El sol de la mañana se filtraba por los vitrales del monasterio, pintando el suelo de azules y dorados. Recuerdo cómo el aire olía a hierbas frescas y aceite para armas, mezclado con el aroma del pan recién horneado que las novicias traían de los hornos de piedra.
Una joven Akara de cabello oscuro vistiendo túnicas blancas y moradas de Sacerdocio guiaba con un temperamento Maduro Firme pero Maternal a jóvenes chicas que vestían armaduras de cuero y llevaban en sus manos armas como espadas, lanzas, arcos y ballestas.
Una niña de unos 12 años con sus ropas y manos manchadas de hollín sostiene flechas y saetas mostrándolas a otras dos chicas un poco más mayores que ella.
"¡Mira! Le añadí púas ¡atravesará hasta el acero de un caído!"
la más seria de todas, cruzaba los brazos:
"Sólo si no fallas el tiro, Charsi."
“Bien! Moreina, compórtate está bien. Recuerden volver antes de oscurecer!”
“…”
“Es esto, una ilusión?” Christel, de pie en la entrada a la Nave de la Catedral en el Monasterio del Paso del Este se preguntó en voz baja.
Reconoció fácilmente el rostro de todas las niñas presentes en la Catedral. También observo, el cuidado y el mantenimiento del monasterio.
Aunque las Rogues son una profesión dentro de la industria de los mercenarios en el mundo de Santuario, donde eran parecidas a los Asessinos, se mantenían en la clandestinidad ocultas en las sombras y sus ataques eran a espaldas del objetivo.
En el Monasterio solo parecen un grupo de chicas que ríen y juegan, hornean panes, costuran ropa, cuidan de plantas, etc.
Por lo que , a los ojos de Christel, la catedral se muestra como un lugar lleno de vida y de luz del sol.
La joven Akara a los lejos, cerca del altar, vio correr a las tres chicas que se iban despidiéndose de todas las demás a su paso.
Kashya, Moreina y Charsi pasaron al lado de Christel sin que la notaran.
Christel, al ver las enormes puertas dobles de madera por la que salieron el trio de jóvenes niñas, se pudo ver el cielo azul, pero inundado de hilos de infinitos tonos de colores.
Christel levanto más la vista, y la catedral a sus ojos no tenía techo, sino que se podía ver el cielo desde el interior de la catedral y los infinitos hilos que parecían estar vivos y vibraban como cuerdas de guitarra.
“Es como el hechizo de techo del mundo mágico británico~”
Entonces, una esfera de fuego apareció y atravesó las paredes y todos pero parecía no existir. El mundo seguía igual.
Pero fue entonces que Christel se dio cuenta. Justo cuando la esfera de fuego naranja se acercó a ella, Christel dio un paso adelante y atravesó la pared de la esfera de fuego.
Entonces, un olor a podredumbre entro en su nariz.
Las botas de Christel crujieron sobre los restos de un candelabro sagrado al dar su paso, su cera derretida mezclada con algo más oscuro. La Nave principal del Monasterio de las Rogue ya no es un refugio, sino una herida abierta en el mundo. El aire huele a incienso podrido y carne chamuscada, como si el mismísimo infierno hubiera tosido su aliento sobre estas piedras.
Las bóvedas altas, que antes resonaban con cantos de guerreras-sacerdotisas, ahora gimen bajo el peso de telarañas gruesas como venas, que se aferran a los frescos de las Hermanas de la Vista. Los rostros de las santas guerreras han sido arrancados a golpes, dejando sólo ojos vacíos en la piedra.
A lo largo del pasillo central, los bancos de madera de roble están astillados, algunos convertidos en piras funerarias.
El altar de la Luz está corrompido. Donde antes brillaba un cáliz de plata, ahora hay un hueco negro del que brotan raíces retorcidas, palpitantes, como intestinos expuestos. Y en el centro... el trono de Andariel:
“Me has hecho esperarte mucho tiempo. Pequeña ~ “La voz es dulce como miel envenenada.
Andariel está aquí. se retuerce en su trono de huesos, una parodia perversa de una reina. Su figura es un equilibrio agonizante entre lo divino y lo abominable.
Su piel es blanca como la luna atravesada por nubes de tormenta, tan perfecta que duele mirarla. Pero esa blancura está corrupta: venas negras serpentean bajo su superficie, latiendo al ritmo de un corazón que ya no es humano.
Su cabello rojo ya no es cabello humano. Son como llamas vivas, serpentinas de sangre seca que se enroscan alrededor de su cuello como manos ansiosas. Y sus ojos... Dios, sus ojos. Azules como el hielo en el abismo.
El vestido rojo de novicia que lleva está desgarrado con precisión obscena. Los jirones de tela se adhieren a su cuerpo como una segunda piel, revelando más de lo que ocultan con un escote bajando hasta su vientre.
Andariel se arquea sobre su trono, en una pose de costado, moviéndose como si bailara. Debajo de su cintura y su falda corta, aparece una larga y gruesa cola de serpiente con escamas oscuras y brillantes.
Un cuerpo magnifico entre lo divino y lo abominable.
“Te gusta? ~ “ Andariel dijo mientras su lengua bifurcada salía de entre sus labios y saboreaba el aire en el ambiente.
“Hueles, Sabes mejor de lo que esperaba…”
“Este lugar se veía mejor antes…” Christel, después de salir del portal infernal, empezó a caminar hacia el trono al fondo de la Nave de la Catedral de forma tranquila.
El estado de calma y tranquilidad de la niña de cabellos dorados asombra a Andariel y le da más deseos de corromperla.
“Si te quedas aquí conmigo, puedes hacer de este lugar lo que quieras ~ “ Andariel empezó a usar su voz seductora para seducir a la pequeña niña de cabellos dorados como el sol.
“Pensé que la -Doncella de la Angustia- se quedaría en lo profundo de las Catacumbas del Monasterio” Christel ignoro las palabras de Andariel.
Principalmente porque Christel sabe que este lugar será su próximo hogar así que no hay por qué contradecir a las palabras de este Mal Primordial.
“Por ti ~ Pequeña ~ esperaría aquí mismo, aunque no me habría imaginado que llegarías usando mi propio portal, jejeje ~ “
“En esto tengo que agradecerte, abrir ese portal rojo me ahorro tiempo de correr y escalar montañas ~ “
“Puedes agradecerme quedándote conmigo aquí para siempre ~ “
“Eso tengo pensado, pero no sería un agradecimiento. Así que tendré que agradecerte de otra forma…” Una luz plateada empezó a entrar desde los ventanales y fritas de la Catedral.
Las manos de Christel también empezaron a brillar en luz plateada. Luego, a medida que la luz llenaba todos los rincones de la estructura, la ropa de Christel empezó a cambiar.
Con la llegada de la luz plateada, gritos y lamentos espeluznantes se escucharon desde los rincones oscuros y de las manchas en el suelo y las paredes como si gente estuviera sufriendo de ser quemadas.
"¡AAARGH—!"
"¡IIIIIIIHHH!"
"¡CRUAAACK!"
Christel hizo oídos sordos ante estos gritos, ya que en su percepción había visto que eran solo criaturas infernales.
Desde que Christel lego a la catedral a través del portal de fuego, ha estado analizando todo el lugar, desde las profundidades de la catacumba, a las cárceles, el claustro interior y los cuarteles, el claustro exterior y pasando la puerta del monasterio, así como los campos de entrenamientos y los edificios de viviendas, de talleres, cuartos de almacenamiento, cada habitación y lugar quedo a la vista de Christel bajo su percepción espiritual.
Ahora solo quedan criaturas inferiores y sus nidos.
Pero lo que llamo más la atención a Christel, fue un punto en el nivel cuatro de las Catacumbas, un charco de sangre de donde emana energía poderosa y parece no tener fondo.
Andariel se levando de su trono, alcanzando unos tres metros de altura fácilmente, pero arrastrando su cola de serpiente que parecía tener una longitud de seis metros.
“Pequeña ~ sígueme demostrando lo especial que eres ~ “ de las manos pequeñas de Andariel, una luz verdosa brillo y un aura salió disparada hacia la ubicación de Christel.
Christel al ver esto simplemente salto suavemente y un par de alas de mariposa blancas aparecieron detrás de su espalda.
“Veneno…” Christel levanto su mano izquierda y un bastón mágico plateado con una luna naciente se materializo.
Agitando el bastón suavemente y una luz plateada en forma de medialuna salió disparada hacia el suelo y el veneno que Andariel había disparado se purifico.
Entonces las manos de Andariel cambiaron de una luz verde a una luz anaranjada y guiando sus dos manos hacia el frente una columna de fuego se levantó desde el suelo y cubrió a Christel, es solo que cuando se levantó la columna de fuego, Christel ya había desaparecido.
*THIINK* un sonido metálico se escuchó cuando Christel golpeo con su bastón mágico a la espalda de Andariel.
Dos pares de unas especies de garras aparecieron en la espalda de Andariel. Como si estas garras nacieran desde un muñón de su columna vertebral.
“teletransportación ~ eres buena en la magia espacial pequeña ~ “ las manos y los ojos de Andariel brillaron en naranja y un muro de fuego apareció a espaldas de Andariel.
Christel volvió a usar teletransportación y apareció a un costado. Al momento siguiente dos esferas plateadas avanzaron lentamente hacia Andariel congelando todo a su paso y lanzando cuchillas de hielo plateado hacia el frente.
Esta vez Andariel, con sus energías infernales, conjuro una esfera roja de magma he igual que Christel la lanzo hacia adelante avanzando a la misma velocidad que las esferas de hielo de Christel.
El extremo frio y el extremo calor al chocar ocasionaron fuertes corrientes de viento así como la aparición de niebla y vapor en el aire.
“Buen uso del Orbe Helado, sabes que toda la magia de los Mortales se aprendió de los -Nefilim-? Y los Nefilim aprendieron magia de nosotros los Primeros ~ “
