LightReader

Chapter 29 - Una luz

29 UNA LUZ

PERCY

Me desperté después de no sé cuánto tiempo, pero sentí que había podido descansar, pero aun así me sentía agotado, mirando el cielo despejado y las estrellas que brillaban como hace mucho no veía empecé a recordar donde estaba y porque estaba aquí, sabía lo que había dicho y a quien se lo había dicho, instintivamente empecé a sentirme avergonzado, todo lo que le había contado a Hestia me hacían sentir que podía sentir lastima por mí y eso me avergonzaba. No sentí la pulsera sobre mi mano, así que rápidamente me giré en la cama y me encontré con un par de ojo verde mar, una mirada tierna y unas largas pestañas que hermoseaban aún más esa mirada, en sus manos tenía una ardilla que se notaba estaba cómoda con su toque. Parpadeé porque por un momento pensé que estaba en un sueño. Esa mirada la conocía, ese cabello tan particular mechones negros y plateados, si era un sueño me parecía cruel. No sé cuánto tiempo me quede mirándole hasta que estiro su mano para tocarme con un dedo en la frente. La fogata cerca nuestro reaccionó al toque.

—¿Estas despierto? porque necesito ayuda con mi tarea —me dijo con una voz suave y alegre mientras señalaba una mesa llena de libros. Rápidamente me senté sobre la cama, no sentí dolor.

—¿Sabes quién soy? —quería saber si realmente era ella.

—Hestia dijo que eres Percy —me sonrió mientras jugueteaba con la ardilla, quien se trepaba por su cuello. —Yo soy Estelle, Estelle Blofis Jackson —empecé a llorar, mil recuerdos empezaron a transcurrir en mi mente, no había podido verla cuando nació por las estúpidas misiones, pero mamá se había encargado de enviarme fotos y cuando pasé por casa pude conocerla y hasta nos hicimos una foto. Ella me miraba con un poco de preocupación con esos ojos saltones. —No llores, Hestia dijo que no era bueno para tu herida —revise mi vendaje y metí la mano debajo y no había sangre, respiré aliviado, no quería que se estropeara todo.

—Lo siento, es solo que me alegra que estés a salvo —ella me dio una cálida sonrisa y se puso de pie.

—Hestia dice que mientras use este collar siempre estaré a salvo —me enseño un relicario de plata, no era otro que el de mamá, recordé que Paul se lo había regalado cuando empezaron a pensar en llevar su relación a algo más serio.

—Es muy bonito —Sonreí con nostalgia sobre eso mientras ella me lo enseñaba. Note que en la parte de atrás tenía grabado las iniciales de Paul y mamá.

—Era de mi verdadera mamá —me dijo un poco pensativa. —Mira tiene una foto adentro —rápidamente volvió la sonrisa a su rostro cuando abrió el relicario y me mostro la foto. Éramos nosotros, el día que me tome una parada para ir a casa de visita. Estaba todo sucio porque había tenido un accidente por la lluvia.

—Recuerdo esta foto —dije pensando en ello. Recuerdo que mamá era la primera en no querer que tomara en brazo a Estelle en brazos en ese estado, pero Paul dijo que sería una foto de recuerdo, así que tenía que ser espontanea.

—¿Cómo podrías conocer esta foto? —me dijo golpeando mi frente con su dedo.

—Yo soy el que te está sosteniendo —sus ojos verdes hermosos se abrieron a tope.

—No te ves como mi hermano —miro la foto repetidas veces. Ya no me veía como el viejo Percy, en mi cabeza el cabello negro ya no era del todo negro. Hestia me explico que era natural el cambio y que se daría a medida que pasara el tiempo. Mis ojos ya no eran verde azulados, sino que eran marrones claros con pintas negras y doradas. La bendición de Ananké no me había realizado ningún cambio físico.

—Estaba muy sucio, llegaba de un largo viaje —le explique mientras ella se sentaba a mi lado frotando con cariño la foto.

—Aun así, no te ves como él —me increpó con incredulidad.

—Espera, creo que puedo resolver eso —no era lo que esperaba hacer, pero era necesario, me concentré un poco en mi antigua apariencia, chasqueé los dedos y empezaron a aparecer mis viejos rasgos. —Mi nombre es Percy, Percy Jackson... soy tu hermano —le di la mano con un poco de miedo de que tal vez me rechazaría, no quería asustarla, pero parecía estar muy en contacto con el uso de los poderes porque no se espantó ni nada.

—Percy Jackson... mi hermano... —tomo mi mano pensando un poco, la ardilla que estaba en su mano se trasladó de su hombro al mío y la fogata volvió a lanzar esa lluvia de partículas doradas que nos rodearon como si fuera algo mágico lo que acababa de suceder. Sentí mi corazón ardiendo en un fuego que no podía controlar en algo que no podía comprender. Sentí felicidad. No podía explicarla porque había pasado mucho tiempo desde que la había experimentado.

—Sé que ha pasado mucho tiempo, pero finalmente estoy aquí —le susurré sabiendo que tampoco la vida debió ser fácil para ella.

—Él es de quien te hable querida —Hestia estaba parada a unos metros nuestros con sus ojos llorosos. Mi aspecto volvió a la normalidad.

—¡Hestia! —soltó mi mano y corrió a los brazos de Hestia quien venía con bolsas de comida en sus manos y su atuendo de persona normal. —No se ve como yo —oí que le susurró. Tal vez era momento que tuviésemos una conversación.

—Creo que tenemos tiempo para poder contarte mi historia Estelle —le tendí la mano mientras ella miraba sus libros porque aún no había terminado con sus deberes.

—Adelante, luego podemos avanzar con tus deberes —le dijo Hestia mientras yo convocaba algo para comer, moría de hambre. Suspiré un poco pensando en cómo empezar, no podía arruinarle el recuerdo con cosas tristes y dolorosas, no tenía que contarle las buenas cosas, todo los buenos momentos y aquellas cosas memorables.

Empecé a contarle quien era, quien era mi padre, como es que mamá me crio todo el tiempo hasta que conoció a Paul. Le conté como era la relación con él, como me había ayudado todo el tiempo y la forma en que se habían conocido con mamá. También le conté todos los momentos buenos que habíamos vivido juntos, como siempre habían cuidado de mí y como se emocionaron cuando mamá supo que estaba embarazada de ella. Le conté sobre todos los regalos que recibió de todo mundo y de cómo había recibido la noticia hasta de alguno de los dioses. Ella me escuchaba atentamente y me hacía preguntas cada tanto, mientras Hestia nos miraba con atención y preparaba algo para cenar. Estuvimos hablando sobre mi tiempo en el campamento, sobre todos los amigos que había hecho, las misiones que había tenido y como había conocido muchos lugares gracias a ello. Finalmente hablamos de mi experiencia en los últimos años y como me había ido con Caos y que por ello no había podido encontrarme con ella todo este tiempo, pero que Hestia me había prometido encontrarle y cuidar de ella. También le explique qué Hestia me había adoptado, que era por eso que mi aspecto había cambiado.

Estelle me contó todo sobre las cosas que había hecho estos años, como Hestia le había llevado de viaje por Grecia para conocer museos y templos, entendí entonces que Hestia no había dejado a Estelle con una familia sustituta, sino que la había criado ella misma. Me sentí aliviado de que su vida hubiera sido tranquila. Me conto sobre que había conocido ciclopes en sus viajes y que al comienzo había sentido miedo de ellos, pero Hestia le había tranquilizado con que ellos eran amigos y que siempre que estuvieran cerca de ella le cuidarían. También me conto como había visto monstruos la primera vez y que había sentido mucho miedo, pero Hestia siempre le había dicho que cuando viera monstruos no debía concentrarme en ellos porque ella no tenía aura de semidiós, pero que si debía buscar un lugar para alejarse de ellos.

Sentía una gratitud tan fuerte que me sentía conmovido mientras Estelle me contaba todo sobre su vida y las cosas que había conocido y experimentado en este tiempo. En mi mente envíe un mensaje "Gracias" a la mente de Hestia quien rápidamente se giró con los ojos asombrados y me dio una sonrisa enorme. Olía increíble el ambiente a la comida que Hestia había estado preparando. Nos trajo unos tazones de una rica crema de espárragos, trozos de pan tostado. Increíble.

—Come todo lo que puedas, llevabas 2 días dormido —me quedé asombrado, no podía creer que hubiera estado dormido tanto tiempo, pero luego tenía sentido, estaba tan agotado emocionalmente luego de hablar con Hestia que no había pensado en nada más que dormir.

—2 días... ¡el campamento! —dejé mi tazón y me puse de pie, no podía dejar al equipo solo porque estarían preocupados. Estelle me miro curiosa de que iba a hacer.

—No te preocupes, yo hable con Piper y Caos ellos se encargarán del entrenamiento —Hestia me hizo señas para que me calmara y continuara comiendo.

—¿Quién es Piper? —me sorprendió esa pregunta, pero Estelle era muy curiosa, me había hecho toda clase de preguntas mientras que le contaba mi historia y no me molestaba que me preguntara todas las cosas. En realidad, lo disfrutaba.

—Piper es... —Hestia me miró un tanto sorprendida de mi duda para definir mi relación con Piper.

—¡Es tu novia! —me sentí con las mejillas sonrojadas. —Percy tiene novia, Percy tiene novia —me parecía simpática su reacción burlándose de mí. Hestia rio un poco imitando la reacción de Estelle.

—No, no... ella es una amiga, estoy seguro que te agradará cuando la conozcas —le dije dándole una servilleta para que se limpiara los labios.

—¿Alguna vez fue al campamento? —le pregunté a Hestia, sinceramente no quería verla allí porque no quería que se sintiera interesada en esa vida, sino en algo diferente.

—No, si bien ella puede ver a través de la niebla lleva una vida normal, va a la escuela, juega con otros niños, tiene amigos, toma clases de equitación y arte —Hestia me explico mientras me entregaba un álbum de fotos.

—Una vida normal —susurré mientras veía las fotos de sus viajes por Grecia, cumpleaños y foto con los ciclopes, también una foto en el apartamento de mis padres. Toqué la foto con nostalgia.

—Te lo había prometido —la sonrisa de Hestia era de esas que solo tenía reservadas para Piper y para mí, ahora también para mi hermana.

—Era lo único que quería más que nada —Hestia tomo mi mano mientras veíamos las fotos y Estelle me explicaba algunas de ellas. Le pedí a Hestia que me hiciera una copia de este álbum para poder guardarlo y mirarlo en cualquier momento. Después de un rato de mirar fotos, risas y algunas lágrimas sentí que me tocó ligeramente mi mano. Sabía que aún se sentía retraída de tener confianza conmigo y la entendía totalmente, porque mi aspecto era de terror y no me conocía de nunca.

—¿Te quedarás conmigo? —su mirada era de tanta ilusión que me rompía el corazón tener que irme.

—Nada me gustaría más, pero por desgracia tengo que ir ayudar a la gente del campamento para que gente muy mala no los lastime —ella se sorprendió un poco al escuchar eso, no quería alarmarla, ella debía estar a salvo y nada debía lastimarla.

—Cariño, ahora que ya conoces a tu hermano siempre que quieras puedes verlo —ella asintió ligeramente mientras agarraba su relicario con fuerza.

—¿Entonces también puedo ir al campamento con él? —Hestia le sonrió ligeramente, pero ambos sabíamos que no era lugar para ella.

—Ahora no, pero cuando nos encarguemos de los malos claro que puedes venir conmigo —cuando todo hubiese terminado podría darle un paseo.

—Supongo que está bien... —estaba un poco decepcionada, pero rápidamente pensé en algo que podría animarla.

—Pero la próxima vez que nos veamos tendré un regalo especial para ti —sus ojos eran nuevamente felices, era increíble lo rápido que podía animarla.

—¡Un regalo! yo quiero, yo quiero —Hestia me miro con una interrogante, le asentí para que se calmara, no la pondría en peligro.

—Lo buscaré y te lo traeré —ella nuevamente era feliz y eso era lo único que importaba.

Pudimos pasar una buena noche conversando y compartiendo, sentía que el tiempo pasaba demasiado rápido y pronto amanecería, sería tiempo de volver al campamento. Hestia nos permitió seguir conversando hasta muy tarde y que Estelle faltara a la escuela para que pudiera pasar tiempo conmigo a lo que ella reaccionó celebrando. Cuando finalmente ya no pudo más el sueño la venció y Hestia la llevo a la cama para que pudiera descansar. Me quedé observándola mientras Hestia la arropaba, todo el tiempo que pasé con mamá y Estelle no había sentido ningún tormento, ningún dolor, ningún recuerdo doloroso, solo felicidad. Pura felicidad. No sé cuánto tiempo me quedé mirándola, Hestia se había puesto a ordenar sus libros y cuando volví a mirar estaba observándome.

—Mamá —susurré, me miró ladeando su rostro hacia un lado, me sentí en paz.

—Ven aquí —me invito a acercarme y apoyé mi cabeza sobre su hombro, sentí sus brazos rodearme. No veía rastros de lástima o compasión, vi amor.

—Gracias por cuidar a Estelle mejor de lo que alguien como yo hubiera podido —con la vida que llevo no hubiera podido cuidar de ella como lo hizo Hestia.

—Bromeas, Caos me ayudo, es la razón por la que puede tener una vida normal —llamo mi atención lo que me dijo.

—¿De qué hablas? —me aparto de su abrazo mientras empezamos a caminar por el bosque para que Estelle pudiera descansar.

—Tenemos un par de vigilantes que siguen a Estelle desde las sombras todo el tiempo y se encargan de cualquier riesgo potencial —me tranquilizaba que tenía protección todo el tiempo.

—Debo darle las gracias —Hestia asintió mientras sacaba algo de su bolsillo, se me hacía raro verla con un pantalón y una sudadera encima. Era demasiado casual que no me acostumbraba.

—Esto es para ti —me entrego unas llaves y mi pulsera, ni siquiera tuve que adivinar de que eran las llaves.

—No creo que este preparado aún para volver allí —era cierto, aún tenía miedo de que los pensamientos tormentosos me invadieran y más de que mi hermana me viera así.

—Tomate tu tiempo —Hestia tomo mi mano, era cálido y tranquilizador su toque. —Estoy muy orgullosa de ti, Percy. Todo lo que me contaste y todo lo que hablamos es el primer paso a poder superar esto —me dijo ella tocando mi vendaje, sabía que tenía razón, me habían tomado 15 años abrirme a alguien, sabía que era ella quien tenía que escucharme. Sabía que si en algún momento se lo hubiera contado a Sally ella hubiera tenido que cargar con una culpa y dolor indescriptible, sin hablar de la culpa que sentiría y no quería eso para ella, pero Hestia era la persona ideal para poder vaciar mi corazón.

—Ha sido un largo camino... si te soy sincero estoy cansado de pelear —suspiré mirando como el cielo iba aclarando, ya casi era hora de irme, ya no podía seguir ausente.

—Lo sé, pero ahora tienes alguien muy importante a tu lado —ella suspiro también, luego me guiño un ojo.

—¿De quién hablas? —su afirmación era totalmente ambigua, yo pensé en primera instancia que hablaba de Estelle, pero la forma en cómo me miró me hizo dudar terriblemente.

—Eso tendrás que averiguarlo —una sonrisa descarada en su rostro me dejo perdido. —Ahora tienes que irte, pero primero déjame ponerte un vendaje nuevo —chasqueo los dedos y convoco vendajes, ambrosía y néctar. Se deshizo de las vendas actuales y roció la mezcla sobre ella, se veía cerrada y me daba escalofríos cuando pasaba el dedo por allí. Hizo algo que no esperaba, extendió su mano hacia donde estaba la fogata y vi como un hilo en llamas doradas y naranjas venía desde lejos y se concentraba en su mano y de un solo impulso lo empujo sobre mi herida.

—Silena me dio la receta —hice una nota mental de agradecerle por ello luego. Luego me puso el vendaje bien ajustado y volvió a chasquear los dedos y apareció en un perchero mi sudadera, armadura y espada.

—Sabes que chasqueando lo dedos puedo colocármela —le dije mientras empezaba a montarme la armadura y ayudarme a fijarla.

—Lo sé, pero no querrás privar a una madre de ayudar a vestir a su único hijo —le sonreí y continuamos con ello, tenía algo especial hacerlo a la antigua usanza. Pero me quede con la parte de único hijo, me daba curiosidad por qué no había adoptado a Estelle.

—Sobre eso... —no quería que fuera algo incómodo, pero parece que rápidamente se detuvo y me giró para que le viera.

—No lo hice porque quiero que ella lo decida una vez que tenga la edad adecuada —tenía sentido, ella era una Blofis Jackson por lo que podría querer ir con la familia de Paul en algún momento. No podría obligarla a vivir conmigo, menos con la vida que llevo ahora.

—Comprendo —Hestia me sonrió amablemente y me volvió a girar para poder ajustar la armadura. En la parte de atrás ahora tenía los símbolos de Pontus, Ananké y Chronos.

—No te preocupes, siempre cuidaré de ella como cuido de ti... cuando me dejas —la última parte vino acompañada de un pellizco. Me tranquilizaba que Hestia fuera la figura materna de mi hermana, era lo mejor para ella.

—¡Ouch! —me até el cinturón con la espada de Peleo enfundada, ya casi estaba por salir el sol. —Creo que ha llegado el momento ¿Puedo venir aquí nuevamente, estar aquí me ayuda a estar en paz? —Hestia me sonrió asintiendo.

—Claro que sí, este es mi santuario privado además mío solo Estelle y tu pueden entrar, sino la fogata del fuego sagrado haría arder a cualquiera que se infiltrase —sonaba como que cualquier otro podría ser carbonizado, eso me tranquilizaba.

—Entonces nos veremos pronto mamá —me hubiera gustado despedirme de mi hermana, pero estaba durmiendo, ya habría tiempo para poder compartir.

—Piper me mostro el lugar donde viven, es muy bonito, asi que también te visitaré por allí —aún no había visto nuestra casa en el campamento, por lo que sería nuevo para mí.

—Ven cuando quieras, pero prefiero venir aquí así puedo ver a Estelle —era mejor encontrarnos en un lugar aislado y sin otras personas porque no quería poner en peligro a Estelle. Me dio un beso en la mejilla y luego puso la capucha sobre mi cabeza, no podía olvidarme de ese detalle. Formé un portal hacia el campamento, hice una pequeña reverencia a lo cual mamá hizo una mueca seguida de una leve risa y pasé al otro lado. Caminé un poco por el campamento, aún no había un alma afuera solo se escucha la brisa meciendo los árboles. Mil recuerdos de muchas cosas aparecieron en mi mente, mamá siempre me había dicho de pequeño que los recuerdos felices son los que nos ayudan a pasar los momentos difíciles. Fui a la arena de entrenamiento, decidí estirar un poco los brazos así que activé un autómata de los que Beck había instalado para que pudiesen entrenar los semidioses. Aún sentía el brazo un poco rígido, creo que Hestia ajusto demasiado el vendaje.

—Déjame ayudarte —escuché una voz familiar.

BECKENDORF

Siempre había sido más observador que otra cosa, por lo que siempre estaba más en silencio que dando mi opinión y eso estaba bien para mí. Trataba de mantenerme al lado de los dramas amorosos, cosa que Silena a veces no me permitía porque ya terminábamos hablando de una u otra cosa relacionada con Percy, Piper, Zoe o Tyson. No podía simplemente ignorar mi apego a Tyson, digo somos tan amigos como lo somos con Percy y eso también se debía a que habíamos pasado largas horas en la forja creando autómatas y armas para el ejército, largas charlas y confidencias que a la postre habían sido buenas para poder llegar a conocerlo. A Silena también le agradaba Tyson y siempre me había dicho que tenía un corazón demasiado noble para su propio bien, que en manos equivocadas podía acabar en un corazón roto.

Yo sabía sobre lo que había pasado con la furia Ella, quien había sido pareja de Tyson durante su tiempo aquí en la tierra, pero era algo que no me permitía compartir con nadie, mucho menos con Zoe, por lo que me sorprendió que Percy nos lo contará antes que se volvieran a encontrar. No es que me desagrade Zoe, quiero decir es parte del equipo, pero creo que después de 15 años no podía simplemente tener dudas sobre su relación con Tyson por un grupo de cazadoras, estábamos más allá de ellos, Tyson tranquilamente podría acabar con las cazadoras en una sesión de entrenamiento y con Artemisa con unos cuantos duelos.

Habían pasado 2 días desde que sabíamos que habían hablado en el lago. El rostro de Zoe era sombrío, pero increíblemente el de Tyson se veía mucho mejor. No me había comentado algo sobre ello, simplemente había dedicado nuestro tiempo al entrenamiento y a reprogramar los autómatas para el entrenamiento de semidioses, supuse que lo que Tyson le había dicho a Zoe en el lago había sido lo mejor para él, por ello se encontraba tranquilo con su decisión y no pensaba inmiscuirme en ello. Lena me había preguntado qué opinaba de todo ello y creo que fui muy tajante en que no debíamos ni siquiera dar nuestra opinión sobre ello porque podía ser peligroso para el funcionamiento del equipo. Si Tyson podía seguir adelante separando su camino del de Zoe era lo correcto y Zoe debía vivir con ello porque era ella la que tenía sentimientos encontrados por la caza y Artemisa y no había podido resolverlo en todo el tiempo que estuvimos en el Vacío.

Salí de la habitación a prepararme un bocadillo, al parecer Tyson ya había salido antes y Zoe tampoco estaba en su habitación. Supongo que tendrán un nuevo encontró para hablar. Sinceramente esperaba que se resolviera con el menor drama posible, no estábamos para que el resto del campamento nos viera con problemas sino como un equipo compacto. Prepararía el desayuno para Lena y para mí, pero en la cocina ya estaba Zoe cortando cebollas un poco perdida en sus pensamientos porque cuando me fije bien ya no había cebolla que cortar solamente el sonido del cuchillo en la tabla.

—¡Hey! si quieres puedes cortar leña para el campamento —trate de sonar un poco jovial, no necesitaba que le recordarán su propia torpeza.

—Hola, Beck —se notaba que había estado llorando, me preguntaba si tal vez Tyson había sido muy duro con ella, pero tal vez se trataba de que Tyson no iba a ceder a lo que Zoe le había dicho. Estaba en su derecho.

—Solo pasaba por aquí para preparar algo, me iré rápido —ella asintió mientras guardaba las cebollas cortadas, parecía que necesitaba cortar una cabeza o algo para desahogarse, no quería que fuera la mía.

—Espera —temí que me preguntará por Tyson, pero tampoco podía tomar un lado porque también me agradaba Zoe y lo que más deseaba es que se volvieran a llevar bien aún si eso no los volvía a juntar.

—Dime —su mirada era cautelosa, dudaba demasiado.

—Sé que eres cercano a Tyson... que se supone que debo hacer —suspiré, no tenía una respuesta mágica a eso, o una solución, no quería alentarla, porque todas señales decían que Tyson no quería hablar de eso y no quería enfocarse en ello.

—No he hablado de esto con él, pero lo único que puedo recomendarte es que le des espacio —ella se sorprendió por mis palabras, pero era lo mejor.

—No hemos hablado en mucho tiempo —en eso también tenía razón, pero Tyson era la persona más sencilla de comprender dentro de todas las complicaciones que le rodeaban.

—Me refiero a que lo último que quiere escuchar es sobre eso, solo necesita acostumbrarse a que estas aquí, a que las cazadoras están aquí... tiempo y espacio —ella estaba con un par de lágrimas en los ojos, sabía que el tema de las cazadoras era algo particular, un grupo de muchachas que tenían arraigado el odio a los hombres, era complicado.

—Pero hable con él sobre las cazadoras —algo me decía que nada de lo que pudiera decir sobre las cazadoras haría que Tyson dejara ir su enfado, por el contrario, necesitaba no escuchar sobre ellas y lo peor era que se iban a unir a los entrenamientos.

—Tyson es una persona llena de buenos sentimientos, el problema es que también lleva muchos años reprimiendo los sentimientos hacía Poseidón por lo que le hizo, está bajo mucha presión porque Percy tiene prioridad para darle una lección, por eso el aún no ha explotado contra Poseidón, pero espera a que lo haga para que veas de lo que es capaz un hombre enojado —su mirada se tornó de preocupación, sabía que ahora mismo Artemisa y Poseidón estaban en su podio. Percy había dado el primer paso y Tyson no podía estar más de acuerdo, recuerdo que miraba con completa aprobación con lo que hizo Percy en Poseidón, si Hestia no hubiera dicho nada hubiera sido una cosa terrible.

—No quería lastimarlo, solo estaba siendo honesta —creo en la honestidad, pero no creo en la gente que no sabe expresarla. No muchos piensan en las consecuencias de lo que van a decir y el cómo lo dirán.

—Y él también fue honesto y creo que tu honestidad no vale más que la de él —sentí que esa parte le dolió, no era mi intención, pero necesitaba calmarse y dejar de buscarlo para que el pudiera calmarse.

—Pero... —le detuve poniendo mi mano sobre la de ella, no quería que pensara que me ponía del lado de Tyson.

—Solo dale tiempo y no le des más motivos para que se aleje, somos un equipo y el parece entender eso, pero tú se lo estás poniendo un poco difícil —ella me miró con arrepentimiento, sabía que era asi, tal vez no debió hablar con Tyson ni bien llegados y luego de tener un encontronazo con los dioses y más cuando Tyson había lanzado a Phoebe como muñeco contra ese árbol y ella había reaccionado a eso, yendo hacia Phoebe.

—Lo siento, no era mi intensión —negué rápidamente, no necesitaba abatirse más.

—Lo sé, pero es momento de que nos concentremos en lo que tenemos que hacer, habrá tiempo para que puedan hablar sobre sus cosas —ella termino de secarse las lágrimas que tenía.

—Gracias Beck —le di una pequeña sonrisa mientras le compartí uno de mis sándwiches.

—No me lo agradezcas, siento que hable de más —había hablado con Lena sobre esto y aquí estaba.

—No, no, aprecio tu sinceridad —empecé a comerse el sándwich y yo pensé que era momento de partir.

—Bueno será mejor que lleve esto y esto también —tome el sándwich que quedaba y tome una lata de jugo para poder acompañarlo y la deje seguir en lo suyo, seguramente Lena ya estaría de pie y preguntándose donde estaba. Pero cuando doble hacía las escaleras ella estaba allí con los brazos cruzados haciéndome señas para que subiera rápidamente. Era mi fin.

—Qué crees que estabas haciendo, dijiste que no debíamos intervenir —Lena me quito el plato y la lata de jugo y me señalo el sofá, comenzaba el interrogatorio.

—No, yo dije que tú no debías intervenir —le dije descaradamente, yo solo había hecho lo que me parecía que debía hacer.

—¡Beck! —ella estaba indignada, pero aún sonreía, eso era positivo.

—Ella no necesita que la animen a seguir con todo esto, necesitan que le pongan un alto, esto no le hace bien al equipo —Lena se quedó pensando con el ceño fruncido.

—Nunca pensé que tendrías bajo la manga tu certificado de consejero matrimonial —y ahí tenemos el sarcasmo que me merecía.

—Bromeas, los hijos de Hefesto somos especialistas en muchas cosas —le di mi mejor sonrisa de inocencia.

—Ya veo, supongo que también harás algo con respecto a Percy —ahí fue donde yo me puse un poco más serio. Había estado meditando durante mucho tiempo sobre esto, sobre Percy, Fobos, el equipo, Piper, sus reacciones y emociones.

—En realidad no, el problema de Percy no es un problema con alguien del equipo, es un problema de Percy con Percy —Lena me quedo mirando como si hubiera confundido las palabras.

—¿De qué hablas? —hizo una señal con el sándwich para que continuara.

—Recuerdo más de una vez que siempre se hablaba de la vida que había llevado Percy antes del campamento, cuando me tocó trabajar dentro de la Casa Grande Annabeth siempre había sido curiosa sobre ello, pero Quirón tenía bajo llave el expediente de Percy asi como el de otros semidioses como Michael Yew quienes habían llegado al campamento después de grandes persecuciones y Grover era una caja fuerte, dijo que prefería morir antes que hablar algo sobre Percy —para este momento la mirada de Lena estaba metida en lo que estábamos hablando y haciendo sus cálculos seguramente.

—Lo que te lleva a... —empecé a pensar en cómo esta conversación debía abordarla con el mayor de los cuidados.

—Lo que me llevo a pensar que Percy tiene un pasado demasiado oscuro como para nosotros debamos buscar desenterrarlo por mera curiosidad —Lena creo que se sintió un poco dolida por ello.

—¿No quieres ayudarlo? —su mirada era de un poco de angustia. Sabía que Percy yo éramos amigos.

—Claro que sí, pero querer saber cosas que él ha guardado en su corazón por años solo le hará daño, debemos estar con él y para él, tal como dijo Hestia. Tal vez nunca sepamos porque Fobos lo ha dañado tanto, pero debemos asegurarnos que cuando vea a los costados o hacia atrás siempre nos vea a nosotros —Lena asintió rápidamente, mientras cruzaba los brazos y se paseaba a mi alrededor.

—Beck, ahora que lo mencionas me da miedo la forma en lo dices —supongo que empezó a suponer algunas cosas sobre ello. No sé si ella pensaba en las mismas cosas que yo, pero jamás lo diría. Eso era de Percy y no quería saberlo.

—Percy es un luchador, toda su vida ha peleado por llegar al día siguiente, entonces debemos estar allí para que esa lucha sea más fácil para él —le di un pequeño abrazo para que se animara, no quería que cambiara por lo que estaba diciéndole, Percy no necesitaba lástima, necesitaba amigos y encontrar paz.

—Estoy segura que Piper sufre demasiado a raíz de eso —yo también lo sabía, sabía que Piper se estaba volviendo en un daño colateral sobre lo que le pasaba a Percy, esa parte aún no la comprendía, pero sabía que Piper tenía un camino más difícil que nosotros los capitanes.

—Piper no necesita nuestra ayuda, ella tiene lo que se necesita para poder llegar a Percy, solo necesita ser paciente, algo me dice que veremos a un nuevo Percy pronto —Piper había salvado sui vida, eso hacía que el vínculo entre ellos fuera muy fuerte y a pesar de las idas y venidas Percy jamás había tratado mal o de manera deshonrosa a Piper, eso ya decía mucho.

—No pensaba que pusieras demasiad atención a las cosas —Lena estaba un poco sorprendida.

—Eso me duele —le di mi mejor mirada de herido.

—No, no, me refiero a que no pensaba que tuvieras toda esa información guardada —era una de mis cualidades, con todo lo que alguna vez había escuchado en la Casa Grande aprendí a guárdame las cosas solo para mis oídos, también fue una de las razones por las que fui en esa misión con Percy al princesa Andrómeda, porque sabía que era de peligro mortal y no podría vivir con la consciencia tranquila de que alguien fuera en esas condiciones.

—Percy es mi amigo, no puedo arrebatarle lo que ha luchado por sostener por años solo para saciar mi curiosidad —lo dije en un tono muy sentido porque sabía que tal vez por mucho tiempo no tuvo a nadie con quien hablar a corazón abierto, hasta que llegó Hestia.

—Entiendo, haremos lo mejor para él —Lena tenía esa mirada determinada que tanto me gustaba.

—Tenemos nuestra nueva oportunidad porque pensó en nosotros, debemos pensar en lo que Percy necesita ahora mismo —ella asintió, ambos sentimos que no era lo mismo vivir nuestra vida en los Elíseos que compartir nuestra felicidad aquí en la tierra con nuestros amigos. —No te lo había dicho porque no quería incomodarte, pero creo que deberías dejar de experimentar con métodos de sanidad con Percy, leí un poco sobre Fobos y la forma en que su poder actúa y te horrorizarías en la forma que terminaron otros que fueron herido por el —ella se paralizó por un momento, sabía que lo que le estaba pidiendo era algo serio.

—¿A qué te refieres? —se sentó para escucharme atentamente.

—Leí de un par de dioses menores que se enfrentaron a graves problemas psiquiátricos que fue necesario usar camisas de fuerza para que no se autolesionaran, tenía la mente destruida —se llevó la mano a la boca para ahogar un grito.

—¿Estas bromeando? no podemos permitir que Percy llegue a eso —empezó a frotar sus manos con algo de ansiedad seguramente en su mente todo corría a mil por hora para poder hallar una solución.

—Exacto, no sabemos cómo está su mente lidiando con lo que sea que produce el poder Fobos, lo que sé es que Percy ha resistido todos estos años y probar y fallar solo hace que cada fallo sea el recordatorio de que debe llevarlo ese terror en su cuerpo y mente —con dolor vi salir una lágrima del rostro de Silena y me dolió más a mí, seguro se sentí un poco culpable por ello. —Es la razón por la que muy a pesar de todo no me opongo a que lleve esa pulsera, es una maldición, pero también es una solución —sabía que lo que estaba diciendo era terrible, pero para Percy era su gancho a tierra.

—Esa pulsera ha hecho que Percy ya ni siquiera sea el Percy que conocemos —me expresó preocupada y con justa razón.

—¿Te imaginas lo que sería sin ella? Percy es muy fuerte, pero no es invencible y Aether solo quiso ayudarlo, lo que investigamos juntos hizo que no tuviera remordimientos sobre ello a pesar de las consecuencias —yo había hablado con Aether sobre esto, con el habíamos investigado sobre Fobos y los efectos, lo que hizo por Percy era lo más cercano a ayudar de lo que Hemera y Silena estuvieron.

—Beck, sino podemos ayudarlo ¿qué podemos hacer? —

—Si podemos, los recuerdos dolorosos que le atormentan están en el poder de Fobos que actúa en él aún después de tanto tiempo, debemos eliminar a Fobos y el poder de Fobos debería menguar o extinguirse en Percy, pero ya sabemos que está en el tártaro, no podemos ir, debemos esperar que venga para hacer nuestra parte —hablaría de esto con el equipo luego, pero debíamos está listo para acabar con Fobos antes de cualquier primordial, por lo que podía hacerle a Percy y al resto.

—Debemos estar preparados —asentí mientras anotaba un de cosas en mi libreta y luego la guardé en mi armadura.

—Hestia dijo algo importante ayer: el terror se termina cuando la luz de la felicidad se encarga de abrir las puertas de su mente y corazón, dijo que ella había llevado una luz hacía Percy, debemos esperar que esa luz haga su trabajo —tanto ella como yo sabíamos lo que la luz podía hacer en la vida de uno, al recibir la bendición de Hemera y Aether habíamos experimentado una revitalización de nuestros sentimientos y emociones.

—Pensé que estaba hablando en sentido metafórico —se frotó la cabeza como pidiendo perdón.

—No, fue algo o alguien, pero no debemos buscar saberlo, solo dejar que Percy vea la luz —lo último que Percy necesitaba era preguntas incomodas o recurrentes, nosotros debíamos simplemente llevarlo por el camino más iluminado posible y estar con el cuándo se sintiera perdido y buscar crear recuerdo que calentaran su corazón.

—Está bien, debemos esperar entonces —puse mis manos sobre sus hombros y la dirigí rumbo a la puerta, era hora de empezar el día.

—Ahora vamos, es hora de preparar todo para el entrenamiento, Tyson debe estar en la arena —todos ya estaban fuera de casa asi que íbamos tarde. Pero lo que vimos afuera no era nada de lo que esperábamos. Tyson tenía su espada desenfundada con Artemisa y sus cazadoras apuntándole. Piper sostenía a Zoe para que no interviniera, pero no veía a Thalia por ningún lado.

THALIA

Cuando Hestia habló con nosotros, me juré a mí misma que no iba a permitir que los dioses dañaran a otro semidiós de la forma en que Percy había tenido que sufrir todo este tiempo. Sentí un poco de remordimiento porque yo había ingresado a la caza de Artemisa por huir de la profecía y nunca Percy me reclamó o hablo de ello. Durante todo este tiempo entrené y entrené con el propósito de poder salvar a la mayor cantidad de campistas de un terrible destino. Piper se había mantenido muy quieta luego que Hestia había hablado con ella y luego con el equipo. Ella era campeón de Hestia por lo que seguramente tenían mucho que conversar. Pero con los chicos decidimos que no volveríamos a presionar a Percy a abrirse con nosotros, sino que dejaríamos que se diera de manera natural, a su tiempo y con la persona que él quisiera y que eso no debía hacernos sentir mal.

Estaba dentro de la cabaña de Hades, era realmente estremecedor el ambiente, la luz apena se reflejaba en el resto de la habitación, pero bueno, no tendría que porque temerle a la oscuridad, ya pasé de esa etapa, aún asi pienso que esta habitación necesita un poco de iluminación, de seguro Nico se opondría. Me quedé mirándolo dormir, su respiración ya se había estabilizado, puse mi cabeza en su pecho para poder sentir el latido de su corazón, aun latía, eso era bueno. Me sentía un poco avergonzada, habían pasado 2 días y aún no despertaba, tal vez fui demasiado lejos en esto de querer sorprenderlo. Agradecí dentro mío que Piper me hubiera cubierto en estos días sobre lo que había pasado.

||||—||||—||||—||||

—FLASHBACK—

—¿Es cierto lo que Lucy dijo? ¿Necesitas olvidar el pasado para poder seguir adelante? —su mirada se volvió un poco adusta, como si su cabeza estuviera carburando todas las posibles respuestas. —Tú quieres seguir adelante? —después de unos segundos, suspiro hondamente y su mirada se puso fija en la sombra que tenía por rostro. Aunque él no podía verlo, mis ojos estabas vidriosos y las lágrimas asomaban, la tensión de escuchar su respuesta me estaba matando.

—Creo que no tengo por qué responder, si tú no puede cumplir tu palabra —dijo el con determinación, mi corazón bombeaba demasiado rápido. Me estaba desafiando. No iba a dejar que pensara que mi palabra no tenía valor. Puse mis manos en mi capucha, suspiré, y empecé a tirarla para atrás

—Claro que puedo cumplir mi pa... —estiró su mano rápidamente sobre mi capucha.

—Si… —mi corazón se detuvo por un momento, tenía que entender que no podía pretender que Nico estaría esperanzado en falsas ilusiones sobre algo que no conocía.

—Tiene sentido —susurré controlando mis propios deseos de frenarlo, pero no me correspondía, pero quería que hubiera sido no su respuesta.

—Pero podría pensármelo, sabes... —su voz sonaba divertida como si esta conversación fuera un juego para él. Eso me enfadaba por una extraña razón.

—¿Entonces es un no? —el me miro por un momento, luego se giró dándome la espalda.

—Veamos —hizo un movimiento no violento, pero si inesperado porque acercó su rostro hacia el mío.

—Qué te pasa ¿por qué te acercas tanto? —lo empujé un poco.

—Después de todo si quiero hacerte cumplir tu palabra —estiro sus manos hacia mi capucha, pero me resistí.

—¿Estás jugando conmigo Nico Di Angelo? —al escuchar su nombre y apellido se puso un poco serio.

—¿Por qué te importa mi respuesta? —su voz sonaba curiosa, como que seguía en plan broma.

—Solo me importar y ya —nuevamente se acercó, peligrosamente cerca.

—Estas muy cerca —lo empuje ligeramente de nuevo, pero se resistió.

—Tú eres la que no has dejado de mirarme desde que llegaron al campamento —empecé a ponerme nerviosa, la forma en como lo decía solamente hacía que mi cerebro se pusiera en blanco. —Tengo curiosidad porque me mirabas cuando estaba con Lucy —tragué saliva por como preguntaba y mencionaba a Lucy.

—Esto no es sobre mi... —mi voz estaba media entrecortada y el parecía disfrutarlo.

—En ese caso solo veré tu rosto y me iré ¿de acuerdo? —extendió su mano, pero esta vez metió su mano dentro de la capucha y toco mi mejilla.

—¿Que? ¿Qué crees que haces? —me alejé porque me estaba dominando y no podía dejar que eso pasara.

—Haciendo que cumplas tu palabra —dijo mientras volvía a acercarse.

—Cambie de opinión, me iré primero —retrocedí y decidí mejor huir, no era momento.

—Alto allí —su voz era potente y llena de autoridad. Me detuve. —Dese vuelta —cuando me giré tenía una sonrisa de victoria, pero no dejaría que se saliera con la suya.

—No estoy jugando Nico —empezó a caminar a mi alrededor.

—Yo si —podía sentir que esto terminaría mal, sentía que mis dedos crepitaban con descargas eléctricas.

—No estoy para juegos, solo debías responder una simple pregunta —el solamente estaba jugueteando conmigo.

—No es tan simple —se detuvo y me dio una mirada intrigante.

—Hazlo simple —se puso pensativo.

—Está bien —entonces volvió a acercarse y puso ambas manos y ya casi había echado para atrás mi capucha entre en pánico, mis dedos estaban llenos de electricidad.

—¡No hagas eso! —no dude y tome su rostro con fuerza para alejarlo, entonces se soltó una descarga eléctrica, creo que más potente de lo que pensaba, porque se cayó para adelante como desmayado, cuando intente sostenerlo por su peso termine dándole un rodillazo en la nariz y esta empezó a sangrar. —Nico—lo sacudí en el suelo, pero parecía que no reaccionaba, ya estaba empezando a preocuparme. —¡Nico! deja de bromear, vamos levántate —lo abofetee un poco, pero no respondió, acerque mi oreja a su nariz y no respiraba, empecé a entrar en pánico, tampoco podía sentir pulso, miré para todo lado y entonces me retiré la capucha y empecé a darle RCP. Agradecí que habíamos asistido al taller de primeros auxilios y atención medida básica. —Hey, respira, respira —puse más fuerza y empecé a ponerme ansiosas porque no estaba dando resultado. Entonces pensé en el último recurso. Concentré electricidad en mis dedos y lo impacté en el pecho, una vez y nada, volví a hacerlo otra vez y tampoco funcionaba. —Vamos, vamos, respira —a la tercera vez sí que reacciono porque aspiró con violencia y tosió de manera ruidosa, no supe si me había logrado ver porque nuevamente se quedó desmayado, pero ya respiraba. Formé un portal y me lo lleve rumbo a su cabaña, necesitaba tenerlo a salvo sin que me cuestionen por haberle hecho algo al líder del campamento griego.

—FIN DE FLASHBACK—

||||—||||—||||—||||

El resto es un poco de historia, Piper me ayudo a cubrir el hecho de que Nico no se presentara a los entrenamientos, aunque siempre tuve a Lucy preguntando por él, lo cual hacía hervir su sangre. Pero aún no podía hacer nada al respecto. Trataba de terminar con mi entrenamiento minutos antes para poder dirigirme a la cabaña de Nico, cuidar que nadie se asomara y vieran que realmente estaba inconsciente ya 2 días. Mire por la ventana, algunos de los campistas ya se estaban dirigiendo hacia el entrenamiento de la mañana luego de desayunar.

—Ahhhhh —escuche un pequeño quejido, entonces me volví hacia donde estaba Nico, estaba muy perturbado como si estuviera luchando para poder abrir los ojos, hasta que finalmente pudo, pero no parecía poder ver, porque estaba frotando sus ojos.

—Nico, despertaste —su mirada finalmente se enfocó y me miró fijamente.

—Eso parece ¿dónde estoy? ¿quién eres tú? —toda la habitación estaba a oscuras excepto por las lámparas cerca de su cama.

—¿Que estás diciendo? Soy Sky, no exageres, tampoco es que te electrocuté tan fuerte —me dio una mirada afilada. Pero luego de un momento se relajó.

—¿Sky? ¿Qué clase de nombre es ese...? —se empezó a levantar así que le ayude poniendo mi brazo debajo del suyo. Se quedó mirándome con mucha curiosidad. —Pensé que tu nombre era Thalia... Thalia Grace —me quedé helada en mi sitio sin moverme, respirar y parpadear. Empecé a balbucear.

—Qu... Que... ¿Qué estás diciendo? —mi voz se entrecortaba, pero el parecía estar divirtiéndose y eso me ponía más nerviosa aún. Me aleje un poco dándome espacio para poder respirar. Sentí esa sensación de vértigo en el estómago que me hacía tener un mareo.

—Acércate, Thalia —negué rápidamente mientras en mi mente sabía que estaba a punto de revelarme a Nico. Él me sonreía mientras pronunciaba mi nombre.

—Sky, dime Sky —le dije tratando de desviar la conversación. Él me sonrió mientras se ponía de pie y empezaba a caminar hacia mí, rengueaba un poco, supongo que todo su cuerpo había sido afectado por la descarga eléctrica. Me hacía con la mano una seña para que me acercara, pero me negué.

—Eso vamos a averiguarlo —su voz aún era un poco ronca, supongo que estaba aún afectado por dos días en que había estado en cama.

—No, no, no me engañaras nuevamente —le dije alejándome, pero él me dio una cara de fingido dolor mientras se apoyaba sobre el suelo, me acerqué con cuidado, porque sabía que estaba fingiendo. El tomo mi mano y me arrastro al suelo. No reaccioné.

—Y tú no te me vas a escapar nuevamente —sus manos estaban acercándose a mi capucha, esta vez podía ver su determinación, después de todo tal vez si había podido ver mi rostro cuando lo electrocute, pensé que no podría recordarlo o reconocerme.

—Ni...Nico, detente, no por favor —su mirada se veía un poco perdida por un momento, pero luego no se contuvo y simplemente retiro la capucha. Su mirada se tornó nostálgica, simplemente nos miramos por un buen ratos, sentía que me estaba examinando detalle por detalle, creo que lo único que había cambiado en mi rostro era que mis ojos eran de un color más intenso. Pero el parecía estar perdido en mi rostros, no quería matar el momento, porque yo también estaba muy concentrada en mirarle y disfrutar de este momento que tanto había esperado. Para mi habían sido 15 largos años, donde cada día que me despertaba y entrenaba me motivaba con la idea de que pronto volvería para poder verle. Sus ojos estaban vidriosos, pero se contenía, al igual que yo, que no quería hacer un show dramático. Luego de haberme observado en silencio levanto una ceja.

—Lo sabía —me quedé un poco sorprendida de ello, pero luego recordé que los chicos se habían reído de mi cuando dije que sabía quién era él.

—¿Qué? —su mirada volvió a ser desafiante y acerco su rostro demasiado al mío, tanto que dejé de respirar porque sentía que me estaba a punto de besar.

—Thalia... —susurró mi nombre y su aliento hizo cosquillas en mis labios, trague saliva porque me sentía a su merced.

—Ni... Nico —empecé a cerrar mis ojos porque estaba a punto de besarle, después de tanto tiempo. Hasta que sentí un dolor en mi frente, me había golpeado con sus dedos.

—¿Te escondías de mí? —tenía una sonrisa traviesa en su rostro, de esas que no suceden a menudo, él es más de rostro adusto y sin emociones.

—No... no... para nada —titubeaba y me sentía torpe, como que no podía controlarme a mí misma.

—¿Por qué tartamudeas? —me sonrojé, me sentía tan infantil que no podía con mis propias emociones.

—No... estoy tartamudeando —se levantó primero y me tendió la mano, la tome y me levanto de un solo tirón para envolverme en un abrazo, sentí todo lo que tanto había echado en falta todo este tiempo.

—Pues, eso parecía —su voz sonaba entrecortada, entonces lo supe, todas esa bromas, ese lenguaje seguro y audaz solo estaba escondiéndose de mi a su manera. Rápidamente envolví mis brazos alrededor de él también. No sé cuánto tiempo estuvimos asi, pero sabía que estaba llorando igual que yo, porque su respiración era sobresaltada y llena de grandes suspiros. Luego de un momento sentí que alguien se acercaba a la cabaña y escuché su voz llamando a Nico.

—¿Nico? —la voz de la hija de Afrodita hizo que me tensara y quise separarme de Nico para poder ir a la puerta, pero me detuvo poniendo su mano en mi boca para que no dijera nada, luego me hizo señas para que pusiera detrás de la puerta.

—Demonios, Lucy —suspiró antes de abrir la puerta.

—Nico ¿cuándo llegaste? —Nico tosió un poco antes de quedarse en silencio.

—¿Llegue? —preguntó torpemente mientras yo quería salir y simplemente despachar a Lucy.

—De la misión —Nico se quedó en silencio por un rato y luego reaccionó.

—Oh, oh, la misión... si... bueno, recién llegue hoy en la madrugada —Lucy sonrió de manera coqueta y estaba empezando a colmar mi paciencia.

—Debes estar cansado, pero lo que está sucediendo seguro te anima un poco —eso llamó mi atención ¿que podría estar pasando tan temprano?.

—¿Que está pasando? —Nico también se puso en un tono curioso, nada fuera de lo normal había sucedido en estos días.

—Tyson está enfrentando a Artemisa, parece que no terminará bien —mi corazón se detuvo un rato, porque caí en cuenta que también estaba a punto de revelar mi identidad al mundo y que eso podría traer problemas a Nico con Artemisa con Tyson lo tenía ahora.

—Enseguida voy —estaba a punto de entrar, pero Lucy lo detuvo.

—Sera mejor que te cambies de camiseta, hueles a chamuscado —como se atrevía a olerlo con tanta libertad.

—Si, yo ... claro, estaré allí en unos minutos —cerró la puerta y me hizo señas para que me acercara, entonces hizo algo que no espere que pasara en el contexto, me dio un beso en la mejilla y luego me volvió a colocar la capucha.

—No creo que sea buena idea que todos sepan quién eres aún —se fue al armario y tomo una camiseta, rápidamente se cambió, pero yo estaba colgada en la sensación de calor en mi mejilla que no me fije en nada más. Abrió la puerta y chasqueo los dedos en mi rostro para hacerme señas de salir e ir a ver qué estaba pasando.

More Chapters