PERCY
Fui transportado a la entrada de los campos Elíseos y Caos me dio una perla negra para que la aplastara cuando los tuviera reunidos para poder trasladarnos a su palacio. No puedo revelar mi identidad debido a que todos piensan que estoy muerto y deben seguir creyendo eso. Así que me puse la sudadera con capucha que me dio Hestia, así como también toda la armadura. Caos me explico que aún no puede darme sus poderes porque todos notarían mi aura y eso despertaría sospechas, además que aún necesitaba recuperarme completamente. Esta era una misión sencilla de extracción solamente.
La verdad cuando entré a los campos Elíseos sentí que esto era una clase de misión imposible, porque el lugar era increíble, todo era perfecto, paz, tranquilidad. Pero debo tener un argumento fuerte para poder convencer a mis amigos de volver al mundo real. Me acerque a un gran árbol donde estaban sentados un par de semidioses donde se encontraban mis dos primeros capitanes. Me acerque casualmente al árbol donde están sentados.
—Hey chicos —les dije casualmente mientras leían.
—Hola—me miro el chico un poco desconfiado. —¿Eres nuevo aquí?
—Un poco, solo vine a buscar a algunos amigos —me miro curiosamente la chica que estaba a su lado.
—¿Sí? ¿a quienes vienes a buscar? —pregunto la chica, mientras el chico me miraba de una manera un poco posesiva, no pude evitar sonreír, pero ellos no podían ver mi rostro.
—A ustedes —dije con seriedad.
—¿Nosotros? ¿Quién eres? —dijeron al unísono.
—Aquí no ¿hay un lugar donde podamos hablar a solas? —se miraron entre ellos y nos dirigimos a un lugar apartado donde no había nadie que pudiera oírnos.
—Te escuchamos —me dijo seriamente el chico.
—Veras, mi identidad debe permanecer oculta en este lugar, pero quiero ofrecerles una nueva oportunidad en el mundo de arriba —sus miradas eran un poco confusas, como que no les llamaba mucho la atención y no los juzgo, si yo estuviera con la persona que amo en los Elíseos, no volvería al mundo real créanme. —Seres más poderosos que gigantes, titanes y dioses se están levantando para apoderarse de la tierra, por lo que hay una oportunidad de volver y entrar en la pelea ¿qué dicen? —dije con ánimo, pero ellos se miraron entre sí como si no fuera una oferta lo suficientemente buena.
—No suena como una buena oferta, mira a tu alrededor —tenían toda la razón, era pedir mucho tal vez, pero los quería en mi equipo.
—Antes que tomen una decisión, deben saber que entiendo que no quieran hacerlo, yo tampoco lo haría si no fuera necesario, pero deben saber que, si los primordiales ganan, aun el concepto de Elíseos puede cambiar, ya que los primordiales no quieren que nada relacionado a los dioses permanezca. Piénsenlo, volveré en una hora, debo ver a alguien más —y me retire silenciosamente, mientras pensaba donde podría encontrar a la siguiente integrante de mi equipo. Piensa... Piensa.
Salí corriendo rumbo al bosque en busca de la última persona que tenía que rescatar aquí, supongo que esta sería un poco más fácil de convencer. La vi a lo lejos, sentada en la rama de un árbol. Empecé a caminar distraídamente hacia el árbol donde se encontraba sin centrar mi atención en ella, tratando de no llamar su atención. Y me detuve a unos metros de donde ella estaba. Pero ella se encontraba un poco distraída en sus pensamientos.
—¿No sería bueno poder regresar? —le pregunte mirando al horizonte. Ella reacciono rápidamente y bajo saltando del árbol parándose frente a mí. A todo esto, mi rostro no era visible, solo se podía ver una sombra así que mantenía la cabeza gacha.
—¿Que dijiste? —preguntó con severidad.
—Pregunté si no sería bueno poder volver—le dije un poco dubitativo. Ella me miró confundida, como si tratara de descifrar quien soy.
—Tal vez —dijo con nostalgia. —¿Porque lo preguntas?
—No sé., todos los que estamos aquí dejamos algo inconcluso allá arriba —suspiró hondamente, yo sabía de qué se trataba. Me miro seria, como si viera venir lo que estoy pensando.
—Puede ser ¿a todo esto quién eres? ¿qué es lo que quieres? —me pregunto de manera desafiante... esa era Thalia, una hija de Zeus que no le teme a nada.
—Solo soy un mensajero —dije con un tono de falsa humildad.
—¿De quién? —preguntó de manera curiosa. Me acerque tranquilamente para poder hablar en voz baja.
—Caos —sus ojos se abrieron de sorpresa. —Los primordiales se están levantando contra los dioses, para tomar el control de la tierra. Caos está reclutando gente para volver y entrar en el juego —me miraba con sorpresa como si estuviera llena de preguntas, pero me adelante. —Te ofrezco la posibilidad de volver y terminar lo que empezaste —le dije mientras me señalaba el corazón, ella entendió el mensaje, porque abrió su boca, pero no dijo nada, solo se dio la vuelta confusamente.
—Lo haré con una condición —me dijo con una mirada determinada.
—Te escucho —le dije cruzando los brazos, aunque más o menos sabía lo que pensaba pedir, y no creo que hubiera alguna objeción a su petición. Empezó a contarme, lo que deseaba era algo razonable, un poco inesperado, pero justo debido a lo que venía por delante, era un "pago justo" por sus servicios a Caos.
—Concedido —le dije de manera simple.
—Ahora vamos que debo buscar a dos tripulantes más, creo que los conoces —le dije haciendo que la curiosidad hiciera presa de ella. Volvimos al lugar donde había dejado a mis otros dos integrantes de grupo y los encontré sentados, tranquilos, nos vieron acercarnos y típico de las chicas se saludaron cordialmente, mientras que nosotros los chicos mirábamos su interacción.
—Y bien…
—Aceptamos —dijeron al unísono. No pude evitar sonreír, asentí con la cabeza e hicimos nuestro camino hacia la entrada de los Elíseos pisé la perla negra y todos fuimos absorbidos por un agujero negro. Y aparecimos en la ante sala del trono de Caos, allí estaba Piper esperándonos.
HESTIA
Llegamos a la sala de tronos y Apolo convoco a reunión de consejo.
—¿¡Apolo que sucede?! —dijo un poco serio Zeus
—Hay una profecía padre —dijo un poco tímido. Mientras que Zeus tronó su rayo al centro de la sala y empezaron a brillar uno por uno los dioses, el último en llegar fue Dionisio como siempre, con una cara aburrida y sin ánimo.
—¿Qué pasa padre? —pregunto Atenea un poco enfadada. A veces me produce repulsión su actitud tan arrogante, sin olvidar que fue una de sus hijas quien rompió el corazón de Percy.
—Hay una profecía… mmmm… Apolo… ¿podrías? —Zeus dudaba en sus palabras, no hay duda que tenía que ver algo con lo que Caos dijo antes de irse. Apolo se puso de pie. Y recitó con temeridad la profecía.
Uno peleara por la noche y la oscuridad
Para el Olimpo asolar
*
Seis se reunirán nuevamente
Para vengar la traición y la muerte
*
El perdón o la venganza será la decisión crucial
Del hijo que vuelve al cálido hogar
*
La muerte del antiguo amor de la sabiduría
Decidirá la salvación o la destrucción
La sala de tronos fue invadida por el desorden, los murmullos, especulaciones, y la falta de calma que tanto nos caracteriza como dioses. ¡Las profecías! solo son una confusión total, a pesar que puedo lograr entender algunos de los pasajes, algunos son realmente perturbadores.
—¡Silencio! —grito Zeus. Todo el mundo tomo sus asientos. —Lo primero, tratar de entender esta profecía —dijo un poco más calmado Zeus mientras fruncía el ceño tratando de descifrar en su mente lo que podía de la profecía. No es que era muy clara.
—¿Atenea, tienes algo? —pregunto Apolo seriamente, al parecer él tampoco podía entenderla, ser el dios de las profecías tampoco le aseguraba que podía entenderlas.
—La noche y la oscuridad —dijo nerviosamente Atenea —Nix y Érebo se levantan contra el Olimpo —se estremeció cuando mencionó sus nombres y yo también, todos sabemos lo que esos primordiales traen consigo. Temor, pánico, destrucción.
—Lo de los seis no me queda muy claro, pero debe ser gente que ha sufrido la traición y la muerte de manera trágica o tal vez ellos serán vengados, es poco claro —razonaba Atenea con mirada calculadora, como si hiciera un recuento de los semidioses que han pasado por esas circunstancias. Yo sabía de lo que se trataba, pero no diría nada, eso es lo que Caos me dijo.
—El hijo vuelve... cálido hogar, no tiene sentido —dijo angustiadamente Atenea. Yo sabía que se trataba de Percy y de lo que Caos dijo con respecto a que necesitaría una razón para no destruir a los dioses, supongo que ese sería mi papel en todo esto, llegar al corazón de mi hijo.
—Me encanta esta profecía —dijo Poseidón graciosamente, todo los miramos serios. —Porque Atenea hasta ahora no comprende nada —luego soltó una risotada, mientras que Atenea solo lo miro con ojos asesinos.
—Muerte del antiguo amor —Atenea suspiro pensativamente. —No creo que hable de mi exactamente —dijo un poco más seria. Hablaba de su hija Annabeth y eso me perturbo demasiado. No pude evitar cerrar mis ojos para que nadie pudiera ver mi angustia. Todo tiene que ver con él ¡dejadlo en paz Parcas!
—¿Cómo vamos con el entrenamiento? —pregunto Hera, quien se veía indiferente a lo que sucedía en la reunión.
—Hefesto, Apolo, Hades y Yo nos encargaremos del entrenamiento del campamento Júpiter, mientras que Artemisa, Hermes, Poseidón y Ares estarán con el Campamento Mestizo. —dijo Atenea mientras que Hades se notaba disconforme de no poder estar al lado de Nico, quien no lo llevaba bien con la muerte de Thalia, había sido un evento caótico el ver al hijo de Hades junto a la niña de Zeus, que encima era una cazadora. Artemisa no dijo nada al respecto, apreciaba a su cazadora como para arremeter contra Nico quien estaba destrozado no solo por la muerte de Percy sino también por lo que hizo Thalia por él.
—¡Reunión despedida! sigamos el plan de acción… —Zeus fue interrumpido por una oscuridad que invadió la sala de manera violenta haciendo que a todos se les redujera la temperatura corporal un par de grados.
—Tranquilos Olímpicos, soy Caos. Nos volvemos a ver en tan poco tiempo —todos nos inclinamos y luego de una reverencia nos acomodamos en nuestros tronos, mientras que Caos se paseaba por la sala, causando nervios en todos. —Así que ya tienen una profecía, interesante. Aún quedan unos años antes de que se lleve a cabo —todos suspiraron de alivio. —Pero no crean que por eso ganarán, no podrán —silencio total.
—Pero... —Atenea fue cortada abruptamente.
—Enviaré ayuda, un ejército de semidioses, pero aún con eso no será suficiente, necesitaran de mis campeones —dijo y me miró, entonces supe lo que había pasado, no pude evitar sonreír.
—Los enviaré cuando sea el momento preciso, ellos entrenarán con ustedes con los semidioses para tratar de evitar la mayor cantidad de muertes innecesarias —dijo de manera dura, nadie se atrevió a decir nada al respecto.
—Agradecemos cualquier ayuda –dije yo fingiendo un tono neutral.
—Mis campeones se harán cargo las cosas aquí, asi que los trataran con el respeto que me mostrarían a mí, porque ellos no tendrán la paciencia de soportarlos —dijo mientras abría un vórtice en la sala para luego desaparecer.
—Consejo despedido —Zeus estaba rojo de rabia mientras se iba.
—Eso fue intenso —se despidió Hefesto mientras brillo a su fragua. Seguido de Afrodita.
—Sera mejor que vayamos a los campamentos a dar las noticias —dijo Apolo mientras brillo con Atenea rumbo al campamento Júpiter, mientras que Poseidón y Artemisa brillaron hacia el campamento Mestizo junto con Dionisio.
Ahora supongo que debemos esperar antes de ver cómo se desarrollan las cosas. Pero no puedo evitar estar acongojada por la idea de que Percy muera. Él es el antiguo amor de la hija de Atenea.
PIPER
La habitación era perfecta. Una cama extra grande en el respaldar estaba el símbolo de mi madre, así también como el símbolo del infinito y de Hestia, la habitación, como me explico era personalizable, así que empecé a pensar en que cosas podría colocar para que se pareciera poco más a lo que yo quería, aunque según lo que dijo Caos íbamos a entrenar y entrenar sin parar. Colgué la armadura en el perchero, era simplemente magnifica, parecía que estaba tallada en mármol. Ahora mismo solo tenía deseos de dormir. No había podido dormir bien todo este tiempo, no me quejo, cuidar a Percy fue lo mejor, pero ahora que está medianamente recuperado y que solo dependía de que durmiera mucho, necesito yo dormir un poco.
También pensé un poco en mi decisión, en cómo había seguido mi corazón a pesar de que sabía que iba a ser un dolor de cabeza para mi madre el no encontrarme, también vi un indicio en Katropis, quiero decir soy una hija de Afrodita, puedo sentir que cuando estamos cerca sus sentimientos se vuelven cálidos, eso lo puedo sentir, pero aún son débiles, solo necesitamos tiempo juntos, aventuras juntos para que esos sentimientos se fortalezcan, así como también los míos sean más intensos. Pero a su vez quiero ganarme mi respeto y mi lugar aquí, por lo que entrenaré más que todos.
—Piper —llamo a la puerta Caos. Me apresuré a levantarme de la cama y abrir la puerta.
—Caos —dije mientras terminaba de arreglarme el cabello para estar cómoda.
—Los capitanes y Percy están por llegar en la antesala, necesito que los recibas y los instales en sus habitaciones—me dijo con tranquilidad, pero no pude evitar sentir una ligera alegría.
Salí corriendo hacia la sala del trono, y al llegar allí Caos ya estaba sentado en su trono con una sonrisa de suficiencia. Necesito descubrir y dominar mis nuevas habilidades, tal vez podría usar la transportación con algo de práctica. Había una persona que estaba parada a su lado, traté de buscar el rostro de la persona, Caos me sonrió y solo me señalo hacia una puerta que supuse daba a una antesala. Me quede un poco tonta de pensar en que podía ser alguien que conociera. Estaba esperando que salieran del vórtice negro que se había formado. Entonces aparecieron medio tambaleándose, supongo que el movimiento espacio temporal era toda una experiencia y al final apareció Percy con ellos, paso por delante y me dio un ligero toque con el hombro antes de dirigirse donde estaba Caos. Yo tenía que darles la bienvenida a los nuevos integrantes del equipo.
—¡Thalia! / ¡Piper! —dijimos al unísono, mientras no pude evitar derramar unas lágrimas mientras nos abrazábamos.
—¡Gracias a los dioses que eres tú! Necesitamos saber cómo es que paso —me corto abruptamente
—Oh por los dioses —se quejó de manera infantil. Vi un rostro familiar.
—Silena Beauregard —dijo Thalia, entones recordé. Ella era muy apreciada en el campamento, sin duda sería una alegría para muchos volver a verlos.
—Un gusto, yo también soy hija de Afrodita... hermana —le sonreí y ella me devolvió la sonrisa. —Bienvenida a bordo —noté que sostenía la mano del chico que estaba a su lado, además que sentí la conexión que ellos tenían.
—Él es... mmmm—dijo medio dudando. —Podría decir mi esposo/novio —se sonrojo intensamente, mientras que el chico sonrió dubitativamente.
—Charles Beckendorf —dijo tendiendo la mano la cual estreche amigablemente. —Pero llámame Beck, hijo de Hefesto —asentí y les hice señas para que me siguieran.
—Por cierto, la persona que fue a buscarlos... es Percy —los tres se asombraron. —¿Percy Jackson? ¿el mismo Percy salvador del Olimpo? —preguntó Silena de manera nerviosa, asentí rápidamente y Thalia salió corriendo hacia donde estaba Percy dentro de la sala del trono, me quedé siguiéndola con la mirada. Pude notar que Silena me miro sonriendo. Dioses me acabo de delatar. Me sonroje de pensar que ya podría saberlo.
—Ese mismo, ya habrá tiempo para contarles como terminamos aquí —les dije con calma. Les hice una señal para que me siguieran y poder mostrarles sus habitaciones.
—Dos habitaciones... Silena y Beckendorf compartirán una, mientras que Thalia compartirá habitación con la otra miembro del equipo, la cual desconozco quien sea —Silena hizo la señal de la victoria y Beck solo dio una sonrisa avergonzada, creo que aún le estaba costando soltarse. Tampoco es que yo fuera un dechado de sociabilidad.
—¿Y tú? —preguntó Silena curiosamente, creo que ya me tenía. Había logrado ver con esos ojos de hija de Afrodita que pillaba esos detalles. Thalia se unió a nosotros por la puerta lateral del salón del trono con una sonrisa amplia en su rostro.
—Eh... yo duermo en aquella habitación —dije señalando mi habitación al final del pasillo.
—¿Y Percy? —pregunto Thalia, hice mi mayor esfuerzo para que no sonrojarme.
—Él duerme en la otra habitación —dije rápidamente.
—Oh —fue todo lo que dijo Thalia.
—Bueno chicos entren, descansen. Las habitaciones son completamente personalizables así que pueden darle la apariencia que les guste, nos vemos más tarde para cenar —salude con la mano y luego me dirigí hacia hacía donde estaba Percy, siempre parecía que tenía algo que hablar con Caos, asi que esta vez simplemente preguntaría.
SILENA
Tenía muchas preguntas que necesitaban respuesta. ¿Qué hacemos aquí? ¿Porque esta Percy aquí? ¿Dónde está Annabeth? ¿Porque Piper se pone nerviosa cuando preguntamos sobre Percy, porque esta tan preocupada por él? ser una hija de Afrodita te da múltiples opciones, aunque todas ellas te llevan a una conclusión: El amor.
—Hey Beck —llame la atención de mi novio, fue una de las cosas que nos animó a volver, que estaríamos juntos. En los Elíseos todo era perfecto, pero la idea de que aun eso podría terminarse era insoportable. Así que decidimos unirnos en una nueva aventura. Veras Beck y yo somos más que novio, somos esposos si se podría decir, pero en los Elíseos no hay cosas como las bodas, así que espero resolver esa situación pronto. Él se dio vuelta y me sonrió. Su sonrisa era el cielo para mí. Todos dicen que los hijos de Hefesto no suelen ser muy atractivo, pero yo soy una hija de Afrodita diferente, para mí él es el ser más divinamente hermoso que vi alguna vez. —¿Notaste a Piper, misteriosamente preocupada por Percy? —el solo río en voz baja mientras me hacía señas para que me sentara junto a él en el sofá, cuando estaba por sentarme y tomo por la cintura y me sentó en sus piernas. Lance un pequeño grito.
—Ni lo pienses Lena —me dijo con sus ojos juguetones, yo puse cara de inocente. —Tal vez solo es preocupación de amigos.
—Tal vez, tal vez no —dije sugestivamente.
—Está bien tal vez sí, pero no debemos intervenir, mejor que nadie sabes que intervenir solo arruina las cosas, tu madre lo ha hecho siempre —dijo el con un poco de indignación. Fruncí el ceño, pero él tenía un punto. mamá siempre arruino relaciones por diversión. El me vio un poco pensativa y me dio un pequeño beso en la nariz.
—Tienes razón —le dije sonriendo. —Y bien —sonreí inocentemente. Tratando de sonar casual.
—Y bien que —pregunto acomodándome en sus piernas
—Voy darme un baño —me levante de su regazo rápidamente.
—Oh bueno —no pude evitar sonreír.
—Tonto, tu vienes conmigo —le dije mientras tomaba su mano y lo arrastraba al baño. Sonrió como niño.
PERCY
Cuando había salido del vórtice los chicos estaban como mareados, tal vez, el hecho del cambio de realidad era un cambio algo fuerte. Vi a Piper esperándonos con una sonrisa, mientras los chicos se recuperaban y al no ver a Caos decidí verlo en la sala de tronos que es donde supuse estaría, pase al lado de Piper chocando mi hombro con el suyo ligeramente, esperaba que entendiera que era mi forma de decir que todo había ido bien.
Cuando llegué a la sala me percaté que Caos no estaba solo. Hice un asentimiento con la cabeza a Caos por la interrupción, volvería más tarde. Me iba rumbo a la puerta lateral para poder encontrarme con los chicos y darles la bienvenida como Percy.
—Espera, Percy —dijo Caos y me giré para luego dirigirme hacia el trono.
—¿Percy Jackson? —esa voz, esa voz era tan familiar. —¿Estabas hablando de ese semidiós? —lo había olvidado, pero aún tenía la capucha sobre mi cabeza, asi que me la quité.
—Lamento la decepción —dije con una fingida voz dolida, creo que volveré loco a Caos con mi drama, pero no lo podía evitar.
—Te equivocas —dijo la figura con una voz profunda, mientras se giraba y pude reconocer a la persona.
—No puede ser —susurré, se sentía como ayer a pesar de que habían pasado varios años.
—Lamento la decepción —me imitó con poca gracia, era la ex teniente de las cazadoras de Artemisa.
—Zoe... —escuché una voz detrás mío y me giré para ver a Thalia, nuestras miradas se cruzaron y me dio una mirada afilada.
—Esto será bueno —escuche decir a Caos. Abrí mis brazos con total entrega, y esperaba un fuerte abrazo, pero nunca llego.
—¿Thalia tu aquí? ¿Cómo sucedió esto? —escuché mientras Thalia abrazaba a Zoe.
—Yo también tengo esa interrogante —dije aburridamente, pero supuse que Caos lo tenía todo preparado. Era simplemente perfecto. Beck y yo habíamos forjado una amistad fuerte a tal punto que él había dado su vida en el princesa Andrómeda para poder llevar a cabo la misión y que pudiera sobrevivir. Siempre había vivido con la vergüenza de darle la cara a Silena el tiempo que estuvo viva, pero esto se sentía como una nueva oportunidad, esta vez para protegerlos y asegurarme que nada volviera a separarlos.
—Bueno, bueno, ya tendrán tiempo de ponerse al día ya que compartirás habitación con ella —Thalia elevó su puño al cielo en celebración y luego me miró.
—Ah hola Percy —decepción era poco para lo que sentí.
—Esperaba un abrazo —dije con un tono dolido.
—No esperes demasiado, ambos hemos vuelto de entre los muertos —dijo con una gran sonrisa. Le respondí la sonrisa mientras Caos le señalo la puerta lateral para ir a las habitaciones.
Me quede un rato mirando a Zoe, se veía exactamente igual que cuando nos habíamos visto la última vez, sin la sangre sobre su ropa obviamente. Me dio un ligero golpe.
—¿Estás listo para el entrenamiento más brutal que alguna vez tendrás? —me preguntó Piper, me pregunto cuando tiempo llevaba aquí.
—Si lo dices así suena como que acabarán conmigo —no me asustaba entrenar, de hecho, siempre entrenaba con el propósito de protegeré a todos los mejor que pudiera, no sería diferente esta vez. Tenía que pensar en Estelle, Hestia, Piper y el equipo quienes era mis amigos y los que había dejado en la tierra.
—Aquí los primordiales te llevaran hasta que no puedas más —me estremecí ligeramente.
—Será mejor que veas esto Percy —dijo Caos chasqueando los dedos mientras me señalaba la pantalla detrás mío. Me quedé impactado con lo que vi.
ANNABETH
Luego que Hermes nos dejó en el campamento Júpiter, tan Hazel como Frank nos dijeron donde acomodarnos, mientras que Reina se dirigió hacia su habitación en silencio.
—Tu servirás bajo las órdenes de Hazel, mientras que Mark lo hará bajo las mías... haced lo que se os mande y vivirán... no serán muy populares por aquí... por ser griegos y por lo que le hicieron a un pretor romano... —dijo con amargura Frank, y no podía culparlos. Luego se fue sin decir nada.
—Acomoda tus cosas y luego preséntate en el salón principal... supongo que habrá que explicar porque están aquí —me dijo sin emoción Hazel. Solo asentí con la cabeza. Esto va a ser duro... me pregunto cuanto tiempo durara. Supongo que a Mark le tocara vivir lo mismo sino es que peor... ¡Se lo merece... el mato a Thalia! No había tenido mucho tiempo de pensar en las cosas que habían pasado. Era duro haber perdido a Percy... Yo le amaba... no se en que estaba pensando cuando fui a parar en los brazos de su hermano. Y Thalia era como una hermana para mí, su muerte fue dura... me dolió en el alma aún más saber que ella me odiaba por lo que le hice a Percy.
Terminé de acomodar mis cosas, y luego salí camino hacia el salón principal, toda la arquitectura era increíble, la recreación de Roma había sido genial. Percy tenía razón cuando en el Argos II me dijo que quería establecerse en un lugar como el campamento Júpiter, donde los semidioses pueden tener familia de manera segura y pacífica. No pude evitar sentir nostalgia. Todos me miraban de manera penetrante como si quisieran quitarme los ojos. Otros murmuraban cosas mientras me veían caminar por las calles. Rumbo al gran salón. Entre y se encontraban reunidos tanto Reyna como Frank y Hazel junto con los miembros del senado, así como algunos legionarios y miembros del campamento. Reyna se puso de pie.
—Estos dos griegos están aquí por orden de los dioses... —dijo sin mucha convicción. —Así que no pueden ser lastimados... por lo demás servirán en las legiones bajo las órdenes de Hazel y Frank... yo no quiero ni verlos —dijo mirando directamente hacia Mark, quien parecía muy tranquilo, solo espero que siga igual de tranquilo cuando llegue Jason.
—Porque debemos acoger a esta escoria, solo son traidores y cobardes —Mark no se lo pensó dos veces desenvaino su espada y arremetió contra el tipo del senado que hablo. En ese momento aparecieron mi mamá y Apolo en sus formas romanas. Todos hicimos una reverencia.
—Señora Minerva, señor Apolo (Febo) bienvenidos ¿a qué debemos el honor? —dijo Reyna con marcialidad.
—Traemos noticias, relacionadas a una nueva profecía —dijo Apolo mirándome con dedicación, como si estuviera analizándome, lo cual era raro ya que eso era propio de los hijos de Atenea. Todos sentamos para escuchar la profecía, mientras que mi madre ni siquiera me saludo, estaba sumido en sus pensamientos. Y cuando la escuché, entendí porque tenía tanto en que pensar, no era nada sencillo entender la relación de cada una de las partes.
—Los primordiales Nix y Érebo —dijo Hazel mientras se frotaba las manos. Frank intentaba calmarla sin mucho éxito. Mientras que Mark lucia nervioso. Seguramente por el último párrafo. Reyna solo meditaba, mientras que los demás murmuraban nerviosamente.
—Correcto, asumimos que tendrá la ayuda de algunos titanes y dioses menores, así como también de los monstruos —dijo mi madre con seriedad. —Esta profecía no se cumplirá hasta dentro de 6 años, pero es necesario prepararnos —dijo mientras se ponía de pie y paseaba por el salón. —Por tal motivo el entrenamiento esta ahora a cargo de los dioses. Plutón, Apolo, Vulcano y yo entrenaremos el lado romano... mientras que Artemisa, Poseidón, Hermes y Ares lo harán con los griegos —dijo de manera definitiva.
—Madre ¿cuándo poder volver al lado griego? —pregunté un poco temerosa, no quería ganarme antipatías.
—Por ahora estarás aquí... morirías en el otro lado —dijo fríamente. Me estremecí entera. —En cuanto al engendro de mar, como dijo Caos su destino ya está trazado —dijo sonriendo maliciosamente. Ella y Poseidón se llevan tan mal que se deleitan en la mala fortuna de los hijos de su rival.
—El último párrafo es para ti primor —rió irónicamente Apolo, mientras que Reyna sonrió maliciosamente. Mark solo miraba preocupado. Desde la muerte de Thalia no se había atrevido a causar más problemas, supongo que solo era cuestión de tiempo para que volviera a ser el mismo cretino presumido. Yo solo atine a asentir.
—Ahora, necesito que organices a los campistas y todo aquel que quiera enlistarse para ser entrenado. Los dividiremos en especialidades. Volveremos mañana para empezar —dijo mi madre y luego me hizo una seña para que le siguiera afuera. Mientras que Apolo continúo hablando con Reyna y los del senado. Mi madre cambio a su forma griega, que era más agradable, más maternal.
—¿Debo preocuparme por algo? Que más se sabe con respecto a la profecía. —Le dije un poco más relajada, ella me miro con detenimiento, como tratando de escoger sus palabras.
—Creo que el último párrafo puede hablar con respecto a Mark, él fue tu antiguo amor, ya que es el único que está vivo —dijo con algo de frialdad. No me molestaría que muriera. Se lo merece.
—Con respecto a lo demás no es muy claro, 6 se reunirán, puede ser lo que queda de los 7 de la profecía o algo diferente, un hijo que vuelve al cálido hogar... decisión... hay 2 diosas cuyo dominio está relacionado con el hogar así que... —dijo mi madre mientras su mirada se perdía. —Procura que no te maten, Percy era querido por los malditos romanos también —se notó en su rostro un poco de fastidio la última parte. Luego se fue sin decir nada más, pero sabía que la profecía abarcaba todo su pensamiento. Y ahora el mío también.