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Chapter 4 - Capitulo 4 Bosque aberrante

El Bosque Aberrante era uno de los principales recursos de caza de la tribu Hei. Aunque no era considerado estratégico, proporcionaba grandes cantidades de bestias al año, ya que el clan se especializaba en el arte de la esclavitud. Estaba ubicado al sur de la tribu, a varios kilómetros de distancia. El instructor de la academia convocó a todos los jóvenes maestros gu del clan para la temporada, incluyendo a Yuna, Yu Ling y otros jóvenes destacados que habían decidido seguir el camino principal de la tribu.

"Jóvenes, el bosque es un lugar peligroso, por lo tanto espero que todos se comporten adecuadamente", advirtió el anciano. Un joven con cabello en forma de hongo levantó la mano y preguntó: "Anciano, ¿cómo llegaremos al Bosque Aberrante?" "Ya lo verán", susurró el anciano con tono misterioso, lo que despertó la curiosidad de todos. Cabe mencionar que ser un maestro gu de rango 4 era considerado un nivel medio dentro del clan, por lo que el anciano no era débil en absoluto.

De repente, un fuerte silbido resonó en el cielo y todos dirigieron la mirada hacia arriba. Una gran sombra oscura se aproximaba hacia ellos, lo que provocó un paso atrás por parte de todos, no por miedo, sino por asombro. Yu Ling, sin inmutarse, simplemente sonrió levemente. Con fuertes aleteos y una ráfaga de viento en el aire, una imponente entidad descendió junto al anciano: una majestuosa Águila de Hierro de más de quince metros de longitud. Con una mirada aguda, un pico brillante y alas oscuras como la noche, esta criatura era impresionante.

Yu Ling sintió asombro al observar de cerca a las águilas de la tribu, sabiendo que fácilmente podrían aniquilar a los estudiantes de la clase sin posibilidad de defensa. Aunque sintió curiosidad por activar su aura de maestro de bestia legendaria, se contuvo, ya que sabía que debían llegar primero al Bosque Aberrante. La plataforma en el lomo del águila podía acomodar a un grupo amplio de personas, lo que generó suspiros de preocupación entre los jóvenes.

El anciano indicó a todos que se prepararan para subir en el "pequeño Yun", mientras el águila se acomodaba y bajaba su postura.

"Yu Ling, de verdad tenemos que subir a esa cosa", susurró Yuna a mi lado. "No seas llorona, voy primero", con eso fui el más rápido en subirme a la plataforma. Mi cuerpo estaba emocionado, podría volar sobre este gran ejemplar. Sería una experiencia única. Los demás subieron lentamente con pasos titubeantes. Yuna se paró a mi lado, lista para aferrarse a mi pierna para no salir volando por los aires, cosa poco probable. El anciano fue el último en subir. "Yun, nos vamos", hubo un ligero temblor en la plataforma mientras el águila se levantaba. Sus alas se desplegaron como un acordeón. Todos soltaron jadeos de asombro. Sin duda, esta bestia es llamativa y hermosa. Sus alas comenzaron a abrirse y cerrarse para tomar impulso. Comenzó a avanzar mientras ascendíamos lentamente. En un instante, estábamos encima de la tribu. Todos se agarraban a la plataforma para no caerse. Yuna se aferraba a mi brazo como un koala a su madre.

Al llegar a cierta altura, el águila comenzó a dirigirse hacia el sur a una velocidad constante. Todos observaban hacia abajo mientras la tribu se alejaba de nuestra vista. Desde mi lado, podía tocar levemente las plumas de la cabeza del águila, eran muy grandes y suaves. El águila sintió mi contacto y chilló levemente. El anciano de la academia me miró de reojo con cierto escrutinio. Ansiaba llegar al bosque pronto, quería obtener mi primer compañero en este mundo. Yuna comenzó a imitar mi acción y su miedo comenzó a disminuir con el paso de los minutos. El viaje duró más de una hora. Al frente de nosotros, una gran extensión empezó a ser visible: el bosque aberrante. A pesar de que las llanuras del norte se refieran a una zona árida, la realidad es diferente. Es un lugar gigantesco, mucho más grande que un país, con diversos ecosistemas como bosques, lagos y montañas. El lugar era gigantesco, con árboles de gran altura, mucho más altos que los de la Tierra.

Al aterrizar, todos descendimos de Yun, y comenzó a sobrevolar sobre nosotros. El anciano tomó la posición delantera del grupo, mientras los demás lo seguimos. A medida que avanzábamos en el bosque, podíamos escuchar sonidos de diferentes tipos: rugidos, chillidos, ecos; todos parecían estar un poco asustados, ya que claramente el lugar no era muy seguro. "Activar aura de domesticación de bestias, enfoque bestias tipo águilas", sentí un leve pulso salir de mi cuerpo, similar al eco de un murciélago sin sonido, una onda que se extendía a mi alrededor, imperceptible para cualquier ser vivo, solo las bestias de tipo águila podrían sentirla. "Yuna, prepárate para domar tu bestia", "¿De qué hablas, Yu Ling? No veo ninguna", "Ya lo verás", susurré. Seguimos avanzando y nos encontramos con una gran manada de lobos de lomo plateado. La mayoría de estudiantes habían elegido el gu de esclavitud de lobo y, con ayuda del anciano, pudieron domesticar a sus bestias salvajes. La mayoría optó por ignorar el gu de esclavitud de águila debido a su dificultad, ya que era la bestia más difícil de encontrar y de esclavizar. Eran seres con una gran voluntad, acechando en lo más alto de los árboles. Muy pocos maestros gu eran capaces de controlarlas.

Al final del viaje, solo faltaban dos personas por encontrar a su bestia. El anciano de la academia nos miró de reojo, pensando en cómo encontrar águilas para nosotros. Yo permanecía tranquilo, con los ojos cerrados, y Yuna no dejaba de preguntar sobre las águilas. En ese momento, antes de que el anciano nos hablara de su plan, se escucharon fuertes chillidos provenientes de diferentes direcciones. La serenidad en el rostro del anciano se transformó abruptamente. "No puede ser", murmuró, al ver que se acercaban cinco grandes sombras desde diferentes direcciones. El viento se volvía agitado y las ráfagas llegaban de todas partes. Los jóvenes sintieron un mal presentimiento en sus corazones, especialmente Yu Ling, quien sintió un fuerte palpitar en el pecho. Parecía que su aura había sido demasiado notoria y atrajo no solo un par de bestias tipo águila, sino tres grandes sombras y dos medianas que se acercaban a gran velocidad.

El anciano estaba pensando en cómo escapar, pero salir del cerco sin abandonar a los estudiantes era imposible para él. Si regresaba solo y vivo, no tendría forma de explicarlo a los altos mandos de la tribu. Cinco gigantes se ubicaron en diferentes posiciones: algunos en ramas gigantes, otros en zonas cercanas al suelo, todos a menos de cien metros de nuestra ubicación, lanzando fuertes graznidos de autoridad. Ni hablar del pequeño Yun que volaba en el cielo; ni siquiera él quería acercarse a esta zona, a pesar de la llamada del anciano. Algunas bestias podían resistir el control del maestro Gu, aunque estuvieran esclavizadas; entre más fuerte era la bestia, más difícil resultaba controlarla.

"Yuna estaba cerca de mí con una mirada bastante asustada. Yo también estaba un poco pálido. ¿Quién sabría si era posible domar estas bestias?", le pregunté al sistema en mi mente. "Anfitrión, tres de ellos son del rango Emperador Bestia y dos están cerca de ese nivel, equivalente a maestros Gu rango cinco y dos en rango cuatro etapa pico", respondió el sistema. Sentí un gran nudo apretándose; mi suerte parecía opaca. ¿Quién sabe si la voluntad del cielo me había notado? Aunque debería ser imposible con mi habilidad mental legendaria. “Crearé una oportunidad de escape para ustedes", declaró el anciano de la academia, mirándonos con el ceño fruncido y preparándose para intentar abrir un camino a través del cerco.

"Anciano, espere un momento, tengo una idea", le dije. El anciano dudó de mis palabras, ya que no creía que un simple joven de rango 1 pudiera cambiar la situación. Aún así, me lanzó una mirada de adelante. "Yuna, espérame aquí", le susurré. Ella me jaló la camisa con una mirada suplicante para que no me fuera, a lo que le respondí con determinación. Comencé a caminar hacia una de las bestias de nivel Emperador; todas las águilas tenían sus ojos puestos en mí. "Sistema, activa mi aura a toda potencia", ordené. Sentí un gran cambio; mis ondas se fijaron en las cinco entidades como si las estuviera anclando a mí mediante una cadena invisible.

Mientras avanzaba, las águilas agitaban sus alas de forma intimidante, pero sin moverse de sus posiciones. El anciano de la academia estaba incrédulo, al igual que los demás. Nadie tenía idea de lo que estaba sucediendo, Pero lo que tenían claro era que estas monstruosidades no estaban aquí por comida, de ser así ya estarían atacando a todos. Solo faltaban veinte metros para llegar frente al gran emperador. A esta distancia, pude notar las diferencias con los demás. Seguía siendo una bestia salvaje, un águila de la especie Hierro, pero su rostro denotaba experiencia. Tenía plumas más grisáceas que negras, un pico más afilado que el resto, ojos penetrantes y agudos que parecían poder succionar tu alma con una mirada, y garras agudas con muchas cicatrices en sus patas. Me observaba con cierta curiosidad en su mirada. Tenía sudor frío recorriendo mi cuerpo. Otra persona ya habría huido en esta situación. Su envergadura era gigantesca, mucho más grande que la del pequeño Yun, que ya era gigante, con al menos 30 metros de altura en total. Era tan grande que si me comiera ahora mismo, sería como si fuera un gusano siendo absorbido por sus fauces. Al estar debajo de él, su cabeza se agachó y sus ojos me miraron fijamente, como si pudieran atravesar mi alma. "¿Qué genero es sistema?" pregunté rápidamente en mi mente. "Anfitrión, es una hembra de edad intermedia", respondió el sistema. Suspiré por dentro. "Linda, ¿qué tal si te conviertes en mi compañera?", le dije en voz baja. Nadie de mis compañeros escuchó, excepto el anciano que sufría un ataque de ansiedad. "Está loco", susurraba constantemente para sí mismo. Los grandes ojos del emperador bestia se abrieron y cerraron, como si parpadeara si fuera humano. Extendí la palma de mi mano para tocar su gran pico de textura metálica. "Emperador bestia te reconoce, ¿quieres firmar un contrato de domesticación?", pregunto el sistema. La voz del sistema en mi mente me indicó que era el momento de aceptar sin dudar. El aura que liberaba de mi cuerpo se encapsula a su alrededor y comenzó a crearse una conexión mística inexplicable con palabras. Después de unos minutos, esa sensación finalizó. "El anfitrión desea nombrar a su bestia domesticada. El nombre es importante y mejorará su vínculo al segundo nivel si le gusta", escuché al sistema hablar nuevamente.

Tras reflexionar profundamente, al igual que todos los protagonistas de historias, me di cuenta de lo deficiente que era mi habilidad para nombrar. Aun así, puse en marcha mi cerebro al máximo. "De ahora en adelante te llamarás Cineris (que significa 'de las cenizas' en latín)", sus alas se agitaron levemente y graznó en el aire. "Anfitrión, te recomiendo que aproveches la oportunidad y logres domar a otra bestia de nivel emperador. De las dos restantes, ambos machos, te aconsejo que domes solo a uno, ya que son muy territoriales y ambos no te seguirán." Miré en dirección a los otros dos colosos alados. Uno lucía un plumaje marrón y negro, de apariencia más simple, mientras que el último tenía la cabeza blanca y el cuerpo marrón oscuro. Decidí dirigirme hacia el de cabeza blanca, ya que combinaría bien con Yuna. A medida que avanzaba, el majestuoso Cineris me seguía a pie, cada movimiento de sus patas alcanzaba mi posición al instante. Debía detenerse constantemente para evitar ser pisotersme, mientras las otras dos águilas de rango 4 etapa pico, al notar mi nueva compañía, se alejaron rápidamente batiendo sus alas. Claramente, mi aura ya no les agradaba y se sentían intimidadas por la presencia de Cineris.

Finalmente, el otro emperador bestia, al ver mi elección, sintió su orgullo herido y abandonó el área con gran alboroto. Al acercarme al águila de cabeza blanca, esta se agachó a mi altura y toqué su pico de la misma forma que lo había hecho con Cineris. Al firmar el contrato, le di el nombre América, recordando el majestuoso águila del continente terrestre que habitaba allí. El anciano se acercó con pasos temblorosos y los demás lo siguieron desde más atrás, a pesar de sus dudas. "Yuna, aquí tienes a tu Bestia águila, ven por ella", grité con fuerza. Yuna me miraba con ojos brillantes, ansiosa por recibir a su nuevo compañero.

"¿Sistema, puedo transferir parcialmente mi autoridad de una bestia a otra?", pregunté en mi mente. "Sí, anfitrión. Siempre que lo desees, la bestia seguirá a otra persona, pero la jerarquía se dividirá en dos niveles, su autoridad será de un nivel más alto que la otra, mis pensamientos volaron. Tener dos águilas sería complicado, pero si pudiera ceder parte del control a otro y aún así entrenarlo sería increíble; me daría cierta libertad de acción.

El anciano se quedó a cierta distancia de mí y las águilas. Corrí hacia él y les pedí a las águilas que permanecieran en sus posiciones para no asustarlos. "Hei Yu Ling", empezó a hablar el anciano, pero no sabía qué decir. La situación era increíble y no sabía por dónde abordar el tema. "Anciano, sé que tiene sus dudas sobre cómo puedo hacerme amigo de esos dos grandulones, pero lo único que puedo explicar es que sentí una conexión extraña al entrar al bosque. No fue hasta que llegaron frente a nosotros que la sensación aumentó, por lo que decidí arriesgarme y acercarme a ellos. Por eso le pedí permiso", el anciano me miraba escrutinio en busca de mis pensamientos reales. "Esto nunca ha sucedido en la historia de la tribu Hei. ¿Tienes idea de lo que esto significa, Yu Ling?", su tono era profundo. "Anciano, la verdad es que no lo sé", me rasqué el cabello de forma elocuente para disimular mi nerviosismo. La realidad es que era imposible explicar el sistema de domesticación legendario. No era algo que perteneciera a este mundo. A pesar de ello, no tenía miedo de que los superiores de la tribu se enteraran, ya que incluso si intentaran leer mi mente, los gu inmortales de la tribu no encontrarían nada extraño gracias a mi habilidad mental legendaria. Mis habilidades eran como talentos naturales que no podían ser robados. 

"Yu Ling, eres increíble", Yuna se acercó a mí y me jaló de un lado a otro. Los demás también me miraban con diversas expresiones. Hei Min Lun, el muchacho hijo de un anciano de la tribu, me miraba con cierta envidia y algo de admiración en sus ojos. "¿Cómo lo hiciste?" preguntó en voz alta, mirándome como si pudiera obtener mis habilidades con el Sharingan si lo tuviera. "No lo sé, solo sentí que podía hacerlo", respondí con un tono de voz superficial, sin querer profundizar demasiado. Todos me hicieron preguntas como una ametralladora, simplemente respondía brevemente sin ahondar en detalles.

"Yu Ling, ¿puedes controlarlos?", preguntó de repente el anciano. Simplemente observé a Cineris y América. "Desplieguen sus alas". Sin dudarlo, sus grandes alas se extendieron como cortinas tapando el cielo. "Increíble", susurró el anciano, emocionado como un niño viendo una película infantil. "Ahora, en reposo", ordenó, y las alas volvieron a su posición original. Todos me miraban con asombro, como si hubieran visto un unicornio. Me sentí un poco incómodo con tanta atención.

"¿Anciano, no deberíamos irnos?", pregunté tratando de cambiar de tema y salir rápidamente. "Tienes razón, Yu Ling. Hablaremos cuando lleguemos a la tribu", respondió el anciano. "Muy bien, anciano, me encargaré de guiar a Cineris y América detrás de usted".

"¿Estás seguro, Yu Ling? Volar sin plataforma es muy difícil", cuestionó el anciano preocupado. "No se preocupe, anciano, puedo hacerlo", le aseguré. En ese momento, Yuna expresó su deseo de acompañarme en la aventura.

"Ven conmigo entonces", le dije a Yuna. Sin embargo, el anciano no se inmutó y se centró en llamar a Yun, que se mantenía a gran altitud. Una vez todos a bordo de Yun, despegaron. Cineris adoptó una postura baja, y subí con Yuna a su lomo. Ella me abrazaba protectoramente, mientras cabalgábamos sobre el gigantesco cuello de Cineris, que parecía una pradera cenicienta.

"Ve tras ese águila que vimos antes", les ordené a ambos, aunque mi conexión con ellos permitía comunicarnos sin palabras, preferí mantener discreción. Cineris extendió sus alas y despegó, seguido de cerca por América, graznando fuertemente. Al elevarnos, noté al anciano frente a nosotros. Con unos pocos aleteos, Cineris se colocó detrás de Yun.

"Muy bien, Yu ling, ¿cómo lo hiciste?", me preguntó Yuna mientras observaba los árboles debajo. "Fue una corazonada. Recuerda seguirme a partir de ahora", le expliqué. En ese momento, delegué autoridad a Yuna sobre América, generando un vínculo invisible entre ellos.

"Prueba a darle una orden a América, es macho por cierto", "Qué nombre tan raro, ¿por qué le has puesto así?", me dijo Yuna dándome un pellizco en el hombro. "¿De verdad puedo decirle qué hacer? No estás bromeando, ¿verdad?", le susurré. "Inténtalo", respondí. "Está bien, América vuela sobre nosotros", se escuchó un fuerte aleteo detrás de nosotros. América aumentó su altitud y se posicionó encima de nosotros. "Increíble, de verdad me está obedeciendo. América vuela a nuestro lado", descendió lentamente con sus largas alas planeando hasta colocarse a nuestra izquierda. "Yu Ling es increíble. Nunca pensé que al mencionar adiestrar un águila sería esto". "Yo tampoco", rió un poco. "De verdad eres un caso perdido", dice.

El viaje de regreso fue más rápido, quizás porque Yun quería alejarse todo lo posible de mis compañeros o por la prisa del anciano de la academia. Cuando llegamos cerca de la tribu, el anciano me indicó que dejara entrar primero y luego lo siguiera con su orden. Seguramente, si ingresaba con estos dos gigantes, sería recibido de forma hostil por el líder de la tribu y los ancianos, lo cual no sería agradable.

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