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Marvel: Dragón Blanco

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Synopsis
**ADVERTENCIA / DISCLAIMER** Esta es una obra de fanfiction. Los personajes, escenarios y elementos del universo de Marvel son propiedad intelectual de Marvel Entertainment, LLC y The Walt Disney Company. Esta historia ha sido creada sin fines de lucro, únicamente por el disfrute y la creatividad de la comunidad de fans. No se pretende infringir ningún derecho de autor. Sipnosis: El universo Marvel está lleno de secretos, pero algunos nunca fueron diseñados para ser descubiertos. Cuando una anomalía de proporciones imposibles sale a la luz, lo que parecía enterrado por la historia vuelve a respirar. Una criatura que desafía todo lo conocido: más antigua que cualquier leyenda, más colosal que cualquier amenaza registrada. No hay testigos preparados. No hay protocolos suficientes. Solo una certeza: Lo extraordinario ha comenzado a despertar. Y esta vez… no lo hace con fuego. N/A: Te recomiendo que no leas esto en la app, sino en la página. ¿Por qué? Es para una mejor experiencia de lectura; con el tamaño de fuente correcto, los párrafos no saldrán tan desiguales en comparación con la app. Tampoco lo traduzcas, ya que esto cambia palabras y a veces provoca "errores ortográficos" que no cometí.
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Chapter 1 - Capítulo 1

2 de mayo de 2007

La Antártida, una inmensa extensión de hielo y desolación, se extendía bajo un cielo pálido. La gélida temperatura calaba hasta los huesos y el viento frío levantaba motas de nieve haciendo que el paisaje brillara con una blancura cegadora, solo acentuada por el azul profundo de los antiguos glaciares. En este reino prístino, donde la vida lucha por sobrevivir, un enorme grupo de pingüinos emperador se movía con torpe elegancia.

Sus graznidos resonaban a través del aire cristalino, una cacofonía ruidosa pero armoniosa que formaba una sinfonía natural, el único sonido que rompía el gélido silencio del continente.

No muy lejos de estas aves con trajes blancos y negros, un equipo de producción de documentales y su personal de apoyo observaban fascinados. Equipados con cámaras de alta definición con teleobjetivos, micrófonos direccionales montados en pértigas y drones con cámaras estabilizadas para tomas aéreas, el equipo se refugiaba detras de paravientos portátiles, que apenas ofrecían mínima protección contra el viento.

Todos vestían trajes térmicos multicapa de color naranja brillante y negro, diseñados para temperaturas extremas, con gorros de lana gruesa y gafas para la nieve.

"~Qué frío hace~", murmuró un camarógrafo envuelto en su voluminoso traje, con los hombros encorvados a pesar de las gruesas capas y sostenía una cámara en mano, pero en ese momento, la otra mano enguantada aferraba un termo de café humeante. Una columna de vapor se elevaba lentamente del gran agujero de la tapa, disolviéndose en el aire gélido.

"Sí... Pero nos están pagando bien"

Respondió una técnica de sonido que, a pesar del frío, parecía un poco más estoica, sentada en un pequeño banco plegable. Junto a ellos, se veía al resto del equipo: el director revisando un monitor, el productor hablando por un radio y un equipo de paramédicos con sus botiquines listos, todos vestidos con uniformes similares, creando pequeñas nubes de vapor en el aire polar con cada una de sus respiraciones.

El camarógrafo, con ambas manos aún agarrando la cámara y el termo de café humeante, no apartó la vista de los diminutos puntos blancos y negros que se movían incansablemente por la extensión helada. Sin embargo, su voz, con un ligero temblor que el frío no podía ocultar, respondió a la técnica de sonido:

"~Exactamente... Y es por eso que me estoy congelando el trasero en este lugar. De lo contrario, no pondría un solo pie aquí~", aunque su ropa térmica era de primera calidad, el frío polar logró filtrarse, minando la sensación de calor.

"Tienes razón", respondió la mujer.

Aunque su expresión no delataba ninguna lucha interna, sintía un entumecimiento gélido que se le metía en los huesos.

En ese preciso instante, un joven explorador de veintitantos años, con su voz de inconfundible acento norteamericano, irrumpió en el silencio, gritando por encima del viento y acercándose al grupo con una prisa febril jadeando, mientras sus pulmones luchaban contra el aire gélido.

"¡Hey! ¡Chicos!... ¡Encontré algo increíble y tienen que verlo!" Con una mano enguantada, señaló con urgencia en una dirección indeterminada a través del paisaje desolado. Al llegar junto a sus compañeros, se agachó apoyando las manos en las rodillas, intentando recuperar el aliento que el esfuerzo y el frío le habían quitado.

"¿Qué pasa, Larren?", preguntó el director dando unos pasos al frente, con una mezcla de preocupación y creciente curiosidad en el rostro. Los demás, con sus tareas suspendidas por el repentino clamor, permanecieron en sus puestos, observando al joven con una silenciosa expectación.

"¡Director!", exclamó Larren, ya con los pulmones recuperados y completamente de pie. "¡Encontré un fósil que parece estar en un muy buen estado!", la emoción llenó su voz; nunca había visto algo tan gigantesco, y su niño interior, ese viejo fanático de los dinosaurios, revivió con la convicción de que se había topado con los huesos de un ser colosal de hace millones de años.

"¿Un fósil? ¿Larren, armaste tanto alboroto por un dinosaurio muerto?", preguntó el director con total desinterés. A él no le entusiasmaban en absoluto estos gigantes prehistóricos y simplemente se quedó mirando al joven frente a él con los brazos cruzados y una ceja levantada, esperando una explicación más convincente.

"Yo..." Larren se rascó la cabeza, con una punzada de vergüenza tiñendo su sonrisa. ¿Quizás se había emocionado de más? "Pero director, esta cosa es enorme... Está dentro de una cueva por allá", dijo, señalando con la punta de su dedo enguantado hacia una imponente montaña rocosa que se alzaba no muy lejos.

Era una formación colosal, a unos quince minutos a paso lento en dirección opuesta a la zona de los pingüinos.

"¿En serio? ¿Qué tan grande es?"

Preguntó el director, con la ceja aún levantada y los brazos cruzados, pero con una chispa de curiosidad comenzando a aparecer a pesar de su desdén inicial.

Larren recordó el descubrimiento, con los recuerdos aún frescos. "No puedo decirlo con exactitud, pero esta cueva es tan grande como toda la zona de los pingüinos, o incluso más. ¡Y este gigante casi la llena por completo! Estoy seguro de que con una sola pata suya podría aplastarnos como hormigas", concluyó, asombrándolo aún la magnitud del descubrimiento.

El director escuchó atentamente y esta vez, sin romper su postura de brazos cruzados, inclinó ligeramente el torso y la cabeza, escudriñando la inmensa montaña rocosa.

En su mente, el hombre intentó imaginar una cueva tan vasta como el hábitat de los pingüinos y cómo una criatura podría ser tan grande como para llenarla por completo. "¿Estás seguro de eso, Larren? ¿No te lo estarás imaginando, verdad?", preguntó el director, con un tono de escepticismo.

"No, de hecho...", continuó Larren y esta vez, de uno de sus bolsillos, sacó una pequeña y resistente cámara digital. "Me acabo de acordar que saqué fotos", añadió, manipulando rápidamente el dispositivo.

Inmediatamente, se la entregó al director, quien comenzó a examinar las imágenes una por una. A pesar de la oscuridad y la tenue luz del interior de la cueva, las fotos revelaron la inmensa silueta de una criatura enorme dentro de una cámara cavernosa que la albergaba con sorprendente facilidad, el cadáver estaba congelado en un iceberg de hielo azul, que permitía ver el interior.

El director terminó de revisar las fotos y dejó la última imagen del colosal hallazgo en la pantalla de la cámara antes de devolvérsela a Larren. Larren la agarró, con la mano extendida y su mirada fija en la última toma. En ese mismo instante, el director se giró y llamó al camarógrafo, Jack, quien aún sostenía firmemente su cámara en una mano y el termo en la otra.

"¡Jack! ¡Toma tu cámara y síguenos! ¡Los demás, dejen de chismear y terminen sus asuntos!", ordenó el director con autoridad. Después volvió a mirar a Larren. "Y tú, Larren, guía el camino. Podríamos ganar algo de dinero si les mostramos estas fotos a los amantes de los dinosaurios, pero sin decirles la ubicación..." Una sonrisa codiciosa se dibujó en su rostro al imaginar a esos "tipos" y a las organizaciones de excavación de huesos desembolsando su dinero por la ubicación de este animal muerto de hace millones de años, aún más considerando lo bien conservado que parecía en las fotos y su colosal tamaño.

"¿Eh?... Esta bien"

Respondió Larren sin objeciones. Aunque su objetivo nunca fue lucrarse con el descubrimiento, ciertamente un poco de dinero extra no le vendría mal. Jack, al oír la orden de su jefe, apretó con más fuerza su cámara y ​​siguió a los dos hombres que ya habían empezado a caminar, todavía con su termo humeante aferrado a su otra mano.

Unos minutos después, los tres llegaron a una entrada estrecha y casi oculta a la vista al pie de la montaña rocosa. "Encontré este lugar porque quería orinar, pero vi la entrada y, bueno... Tuve curiosidad", explicó Larren encogiéndose ligeramente de hombros, antes de desaparecer por la abertura.

Jack y el director se miraron el uno al otro y luego a la angosta entrada. No les hacía ninguna gracia adentrarse en un espacio tan reducido; y la idea de quedarse atrapados era una experiencia que nadie deseaba.

"Maldita sea, Larren... ¿De dónde sacaste las agallas para entrar aquí?"

El director refunfuñó mientras luchaba por entrar y para cuando terminó, solo se le veían los pies y unos segundos después, desapareció por completo de la vista de Jack. Por un momento, Jack dudó, pero la idea del dinero extra, repartido entre los tres, fue suficiente para convencerlo.

Se encogió de hombros, colocó con cuidado el termo en el suelo helado de la entrada y con mucha más dificultad debido a la cámara, se coló por la estrecha abertura, siguiendo a Larren y el director.

...

N/A: Si has llegado hasta aquí y piensas:

"¿Qué pasó con Marvel? No vine aquí para leer sobre pingüinos y la Antártida", no te preocupes. Este es solo el primer capítulo; el siguiente ya entra en terreno Marvel.

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