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Chapter 5 - Despertando

PERCY

No sé cuánto tiempo paso entre que me quedé inconsciente y cuando empecé a recuperar la capacidad de oír. Me sentía aturdido, un zumbido en los oídos que me explotaba la cabeza. Los parpados me pesaban y mi boca estaba seca. Mover mis brazos se sentía como un trabajado cansador. Suspire mientras tomaba fuerzas para poder terminar de despertar y abrir mis ojos. Una tos repentina me hizo entrar en la realidad de mi condición, un dolor que me hizo arrepentirme de haber despertado.

Cuando por fin pude abrir mis ojos, vi una realidad que no conocía y mucho menos recordaba. ¿Qué hago yo en una tienda? al parecer estaba solo. Había una pequeña fogata con brasas calientes, por mi respiración era claro que afuera hacía frío. Miré de reojo mi pecho y estaba vendado completamente. Sentía que iba a ser todo un desafío poder levantarme. Metí mi mano a mi bolsillo y afortunadamente encontré mi fiel espada.

—¿Hola? —dije para ver si había alguien. No hubo ninguna respuesta, así que decidí salir de la cama a pesar de que eso me costará el tiempo que tomará. Sentí que se me removía el pecho y las punzadas sobre mis pulmones me dejo sin aire. Definitivamente aún no estaba preparado para levantarme. Me quede sentado recuperando el aliento.

Nunca llegué a salir porque de repente empecé a escuchar pasos acercándose, instintivamente metí la mano en el bolsillo. Pero lo que vi, no fue nada de lo que esperaba ni por casualidad ver alguna vez.

—¿Piper? —pregunte asombrado por la inesperada presencia de Piper. Estaba más perdido que al comienzo, empecé a creer que estaba en el campamento Júpiter a salvo. Cuando me miro, los leños que tenía en las manos se cayeron y una gran sonrisa se dibujó en su rostro.

—¡Percy! despertaste, al fin —me dijo mientras corría hacia donde yo estaba y se sentó a mi lado empezando a revisar el vendaje

—¿Cómo es que tú? quiero decir ¿dónde estoy? ¿estamos en el campamento Júpiter? —sentí que la había llenado de preguntas, pero cuando mencioné el campamento hizo una mueca desagradable, por lo que seguramente no estábamos allí.

—Tranquilo, tómalo con calma —puso su mano sobre la mía, me dio un poco de vergüenza estar con el torso desnudo delante de ella y creo que se percató de esa realidad por rápidamente retiro su mano de la mía.

—¿Que... que haces aquí? ¿Qué hago yo aquí? ¿Cuánto tiempo he estado inconsciente? ¿Dónde estamos? —torpemente reformulé las preguntas para que no fuera incomodo el momento.

—Vamos en orden —dijo con gracia. —Primero, gracias por alegrarte tanto de que estoy aquí —dijo con sarcasmo mientras ponía un rostro de falso dolor.

—Oh no, no es eso, claro que me alegra verte —yo dije inocentemente.

—Bueno, yo te estoy cuidando, vi cuando fuiste atacado por los perros del infierno en ese acantilado —dijo tranquilamente, entonces como un flash empecé a recordar lo sucedido.

—Gracias, gracias por cuidar de mi —le dije buscando su mirada, cuando vi sus ojos me quedé asombrado, pude ver como sus ojos cambiaron de color, era un espectáculo a la vista, cambiaron de un azul cielo al verde más hermoso que yo haya visto alguna vez.

—Respondiendo a tus otras preguntas, estamos en una tienda que ha sido nuestro refugio —dijo con seriedad. La sola idea de que esto se acabara y tuviera que ser nuevamente perseguido, me aterraba. —Has estado 3 días inconsciente y en cuanto a donde estamos, seguimos en el lago donde perdiste la conciencia —termino de hablar mientras se levantaba para recoger los leños caídos y los acomodaba —¿Entonces qué quieres desayunar? —me preguntó mientras yo revisaba la tienda donde estábamos. Era amplia, había dos camas una mesa llena de implemento de curación que supuse habían sido para tratarme.

—Galletas azules —dije con un poco de nostalgia. Necesitaba aprovechar cada momento para descansar y comer lo que fuera posible. Ella chasqueo los dedos y apareció una ración de galletas azules.

—¿Co.. co... cómo es que tú? —ella sonrió mientras me acercaba el plato.

—Hestia, ella estuvo aquí, la ayudé a poder tratar tus heridas, antes de irse me dio la capacidad de poder invocar alimentos para que pudiera cuidar de ti —ella era sin duda la única diosa que siempre se había preocupado por mí. Tenía que agradecerle. —Pero sería mejor si lo acompañamos de un poco de chocolate caliente —ella dijo, y ella chasqueo los dedos e hizo aparecer dos tazas de chocolate caliente. Sin duda era una habilidad que era de gran ayuda.

—Ayúdame a llegar al fuego —le pedí y Piper se acercó y con cuidado puso su brazo por debajo del mío para soportar mi peso. Sentí un escalofrío recorrerme al sentir su contacto cobré mi espalda, debió darse cuenta por pude ver una sonrisa tímida y aparto la mirada. Sentía mucho dolor, pero necesitaba agradecerle por acudir en mi ayuda. Tome una de las galletas y la arroje al fuego —Para Hestia, gracias por no abandonarme.

HESTIA

Estaba impaciente por saber sobre el estado de Percy, verle tan herido me había partido el corazón y no podía llamar a Apolo para que revisara sus heridas, por lo que solo podía esperar a que se recuperara de manera natural. El agua ya no tenía el mismo efecto sobre él, Poseidón había ido disminuyendo su flujo de poder sobre Percy, al borde la negación como su propio hijo. Entonces escuche su plegaria

—Para Hestia, gracias por no abandonarme —no había forma de que confundiera su voz, aunque sonaba ronca y cansada. Inmediatamente me transporte al lago. Nos miramos por un largo rato, podía sentir un fuerte sentido de gratitud en su mirada y también podía ver la fragilidad en la que estaba. Piper estaba detrás de él para asegurarse que no se desplomara por el cansancio. Rápidamente chasquee los dedos para que unos asientos aparecieran. Piper ayudo a Percy a sentarse, era obvio que el dolor estaba presente, por lo que tomé un poco de néctar y lo vertí en su taza de chocolate.

—Quiero darte las gracias, Hestia. No sabía a quién más recurrir —su voz se entrecortaba, le sonreí porque siempre era asi, se disculpaba hasta por lo que no había que.

—Te dije que podías llamarme en cualquier momento —le respondí invitándolo a tomar del chocolate, le ayudaría con el dolor. Mientras tomaba pude ver que uso ese momento para tomarlo lentamente y dejar que las lágrimas contenidas salieran. No quería avergonzarle. —Piper, dame unos minutos a solas con Percy —ella asintió y salió de tienda. Deje que siguiera dejando salir las lágrimas que tenía contenidas.

—Desearía que este momento no se acabara —susurró mientras se secaba las lágrimas no sin hacer muecas de dolor por lo movimientos que hacía.

—No tienes por qué preocuparte, estamos a salvo de los dioses y los monstruos —su mirada de asombro y tranquilidad alegraron mi corazón, debió haber sido duro vagar por el país. Quería que disfrutará de este momento para siempre.

—¿Cómo es eso posible? —no quería adelantar mucho las cosas. Lo más importante era que se recuperara del todo.

—Alguien vino a verte, él hizo posible esto, no te preocupes, el volverá y podrás hablar con él —Percy pareció entender que no era algo de lo que se tenía que preocupar. —Lo importante es que debes recuperarte —trato suspirar, pero cada movimiento le era doloroso, aun necesitaba mucho descanso.

—Por un momento pensé que iba a morir y sin que nadie supiera como o donde —podía entender su preocupación, pero sabía que la propuesta Caos iba a ser un cambio importante para él.

—Ahora estas a salvo, eso es lo más importante —su mirada se relajó considerablemente. Necesitaba sentirse a salvo para que la tensión se disipara y su cuerpo pudiera sanar.

—Me gustaría, aunque sea solo una vez... —sabía a lo que se refería, estaba gritando con su mirada volver a casa, con Sally. Lo sabía y eso me partía el corazón.

—Percy, es preciso que lo sepas —la cara de Percy se tornó en preocupación porque mi tono también se volvió serio. Tenía miedo de abordar el tema.

—¿Saber qué cosa? —con cada paso que daba la conversación sentía que no estaba preparado para saberlo. Era demasiado pronto, pero sabía que su corazón sufriría más y más si es que no se lo decía, no podría perdonarme si es que dañara más a Percy.

—Sobre Sally y Paul ... —en ese momento su respiración se detuvo y lo supe por su mirada y como se formaban las lágrimas en sus ojos que había entendido.

—Hestia por que el silencio ¿qué paso con mamá y Paul? —tomo mi mano con urgencia, podía sentir que la desesperación se estaba formando dentro suyo.

—Percy, yo... lo siento tanto —mi corazón se encogió, desvié la mirada porque no quería robar —Hace un tiempo recibimos la noticia de que Sally y Paul habían sido encontrados en su apartamento asesinados... —entonces soltó mi mano y su mirada se perdió por un largo momento, sus mejillas estaban inundadas de lágrimas que fluían y fluían. Yo también empecé a derramas lágrimas, todo lo que Percy tuvo y tiene que sufrir para que el mundo de los dioses se mantenga a salvo no era justo. —Hasta el momento no he podido averiguar quién o quiénes fueron, pero tengo la seguridad de que se trata de un semidiós, de eso no me cabe duda —nunca supe si llego a escuchar esa parte porque sentí que estaba en un shock muy fuerte.

—No, no, debe ser un error... no esto no puede estar pasando —su rostro era de desesperación, sabía que dentro suyo la negación estaba haciendo estragos mu profundos. —Esto no puede ser real, por favor, Hestia, dime que no es cierto —mi corazón me dolió, quería poder darle lo que me pedía, necesitaba tiempo para poder asimilarlo. Se encogió en su asiento y empezó a murmurar, estaba empezando a hiperventilar y eso era peligroso para su condición. Necesitaba calmarse.

—¡Piper! —

PIPER

Me paseaba de un lado para otro, sabía que cuando Hestia me había pedido salir de la tienda era porque planeaba hablar con Percy sus padres y sería una conversación difícil, Percy necesitaría espacio para poder recibir la noticia y tiempo para poder asimilarla. Me ponía triste que las desgracias llegaban una tras otra la vida de Percy y no tenía tiempo para salir de una cuando llegaba otra. Por otra parte, la presencia de Caos había sido un factor determinante para que Hestia hablara de ello con Percy, porque Caos le había dicho que necesitaba saberlo cuanto antes.

No sé cuánto tiempo paso hasta que escuche la voz de Hestia llamándome.

—¡Piper! —rápidamente me apresure a entrar en la tienda. Lo que vi fue a un Percy encogido sobre su asiento temblando y murmurando cosas, la mira de Hestia era de temor.

—¿Que ha pasado? —pregunte, mientras Hestia ponía su mano sobre la espalda de Percy.

—Rápido, está hiperventilando, usa tu charmspeak para calmarlo, no le hace bien estar así —me puse nerviosa, nunca había usado mi poder en esta clase de situaciones, pero Percy me necesitaba.

Me le acerqué a su oreja y sin entrar en contacto con el cerré los ojos y me concentré, necesitaba encontrar las palabras justas para calmarlo. Empecé hablarle desde la imaginación cosas sobre los buenos momentos que había pasado con Sally, sabía que había sido una madre increíble, todos en el campamento habían oído hablar de ella y de cómo se había ido en una misión para rescatarla en una oportunidad. Empecé a susurrar cosas buenas sobre ella, sobre como cocinaba, la sonrisa que tenía y de cómo debió sentirse tan orgullosa de él. No sé en qué momento me encontré llorando mientras le hablaba y mi corazón se encogía de dolor con cada frase que salía, pero al ver a Percy y la forma en que su respiración se estabilizaba no podía detenerme, hasta que finalmente se calmó. Hestia suspiro de alivio dándome una mirada de agradecimiento. Llevo a Percy a la cama y poniendo su mano sobre su cabeza lo puso a dormir.

Salimos de la tienda y caminas un rato por los alrededores, ninguna de las dos dijo nada. Ya casi era hora del almuerzo, pero estaba tan agotada que apenas si pensaba en comer, y el humor no estaba para ello. Hestia debió notarlo porque me invitó a sentarte a los pies de un enorme árbol. No me había puesto a pensar en cuanto habíamos caminado sino hasta que vi que estábamos rodeados de árboles de Secuoya. Tenía sentido ya que estábamos en California.

—Me hubiera gustado hablar de esto cuando se hubiera recuperado —me comentó Hestia, la fragilidad de su estado de salud hizo mucho más difícil para el escuchar las noticias y el estrés sin duda hará que su condición se mejore tomándose más tiempo.

—Se veía tan frágil —nunca es fácil esta clase de noticias, y por como venía Percy debe ser aún más difícil para él. Hestia asintió suspirando.

—Es inevitable que siga asi por unos días, solo el descanso le permitirá restablecerse física y emocionalmente —ella tenía razón, sería cuestión de tiempo antes que pudiéramos volver a la mejor versión de Percy.

—Cuidaré de él lo mejor que pueda —ofrecí a Hestia quien me sonrió con gratitud.

—Estoy seguro que sí, querida —tomo mi mano, sentía que la temperatura de mi cuerpo había bajado, estaba cansada.

—Pasará un tiempo antes de que despierte, procura descansar tú también, sé que estas agotada —asentí con una sonrisa tímida.

—Nunca había usado mi poder para estas situaciones, espero haberlo hecho bien —por primera vez sentí que mi poder servía para algo significativo.

—Estoy segura que Percy está agradecido —no estaba tan segura si Percy estaría a gusto con que haya usado mi poder en él. —Cuando despierte, procura darle tiempo, necesita procesarlo y conociéndolo no dirá palabra alguna —sabía que lo último que Percy necesitaría es palabras de pésame, necesitaba tener tiempo para procesarlo y aceptarlo.

—Me mantendré ocupada para que pueda asimilarlo —había hecho una nota mental de buscar cosas que hacer para darle tiempo a Percy.

—Será mejor que me vaya, volveré en unos días para hablar con Percy —dijo Hestia tomando mi mano y nos flasheó hasta el interior de la tienda. El fuego se estaba extinguiendo, por lo que rápidamente Hestia lo avivo usando sus poderes para luego quedarse mirando a Percy con nostalgia y luego de darme una mirada se fue en medio de un remolino de fuego.

Suspiré, estaba temblando y me sentía helada, por lo que luego revisar que Percy estuviera bien cobijado me acosté y me había propuesto revisar las cosas que habían pasado desde que salí del campamento en mi mente, pero no lo logré por qué me quede dormida.

ANNABETH

El mar luce tan calmado, demasiado, le falta vida, o será que a mí me falta vida para verlo correctamente, pienso mientras froto el colgante que llevo en el cuello. El anillo de compromiso de Percy. Dos años han pasado desde ese día. Lo único que sabemos es que no está muerto, pero vaya a saber en qué estado estará. Aún recuerdo ese día. Yo estaba en una camilla casi al borde de la inconsciencia.

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—FLASHBACK—

—Adiós Annabeth Hija de Atenea... maldita zorra —escuche su voz, toda la amargura de una traición y la ira destilaron a través de sus palabras. Luego hizo algo que jamás se me olvidara saco una caja de terciopelo verde, la apretó con furia y con toda su fuerza la golpeo contra mi estómago. El dolor fue fatal, sentí un crack dentro de mí… comencé a escupir sangre, luego todo empezó a verse borroso, hasta que me desmayé.

Según me dijeron estuve entre 2dias en la enfermería, me desperté para ver a Mark en la cama contigua, el aún estaba inconsciente, miré a mi alrededor, no había nadie, tal como esperaba, mis amigos seguramente estaban enojados conmigo, por lo que le había hecho a Percy. Ahora que lo pienso no se en que estaba pensando, porque habría elegido a Mark por encima de Percy.

Vi en la mesa al costado la cajita de terciopelo, la tomé y la abrí. Mis ojos se abrieron al ver la belleza de anillo que había dentro. Era una banda de plata pulida en el centro tenía un diamante incrustado y a ambos lados 3 piedras de esmeralda que iban reduciéndose de tamaño. Pude leer el grabado que había dentro del aro decía: para mi WiseGirl. No pude evitarlo, solamente me puse a llorar en silencio, como pude ser tan tonta, desprecie un amor sincero y lo reemplace por un amor netamente físico y superficial. Destruí el corazón del chico que me amo desde los 12 años. Era algo que ya no podría reparar, no había plan que pudiera revertir esto… lo he perdido.

—FIN DE FLASHBACK—

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Las cosas no fueron fáciles, empezando por Quirón, quien me trato con una indiferencia total, tanto así que prefería enviarme a las misiones antes que tenerme en el campamento. Abogo por mí al Olimpo para que se me permitiera servir bajo las órdenes de mi madre para las reparaciones del Olimpo y algún que otro templo o palacio que había sido dañado. Los dioses aceptaron, mi madre estaba más que contenta, ella siempre había querido que trabajara con ella, y ahora estaba más tranquila de que no tenía una relación con un hijo de Poseidón llamado Percy.

Mi relación con Mark, pues no me sorprendió que al poco tiempo me engañara con una hija de Afrodita. Aunque no voy a mentir que me dolió ser engañada, supongo que en alguna medida se lo que paso Percy y del dolor que experimento. Cuando partí del campamento, nadie… nadie fue a despedirme, bueno excepto los de mi cabaña, aunque algunos lo hicieron más por compromiso. Quirón solo se acercó para decirme que había un transporte que me llevaría al Olimpo y luego se fue trotando. El mundo… mi mundo me dio la espalda, mis amigos, no los culpo, supongo que es lo que me merezco.

Hoy regrese al campamento, porque tenía un par de semanas libres, ya que mi mamá me dijo que había estado trabajando demasiado, y que necesitaba un descanso. Como lo esperaba ninguno de mis amigos quería juntarse conmigo. Intente acercarme, pero parece que ya sabían cómo mantenerme alejados de ellos: arañas. Leo había diseñado algunas arañas robot y se los había regalado a mis ex amigos, cuando ellos me veían acercarme, solamente lanzaban la araña, esta empezaba a crecer, y yo empezaba a gritar de manera descomunal, así que así me mantenían a raya lejos de ellos.

Ya se estaba haciendo tarde así que decidí volver, pronto sonó la llamada para la cena, todos me miraban como si fuera un bicho raro. Solo me decidí a sentarme y comer, obviamente luego de ofrecer mi ofrenda a mi madre. Quirón se puso de pie para dar los acostumbrados anuncios. Su rostro parecía ensombrecido, triste, se notaba que había derramado algunas lágrimas. A su costado estaba Nico, el cual tenía la cabeza gacha y sus brazos cruzados.

—¡Atención campistas! —agito sus pezuñas contra el suelo, para llamar la atención de todos. —Tengo una mala noticia —todos guardaron silencio a la espera de la noticia. Quirón aspiro profundamente.

—Percy Jackson ha muerto.

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