6 MESES DESPUES
THALIA
Luego de volver de las misiones nuestras mentes estaba centradas en Zoe, incluyendo la de Tyson quien se encargaba de cuidar de ella todo el tiempo. Nosotros terminábamos de entrenar para estar con ella y ayudarle con su recuperación, lo que también incluía entrenamiento especializado porque habían pasado como 4 meses para que pudiera levantarse de la cama, su cuerpo había quedado hecho trizas, sus músculos habían perdido la memoria para todo lo relacionado el entrenamiento que había tenido todo este tiempo, pero como dijo Caos lo importante era que lo recordara, no lo había perdido, sus músculos y cuerpo solo necesitaba encontrar la agilidad y fuerza nuevamente.
Tyson era un mar de culpabilidades por más que no tenía nada que ver con ello y se lo habíamos repetido muchas veces, hasta Percy que pudo haber ido en esa misión también sabía que no podíamos ir todos porque sería regalar nuestra ventaja al enemigo. Pero Tyson era diferente su "tema" con Zoe le había hecho sentir muy culpable. Solo había algo positivo sobre ello que había ablandado las cosas entre Artemisa y Tyson ya que Zoe no apareció más en el campamento porque llevaba su rehabilitación en el reino de Caos para poder contar con el flujo del tiempo a su favor, durante el día uno de nosotros pasaba el tiempo con ella para poder entrenar y revisar su terapia de recuperación. También todo el ejército ayudo a su entrenamiento y a mantenerla activa, pero ella había cambiado, se sentía vulnerable después de lo que había pasado. Hydros quiso ayudar en ello, pero aún era pronto porque Zoe necesitaba entrenarse en lo básico para poder entrenar luego con Hydros, pero el dio cuanto poder fue necesario para reactivar su núcleo de poder primordial, Silena había hecho un gran trabajo con ello y luego de ello había pasado muchos días antes de poder despertar y contarnos todo lo que había pasado.
Con respecto a Nico, podíamos ahora reconocernos con normalidad en el día a día, pero tanto él como yo sabíamos que no era prudente provocar cosas innecesarias con respecto a Artemisa. Tyson había accedido a romper el sello de su ataque para que pudieran volver a ver luego de hablar con Percy y Artemisa había hablado también con él al respecto, no supimos nunca cómo fue esa conversación porque hablaron a solas en la casa grande, pero cuando Tyson salió fue a regañadientes y de mala gana murmurando diosa orgullosa significaba que accedió. Nico estaba al cien por ciento del lado de Tyson porque él había hecho mucho por el con el entrenamiento que le había dado y las cosas que le había enseñado. Nico no me era indiferente, pero si se reservaba demasiado cuando estaba cerca de mí, cosa que no hacía cuando estaba cerca del resto del equipo hasta podía oír risas con Piper y Beck, pero conmigo era tan torpe y retraído que llegué a sentir lo hacía a propósito. Traté de contener mis sentimientos hacia él por el bien suyo y del campamento, mucho más después de cómo Artemisa había insinuado que no queríamos volver nuevamente a la caza porque habíamos caído en el amor por un hombre. Nico había escuchado eso y lo único que atino a decirme fue que lo único que le importaba es que yo estaba a salvo y de vuelta, que lo demás no tenía por qué preocuparme y menos de Artemisa porque ahora estaba por encima de ella y la caza y podía tomar mis propias decisiones.
Fue durante este tiempo que empecé también a notar un comportamiento extraño en Piper, que se le veía más a menudo perder su mirada en la figura de Percy, era el único de nosotros que seguía usando su capucha por una buena razón, por lo que ella ya no podía pasar desapercibida de ello, pero también fue extraño que Percy ya no llevaba la pulsera y lidiaba con su herida y las repercusiones de la misma de la mejor manera posible, pasaba mucho tiempo en el santuario de Hestia y en el lago meditando y dando largos paseos con Grover quien ya se encontraba recuperado. Por una entraña razón que luego Percy mismo nos explicaría había averiguado quien era cuando volvió de la misión, Piper nos explicaría del vínculo de Grover y Percy que habían compartido cuando se encargaba de cuidarle.
En medio de todo eso teníamos a un dios más dentro del campamento, que también se había estado recuperando, pero fue más sencillo con el porque los dioses ayudaron a reparar el núcleo de poder. Hades se encargó de ayudar a Thanatos a poder recuperarse llevándolo a sus dominios para que se acelere, Nico también estuvo metido en ello. Fue gracias a todas las actividades que tuvimos que ninguno tuvo mucho tiempo de pensar en ellos, aunque si tuvimos nuestros momentos incomodos, pero ambos habíamos puestos en nuestras cabezas que lo más importante era la recuperación de Zoe para mí y dirigir a los campistas para él.
Percy había sido el único que me había hablado sobre mi encuentro con Artemisa y cómo le había hablado porque él debía evitarme esa confrontación, no me molestó ser yo quien hubiera dicho lo que pensaba a Artemisa, pero luego Percy habló con ella y le dijo que debía olvidarse de nosotras porque ya no pertenecían ni volverían a la caza porque ahora estaban en un nivel completamente distinto y debían cumplir con sus responsabilidades. Artemisa no entendió al comienzo, pero luego de que Percy hablara con Tyson él había accedido a ayudar a las cazadoras y el tema de Artemisa se había quedado zanjado. Me encontraba perdida en mis pensamientos cuando sentí una mano sobre mi hombro.
—Nico —dije con un tono un poco neutral, me había perdido en mis pensamientos demasiado tiempo.
—No te ves feliz de que te haya encontrado —su rostro era un poco adusto, pero no le di importancia.
—No es eso, lo sabes —el asintió y se acercó para sentarse a mi lado. —¿A qué debo tu visita? —él pensó por un momento su respuesta.
—Quería verte solo eso —su rostro no me regalo nada, porque se mantenía neutral. Estaba jugando conmigo, no me dejaría vencer. Ya llevábamos mucho tiempo en este juego inacabable pero lindo entre él y yo.
—Verme —me levante de golpe porque no quería regalar nada tampoco. —Bueno aquí estoy —le dije estirando mis brazos para mostrarme entera.
—Si eso veo —él se rió por un momento dándome una mirada completa, me sentí un poco cohibida. —¿En qué piensas? —me pregunto invitándome a sentarme nuevamente.
—Solo en todas las cosas que han pasado hasta ahora —el asintió y nos quedamos un rato en silencio, porque supongo que ambos estábamos pensando en ello.
—¿Todo sucedió como esperabas? —su tono curioso era tentador pero su mirada y facciones seguían siendo neutrales.
—No, no estaba en mis planes que supieran mi identidad —frunció el ceño mientras jugueteaba con un trozo de madera.
—Bueno tampoco es que buscabas pasar desapercibida —su tono fue acusador y pícaro por lo que me sentí un tanto abrumada por sus palabras.
—¿De qué estás hablas? Hice mi mejor esfuerzo —el negó con aburrimiento y luego me lanzó el trozo de madera juguetonamente.
—Bueno para haberte esforzado buscabas demasiado llamar mi atención —se notaba tan seguro de sí mismo que me empecé a enfadar porque tenía la completa seguridad de que yo le buscaba.
—¿Perdón, llamar tu atención? —el asintió y se cruzó de brazos poniéndose de pie.
—Si, cada vez que volteaba sentía que tenía tus ojos sobre mi —acercó su rostro y rápidamente lo esquivé para ponerme de pie.
—Para nada —le di la espalda para no regalarle nada.
—Bueno, seguro que si le pregunto a Lucy podría decir lo mismo —dijo riéndose, me estremecí un poco.
—Lucy… —susurré, pero parece que logró escucharme.
—Uhhhh parece que todavía te afecta —sus palabras sí que m estaban empezando a fastidiar, no podía creer que estuviera nombrándola de lo más natural.
—Te equivocas —le dije secamente.
—Bueno, no es lo que se ve —se paseó a mi alrededor jugueteando mientras buscaba mi mirada la cual aparte para que no se sintiera victorioso.
—Nico —mi voz era peligrosa y el solo seguía rodeándome con gracia.
—Que miedo —me respondió con miedo fingido.
—Deja de jugar conmigo —le susurré con seriedad y se detuvo. Pero me dio una mirada intensa.
—Bueno, entonces… —se acercó peligrosamente haciéndome retroceder, pero sin acorralarme, aún.
—No me refería a eso —me reí un poco de que siempre estuviera tratando de acorralarme.
—Bueno, no veo otra forma de ser serio, lo sabes —su mirada y voz se volvieron determinantes y no retrocedió ni un centímetro sino por el contrario se acercó un poco más.
—¿De qué hablas? —su sonrisa picará se acentuó mientras daba unos pasos más hacia mí mientras trataba de hacerme la desentendida.
—Lo sabes, Thalia —dijo con un poco firmeza, pero sin dejar de lado su mirada traviesa.
—Nico, deja de hablar enigmáticamente —trate de bajar un poco el ánimo, pero creo que él no estaba en esa página.
—Sabes que estoy conteniéndome de besarte desde hace más de 6 años —sus palabras hicieron que sus mejillas se encendieran y yo estaba ardiendo también y desvié la mirada primero.
—Hablas de ese día —susurré con un poco de pesar.
—Hablo de ese día —respondió mientras se golpeaba las mejillas.
—Bueno, yo solo estaba tratando de decirte que te apreciaba —pude verlo, pude ver la decepción, no puedo decir que no buscaba un poco de eso, él había estado jugando conmigo todo este tiempo y siempre era yo la que se quedaba un tanto anonadada.
—Oh —susurró y frunció el ceño un poco.
—Si, no debiste pensar en otra cosa —estaba demasiado metida en el personaje dramático que no pude evitar aumentar su agonía.
—¿Entonces se trata de una relación netamente amistosa? —su ojos estaban firmes, creo que tampoco buscaba regalarme nada.
—Ujum —respondí asintiendo.
—Bueno, en ese caso… será mejor que me vaya —se giró y empezó a caminar lejos de donde yo estaba, creo que fui demasiado lejos.
—No, no te vayas —le dije tomándolo del brazo, no se apartó, pero si giró su cabeza para ver la decepción en sus ojos.
—¿Ahora eres tú quien juega con quién? —le sonreí un poco mientras le hacía señas para que me siguiera. Aún no había terminado con él.
ZOE
Cuando estábamos en la incursión contra los monstruos nos topamos con algo que nos esperábamos, nuestra misión fue primero acabar con los monstruos más lejanos, en las costas de Canadá, pero no contamos con el hecho de que los secuaces de Nix y Érebo despertarían a las criaturas marinas en territorio americano y empujarlos hacia la Atlántida. No fue sino hasta que habíamos derrotado a uno de los monstruos que llego la alerta para ello y tuvimos que tomar decisiones y me quede a pelear con el monstruo que quedaba mientras Poseidón y Tritón iban hacia la Atlántida para poder defenderla.
La pelea fue dura, era un tipo de monstruos perverso y duro, cada ataque parecía inútil y esa era una de sus habilidad hacerte creer que los ataques no lo dañaban, tarde mucho tiempo y consumí mucho poder antes de darme cuenta que estuvo jugando conmigo todo el tiempo y divirtiéndose en desgastarme, solo para invocar a sus propios refuerzos y sumirnos en una sangrienta batalla. Al final prevalecí gracias a los poder de Hydros y mi habilidad con el arco, pero sentía que mi fuerza se estaba acabando. Luego de ellos me dirigí hacia la Atlántida donde la situación no era para nada alentadora, ya que la ciudad estaba siendo sitiada, Poseidón y Tritón estaban en las puertas de la ciudad y las construcciones que rodeaban y protegían la ciudad simplemente era escombros, por lo que no pude detenerme y avance con lo que me quedaba de fuerza para dar apoyo desde la retaguardia con los soldados que me habían dejado para terminar la misión. Desde la parte trasera empezamos a devastar el destacamento enemigo que rodeaban al Kraken para que luego pudiéramos concentrarnos en destruirle. Fue tan brutal la pelea que llego un momento en que sobre mi cuerpo tenía fluidos de 3 bestias distintas y apestaba que ni yo me soportaba. Mi armadura estaba dañada por todo lado, aunque aún me protegía, pero no había nada hermoso ni glorioso en su aspecto.
Lo último que recuerdo es que Poseidón, Tritón y yo clavamos nuestras espadas al mismo tiempo sobre la cabeza de la bestia y enviamos ondas de poder para destrozarle la cabeza, luego de eso sé que me desmayé.
Cuando me desperté todo era vago, mi vista estaba borrosa y en mi mente solo estaba el latente pensamiento de que tenía suerte de estar viva, buscaba con la mirada solo a alguien, no le pude ver, no podía ver a nadie con claridad, solo escuchaba voces y voces que resonaban en mi cabeza diciendo que todo estaría bien, pero no podía identificarlas. Pasaron muchos días hasta que m vista se aclaró y realmente pude ver que todos estaban en la habitación, pero más lejos casi en la puerta esta Percy y Tyson conversando cosas que no podía escuchar, todos se alegraron de poder verme consciente y todos decían que necesitaría un tiempo antes de poder volver a estar lista para pelear, pero no teníamos mucho tiempo, estas escaramuzas eran solo una muestra de los estrepitoso que serían el encuentro con el campeón de Nix y Érebo.
No tuve palabra con Tyson, quien solo me miraba de manera estoica y se mantenía en silencio, pero siempre que preguntaba decían que estaba con Hydros recopilando fuerza primordial para mí, esa sola idea me hacía sentir miserable, pero también evocaba todos esos lindos recuerdos que tenía con él, todo el tiempo que pudimos pasar juntos. Sabía que no tenía derecho a alegrarme de ver cómo estaba preocupado por mí, por lo que decidí que solo era cuestión de tiempo y espacio para que pudiéramos volver a vernos las caras sin fastidio y poder ser amigos nuevamente.
Después de unos días de estar descansando y que fui inundada de núcleos de energía primordial Percy dio la orden de que fuera llevada al reino de Caos, quien me recibió para poder iniciar mi recuperación y puesta en forma para poder volver a luchar. Piper, Percy y Tyson venían regularmente a mirar mi progreso, aunque Tyson solo venía a ver mis graficas de evolución y ver que todo el plan de recuperación se estuviera dando bien y luego se iba sin palabra alguna, me dolía el alma, pero luego era Percy y Piper quienes se encargaban de decirme que se sentía un tanto incomodo porque no pudo dejar a un lado sus sentimiento para poder ofrecerse para la misión y que nada de esto se habría dado si alguien más hubiera ido conmigo. Podía entenderlo, Percy también reconocía que para Tyson y para él era difícil siquiera estar cerca de Poseidón, por el pasado que tenían en común.
Pasaron un par de meses antes de que pudiera volver a levantarme por mi propia cuenta de la cama y empezar a entrenar, fue Hydros quien se encargó de mi entrenamiento personal, me advirtió que esto podría ser uno de los desafíos más grande de mi vida, ya que lo que me paso fue lo más cercano a la muerte de un primordial, perder toda la fuerza vital y estar al borde de un colapso irreversible que termina en un desvanecimiento de alma para el descanso eterno en el éter.
Me quemaban las piernas, lo brazos y me dolía todo el cuerpo, me sentía agotada. Mi respiración era dolorosa y sentía que mis pulmones ya no podían contener más oxígeno. Mis ojos dolían, mis muñecas se sentían débiles y mis rodillas crujían con cada paso y más aún cuando se trataba de correr. Pero no podía detenerme. No ahora, no después de todo lo que me había costado mantenerme despierta para terminar la misión que teníamos con Tritón y Poseidón. Hydros no tenía piedad, cada bloque de ejercicios eran más exigente que el anterior, tanto que a veces llegaba a vomitar de tanto agotamiento. Pero no podíamos parar, Percy se encargó de que nadie más viniera una vez que me puse a entrenar para que pudiera concentrarme, era lo correcto, necesitaba entregarme al ejercicio que me permitiera estar de vuelta lo más pronto posible.
Me sentía vacía, todo el tiempo libre que tenía era para descansar y quejarme de los calambres y el dolor que sentía, pero Hydros no me dejaba revolcarme en mi miseria, sino que me daba cosas que hacer para dejar de pensar en ello, sabía que las cosas con Tyson no estaban bien porque el mismo le había pedido que se quedara para ayudarme en la recuperación y Tyson le había respondido que no era la mejor idea, que no quería interponerse en mi camino. Hydros entendía que el problema era más profundo de lo que aparentaba por lo que nos concentrábamos en entrenar, cuando mis piernas no respondían más me sumergía en el mar unos minutos para que pudiera seguir corriendo, el problema era que recobraba mi fuerzas, pero el agotamiento de mis músculos no desaparecía, solo se retrasaba hasta la noche en que los calambres y la debilidad me azotaban sin piedad. Pero era necesario.
Luego de 6 meses, ya podía enfrentarme a Hydros con normalidad, aunque la velocidad de mis movimientos aún no había vuelto, pero seguía siendo certera con el arco y la flecha. Tenía que volver a recordar la habilidad con la espada, por lo que Hydros decidió enviarme de vuelta a la tierra para entrenamiento con el equipo.
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El campamento era un caos de gente yendo de un lado a otro, se veían relajados por lo que no me alerte de que pudiera estar pasando algo. Cuando menos me lo esperaba me encontré con la figura de Artemisa, quien estaba con Phoebe. Ellas corrieron hacia mí, pero al final dudaron y se detuvieron, solo para sonreír de como reprimían cada paso que daban. Pude ver detrás de ellas al resto de cazadoras que venían caminando con normalidad, entonces lo supe, Tyson había cedido. No pude sino sentir alivio, tranquilidad y gratitud, porque era algo que sabía que Tyson no quería negociar, sin embargo, aquí estábamos.
—Veo que ya puedes caminar —me dijo Artemisa saludo con entusiasmo mientras chocaba puños con una Phoebe que se veía bien, supongo que su misión no fue tan devastadora como la mía. Lo único que sabía era que todas las misiones habían sido un éxito, era lo único que importaba.
—Artemisa, Phoebe —ambas aún tenían una mirada de descontento cuando escuchaban que le hablaba de manera tan informal a Artemisa, pero eso no iba a cambiar nunca. —Fue una dura batalla —dije mientras me acordaba de todo el entrenamiento de rehabilitación.
—Si hubieras tenido a las cazadoras nada de esto hubiera pasado —dijo Phoebe con una suficiencia que recordaba de mi tiempos en la caza, pero que ahora me parecía tan irrelevante.
—Ustedes no puedes sobrevivir bajo el agua —la cara de disgusto se intensificó lo cual era más que justificado. Habían sido educadas para que supieran que no había nada imposible para ellas.
—Detalles simplemente —replico Artemisa mientras caminábamos, cuando vi a alguien que no esperaba de la manera que no esperaba.
—¡Zoe! —corrió había mi abrazándome primero. No traía su capucha, esas eran cosas que no me habían contado. Solo sabía que Piper ya había revelado su identidad, pero no sabía o de Thalia.
—Tha….lia —susurré mientras ella asentía con una sonrisa un tanto nerviosa. Pero era feliz, se podía ver que estaba completamente realizada y feliz.
—Artemisa, Phoebe —me soltó para saludarlas, ellas asintieron, pero podía sentir una ligera tensión, supongo que la forma en la que se reveló su identidad no era del todo del gusto de Artemisa.
—Si, lo descubrimos durante la misión que nos tocó —Thalia asintió orgullosa, pero las facciones de Artemisa no eran del todo satisfechas.
—Ya veo, eso es una buena noticia entonces —traté de aligerar el ambiente, pero supongo que esta clase de incomodidad era natural por que ya no había forma de que volviéramos a la caza.
—Que tiene de bueno que mis dos ex tenientes no quieran volver a la caza —sabía que ese tema no lo dejaría ir en el corto plazo, era algo con lo que tendríamos que cargar.
—Nuestro destinos son distintos ahora, Artemisa —fue Thalia quien le respondió de manera tajante, dándole énfasis al nombre de Artemisa para que lo entendiera de una vez por todas. Sabía que Percy iba a abogar por ella, ese era el acuerdo que Thalia tenía para dejar los Elíseos y ser parte del ejército de Caos.
—Aún pueden decidir venir con nosotras —ambas negamos de manera sincronizada.
—Ahora somos campeones de primordiales, nuestro lugar estar con el equipo —le respondí con una sonrisa amable, pero ellas no lo entendieron asi.
—Hablando de equipo… —Thalia empezó la frase, sabía que no debíamos dejar espacios vacíos porque le daríamos pie a seguir con sus cosas.
—Veo que ya tienes a tus cazadoras de vuelta para la acción —mi tono seguía siendo amable, no quería simplemente cortar lazos con Artemisa y la caza, sino que quería que entendieran que mi vida tenía ahora otro curso.
—No creas que fue sencillo —me respondió Artemisa con el disgusto en su cara y esa típica facción de desprecio por el género masculino.
—Si Tyson lo permitió es por algo, asi que… —no quería entrar en terreno pantanoso, pero era verdad que si se dio era porque Tyson lo permitió.
—No es bueno para ti, no después de lo que les hizo a tus hermanas —no era más mis hermanas y Artemisa no parecía entenderlo, me pesó el corazón porque sentía que mis sentimientos se alejaban más y más y era atrapados en un vórtice sin fin de mi pasado.
—Artemisa… —susurró Thalia con algo de desagrado, pero no podía permitirle verse perjudicada, ella parecía que tenía las cosas más claras que yo y eso era bueno para ella y para Nico.
—Thalia —le detuvo poniendo mi mano sobre tu hombro, tal vez solo debía dejar de luchar contra esto. —Artemisa, cometí un error, puedo aceptar eso —me frustré, suspiré pesadamente mientras Artemisa me miraba con una suficiencia que me ofendía.
—Zoe ¿Qué estás diciendo? —la voz de Thalia era de sorpresa y mi corazón me pesaba aún más.
TYSON
Podía sentirla, podía saber que estaba aquí en el campamento y creo que Beck y Silena se dieron cuenta de ello porque me dijeron que me fuera, que ellos se encargarían de terminar con el entrenamiento de nuestro equipo, pero antes de ello fue Beck quien me recomendó ser cauteloso. Todo el tiempo que Zoe había estado fuera solo me había dedicado a entrenar a entrenar muy duro, sentía un poco de culpa, Percy también, pero de una manera distinta. Tal vez fui yo quien debió dar su brazo a torcer para que todo esto no terminara en una Zoe lesionada y apartada del equipo.
Sabía que su recuperación ya estaba en fase de entrenamiento fuerte y normal, por lo que ya ninguno de nosotros iba hacia el reino de Caos para no distraerla de lo que debía hacer. Necesitaba tiempo, por lo que por como transcurría allí era el lugar indicado.
Cuando caminaba buscándola para poder cerciorarme por mí mismo que estaba bien y poder volver a respirar con normalidad me percate de que estaba con Artemisa, Phoebe y Thalia conversando, por lo que no era del todo recomendable acercarme, no quería desatar una nueva pelea con la diosa de la caza, no después de que yo había accedido a romper el sello del ataque que le había dado.
Me acerque lo suficiente como para poder escuchar su conversación, por las facciones que veía no era una charla del todo relajada. Pero lo único que quería era estar seguro de que está bien, con eso era suficiente.
—No es bueno para ti, no después de lo que les hizo a tus hermanas —escuchar como Artemisa se refería a la caza como si Zoe fuera parte de ella me enfermaba.
—Artemisa… —susurró Thalia tratando de frenarla.
—Thalia —la detuvo ella mientras suspiraba pesadamente. Se veía que estaba aún cansada, no era la parada marcial que usualmente solía tener en frente de otros. —Artemisa, cometí un error, puedo aceptar eso —me quedé pasmado por lo que acababa de decir.
—Zoe ¿Qué estás diciendo? —por un momento sentí literalmente la nada dentro mío. Era como si empezara a desvanecerse la totalidad de las buenas sensaciones y emociones que había compartido con ella todo este tiempo y un vacío oscuro y lleno de ausencia se formara en mi cerebro y en mi corazón. No era momento para reaccionar emotivamente, no era necesario hacer un espectáculo de esto y mucho más no era necesario volver a verla.
Respiré hondamente y me alejé de ese lugar, necesitaba dejar salir un poco de energía contenida asi que me dirigí a la frontera más lejana del campamento para poder tener un tiempo de soledad. Pero lo que en realidad quería era silencio en mi mente que no dejaba de gritarme que todo esto estaba mal, que todo fue un error. No había forma de detener o callar esos pensamientos.
HESTIA
La vida se había estabilizado luego de las misiones que se llevaron a cabo, no podía evitar preguntar sobre estas cosas a Percy porque no iba al campamento con frecuencia por precaución más que por una prohibición. Luego de que Zeus y os otros dioses hablaron con Percy las aguas se calmaron, pero aun así andaba con pies de plomo delante de ellos, sobre todo cuando no estaba en mis dominios, sabía que uno de los guardias de Caos desde las sombras ahora tenía un ojo sobre mí por lo que había pasado cuando entraron al campamento. El otro guardia se encargaba de Estelle, quien no dejaba de crecer y verse hermosa y radiante ahora que sabía que tenía un hermano que cuidaba de ella. No hablamos de adopción porque ella era una mortal y eventualmente querría tener una vida normal y lejos del mundo de los dioses, pero sabía que Percy estaba preocupado por el inminente paso del tiempo que podría llevársela de su lado.
Ellos habían conectado de una manera increíble, sobre todo por las cosas que compartían con respecto a Sally y a Paul, Percy trataba de contarle todo lo que pudiera para que ella siempre pudiera atesorar esos recuerdos en su mente. Los primeros meses que Percy venía a dormir al mi santuario eran noches de incertidumbre para mí porque no sabía si en cualquier momento una terrible pesadilla o un efecto colateral de la herida que aún tenía en su cuerpo arruinaría todo lo que habíamos avanzado. No fue asi. La herida seguía viéndose como algo que había terminado de cerrar ayer y que al mínimo esfuerzo se rasgaría, pero los días pasaban y su vendaje cada vez menos se empapaba y ya no tenía que usar más esa maldita pulsera.
Cuando le pregunté sobre eso pude sentir que se avergonzó por un momento hasta que me confesó que las cosas con Piper habían encontrado su camino. Sus palabras me confundieron un poco al comienzo hasta que viendo su sonrojo comprendí de que se trataba. No pude sino estar completamente feliz, tanto que deje a Percy donde estaba y fui a ver a mi campeona quien no entendía nada de lo que estaba pasando porque la aborde en un abrazo emocionado, cuando le susurré al oído que sabía que ahora estaba saliendo con Percy se sonrojo tanto que no me dejó ir del abrazo que compartíamos, era lo que Percy y Piper necesitaban, no lo sabían, pero Piper necesitaba de Percy para poder encontrar y explotar todo el potencial que ella tenía y que muchas veces lo había relegado por ser hija de Afrodita o por ser en su momento la novia del pretor del campamento Júpiter
Tanto la cara de Percy como la de Piper brillaban cada vez que se cruzaban, pude ver que todos aquellos sentimientos que habían estado ocultando, reprimiendo y negando que ahora que ya no tenían que abstenerse de ello lo reflejaban y sobre todo el aura que les rodeaba era tan intensa que podía saberse con solo mirarlos que la fuerza de las emociones y sentimientos que compartían sobrepasaba todo.
Me alegraba demasiado eso. Ambos necesitaban felicidad en sus vidas.
Por otro lado, Estelle estaba extasiada con el regalo que Percy le había hecho. En una de las visitas tal como habían hablado ella estaba entusiasmada con empezar a aprender equitación, era una de las cosas que más esperaba y yo no le había negado nada de eso, pero había mantenido en espera el aprendizaje de esa habilidad porque quería que primero se centrara en cultivar su mente y tener todo el conocimiento necesario para poder afrontar las materias de los años siguientes, con la ayuda de los ciclopes había podido hacer que empezara a amar la lectura y el conocimiento por lo que ya estaba lista para ello.
Fue Percy quien se encargó de dar el regalo, llegamos al lago donde estaba Percy solamente esperándonos y cuando vio a Estelle no pudo evitarse más que le señalo al cielo empezó a escucharse un aleteo, pero no se podía ver nada hasta que se vio un pegaso en el cielo, majestuoso, era de un color negro brilloso que surcaba el cielo mostrando sus habilidades. Estelle estaba en lágrimas de la emoción. A los ojos del resto del mundo mortal era un caballo pura sangre, pero esta niña al poder ver a través de la niebla disfrutaba del espectáculo de tener su propio pegaso. Percy presento al pegaso con Estelle quien lo bautizó como Augusto, le había tomado un gran apego a mi lado romano y es por ello que el latín y la historia romana eran de sus lecturas favoritas.
La imagen de la conexión de estos dos era increíble, se quedaban dormido en el establo que Percy había preparado para el pegaso en mi santuario, de hecho, ella ya no quería dormir en otro lugar que no fuera en el heno con su pegaso. Fue toda una hazaña que Percy lograra sacarla de ese establo, pero al final perdimos la guerra y simplemente Percy se encargó que fuera lo más cómodo posible para que pudiera dormir a gusto. Percy no dejaba de actuar como un hermano mayor y siempre se estaba anticipando a las cosas que sabía que Estelle necesitaría para el futuro y fue por ello que sabiendo que estaba del todo nervioso y lleno de temores aún, acudió a mi para volver al lugar donde había pasado sus últimos días con Sally y Paul.
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Habíamos terminado de estar una noche agradable con Estella, quien ya se había dormido junto a su pegaso, Percy la miraba con una ojos nostálgicos, eran ojos de amor sincero, de esos ojos que tenía para mi cuando hablábamos sobre cómo iban las cosas en el campamento y con Piper, no podía evitar avergonzarse, pero siempre escuchaba con atención las cosas que iba descubriendo de mi campeona, las cosas que llamaban su atención y todos los sentimientos que no podía controlar o entender, como la necesidad de siempre estar pendiente de ella, de mirar a su alrededor para poder dar con ella, se sentía un tanto abrumado por esa clase de sentimiento, por lo que aparte de reírme un poco siempre le explicaba que era completamente natural querer sentir cerca a las personas que amamos, cuando use la palabra amor se le atragantó la comida en la boca que no pudimos dejar de reír mientras el cubría su rostro porque no podía con sus mejillas sonrojadas.
—Me rindo, no podemos seguir hablando de esto —la voz de Percy se escuchaba tan pequeña que no podía evitar reírme, eran tan desconocido esto, yo había visto algunos pasajes de la relación que había tenido con Piper y no eran para nada asi, sí que había visto un Percy suelto y relajado, pero jamás lo había visto como ahora, tímido y avergonzado como si no pudiera contener toda la ola de sentimientos que desbordaban de su ser hacia Piper.
—Bromeas, esto es lo mejor, disfruto esta parte de ser madre —la mirada de Percy cambio a una mirada asombrada, nuestra relación había mejorado tanto desde nuestra conversación donde se abrió a mí por completo, donde todo empezó a mejorar, donde empezó a sanar, pero cuando le recordaba que era su madre siempre había una reacción en sus facciones y su mirada, no una mala reacción, sino una reacción de realidad de saber que estaba contándole todas estas cosas a su madre.
—Oh, bueno, veras yo… —empezó a titubear como si quisiera borrar todo lo que había dicho. Era increíble esta sensación de tener un hijo al que cuidar, por quien velar y preocuparse.
—No hace falta que digas nada —le respondí poniendo mi mano sobre su hombro.
—No, no, no… lo que quiero decir es que me da vergüenza hablar de estas cosas —podía ver su cara avergonzada, su corazón estaba tan lleno de tanto por Piper que a veces no sabía qué hacer con ello.
—¿También te pones asi cuando hablas de estas cosas con Piper? —Percy pensó por un momento con esquivando mi mirada.
—Pues veras, siempre que sale un tema "vergonzoso" termino huyendo —lo dijo tan rápido que me tomo unos segundo poder reaccionar.
—¡Percy! No me sorprendería que cualquier día de estos reciba quejas por parte de Piper —le di un ligero golpe en el hombro en modo reprimenda.
—No, no lo creo, verás, ambos salimos huyendo, no solo yo —no pude evitar reírme, casi podía imaginármelos corriendo como locos en direcciones opuestas.
—Parecen niños —Percy se rió un poco y me dio la razón.
—No se trata de eso el amor, también ¿el poder ser como somos abiertamente? —dijo con una voz seria, pero con una sonrisa soñadora fingida tratando de sonar poético.
—Bueno, tienes razón en ello —debía dejar que ellos descubrieran por sí mismo cual era la mejor forma de comunicarse, cuidarse, entenderse y amarse. Era un nuevo mundo para ellos que venían de fracasos dolorosos y que parte de sanar para ellos era explorar lo que tal vez nunca pudieron mostrar antes.
—Hablando de eso, necesito que me acompañes a un lugar —su voz cambio a un tono serio. Pude ver como apretaba sus puños al pedirme que le acompañara.
—¿Dónde piensas ir? —el negó por un momento.
—No creo poder ir solo —entonces lo entendí, solo debía estar allí para él.
—Vamos entonces —le tendí la mano y caminamos hacia donde estaba Estelle para ver que estuviera dormida y le dejé una nota para que no se preocupara en caso despertara y nos viera cerca.
El lugar se veía tal cual lo había visto años atrás, no habíamos cambiado nada en el apartamento, salvo que en algunas oportunidades había llevado a Estelle por lo que reemplacé el tapiz del suelo que había quedado manchado con la sangre de Sally y Paul, no quería que ella tuviera que ver eso. Estelle era una niña dulce y simple de pensamiento, aunque sabía que muchas noches había llorado la memoria de sus padres, pero había podido entender que la muerte de ellos no tuvo nada que ver con ella, que no tuvo nada que ver con Percy y que era un evento doloroso que formaría parte de su vida, pero que debía honrar la memoria de sus padres llevando una buena vida.
Cuando llegamos a la puerta estaba a punto de abrir la puerta, pero fue Percy quien me detuvo. Sacó de su cuello una cadena que tenía una llave, le dejé la cerradura para que fuera el quien ingresara primero.
—Ufff —se respiración era agitada y como si estuviera por quebrarse, me dio pánico, no quería que se derrumbara, no ahora. —No creo que pueda —su voz era temblorosa mientras el ruido de la puerta nos recibía. Sé que Percy podía sentir la ausencia, cerró sus ojos por un momento.
—Claro que puedes, ya estamos aquí, es momento —negaba con la cabeza y de un momento a otro tomó mi mano con fuerza. Podía sentir su fuerza tomando mi mano, pero sin lastimarme.
—No me sueltes —su suplica hacía doler mi corazón.
—Nunca —le respondí y entramos al apartamento en silencio. Prendí la luz, todo estaba en su lugar, las cosas tal cual las habían dejado. Estelle también estaba a favor de ello y solo nos encargábamos de limpiarlo cada tanto, para que siguiera pareciendo un hogar, al menos era la idea hasta que Percy lo visitara y junto con Estelle decidieran hacer algún cambio.
Fue una de las noches más emotivas de mi vida, no hubo lagrimas incontrolables, no hubo desesperación, no hubo nada de eso, por su parte hubo silencio, hubo nostalgia, hubo sonrisas de gratos recuerdos dirigidas al vacío que había en el apartamento, hubo momentos en los que sé que Percy quiso llorar y miraba hacia arriba tratando de enjugar sus lágrimas, no dije nada, solo tenía su mano tomada de la mía. Él no decía nada, solo recorría el lugar, tocaba algunas cosas y se quedaba mirando otras durante un tiempo, nos sentamos un rato en el sofá mientras mirábamos los alrededores, su mirada solo recorría y absorbía el detalle de cada lugar.
Vi su mirada perderse en recuerdos que tal vez nunca conocería y su mirada era de alguien que deseaba con todo su ser que nunca se desvanecieran los recuerdos, fue tanto que era yo quien estaba soltando lágrimas, pero trate de no dejar que me viera porque no quería que se centrara en mí. No fue necesario porque el seguía sumergido en recorrer el apartamento. Se levanto dejando mi mano y sin decir nada se dirigió hacia la habitación de Sally y Paul. No me atreví a seguirlo, simplemente lo dejé seguir adelante.
Mientras él estaba en la habitación de Sally y Paul me dirigía a la que antes había sido la habitación de Percy. Estaba llena de cosas que eran propias de Percy, muchas fotos y recuerdos de varios lugares. Eran cosas preciosas que seguramente conservaría para siempre. Luego de algunas horas íbamos saliendo del apartamento con un par de cajas con cosas que Percy quería tener cerca suyo, nadie decía nada. No hacía falta, se notaba que había llorado en silencio al entrar en la habitación de Sally y Paul, pero había salido de allí con una sonrisa ligera para que no dijera nada al respecto, por lo que solo regresamos a casa en silencio.
No nos transportamos, solamente caminanos por un largo tiempo, mientras la madrugada se iba terminando, cuando ya casi era la hora de que Estelle se despertara simplemente tomó mi mano y nos transportó a mi santuario, ella todavía dormía.
—Mamá… —su voz era profunda y llena de tanta emoción que me detuve inmediatamente. Dejó las cajas sobre el suelo. —Gracias —susurró mientras me daba un beso en la frente. Me sentí conmovida, era una faceta de él que no había conocido aún.
—Ni lo menciones, siempre podrás contar conmigo —puse mi mano en su mejilla, aún se sentía caliente por las emociones que había experimentado.
Luego de ello, pasamos un tiempo agradable con Estelle, ella no pregunto demasiado por sobre donde habíamos estado ya que Percy tenía aun un estado un tanto nostálgico. Ella había logrado poder percibir el estado de ánimo, era una habilidad que había obtenido por ser tan observadora, pregunta mucho, pero también observaba.
PIPER
Me quede sentada frente al mar. Pensando. Sentía un revoltijo de emociones que se estaban peleando dentro mío: Vergüenza, nervios, pánico, impotencia, timidez. Eran cosas que nunca había tenido que experimentar en mi relación pasada, siempre había tenido un papel que se esperaba de la novia del pretor del campamento. Pero con Percy sentía que toda mi seguridad se desvanecía. Siendo una hija de Afrodita era como que un interruptor se activaba en esta clase de situaciones, pero cuando estaba con Percy nada de esto funcionaba, tartamudeaba, tocaba mi cabello a cada instante y sobre todo me sonrojaba al mínimo contacto o alguna frase que en mi mente la entendía de una manera potenciada a la que tal vez é quería decirla. Hacía añicos mi mente y siempre se las arreglaba para poder destruir cualquier plan que tenía para poder permanecer más de 5 minutos juntos sí que empezara a hiperventilar.
Luego estaba la vergüenza que sentía en estos últimos días por lo que ocurrió con Hestia, Estelle y Percy.
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Casi todos en el campamento ya sabían que tenía una relación con Aethos. Era una cuestión de respeto que ya las chicas no se juntaban solamente para mirarlo, no es que me molestara o me hiciera sentir insegura, una de las cosas que más he valorado de mi relación con él es que jamás les dio una señal para animarlas ni a mi para sentir celos, aunque no podía negar que aun asi me consumían esos sentimientos. Mi madre me diría que era parte de la forma en como el amor se asienta en nuestros corazones, pero que mientras pudiera mantenerlo a raya no debería ser un problema. No tuve el coraje de preguntarle porque había tenido tomado del brazo a mi novia aquella vez que ocurrió el incidente con las cazadoras. Sería demasiado vergonzoso que también pensara que mis celos la alcanzaban a ella. Silena sí que no podía evitar destruirme a cada oportunidad que se le presentaba haciendo que mis celos llegaran a niveles insospechados y actuara con exceso de drama, pero esta vez sí que fue demasiado. Aun me siento estúpida por la forma en como reaccioné y creo que fue en ese momento en que ya no pude controlar las emociones que se me salían a borbotones y me impedía estar cerca de Percy más de 5 minutos sin sonrojarme tartamudear.
Hestia me había dicho para poder reunirnos en el lago porque Percy quería presentarme a alguien, supongo que era la persona que ya me había comentado antes que quería que conociera, aunque no me dio mayor detalle. Había pasado un tiempo desde que me había reunido con Hestia asi que sería un buen momento para poder ponernos al día, solamente habíamos tenido algunos encuentros cercanos a la fecha en la que empecé a salir con Percy, pero después de ello debido a la petición de Percy de que se mantuviera alejada del campamento para su propia protección ella ya no estaba tan cerca de nosotros como antes.
Cuando llegué al lago todo era tranquilo como siempre, ahora había más tiendas para que también Silena, Beck, Tyson y Thalia pudieran usarlas de manera personal. Zoe aún no venía aquí ya que se encontraba en su rehabilitación luego de los eventos de la misión que le tocó. El silencio y la paz eran de las cosas que más me gustaba disfrutar de este lugar, el agua apacible y el sonido del viento meciendo los árboles.
Por un momento pensé que se había olvidado de nuestra cita cuando del bosque vi salir a Hestia con una niña cabalgando un pegaso negro y Hestia tomando su mano, podía ver la mirada de Hestia demasiado divertida para su propio bien. Miró a la niña quien le devolvió una sonrisa que no podía confundir, ella se bajó del pegaso y empezó a correr hacia donde yo estaba y cuando se fue acercando empecé a ver unos ojos que me recordaban a los de alguien.
Me acerqué un tanto desconcertada con la situación cuando vi que Hestia le soltaba la mano. Sentí una presencia detrás de mí, no alarme porque solo el equipo, Hestia y Caos podían entrar aquí, pero lo que paso a continuación eso sí que me dejo en estado de shock.
—¡Papá! —gritaba la niña mientras corría hacia lo brazos de quien descubrí era Percy, que tenía una cara de pánico total. Miré hacia el otro lado y la ternura e inocencia de la niña hizo que no explotara en ese momento y la cara de Hestia que se mantenía neutral. Quería una explicación de Percy quien solo balbuceaba mientras la niña se había colgado de él.