había sucedido - "¡Kya ~!"

Pakura honestamente no esperaba esto, porque incluso cuando había escuchado las conversaciones de Mikoto y Kushina sobre las mamadas, no esperaba que la reacción fuera tan explosiva. Su lengua lentamente se movió ante la cálida y espesa liberación del chico, solo para saborearla y sentir que tenía un sabor extremadamente raro - "Ugh..."

"No tienes que tragártelo si no quieres" - dijo Kurama al notar la mueca en el rostro de la mujer.

"No, es solo que es primera vez que pruebo algo como esto, tal vez me acostumbre en un futuro" - respondió Pakura con una sonrisa, solo para volver a empujar al joven de cabello rojo, quien la mujer se quitaba toda la ropa seductoramente, para luego ponerse sobre él, posicionando su jardín secreto sobre su aún dura masculinidad - "¿Estás listo?"

"Esa pregunta debería de estar haciéndotela yo" - respondió Kurama mientras veía cómo la mujer devoraba su miembro - "Oh ~"

"Veo que no pudiste aguantar más" - dijo Pakura con una sonrisa, aunque si alguien la viera con detalle, notaría cómo ella estaba temblando del placer. No había necesidad de esperar, no cuando su barrera había sido rota hace años, aunque ella no estaba segura si fue durante el entrenamiento, o cuando fue emboscada por sus aliados.

Kurama simplemente la tomó de la cadera y empezó a moverse salvajemente mientras veía cómo los pechos de gran tamaño de la mujer rebotaban con cada embestida, llevándola rápidamente al clímax.

El joven de cabello rojo se detuvo por unos segundos al ver la expresión de éxtasis de la mujer, solo para empezar a moverse con una expresión juguetona en su rostro.

"¡E-Espera, todavía no me recupero!" - exclamó Pakura con los ojos abiertos como platos, solo para empezar a gemir al sentir la dura masculinidad reformando su interior a su tamaño, después de todo, debido a su estilo de vida, ella no tenía experiencia en este ámbito, aunque luego de unos segundos de placer, ella empezó a comprender la situación y dejó que sus instintos hicieran el trabajo.

Minuto tras minuto pasó, mientras los gemidos y aromas se mezclaban, creando un aura de depravación.

Pakura tenía una sonrisa salvaje en su rostro, como si algo hubiera despertado en su interior, y no era como si pudieran culparla cuando había pasado años sin experimentar algo como esto. Su profundo odio había sido la barrera que la había protegido, y ella estaba agradecida, porque gracias a esto, ella había experimentado la maravilla del sexo con su verdadera pareja, la persona que la había sacado del abismo de la desolación, la que le había dado un lugar nuevo donde empezar.

"¡Casi llego al clímax, Kurama-san!" - exclamó Pakura con saliva corriendo por su boca, con ojos llenos de placer, con una intimidad que estaba temblando constantemente, anunciando que faltaba poco para llegar al punto máximo de su placer.

"¡Yo también, Pakura!" - exclamó Kurama mientras abrazaba a la mujer de Suna y le daba una última estocada, liberando todo su semilla acumulada, la cual se mezcló con el jugo de amor de su pareja.

Pakura soltó un agudo gemido de placer mientras sentía el calor de su amado invadiendo cada milímetro de su jardín secreto, solo para caer rendida en los brazos de su amante, respirando con dificultad y una expresión de satisfacción.

Kurama le dio una sonrisa mientras la abrazaba con cuidado, solo para notar cómo Pakura estaba respirando débilmente, posiblemente porque no pudo aguantar por más tiempo y cayó rendida en los brazos de Morfeo - "En serio..."

Viendo que no había nada más qué hacer, Kurama salió del interior de su nueva pareja, solo para acomodarla a su lado, ignorando por completo el desastre que los dos habían hecho en la cama, con un único clon limpiando el desastre mientras este maldecía en silencio.

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