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Chapter 11 - Volviendo al tartaro

PIPER

Terminé de mostrarles sus habitaciones a los chicos y decidí reunirme con Percy para saber que tanto hablaba con Caos, cuando entré me quedé un poco anonadada con lo que vi, Zoe Nightshade ex teniente de Artemisa. Ella pareció reconocerme porque se acercó a mí y me tendió la mano.

—Piper hija de Afrodita —dije mientras la mirada de Percy estaba un tanto perdida. Caos por otra parte se encontraba moviendo unas cosas en la pantalla.

—Zoe Nightshade —respondió con formalidad, ella nunca había sido muy "alegre" cuando conocía a otras personas, pero aún asi tenía una mirada más suave que la que había visto en algunas imágenes sobre ella.

—Yo soy Percy Jackson —escuche la voz de Percy tratando de ser gracioso, pero falló miserablemente porque su mirada estaba perdida.

—Como pueden ver, todos los que forman parte del equipo tienen una conexión de una manera u otra —los tres nos giramos para poder escuchar lo que Caos decía. —Será mejor que descansen lo más posible estos días, se vienen años de entrenamiento antes que podamos enfrentarnos a la mayor amenaza que podamos imaginar —la voz de Caos sonaba seria, más de lo normal. Eso solo hacía que reafirmara mi deseo de esforzarme en cada paso para cuidar la espalda de Percy. Zoe empezó a caminar hacia la puerta luego de dar un asentimiento con la cabeza a Percy y a Caos, empecé a seguirla para poder instalarla en su habitación, pero se detuvo.

—No te preocupes ya conozco el camino —me dijo con normalidad, al parecer ya tenía un tiempo aquí, sería bueno para poder preguntar todas las dudas que tenía sobre lo que podíamos o no aquí. —Nos vemos luego chicos —salió por la puerta lateral rumbo a las habitaciones.

—Aquí Piper ya sabe el papel que va a desempeñar —mire de reojo a Percy quien estaba con los brazos cruzados, pero por un momento su mirada perdida cambio para darme una sonrisa de ánimo.

—Sé que no te lo pregunte, pero espero que estés de acuerdo —dijo mientras nuevamente tocaba mi hombro con el suyo por un momento.

—Estoy de acuerdo si piensas que es lo correcto —el asintió rápidamente.

—De hecho, no podría pensar en nadie más —su voz sonaba segura, eso me dio la seguridad que me faltaba porque los chicos que habían llegado empezando por Zoe era altamente cualificados en batalla con gran experiencia. Fui sacada de mis pensamientos por la voz de Caos.

—Bueno es momento descansar, dentro de unos días Percy tiene una misión y necesita recuperarse por completo, por lo que lo pondremos en una cámara de recuperación —Percy hizo una mueca de desagrado cuando Caos hablo de recuperarse, supuse que ya estaba aburrido de tanto descanso.

—¿Misión? —me daba tanta intriga porque tantas misiones seguidas solo para Percy.

—Sí, aún necesitamos alguien más para el equipo —dijo con un poco de ansiedad, pero trato de no mostrarlo demasiado porque me dio una media sonrisa.

—Piper ¿por qué no llevas a Percy a su habitación? —la cara de Percy se tornó curiosa. —Dentro de un rato llegará alguien para empezar la recuperación de Percy —solo sonreí porque sabía cuánto le molestaba el estar herido aún.

—Claro, sígueme Percy —le hice una seña con la mano y salimos por la puerta lateral hacia las habitaciones. En cada puerta estaba el nombre de los ocupantes, Percy sonrió al ver el nombre de Silena y Beck. Sabía por las historias que había escuchado las circunstancias por las que Beck y Percy habían ido a la misión en el princesa Andrómeda y como Beck había entregado su vida para completar con la misión.

—Entonces todo fue bien en tu misión —pregunté, Percy estaba en silencio mientras nos acercábamos a al final del pasillo.

—Sí, de hecho, fue una misión sencilla —me respondió con la voz un poco distraída.

—Debiste llevarme entonces... —susurré de manera engreída.

—No quería correr riesgos —me respondió rápidamente girando su cabeza con una mirada seria. Sabía que en su mente era un pensamiento recurrente de proteger a los demás, pero debía darme la oportunidad de probarme. Ya llegaría mi momento.

—Esta será tu habitación —abrí la puerta y le dejé entrar. La verdad era que cada habitación era casi como un tener tu propio piso. Amplios y listo para ser decorados. Percy dirigió su mirada algo muy parecido a una cámara hiperbárica, pero dentro había un líquido viscoso y de color ámbar, se veía aterrador y Percy no oculto su resistencia a meterse.

—Supongo que de esto hablaba Caos —dijo con cansancio. No me gustaba esto, pero si servía para que pudiera recuperarse, entonces era bueno.

—Bueno, luego puedo darte una mano para poder arreglar tu habitación a tu gusto —le ofrecí para animarlo un poco, casi podía adivinar qué cosas podría pedir para poder personalizar su habitación.

—Primero que nada, una chimenea —la verdad es que no sabía si Hestia podría sentir que ofrecemos una ofrenda, pero lo haríamos igual. —Llámame tradicional —dijo un poco sonrojado, supongo que esta era la parte más inusual de Percy.

—Yo también tengo una en mi habitación —le confesé devolviéndole la sonrisa. Lo deje para que pudiera descansar y cuando iba saliendo entro un par de chicos vestidos de blanco que me dieron una leve reverencia, supuse que iba a ser para poder ocuparse de su recuperación, creo que casi pude oír que me llamaba pidiendo ayuda, pero nada podía hacer más que sonreír.

Pasamos 3 días tranquilos, poniéndonos al día mientras Percy estaba en la cámara de recuperación, usamos su cuarto para poder estar con él mientras se recuperaba. Silena y Beck querían escucharlo todo, tuvimos horas y horas de historias y anécdotas. Beck sonreía de satisfacción al escuchar, porque sabía que todo había valido la pena y Silena tenía alguna que otra lágrima. Eran buenos tiempos en que se peleaba sin guardarse nada. Percy solo nos miraba y de vez en cuando nos daba levantaba el pulgar para decir que todo estaba bien y que nos escuchaba ya que tenía una mascarilla de oxígeno, descubrimos que ese líquido era plasma con nano reparadores que incrementaban la regeneración, por lo que debía estar allí un par de días antes de poder estar de vuelta y estar listo para el entrenamiento.

Thalia y Zoe nos contaron sobre cómo era ser una cazadora de Artemisa y anécdotas sobre ello ya que ambas habían ocupado el puesto de tenientes. Silena y Beck nos hablaron sobre los Elíseos y de cómo era la vida allí, las cosas que se podían hacer y que prácticamente era un lugar de descanso, sin preocupaciones y donde uno podía recorrerlo con total libertad, pero que era tan basto que ellos no sabían quienes llegaban o salían de allí. Luego llego mi turno para contar mi historia, y de cómo había llegado a reunirme con Percy, Thalia reaccionó con tranquilidad y me dio su apoyo diciendo que a pesar que era su hermano no debió hacer lo que hizo. También les conté sobre Percy y su reunión con Caos y como era que me había reunido con él. Miré de reojo a Percy y cerró los ojos entonces también les conté sobre la muerte de Sally y Paul. Fue un momento emotivo ya que Thalia y Beck conocían a Sally y a Paul, pero también se alegraron cuando les hable sobre que Hestia había ofrecido a Percy en convertirse en su hijo. Thalia celebro y comento algo sobre que había visto a sus ojos en la sala del trono y no sabía la historia sobre el color de sus ojos.

Cuando Percy terminó con tu recuperación pudimos reunirnos todos y Caos habló con nosotros sobre el plan de entrenamiento. Era de locos, entrenamiento para todo, todas las especialidades, todas las armas y luego estaba cuerpo al que iríamos cada uno, claro excepto Percy y yo quienes debíamos entrenar más que todos para poder dominar cada especialidad para poder entrenar con ellos.

Esta era la última noche antes de empezar a entrenar, me encontraba con Silena y Zoe cuando entró Thalia diciendo que Percy se iba de misión. Me disculpé bajo la atenta mirada de Silena y salí hacia su habitación.

La puerta estaba abierta asi que solo entré. Creo que al estar juntos en la aquella tienda en el lago nos habíamos saltado el pedir permiso para entrar. Estaba arreglando su mochila. Llevaba muchas botellas de agua y una bolsa de dormir, asi como unas barras de cereales. Me intrigaba saber hacia dónde me dirigía.

—Piper —dijo dándome la bienvenida, mientras acomodaba sus cosas.

—¿Debes salir hoy? —me senté en el borde de la cama, poco o ningún cambio había hecho en su habitación. Supongo que tendría que esperar a que volviera de su misión.

—Si es el momento de ir por el último miembro del equipo —su voz aun asi se veía acongojada. Algo no estaba del todo bien.

—Nunca te pregunte quien era —me miro por un momento dudando.

—Es Tyson —me quedé impresionada por que nunca pensar que podría suceder. El rostro de Percy no había cambiado, seguía igual de perturbado.

—¿En serio? Eso es genial —dije tratando de animarlo, tener a su hermano aquí sin duda sería muy bueno.

—Sí, lo es, la verdad que si ¿Me ayudarías a acomodarlo en mi cuarto? —sonaba un poco más animado con la idea de que estuviera en su habitación.

—Claro eso estaría bien, arreglaré todo aquí para sea una habitación de chicos —me empecé a pasear por la habitación pensando en cómo podría acomodar todo.

—Cuando vuelva seguramente ya habrás tenido tus primeros entrenamientos, por lo que separa tiempo para que entrenemos tu uso de la espada juntos —por un momento sonó como esos entrenadores del gimnasio, no pude evitar sonreír. Pero asentí.

—¿Tienes todo lo que necesitas? —le pregunté por si aún necesitaba algo, para poder practicar mis habilidades.

—Creo que si —chasquee mis dedos y convoque una rica y fresca manzana y se la arrojé. Me acerque y saque de mi cinturón mi fiel daga de bronce celestial.

—Llévate a Katropis, no creo que lo necesites, pero nunca se sabe —le entregué la daga en su vaina. Al comienzo negó con la cabeza.

—Piper —susurro mientras miraba con atención mi daga. Tal vez se sentía un poco avergonzado.

—Anda, tómala —le dije animándolo a tomarla. Cuando la tomo la desenvainó y la observo con cuidado.

—Está bien, pero solo prestada, ha sido tuya y te ha acompañado todo este tiempo —sabía que no podría aceptarla, asi que simplemente acepté sus condiciones.

—Percy, es hora —Caos se asomó por puerta. Me gustaba que a pesar de que fácilmente podía flashear dentro de la habitación no lo hacía. Creo que era una ley no escrita.

—Bueno, supongo que nos vemos luego —dijo Percy chocando mi hombro ligeramente, note que se estaba volviendo una buena costumbre de algo tácito mientras caminaba hacia donde estaba Caos.

—Con cuidado ¿OK? —le dije mientras levantaba la mano si voltearse.

—Si señora —Caos negó con la cabeza. Y luego simplemente me quedé en la habitación, suspiré porque por primera vez sentí que no quería quedarme atrás. Pero me pondría de una vez a organizar la habitación.

PERCY

Caos me dio una perla blanca, porque me dijo que no podía trasladarme directamente al vació porque quien quiera que detectará o quien me encontrara no debía saber hacia dónde iba, por lo que iría a parar al lago donde el estaría esperándome en caso hubiera algún imprevisto. Estaba al borde de abismo con mi capucha puesta y la armadura que mamá había hecho para mí, caer por el tártaro por segunda vez te prepara para esperar lo suficiente como para acomodarse para la caída. En esa oportunidad fue con Annabeth, cuando rescatamos la estatua de Atenea y luego Aracne se encargó de provocar nuestra caída. También me acordé de mi madre y Paul. Mi madre fue la mujer más dulce, abnegada y tierna del mundo, aguantó al asqueroso de Gabe. Una de las cosas que debo cuidarme es de reprimir al máximo mis recuerdos relacionados con miedos y más si están relacionado con todo lo que me hizo, pero según los dioses era necesario para evitar que los monstruos se aceraran a mí. Cuando conoció a Paul, por fin pude verla sonreír nuevamente, fue lo mejor que pudo pasarle.

Entonces sentí esa sensación de que la caída estaba llegando a su fin. La sensación del tártaro no ha cambiado el aire sigue siendo pesado de respirar, uno siente que está aspirando cenizas y azufre, se siente como que te quema por dentro, aunque soy hijo de Hestia y la sensación de quemazón no debería ser un problema, pero aun asi el aire mismo te intoxicaba. Empecé a caminar en busca de quien era mi misión: Tyson.

Empecé a caminar sin un rumbo fijo, la verdad que la disposición y los caminos son diferentes de la última vez que vine, tiene sentido, sino seria pan comido regresar y volver a salir. Algunos túneles solo te conducían a callejones sin salida y otros solo daban círculos alrededor. No sé cuánto tiempo paso, el tiempo se sentía como una eternidad, pero mi sensación del tiempo me decía que ya era hora de parar, había caminado y caminado sin parar, así que busqué una cueva lo más escondida posible, como para poder descansar tomar un descanso. No sabía cuánto tiempo me tomaría salir de aquí, pero no saldría de aquí sin Tyson. Quería escuchar de la misma boca de Percy porque terminó aquí.

Luego de estar caminando por días, horas, no lo sé realmente y sentir que mi ropa se desgastaba supe que debía darme prisa, tenía los labios secos y parte de mis mejillas estaban quemadas. Salían heridas y cortes en mi cuerpo por los salientes que había en lugares estrechos porque empecé a recorrer todo hueco y lugar sin pensarlo porque quería encontrarle como sea. Todo esto y ver que mi ración de alimentos y agua se iban agotando me hizo darme cuenta que tranquilamente habían pasado 5 días. Cada día podía dormir menos ya que las pesadillas empezaban a aflorar, luego de todo el tiempo que me tomo superarlas. Esto simplemente era parte de los daños colaterales de caer en este lugar.

Eso me ratifico la buena decisión que había tomado de no involucrar a Piper en esto. Sabía que ella quería probarse, lo sabía y no pretendía quitarle las oportunidades solo por cuidarla, pero quería que se prepara y entrenara para hacerle frente a lo que sea, sin perder toda la bondad e inocencia que tiene dentro suyo. Yo he podido ver la maldad cara a cara, que he matado, sufrido, llorado y padecido dolores inhumanos, en cierta parte llevo un poco del tártaro aun dentro mío. Cada vez que la muerte llama a la puerta una pequeña parte de mi alma se desvanece. En cambio, ella aún tiene un alma completa, un corazón completo, y yo no dejaría que nadie le quitara lo que me fue quitado a mí, no le impediría probarse, pero primero me encargaría que siempre pudiera defenderse y vencer.

Me desperté después de un par de horas de sueño, debo darme prisa, porque mis fuerzas se van restando, mis poderes son casi inefectivos y no tengo los poderes Caos aun, tenía sentido ya que no debemos darle ninguna ventaja a Nix y Érebo dando a conocer a su campeón. Así que aquí soy solo un semidiós. Me pregunto si mi aura semidiós sigue siendo igual de poderosa debido a la maldición. Supongo que pronto lo averiguare. Me esforcé por esconderme en cada saliente, hoyo y cueva porque en más de una oportunidad pasaron perros del infierno, gigantes, furias y otros monstruos. Tuve que con toda discreción usando la daga de Piper liquidar en silencio a más de uno para no ser descubierto. No podía luchar solo asi que no podía correr riesgos.

Saqué mi fiel espada Riptide que pronto ya no será mía y me dispuse a avanzar. En busca de Tyson. ¿En qué estado lo encontraré? empecé a caminar durante mucho tiempo, de vez en cuando tenía que esconderme porque sentía que se acercaban un grupo de monstruos, que curiosamente no se detenían a percibir mi presencia, sino que se agrupaban con rumbo a algún lugar. La curiosidad me estaba matando, pero no podía distraerme, así que solo los deje pasar. No muy lejos de allí escuche una voz familiar, de un viejo —amigo —aunque ahora no podría decir si seguía siéndolo. Respiré profundamente y me dirigí hacia la cueva, era oscuramente oscura, con un pasadizo que parecía interminable. En la entrada de ese pasadizo se encontraba Bob... o Jápeto.

—¿Jápeto? —dije tímidamente, él se dio la vuelta hacia donde yo estaba y desenvainó su espada. Que por cierto fácilmente podría decapitar a 3 hombres de un solo enviste. Guarde Riptide de manera tonta y levanté las manos en señal de rendición.

—¿Qué quieres enano? —pregunto con un poco enfado. Tragué saliva obviamente no quieres sufrir la ira de un gigante.

—Yo soy amigo de Percy Jackson y Nico —use mi mejor recurso. Los recuerdos. El empezó a mirarme de manera confusa, mientras murmuraba. —Bob... Bob —entonces supe que había logrado llegar al lado bueno de Japuta.

—Percy... Nico... amigos —dijo con un poco de nostalgia. Este lugar solo va consumiéndote lentamente. Juega con tus miedos y fracasos.

—Si amigos... necesito que me ayudes a encontrar a alguien —le dije con sinceridad. El me miro con curiosidad. —Necesito encontrar a un ciclope llamado Tyson, hace un tiempo fue arrojado aquí —le dije entonces abrió los ojos ampliamente. Luego me miro de manera inquisitiva como si estuviera examinándome.

—Hacia el final hay una cueva que desciende hacia un subnivel donde funciona de forja y han capturado a cuanto ciclope ha sido arrojado aquí, porque no es el único —me dijo mientras se hacía a un lado dejando la entrada libre para que pudiera pasar. ¿Ciclopes arrojados al tártaro? Cómo puede estar pasando esto.

—Gracias —le dije mirando a sus ojos.

—Amigos —susurró de manera triste. Algo me decía que nos volveríamos a ver.

Caminé durante horas, tratando de hidratarme al máximo y comer las ultimas barras de cereal, ya sabían a azufre, pero era lo único que podría sostenerme, pude ver actividad en una cueva, donde lunas furias llevaban encadenados y amordazados a un par de ciclopes escoltados por unos perros del infierno. Caminé con cuidado, el suelo estaba lleno de huesos en el suelo, un escalofrió recorrió mi espalda cuando vi un par de perros del infierno patrullando el pasadizo. El pasadizo era un muy angosto como para maniobrar con la espada, al final se podía ver el inicio de la escalera descendente. Entonces fue cuando agradecí en silencio a mi madre por sus poderes. Me concentre, tenía serias dudas, solo había podido probar invocar fuego en mi mano, pero creí que el concepto era básicamente como formar un ataque como cuando lo hacía con el agua, pero me tomé mi tiempo de concentración tratando de buscar toda la energía que pudiera para usar esos poderes. Formé una pared de fuego que se extendió ocupando todo el pasadizo matando en el acto a los perros del infierno, fue tan rápido y potente que ni un quejido se escuchó solo se veía el polvo del desvanecimiento "no puede ser tan fácil" pensé y seguí avanzando.

El pasadizo era extenso, pero ya casi llegaba a la escalera. Tenía que ser muy cauto, porque no sabía con qué me encontraría abajo. Aquí es donde la oscuridad reinaba, pero se escuchaba el sonido de martillos golpeando metal a un ritmo lento, pero constante. Ya sabía que iban a haber furias, pero si me contaba con algo más debía estar preparado para replegarme de ser necesario. Debía iniciar la busque de Tyson en cuanto viera a los ciclopes que estaban aquí. Entre los ciclopes había diferentes oficios como constructores, herreros y artesanos, los descendientes de Poseidón por lo general tenían la habilidad de fabricar armas de alta calidad, ya que poseían la habilidad de elaborar aleaciones especiales y darles un acabado de primera. Tendría que averiguar quién estaba detrás de todo esto.

La adrenalina del combate empezaba a correr por mi cuerpo con cada paso que daba y me acercaba. Estaba cansado de pelear, más aún de asesinar, aunque si hay gente a la que quiero matar ahora mismo: los dioses, el asesino de mi familia, Mark. Nadie podía conocer mis planes de venganza. Llegue a la entrada de un salón lleno de cadenas y jaulas, estaba dividido en 2 secciones ya que por el medio de la sala corría un río de lava. El calor era simplemente sofocante, estaba empezando a transpirar y eso solo me pondría en desventaja, rápidamente empecé a hacer una observación general. Había perros del infierno de un lado y furias del otro, pude contar 10 ciclopes encadenados y amordazados que gruñían mientras golpeaban el metal en sus yunques estaban sucios con la ropa desgastada llena de agujeros. Los ciclopes ponían sus depósitos de metal con sus aleaciones en el rio de lava para derretirlos y luego los formaban en sus moldes para luego martillarlos. Las cadenas eran pesadas y solo les permitían moverse en el rango de las cosas que debían hacer. No podía creer que estuvieran reclutando ciclopes para nutrir de armas a los monstruos, gigantes, titanes y otros dioses que seguro estaban metidos en esto.

No podía reconocer a ninguno de los ciclopes porque estaban tan sucios que era imposible identificarles, asi que tendría que acercarme para poder hacerlo. Pero primero tendría que encargarme de las furias, lo perros vendrían solos. Una de las furias traía un látigo consigo y azotaba sin piedad a uno de los ciclopes porque dejó caer parte del material en río de lava.

—¡Maldito inútil! Levántate y trabaja antes que te arrojemos a la lava —la espalda de ese ciclope sangraba en abundancia, pero no parecía importarles menos.

Suspiré determinado, tal vez no era a lo que vine, pero no podía simplemente dejarlos aquí, por lo menos les daría la oportunidad de defenderse y escapar. Me movía rápida y silenciosamente hacía la furia que tenía el látigo y por detrás la tomé del cuello y la atravesé con mi espada, pero no fue suficiente porque chilló y alertó a las otras dos que se abalanzaron sobre mi llamando a los perros quienes empezaron a proteger una puerta al otro lado con fiereza. Cerré mi puño con fuerza y empezó a volverse naranja intenso como si fuera un metal que hubiera sido puesto en el fuego y con otra mano mi espada y avance hacia donde estaban estas furias, logré impactar con mi puño a una de ellas en su ala y empezó a gemir de dolor, pero la otra logro esquivar el movimiento de mi espada para darme un buen golpe en el estómago y mandarme a rodar hacia atrás. Rápidamente me levanté y repetí el movimiento, solo que esta vez amague ir contra la furia que estaba intacta para girar ambos ataques contra la que estaba herida y le impacte la espalda en el cráneo. La última furia me siseó amenazándome y se lanzó contra mí con tal velocidad que color pude poner mi espada al frente, pero me incrusto las garras de sus alas en las piernas haciendo gruñir de dolor. Los ciclopes de este lado del río de lava habían dejado de trabajar y gruñían y agitaban las cadenas tratando de liberarse de las mismas.

—¡Tyson! —grité tratando de encontrarle entre todo ruido de cadenas golpeando contra el suelo y la furia solo me sonrió enfermamente. Corrí hacia ella y ella salto hacía mí y logró arañar mi pecho dejándome una gran marca, pero pude tomar una de sus alas y la arroje al suelo, tire mi espada y tome a Katropis y la clave de las alas contra el suelo. Sus gritos de agonía eran demasiado como para mantenerla con vida, para este momento ya vendrían a ver qué estaba pasando por lo que simplemente acabe con ella.

Concentré poder en mis manos y empecé a arrojar llamas de fuego a las cadenas una tras otra tras otra y varias veces hasta que empezaron a ponerse al rojo vivo, luego les hice señas a los ciclopes para que empezaran a golpearlas todos a la vez para liberarse. Parecieron entender porque empezaron a golpear todos al unísono, me acerque uno por uno buscando sus ojos, podría reconocer la mirada de Tyson, no era ninguno de ellos. Salte al otro lado y los perros no me atacaban, sino que se mantenían en la puerta. Hice lo mismo que había hecho por los otros ciclopes, pero tomaría tiempo eran cadena pesadas y gruesas. Luego me lance contra los perros empezaron a caminar a mi alrededor para confundirme, pero ya sabía cómo hacerlo, ellos atacaron primero y me empujó hacia atrás, rodé un poco no sin antes lanzarle Katropis en una de las patas a la altura del muslo, el otro rápidamente me arrinconó y se lanzó para morderme, pero use ni brazo para detener el impacto, el diente logró atravesar la protección y se incrusto en mi piel, era doloroso por luego empezó a jalonear de un lado para el otro no tuve más remedio que incendiar mi brazo mientras agarraba su hocico para que empezara a arder como antorcha, luego tome mi espada y le abrí el abdomen de un solo golpe. El otro perro al ver eso empezó a correr para escapar de mí, pero logre alcanzarlo, no podía dejar que se llevara Katropis en su cuerpo, por lo que mi tome de sus patas y arranque el cuchillo que cuando quiso saltar hacia el otro lado no pudo y se hundió en la lava.

No tenía más tiempo, sabía que ponto alguien estaría aquí. Lancé un ataque de fuego sobre la puerta y luego la derrumbé de una patada, entonces le vi. Estaba encadenado, por un momento pensé que estaba desmayado porque no se movía ni reaccionó a mi entrada. Estaba magullado, con quemaduras en el cuerpo y las manos ensangrentadas. Tenía el torso desnudo y su espalda era un desgarrado espectáculo de marcas ensangrentadas y cicatrices.

—No puede ser… no… ¡No! —grite con desahogo mientras me acerque Tyson. Con delicadeza trate de acomodarlo para poder liberarlo.

Me concentre y tome las cadenas con mis dos manos y empecé a canalizar el poder de Hestia y después de un rato las cadenas estaban derretidas. El ruido de los martillazos se detuvo, por lo que pensé que los ciclopes lo habían conseguido. Me saqué la capucha, aun en contra de lo que Caos dijo, no podía no mirar a los ojos a Tyson. El empezó a reaccionar una vez que puse en su boca mi última ración de agua, la bebió con desesperación, el brillo de su ojo se había ido, la alegría no estaba más, solo veía dolor, y más dolor, también sufrimiento y decepción. Mi corazón por dentro se desgarraba.

El salón estaba lleno de espadas, todas apiladas y lista para ser distribuidas. Había cajas y cofres apilados al fondo del salón con más armamento. Pero de momento eso no me importaba.

—Tyson… soy yo… Percy —le susurré al borde de llorar sin parar.

—Percy está muerto —me respondió con tristeza sin siquiera mirarme.

—Soy yo… estoy vivo —le dije tratando de sonar convincente y tomando su rostro para que me mirara.

—Percy... —entonces le puse la mano en la boca, se veía tan débil, magullado y herido por todo lado.

—No… nadie puede saber que estoy vivo, lo siento tanto, no sabía que estabas aquí —dije con molestia mientras acomodaba su cabello desordenado. El solo bajo la vista un poco avergonzado. —No te preocupes… te sacaré de aquí —le dije de manera firme. —Necesito que tomes esto —le di un poco de ambrosía y néctar mezclados, era un shot de los que Piper me daba en la tienda. Lo tomo con dificultad, y su respiración al poco tiempo se empezó a estabilizar.

—Gracias, ha pasado mucho tiempo desde que lo probé —su voz aún se escuchaba agotada.

—Debemos irnos, toma mi mano —sentía que algo se acercaba y no era nada nada bueno. El techo encima nuestro temblaba.

—No, no podemos dejarlos aquí —Tyson me rogo mientras con dificultad y casi tropezando se levantaba.

—Tampoco puedo llevarlos conmigo —le respondí, porque no podía estar seguro que esta perla pudiera transportarnos a todos.

—Por favor, son amigos, familia... —su mirada era desgarradora, iba más allá de la compasión que yo podía sentir por los ciclopes esclavizados. Entonces empecé a mirar todo el salón lleno de armas y cosas de valor. Debíamos aprovechar la oportunidad.

—Está bien, pero tienes que hablar con ellos primero ¿hay algo de valor que podamos llevarnos? —Tyson me levanto el pulgar con una media sonrisa.

—Yo me encargo —Tyson se arrastró a la salida, quise ayudarle, pero no quiso, se arrastró y cuando salió los 10 ciclopes estaba afuera tirados en el suelo agotados. Miré dentro de la sala, había bombas de fuego griego, entonces una mala idea cruzo mi cabeza. Le tomo un par de minutos antes de que Tyson entro nuevamente acompañado con los ciclopes que me extendieron el puño en señal de agradecimiento, les devolví el saludo y empezaron a martillas el suelo y las paredes. Tome un poco de ambrosía y néctar para estar al pleno de mis capacidades, aunque las heridas seguían allí.

Entonces pude sentir la presencia que tanto esperaba. Me puse la capucha y me dirigí hacia el salón principal, estaba de pie del otro a unos metros de la habitación, un aura similar a la de Ares. Entonces me di cuenta, era Fobos. Hijo de Afrodita y Ares, la personificación del temor y el horror. No pude evitar temblar ante la idea de ser presa de sus ataques. Había muchas historias de los pocos que habían sobrevivido a los feroces y devastadores ataques de Fobos, gente que había sucumbido al terror y la devastación física y mental del mismo.

—¿Dónde crees que vas? —dijo con una sonrisa maléfica en sus labios. No podía temer, no podía ser débil, tengo que ser fuerte por Tyson y por mí.

—Voy de salida, así que… con permiso —le dije lo más valientemente posible. Metí mi mano para comprobar a Riptide. Allí estaba y en mi costado Katropis. Entonces el saco su espada.

Esa espada era letal o al menos lo suficientemente maléfica como para paralizarte y dejarte a merced de la muerte. Una herida con esa espada, podía hacerte experimentar tus temores y miedos de manera exponencial tanto que te dejaba casi mentalmente inservible. No pude evitar estremecerme. Tengo muchos secretos horrorosos como para ser herido por esa espada. Aparte de que estoy en el tártaro, todo aquí se maximiza, más aún los miedos.

—Tú lo has querido —dije sin pensar demasiado, saqué mi espada y arremetí contra él, no podía permitir siquiera que se acercara a la sala y dañara a Tyson y a los otros ciclopes. Como era de esperarse de un hijo de Ares, no era un novato con la espada. Era demasiado bueno, lograba parar todos mis ataques y sus arremetidas eran certeras y siempre buscando lastimar. No podía darle ninguna ventaja.

Estuvimos así por un tiempo, entre ataques y defensa. Pero yo soy solo un semidiós, y uno que esta maldito y encima estoy debilitado así que después de unos 20 minutos de batalla, empecé a notar que mis golpes eran cada vez más débiles, en cambio los suyos eran más agudos y llenos de malicia. No voy a resistir mucho más.

—¡Prepárate Tyson! —grite, sabía que esto terminaría pronto, tanto como si logro derrotarlo, como si él logra asesinarme, no dejaría que mi hermano se pudriera en esta pocilga.

Usé un poco del poder de mi madre y saqué la daga de Piper, para despistar al enemigo, así nadie podría decir a ciencia cierto hijo de quien era. Lance una bola de fuego que estalló en el pecho de Fobos lanzándolo contra una pared. Este es el momento pensé, corrí a los tropezones hacia donde estaba Tyson con el resto de ciclopes quien también corrió hacia mí cuando me vio y le entregué la perla susurrándole algo.

Sentí que Fobos corría hacia mí, me gire para detener su ataque, pero note que no venía atacarme a mí sino a Tyson. Si Tyson es herido seria su fin, tal vez no logre matarlo, pero si lograra freír su cerebro con todo lo que había tenido que sufrir aquí. Entonces hice lo primero que se me ocurrió lance mi espada con las dos manos con toda mi fuerza la espada se clavó en el muslo de Fobos, mientras yo seguía corriendo hacia Tyson, que se había paralizado en su sitio mirando la escena viendo como Fobos se iba encima de él. Corrí con todo lo que me quedaba, y le hice señas para que entrara a la habitación viendo como Fobos se tropezaba aun con su espada al frente dispuesto a herir a Tyson. No lo dude, no lo permitiría, no dejaría que hiriera a mi hermano, mi amigo. Me lance con todas mis fuerzas empujando a Tyson la habitación.

Entonces mi visión se volvió gris. Sentí un dolor en el pecho, cerca de la clavícula. Y con mi último aliento vi a Tyson a mi lado, se acercó a mí y arrancó la espada. Fue un dolor inexplicable que casi me deja inconsciente. Grité como me hubiera gustado gritar cuando me sumergí en la laguna estigia. Entonces con el mango de la espada golpeó a Fobos dejándolo fuera de combate. Lo escuche gritar mi nombre y el grupo de ciclopes me arrastraron hacia la sala, me sentía mareado, Tyson me entregó la perla de Caos aspiré con dolor y concentrar toda la energía que tenía y Tyson hizo lo mismo con los poderes de Poseidón y los concentramos en la perla, los ciclopes me rodearon todos armados hasta los dientes y aplaste la perla gritando de dolor y me desmayé en medio del transporte. Rogué porque funcionara. Solo para entrar en las peores pesadillas, en el horror de la desesperación y en el dolor que no termina nunca.

NARRADOR

—¡Despierta! —gritó un muchacho con su espada en la mano. Mientras sus hombres revisaban la habitación en busca de una pista de lo que había pasado. Fobos empezó a salir de su inconciencia. Cuando se vio rodeado de por un par de titanes y un muchacho.

—Atlas, termina de despertarlo, no tengo todo el tiempo —El titán procedió a sacudirlo y abofetear a Fobos con dedicación. Mientras que Kronos se acercó para hablar con el muchacho.

—¿Que haremos ahora? —El muchacho pensó profundamente y luego sonrió.

—No hay de qué preocuparse por ahora. Yo me encargué de los padres de Jackson y cuando pensé en que tenía que encargarme también de él los monstruos hicieron nuestro trabajo. Percy Jackson está muerto... eso significa que nosotros ganaremos esta guerra —tanto Kronos como el muchacho se rieron maléficamente. Luego se aceraron a Fobos que acababa de despertar.

—¡Explícate! ¡Lo único que tenías que hacer era cuidar a ese maldito ciclope! Ahora quienes forjaran las armas ¡inútil! —grito el muchacho con vos de autoridad. Fobos se exaltó ante la voz del muchacho de manera desafiante y empezó a gruñir. —No te olvides con quien hablas ¡soy el campeón de Nix y Érebo! así que ten cuidado —Fobos bajo la cabeza, avergonzado.

—Era un semidiós y los ciclopes se le unieron, no es que era muy fuerte, yo estaba venciendo, cuando uso su poder... fuego... y luego fue tras los ciclopes y cuando fui a atacar el tomo la estocada en vez de uno de los ciclopes. El me hirió en la pierna y luego el ciclope me golpeo en la cabeza —dijo Fobos frotando su cabeza.

—Fuego ¿hijo de Hefesto? —dijo el muchacho pensativamente mientras se alejaban rumbo a la base de operaciones. Nuevos enigmas surgían y debían ser resueltos.

—Vamos... tenemos que avisar a Érebo —dijo con una mirada desafiante el muchacho mientras empezaba a caminar.

NICO

¿Recuerdan que les comenté que no era bueno hablando? ¿Y que mis habilidades sociales se encuentran en niveles bajo cero? Bueno todo eso se ha acentuado, la muerte de Thalia me afecto demasiado. Recuerdo que siempre la he visto desde la sombra, siempre que ella se encontraba en el campamento. No sé si alguna vez se dio cuenta, pero espero que lo haya hecho. Solo ha pasado poco tiempo y ya la extraño, extraño su presencia, sus cambios de humor, sus apodos e insultos.

Llegaron Artemisa y Poseidón con una nueva profecía. Era confusa, poco clara, para variar, pero hablaba de los primordiales la venganza y muerte. Todos nos alteramos al saber que deberíamos volver a luchar, pero se nos dijo que teníamos tiempo todavía, así que desde mañana empezaría nuestro entrenamiento. Artemisa, Poseidón, Ares y Hermes se encargarían de nuestro entrenamiento. Nos dividiríamos en especialidades, pero no significaba que no dominaríamos las diferentes armas. Todo el campamento era silencio, solo se escuchaban lo choques de espada y el zumbido de las flechas disparadas. La vida se había ido después de los acontecimientos. Ahora mismo no me preocupaba la profecía, la guerra, los semidioses, los dioses, Caos.

He venido al árbol de Thalia a pensar un rato, no logro despegarla de mi mente, y no quiero hacerlo tampoco. "Vendré todos los días" me prometí a mí mismo mientras acaricio la corteza del árbol. Y sus palabras aún resuenan en mi mente, algunas son como caricias a mi corazón, mientras que otras son como puñales a mi corazón. Todavía me duele y lloro en silencio.

—Ojalá hubiera sido yo en tu lugar—susurre con amargura. Las lágrimas salían sin pedir permiso. —Porque... porque... ¡Por qué! ¡Maldito seas estúpido hijo del mar! —susurre con furia, pero eso no evito que retumbara un trueno a lo lejos. —¡No me importa si me matas! no importa —me senté sobre la base del árbol. Entonces empiezo a temblar de rabia incontenible, en busca de venganza. Cuando siento una presencia poderosa detrás de mí. Con cautela desenvaino mi espada y me doy vuelta. Oh dioses no.

Ayuda.

JASON

5 días me tomo volver al campamento Júpiter. Estaba exhausto, sucio y preocupado. Preocupado por lo que viene. Por lo que tendré que soportar. ¡Maldita sea Venus! ¡Yo no tengo nada que ver con tu hija! Ella simplemente se fue. Yo tome mi decisión y eso no tenía por qué molestarle. Yo iba a encontrar la forma de que lo entendiera, pero ella no me dio la oportunidad.

Llegué a los límites del campamento y fui recibido por Reyna, Hazel y Frank, quienes se acercaron corriendo.

—Hey chicos —les dije un poco cansado, solo quería llegar y dormir por 2 días enteros. —¿Alguna noticia? —Dije casi por obligación. Cuando a lo lejos vi a Annabeth y no pude evitar sentir curiosidad. Reyna se dio vuelta para ver a quien miraba.

—Esas son las noticias —Reyna dijo con un poco de pena. Mientras que Hazel y Frank solo guardaban silencio. —Sera mejor que te sientes un momento —ya me estaba poniendo nervioso.

—Se hizo una ceremonia de homenaje para Percy —Empezó Frank, asentí... era lo menos que se merecía alguien como él, maldito o no era un héroe. —Bueno nosotros fuimos hacia el campamento Mestizo y presenciamos la ceremonia, al igual que las cazadoras —no me sorprendió, Percy era el mejor amigo de Thalia y las cazadoras habían tenido algo de respeto por Percy debido a Zoe. —Bueno, cuando Thalia termino de hablar Mark empezó a despotricar sobre Percy y esto enfado mucho a todo el mundo... —empezaba a imaginar cosas, pero decidí no sacar conclusiones. —Entonces Nico salió al frente antes que Thalia cometiera una locura... y fue desafiado por Mark, quien de manera desleal tomo ventaja sobre Nico en el duelo, al final estaba venciéndolo de manera irreversible. En un momento dio una estocada directo al corazón de Nico... —en ese momento Hazel y Reyna estaban en lágrimas y yo solo contenía la respiración. ¡Oh dioses Nico! No... —Pero la estocada fue detenida... por alguien —Frank suspiro y yo lo tome por los hombros.

—Continua ¿quién detuvo la estocada? —dije con nerviosismo mientras lo sacudía con violencia, pero Frank no se molestó en defenderse.

—Thalia... —entonces supe lo que había pasado... Solo cerré los ojos. Las lágrimas querían salir de mis ojos, pero yo se los permití. Prometí que sería fuerte. —Ella se puso entre Nico y la espada... ella murió —solo atine a apretar los brazos, mis nudillos estaban blancos se tanta fuerza al apretar. Voy a matar a ese mal nacido. Sera lenta y dolorosamente. Sera la muerte más sanguinaria que alguien vio alguna vez, y no me importa si debo enfrentarme al mismísimo Poseidón. —Cuando las ceremonias de homenaje terminaron, los dioses ordenaron que Annabeth y Mark... vivirían aquí para que no los maten —

—¿¡Queeeeeee!? ¿Ese maldito está aquí? —grité mientras hacia mi camino hacia el campamento en busca de ese cretino. El cielo se tornaba gris y las nubes se juntaban tormentosamente. Saque mi moneda con la intención de usar mi espada contra él. Pero fui detenido.

—Padre... —allí estaba mi padre detrás mío, junto con Venus y Vesta nuevamente.

—No cometas una locura, ese engendro de Poseidón está protegido por Caos —mi corazón cayó, era injusto yo quiero venganza. —Tanto Nico como tu tienen prohibido tocarle, su destino esta trazado.

—¡Pero el! —grité lleno de furia

—¡He dicho! —dijo con enojo y me agarro de los hombros con firmeza, mientras todos miraban con miedo. —Si lo tocas será nuestro fin, la guerra se aproxima —me asuste ¿guerra? lo mire extrañado —Los primordiales Nix y Érebo están levantando un ejército para destruir Olimpo y tomar el control de la tierra. Caos prometió ayudarnos, pero no lo hará si tocamos a ese muchacho ¿entiendes? —me dijo mientras soltaba mis brazos. Luego el desapareció ruidosamente.

—Así que... —dijo Venus mientras se acercaba hacia mi fríamente —Veo que no encontraste a Piper, por lo que ya sabes lo que viene para ti —dijo mientras chasqueaba los dedos, no sentí nada, mi apariencia no cambio. Pero sentí un deseo incontrolable. Entonces comprendí lo que me iba a pasar. O dioses. Venus reía maliciosamente, mientras que Vesta me miraba con una mirada indescifrable. —Adiós Jason, ruega para que mi hija regrese o prepárate para lo que se te viene —y se esfumo entre risas y humor rosa. Mientras que Vesta se fue en una llama de fuego. Mi pesadilla ha comenzado.

CAOS

Era necesario reunir a los que entrenarían a los semidioses, mientras que Percy culminaba su misión, esperaba que nada fuera de lo planeado sucediera. No fue sencillo reclutar a los primordiales, ya que la mayoría no quería tener nada que ver con guerra. Al menos no enfrentamientos directos. Así que por eso decidimos que entrenaríamos y bendeciríamos a los semidioses para que ellos pelearan por nosotros y se volvieran guardianes de los diferentes dominios representados. Esto fue lo que conseguí.

- Urano: primordial de los cielos

- Ananké: primordial del destino

- Thalassa y Pontus: primordiales de los mares

- Chronos: primordial del tiempo

- Hemera: primordiales del día

- Aether: primordial de la luz

- Hydros: primordial de los ríos y mares

Era más que obvio que tanto Nix como Érebo, así como también Gaia, y si Percy confirma las noticias también Tártaro estaban juntos en esto, también se sumarian los titanes, gigantes y dioses. Eso sería un problema en cuestión de balance de fuerzas. Son semidioses y aunque puedan ser poderosos con nuestras bendiciones no son invencibles. Aunque con Percy no se sabe.

—Bueno parece que estamos los que debemos estar —dije con un poco de pesar, mientras no podía dejar de pensar en que, aunque Nix y Érebo no tenían más primordiales de su lado que nosotros, ellos no tenían ningún reparo en destruir la tierra mediante su guerra. En cambio, nosotros no queríamos dañar la tierra. Por eso entrenaríamos a los semidioses, porque fácilmente entraríamos en batalla, causando una destrucción irreparable.

—¿Que noticias tienes de Percy Jackson? —pregunto Ananké. Ella no se especializaba en batalla su conocimiento y poder tenían que ver más con la fuerza y el control mental, así como el destino. Una herramienta muy útil, porque la guerra que viene necesitara sacrificios.

—Él está en el tártaro, pero de manera encubierta —les dije cuando vi sus caras de asombro y preocupación. Tener a Percy nos daba una oportunidad de ganar no solo por su poder, sino por la influencia y el liderazgo que el impone en el campo y en los semidioses. —Estará de vuelta pronto. Fue al último miembro de su equipo —Chronos se llevó la mano a su prominente barba blanca mientras cerraba los ojos de manera pensativa.

—¿Cuál es el plan? —preguntó Pontus un poco preocupado, no teníamos mucho tiempo para prepararlos para una sangrienta y larga guerra. Levante mi mano para que guardaran silencio mientras me acomode en un asiento.

—Primeramente… Chronos necesito que ralentices el tiempo de manera sustancial en la tierra son solo 5 años, tanto Selena, Beckendorf, así como Thalia son personas que han muerto y sus almas necesitan tiempo para la regeneración de sus cuerpos antes de volver a la tierra. A Thalia le tomara menos, ya que es una muerte reciente, pero Selena y Beckendorf tomara más años, luego irán a la tierra para entrenar a los semidioses durante un año —Chronos asintió mientras jugaba con su reloj de arena. —Según mis cálculos, serán como 15 años más o menos antes de que estén disponibles para descender a la tierra —le explique al resto de primordiales. —Solo tenemos 5 años de la tierra, ya que en el último año deben ir para organizar los campamentos y entrenarlos para que puedan combatir como un equipo.

—Hecho, empezando a correr —dijo con una sonrisa Chronos.

—Ahora Chronos, Pontus y yo nos encargaremos de entrenar a Percy. Daré mis poderes a Percy y a Piper, pero Percy será quien tenga la responsabilidad de la mayoría de los poderes, así que su entrenamiento debe ser sumamente meticuloso y arduo —dije con un poco de severidad. No solo planeo hacerlos mis campeones y capitanes de mis ejércitos, sino que planeo que se conviertan en una fuerza que proteja el mundo semidiós luego de la guerra. Nosotros los primordiales no podemos intervenir de manera directa, así que ellos serán nuestros representantes.

—Me parece acertado —dijo Thalassa.

—Thalassa te encargaras de Piper junto conmigo, debes enseñarle todo, también el manejo de los poderes del agua, ya que es una hija de Afrodita, el mar es parte de su esencia, así que eso la hará una comandante ideal junto Percy —Thalassa sonrió ligeramente.

—No te preocupes, será la mejor —dijo con un poco de suficiencia, mientras Hemera y Aether sonreían ante la actitud infantil de Thalassa.

—Hemera y Aether, ustedes entrenaran a Selena y Beckendorf, al ser una pareja será fácil para ustedes congeniar vuestros poderes, así como también las funciones de sus batallones, son completamente compatible entre ellos —pensé que serían un equipo genial. Es fácil congeniar cuando hay un lazo amoroso, hay menos fricción a la hora de engranar.

—Hydros te encargaras de Zoe, ella fue la mejor cazadora de Artemisa, así que en cuestión de tiro con arco es excepcional, pero como toda cazadora es deficiente en el combate cuerpo a cuerpo, así que encárgate de nivelar sus prestaciones de batalla. —Hydros levanto el pulgar como afirmación.

—A la orden —dijo Hydros con una sonrisa curiosa.

—Urano, te toca la hija de Zeus, Thalia. Cazadora como Zoe, pero ella tiene poderes relacionados contigo. Por favor que pierda el miedo a volar, porque necesitaremos que vuele. Así como también el dominio de los vientos, rayos y tormentas. —Urano era el más radical de todos con sus métodos de entrenamiento.

—Uhhhh ¿una hija de Zeus? tarea dura —dijo Urano con un poco de pesar ante la risa de los primordiales.

—Descuida es una buena chica, el mismo espíritu de Percy, de hecho, esta aquí porque murió salvando a un amigo —Hemera y Ananké sonrieron ante la evidencia de las palabras de mis palabras —Debo irme, Percy acaba de volver del tártaro, siento que hay más presencia Aether ven conmigo —dije y abrí un vórtice por donde pasamos y aparecimos en la laguna donde estaban cuerpos tirados sobre el suelo algunos estaban echando humo. Pero rápidamente vi a Percy que temblaba sobre el suelo.

—Pero qué demonios paso aquí... —dijo Aether mientras revisaba los cuerpos regados en el suelo. Eran ciclopes. Se veían devastados

—Rápido Aether llevémoslos a la tienda —le dije a mi compañero señalando a Percy y a Tyson que estaba a su lado. Agarré a Percy y estaba temblando con violencia, mientras transpiraba. Pude ver la herida en su hombro, era un corte profundo, y la sangre salía sin dificultad y en abundancia. Lo puse sobre la cama y convoqué otra más para Tyson. Aether puso sus manos sobre la sien del ciclope y se concentró. Luego abrió los ojos y dio una pequeña sonrisa.

—Su mente está bien, aunque con algunos traumas, deberías llamar a Ananké, pero según lo que sentí estará bien, solo necesita mucho descanso —dijo Aether, y luego puso sus manos en su frente y lo puso a dormir de manera profunda. Yo por mi parte convoque un poco de energía caótica y la sintetice en un orbe de energía y la impulse sobre la herida de Percy, quien se despertó en el acto.

—Caos... misión cumplida —sonreí, pero no tenía tiempo que perder.

—Percy el efecto no durara por siempre, necesito saber que paso—le dije con un poco de prisa. Sin mi bendición no podía darle más energía caótica, no resistiría.

—Fobos... esta con Érebo y Nix... Tyson y esos ciclopes eran prisioneros, forjaban armas para ellos. También hay titanes y gigantes de su lado... Fobos... —gritó de dolor, el efecto se está evaporando. —El me hirió con su espada, no puedo soportarlo.

—Aether, ve por Piper y Ananké ¡ahora! —Percy agarro mi mano con fuerza.

—No... No Piper... No quiero que me vea así... No así—metió su mano en su bolsillo. Me entrego su espada en forma de bolígrafo —Renuncio a Riptide y la entrego a Piper McLean... cuídala bien —le susurró a la espada y luego se desmayó, y empezó a temblar y a transpirar frio.

—Aether lleva esto a Piper, dile que es un regalo para su entrenamiento. No digas nada de lo que está pasando aquí, ni reveles la posición. Solo diles que Percy se unirá luego, empiecen el entrenamiento mañana —Aether asintió y desapareció en un destello de luz. Me concentré y puse mis manos en su cien, lo que empecé a ver me estremeció. Este niño es más que un dios, un espíritu de guerrero ancestral, un héroe sin igual definitivamente. Con mi mente llame a Ananké quien apareció unos segundos después y se sorprendió al ver a Percy temblando de manera violenta.

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