LightReader

Chapter 6 - CAP 5

---

CAPÍTULO 5: ENTRANDO EN EL CAOS

Rápidamente seguí la luz y entré en ella. Dentro pude ver millones de luces flotando a mi alrededor, cada una similar a las que vi cuando conocí mis dos sistemas anteriores antes de fusionarse conmigo. Algunas brillaban con fuerza arrolladora, otras apenas emitían un tenue destello, como si lucharan por no desaparecer. Entre todas, solo una igualaba el fulgor del sistema de inicio de sesión antes de la fusión.

Sentí una extraña atracción hacia esa luz, como si una voz sin palabras me invitara a tocarla. Sin pensarlo mucho, avancé entre la infinidad de luces. Cuanto más me acercaba, más fuerte era esa sensación de llamado.

—Ding —No la toques, Félix —la voz de Ciel retumbó con urgencia en mi mente.

Fruncí el ceño, un poco confundido, y pregunté:

—¿Por qué? ¿Qué sientes, Ciel?

—Ding —No lo sé, pero este sistema me da mala espina... Algo en él me resulta peligroso.

Sonreí con suavidad, intentando tranquilizarla.

—Ha de ser solo tu imaginación, Ciel. Yo no siento nada extraño. Todo va a estar bien, relájate.

Extendí la mano con decisión, hasta que finalmente la luz se fusionó conmigo. Una nueva voz mecánica, femenina y melódica, resonó en mi mente, distinta a la de Ciel pero igualmente clara.

—Dong —Felicidades por obtener el sistema de Muchos Hijos y Muchas Bendiciones.

Mis ojos casi se salieron de sus órbitas al escuchar ese nombre tan... peculiar.

—¿¡Qué clase de sistema es ese!? —exclamé, atónito.

—Ding —¡Eres un tonto! Mira qué clase de sistema has vinculado contigo. —reclamó Ciel con tono frustrado y una pizca de tristeza.

Me rasqué la nuca, algo avergonzado, y respondí:

—Perdón, Ciel... Pero ya es un poco tarde. Ya se ha vinculado.

—Jun... —Ciel resopló con decepción—. No te hablaré más hasta que aprendas a escucharme.

—Dong —Puede estar tranquilo, anfitrión. Si el otro sistema no desea hablarle, puede hablar conmigo. Con mucho gusto le serviré. —dijo la nueva voz con un tono... ¿coqueto?

Arqueé una ceja, sorprendido por la soltura de sus palabras. Era raro sentir personalidad en una IA, pero esta claramente tenía más que una simple programación.

—Oh... Otro sistema femenino. Dime, sistema, ¿quieres un nombre y género?

—Dong —Sería un gran honor, anfitrión.

—Bien, serás una mujer, y tu nombre será... hmm... ¡ya sé! Serás Terra.

—Dong —Muchas gracias, anfitrión. El nombre Terra me encanta.

—Llámame Félix.

—Dong —De acuerdo, Félix. —su tono mantenía esa calidez curiosa, casi juguetona.

No voy a negar que esa personalidad me intrigaba... más de lo que debería.

—Ciel, inicia sesión.

—Ding —Felicidades al anfitrión por iniciar sesión con éxito y obtener Paquete de Experiencia ×1.

—Otro paquete... Bien, con esto llego al nivel 68.

Sin embargo, mi mente estaba en otra parte.

—Ciel... vamos, háblame. No me gusta que estés tan callada. Mira, Terra parece ser una buena sistema. No hay de qué preocuparse.

—Ding —No me agrada.

—Dong —Pues tú sí que me agradas, Félix.

—Ding —Nadie pidió tu opinión.

—¡Basta, Ciel! No seas grosera...

Suspiré mientras me sobaba la frente, girando mi vista hacia las luces flotantes: otros sistemas. Millones.

—Ciel, ¿puedo llevarme otros sistemas sin fusionarme con ellos?

—Ding —Con tu nivel de poder actual, solo podrías llevarte los más tenues. ¿Pero para qué los quieres?

—Bueno… ahora que estoy vinculado al sistema de muchos hijos… es lógico que vaya a tener muchos hijos, ¿no? Aunque serán poderosos por herencia, quiero darles una ventaja... otorgarles sistemas propios. Que su camino sea menos difícil.

—Ding —¿¡Hijos!? ¡Viste! Por eso no quería ese sistema. Ahora solo piensas en tener descendencia.

—Dong —No es mi culpa que Félix tenga deseos naturales. Incluso los dioses tienen hijos.

—Ding —¡Cállate!

—¡Cálmense, por favor! ¿No pueden llevarse bien al menos por un rato?

—Ding —No.

—Dong —Sí.

Ah… solté otro suspiro profundo. Decidí concentrarme en recolectar sistemas antes de que el caos se abriera completamente.

En las siguientes horas —o lo que se sentía como horas—, recolecté cerca de mil sistemas, la mayoría tenues, frágiles, con poca energía... pero con potencial.

De pronto, la luz que nos envolvía se disipó como si hubiera sido un velo, revelando un espacio oscuro. Sin embargo, este no era como la nada donde había permanecido tanto tiempo. Aquí había energía.

Por primera vez en eras, sentí el tiempo, el espacio, la vida, la muerte... el caos había despertado. Este lugar vibraba con existencia, a diferencia de la nada absoluta anterior donde todo desaparecía sin dejar rastro.

—Gracias, Dios… espera, yo soy un Dios. ¿Me estoy agradeciendo a mí mismo? —me reí, emocionado y aliviado por este cambio.

—Ciel… ahora puedo crear fuego, ¿verdad?

Extiendo mi mano y, con un simple pensamiento, una chispa surge. De ella nace una pequeña llama flotante que brilla como si fuera el primer amanecer del universo. En mis ojos aparece su nombre:

Llama Primordial: el primer fuego en existir en el caos. Hasta un Dios puede quemarse con ella.

—Increíble... —susurré, hipnotizado por su luz. A pesar de haberla creado antes en la nada, nunca pude manifestarla por completo. Allí, al sacarla de mi cuerpo, simplemente desaparecía… como si la nada la devorara sin piedad.

Así de aterradora era la nada.

Pero ahora, estoy en el caos, y por fin, todo puede comenzar.

---

¿Te gustaría que continúe con el capítulo 6 también con más desarrollo

More Chapters