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Chapter 7 - Capítulo 7: La Primera Lección

"El hombre del sombrero me miró con una furia fría que me hizo encogerme. Era un escalofrío que no venía del aire, sino de él. Sentí que me odiaba. Pero, mis queridos y pacientes espectadores, yo no sabía quién era. Ni siquiera sabía cómo diablos había llegado ahí.

—Tú. La de la mochila —repitió, su voz era un gruñido. Me guio lejos del autobús, lejos de los pocos pasajeros que aún se quejaban y se ayudaban entre sí—. ¿Por qué no hiciste nada?

Lo miré, confundida. —¿Hacer qué? Yo solo... vi sombras. Vi un ataque. ¿Qué querías que hiciera? ¿Que me pusiera a tomarles fotos?

Él se detuvo en seco y su mirada me taladró. Era una mezcla de decepción y rabia, y de repente, me sentí como una niña regañada, aunque ya tuviera 21 años.

—Tienes un escudo. Lo vi. Un poder suficiente para haber distraído a esos parásitos, para haber salvado a uno solo de esos idiotas. Pero no hiciste nada. Te quedaste sentada, esperando que el mundo te salvara.

Su regaño me molestó. Me molestó que me juzgara.

—Yo no sé de qué está hablando. ¡Yo no tengo un escudo! Lo que sea que pasó fue... una alucinación. Yo solo quiero ir a casa, lejos de todo esto.

El hombre exhaló, y vi la frustración en su rostro. Se dio cuenta de que, a pesar de la fuerza que sintió en mí, yo era una completa ignorante. Una rabia sin dirección.

—Estás a punto de entender el desorden de tu vida, niña. Esto no es un simple problema de pereza o mala suerte. Esto se llama Emocíritu.

Hizo una pausa, asegurándose de que la palabra se grabara en mi mente.

—El Emocíritu es la fusión. Es la forma en que la emoción moldea el espíritu. Todos los seres vivos lo tienen. Es como un motor que se alimenta de lo que sientes. Algunos lo tienen muy débil, otros en un punto medio, pero algunos... algunos nacen con un poder inmenso. El poder de ver lo que otros no ven, de proteger, de cambiar las cosas.

Me quedé en silencio, procesando lo que me decía. ¿Mi capacidad de ver fantasmas era un poder? ¿Y Lior? ¿Mi conejo de peluche? ¿Él también tenía Emocíritu? La respuesta a mi pregunta, mis queridos y pacientes espectadores, estaba justo frente a mí. Mi vida, mi caos, mi desorden, no era un simple problema de pereza. Era un motor, y por primera vez, alguien me decía que yo tenía la llave.

Y aquí termina la primera lección. El mundo, mis queridos, no solo es caótico. Ahora, también es mágico, y aterrador."

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