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Chapter 156 - 156: Kirigakure no Sato

"Veo que alguien está feliz" - dijo Anko al ver la enorme sonrisa en el rostro de la siempre estoica mujer originaria de Suna - "¿Fue tal como pensabas?"

"Mejor de lo que pensé" - respondió Pakura con el rostro rojo, porque incluso luego de haberlo hecho, todavía le daba un poco de vergüenza hablar sobre el tema, después de todo, su nivel de cara dura no estaba ni cerca al de Anko - "Por cierto... ¿Dónde está Kurama-san?"

"¿Él?" - dijo Anko mientras ladeaba la cabeza, solo para sonreír ligeramente - "¿A caso quieres repetir?"

"¡N-No!" - exclamó Pakura con el rostro aún más rojo - "Es solo que pensé que pasaríamos un poco más de tiempo juntos"

"Lastimosamente, él está ocupado en estos momentos" - respondió Anko mientras negaba con la cabeza, después de todo, ella también quería un poco de diversión, pero los horarios de los dos habían sido demasiado disparejos, porque cuando uno estaba libre, el otro tenía demasiado trabajo como para dejarlo de lado para hacer un rapidito - "En cuanto a dónde él está..."

Mientras las dos mujeres conversaban, Kurama estaba en estos momentos caminando por las calles de Kirigakure no Sato.

"Gracias por acompañarme, Kurama-san" - dijo Mei Terumi con una expresión seria en su rostro, porque aunque quisiera que esto fuera una cita, en realidad los dos estaban en su aldea natal por asuntos diplomáticos - "En serio, me gustaría mandar unos cuantos clones a hacer el trabajo, pero eso no sería bien visto"

Los dos estaban caminando directamente a hacia la mansión del Daimio de la tierra del agua, lugar donde sucederían las negociaciones entre las dos aldeas.

"Lamento no poder ayudarte más que esto, Kurama-san" - dijo Mei Terumi luego de lamentarse por su incompetencia.

"Hiciste más que suficiente, Mei-san" - respondió Kurama con calma mientras los dos llegaban a la entrada de la mansión, solo para anunciar su llegada a los guardias para que pudieran escoltarlos hasta el Daimio - "Por cierto... ¿Fue buena idea que trajéramos a esos tres?"

"¿Te refieres a Haku-chan, Zabuza y Kisame?" - dijo Mei Terumi mientras levantaba una ceja - "Sí, no hay problemas, Haku y Zabuza tienen sus historiales limpios debido a que usaban sus ingresos para ayudar a la resistencia, mientras que Kisame, aún siendo un ninja renegado, nunca atacó a Kirigakure o sus intereses, sus misiones siempre fueron contra otras aldeas"

Kurama simplemente asintió en silencio mientras los dos entraban a la mansión del mayor noble de la tierra del agua.

*****

"Este lugar me trae tanto buenos, como malos recuerdos" - murmuró Haku mientras miraba alrededor con una expresión melancólica - "No pensé que algún día regresaría a mi aldea natal"

Ella y Kiba estaban caminando por las calles del lugar que inició su viaje con Zabuza, el mismo lugar que vio morir a su madre a manos de su padre, y aunque esas eran memorias horribles, también venían acompañadas con los recuerdos de su madre durante su infancia, la mujer que hizo que con sus palabras ella siguiera viviendo.

"¿Quieres revisar tu antiguo hogar?" - preguntó Kiba con preocupación mientras tomaba con fuerzas la mano de su pareja - "Estoy aquí para apoyarte"

"No es necesario, no deseo seguir atrapada en mi pasado" - respondió Haku con una sonrisa mientras también apretaba la mano de su amado - "Gracias, ahora siento que puedo ver nuevamente a mi madre"

Kiba asintió en silencio mientras los dos caminaban hacia el cementerio del lugar, solo para ponerse delante de una tumba mal arreglada.

"Madre, he vuelto..." - murmuró Haku mientras se arrodillaba y empezaba a limpiar la simple tumba que marcaba el lugar de descanso final de su progenitora - "Tengo demasiadas cosas de qué hablar contigo, en especial que ahora estoy comprometida"

Mientras Haku y Kiba hablaban con la tumba de su madre, una situación incómoda ocurría en otro lugar de Kirigakure no Sato.

"En serio, esto es jodidamente molesto" - dijo Kisame con el ceño fruncido mientras ignoraba las miradas de gran parte de la gente de Kirigakure no Sato que lo estaba siguiendo - "Solo he venido a ver a unos viejos amigos, luego me iré como vine"

Zabuza simplemente bufó con desdén, aunque tenía que admitir que era molesto que los estuvieran siguiendo tan cercanamente, al punto que luego de unos cuantos minutos no pudo aguantar más - "¡¿No pueden vigilarnos como un ninja competente?!"

"¡Exacto!" - rugió Kisame con furia - "¡¿A caso no pueden esconderse en las sombras y vigilarnos?! En serio, parece como si el entrenamiento de Kirigakure hubiera empeorado desde que me fui"

Esas palabras parecieron encender algo en las miradas de los vigilantes, aunque rápidamente estos retrocedieron porque sabían que no eran rivales para Zabuza, y mucho menos para Kisame, quien era considerado como el Bijuu sin cola debido a su alta concentración de Chakra.

"¿Lograste sentir la presencia de alguno de los nuevos espadachines de la niebla?" - preguntó Kisame luego de unos segundos de silencio.

"No, ni tampoco deseo verlos" - respondió Zabuza con un tono cortante.

"Por cierto... lamento tu perdida" - dijo Kisame con una expresión melancólica - "Ella no se merecía esa muerte"

Zabuza se quedó en silencio unos segundos antes de soltar un suspiro pesado - "Todos sabemos que podemos morir en cualquier momento, todos teníamos la mentalidad de que somos dispensables para la aldea"

"Pero dispensables, no significa que no tengamos emociones" - dijo Kisame con un tono serio en su rostro, uno muy diferente la frivolidad que mayormente mostraba - "Amayuri era una gran espadachina, y duele su pérdida incluso luego de años de su muerte"

Zabuza bufó con desdén mientras se cruzaba de brazos al llegar los dos a un cementerio, lugar donde estaban los restos de los otros siete espadachines de la niebla, incluso el hombre que Kisame mató para conseguir su espada Samehada.

"¿No sientes que es irónico que yo haya venido a ver ese viejo?" - dijo Kisame con una sonrisa sarcástica al estar delante de la tumba del antiguo dueño de sus espada, solo para sacudir la cabeza - "Como cambia el tiempo, después de todo, yo no pensé que volvería a este lugar"

"¡¿Quiénes son ustedes, y qué hacen en este lugar restringido?!" - exclamó una voz juvenil.

Kisame y Zabuza miraron a la persona que les estaba gritando, solo para reconocer la espada que él estaba cargando.

"¿Este es el nuevo portador de las Nuibari (Aguja de Cocer)?" - dijo Kisame con el ceño fruncido - "En serio, parece que más que un espadachín, este es un costurero..."

"Técnicamente, no está tan lejos de la realidad, además, Kushimaru no es como si fuera un espadachín convencional" - dijo Zabuza mientras le daba una mirada en blanco -"Por otro lado, este chico parece que es de su mismo clan"

"Ahora que lo mencionas..." - murmuró Zabuza mientras veía a otros tres jóvenes aparecer, aunque su principal atención se posó en uno en específico - "¿Oh? Interesante... no pensé ver a un descendiente de ese hombre"

Kisame miró en la dirección que su compañero estaba observando, solo para entrecerrar los ojos - "Ok, admito que esto lo hace más interesante, no pensé que el hijo de Yagura estuviera no solo vivo, sino que fuera parte de este pequeño circo llamado nuevos espadachines de la niebla"

"Kisame Hoshigaki, Zabuza Momochi" - dijo Yagura Jr. al ver a los dos únicos sobrevivientes de los antiguos 7 espadachines de la niebla, así como los dos más fuertes de los portadores de las espadas demoníacas - "No pensé encontrarlos aquí"

"Kisame Hoshigaki" - murmuraron los nuevos portadores de las espadas de la niebla mientras retrocedían inconscientemente.

Kisame sintió una creciente furia invadir su interior porque incluso cuando ya no era parte de Kirigakure no Sato, odiaba ver la debilidad de los portadores de las espadas hermanas de Samehada.

Zabuza también estaba frunciendo el ceño porque esto no solo era una deshonra para sus compañeros caídos, sino también para todos los otros dueños de las espadas de la niebla - "Oye, cabeza de pescado... ¿Estás pensando lo mismo que yo?"

"Si te refieres a enseñarle las reglas a estos mocosos, entonces estamos pensando lo mismo" - respondió Kisame con frialdad mientras una enorme sonrisa dentuda aparecía en su rostro, la cual causó que los nuevos dueños de las espadas de la niebla retrocedieran aterrados - "Pero no se preocupen, sus vidas no estarán en peligro"

"Kisame tal vez sea un monstruo en combate, pero nunca lastimaría a un renacuajo que no puede defenderse, a menos que sea una misión" - dijo Zabuza mientras soltaba una pequeña risa sádica - "Ahora, viendo que sus maestros son unos inútiles, supongo que nosotros como sus 'Senpais' tendremos que enseñarles qué es un verdadero espadachín de la niebla"

"Me robaste las palabras de la boca, viejo compañero" - asintió Kisame mientras los jóvenes espadachines retrocedían con cada paso que los dos ninjas renegados se acercaban - "Esto será divertido"

Incluso Samehada parecía estar emocionada debido a que estaba sacando su lengua como si fuera un perro, lamiéndose también sus carnosos labios"

"Esa cosa sigue siendo perturbadora" - murmuró Zabuza mientras sus ojos brillaban con maldad - "Dejando eso de lado, supongo que es tiempo de que entiendan por qué a nuestra generación le tenían tanto miedo... es hora del entrenamiento infernal"

Yagura Jr. apretó los dientes antes de tomar la espada que Chojuro le había dado luego de tomar el puesto como ayudante del Mizukage - "Entonces voy a darlo todo"

"Esos son buenos ojos, mocoso" - asintió Kisame con una enorme sonrisa dentuda - "Veamos cuanto tiempo aguantas con esa actitud"

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