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Chapter 9 - Capitulo 9

Hola, buenas noches. Soy Karl Reus, encantado de conocerte —dije con una sonrisa mirando a la pequeña Diosa que nos esperaba en la puerta.

—Encantada, soy Hestia —respondió ella con una gran sonrisa mientras estiraba la mano. Yo solo acepté su saludo y entramos juntos a la iglesia.

—Bueno, decidme, ¿qué tal fue la cena? —preguntó Hestia con curiosidad, acomodándose en la cama.

—Es una historia larga, pero podemos empezar con…

—¡Gracias por defender a Bell! —interrumpió Hestia, haciendo incluso una reverencia hacia mí.

—No hace falta que hagas eso. Y, ya que estamos… ¿qué tal si me uno por completo a tu familia?

—Claro, solo quítate la camiseta y acuéstate boca abajo en la cama.

Asentí y me quité la camiseta, mostrando mi físico entrenado, antes de acostarme sobre la cama. Sentí cómo un peso ligero se subía a mi espalda y, al momento, una gota de sangre caía sobre ella. Una fuerte luz llenó la habitación mientras la falna se grababa en mi piel.

—¡E-espera… ¿qué es esto?! —exclamó Hestia completamente conmocionada.

—¿Qué sucede? —preguntó Bell preocupado.

—N-ni… ¡nivel 5! Y… ¡puede subir de nivel! —gritó Hestia, casi desmayándose.

—¡Qué genial! —dijo Bell con los ojos brillando como estrellas.

—Y sus estadísticas son… Ex. ¡Incluso tiene varias habilidades y magias en rango Ex! Menudo tesoro has encontrado, Bell. Con él ya no habrá que temer que sepan de tu habilidad. Incluso Karl tiene una igual o superior a la tuya —añadió Hestia con una sonrisa de alivio y emoción.

Bell se sorprendió de escuchar eso, pero a la vez se emocionó aún más pensando lo rápido que podrían crecer los dos gracias a sus habilidades.

—Bueno, supongo que quieres que te suba de nivel, ¿verdad? —preguntó Hestia.

Yo asentí en silencio.

—Bien… —dijo ella antes de comenzar el proceso.

—Listo. Ahora puedes elegir entre dos habilidades: Suerte o Misterio.

—Elijo Misterio —dije con una sonrisa amplia.

Hestia asintió y terminó de grabar la falna, luego me entregó una hoja con mi estado.

Estado del Anfitrión

Nombre: Karl ReusRaza: SemihumanoNivel: 6

Fuerza: I - 0Resistencia: I - 0Destreza: I - 0Agilidad: I - 0Magia: I - 0

Habilidades:

Regeneración Súper Rápida – EX

Evolución Infinita – EX

Resistencia Absoluta – EX

Mundo Transparente – S

Resistencia al Dolor – EX

Maestro de Artes Marciales – EX

Cazador – SS

Cuerpo de Maná – EX

Mostrificación – S+ [Fase 1, Fase 2, Bloqueado]

Guarida del Monstruo – EX

Manipulación Espacial – EX

[Alma Monstruosa: Devastación] – S+

[Fase 1: Control básico de maná-alma → refuerza el cuerpo más allá del límite humano, Bloqueado] [Pasiva]

Misterio – D

Magia:

Aguja de Brújula (sin canto)

Ocho Puertas Internas (sin canto)

Corte Espacial (sin canto)

—¡Guau, cuántas habilidades! —dijo Bell asombrado mientras observaba mi estado.

—Bell, ¿podrías mostrarme tus estadísticas?

—Claro. —Bell se levantó y tomó una hoja de un mueble cercano antes de entregármela.

Nombre: Bell CranelRaza: HumanoNivel: 1

Fuerza: H - 129Resistencia: H - 150Destreza: G - 200Agilidad: G - 210Magia: I - 0

Habilidades:

Liaris Freese

Magia:

—No está nada mal para un nivel uno, pero esa habilidad Liaris Freese… hay que explotarla al máximo. Bell, prepárate: por las mañanas te entrenaré y por las tardes entrarás en la mazmorra. Y, si no le importa a la Diosa, por las tardes me gustaría que me acompañe a la Familia Hefesto para intentar aprender herrería. Si consigo esa habilidad y la combino con Misterio, podría crear un equipo excelente para nuestra familia. ¿Tienes algún inconveniente, Diosa?

Ella negó con la cabeza, y Bell asintió entusiasmado.

—Bien, entonces a descansar. Mañana será un día largo.

Time Skip – Tarde del día siguiente

Hestia y yo nos dirigíamos a la sede de la Familia Hefesto.

—Por cierto, Karl, ¿qué hiciste hoy con Bell en el entrenamiento? —preguntó Hestia con curiosidad.

—Bueno, primero tuvimos un pequeño enfrentamiento. Después de unos minutos de combate noté varias deficiencias: le falta velocidad, algo grave en alguien que pelea con dagas, además de resistencia, y sus reflejos aún son flojos.

—¿En serio está tan mal? —preguntó con una gota de sudor frío.

—Es un novato. No pasó un mes entero en la mazmorra intentando sobrevivir como yo. —Ella asintió en silencio.

—Lo primero que hice fue comprar unas pesas para que las use en brazos y piernas. Tendrá que llevarlas siempre: solo puede quitárselas en la mazmorra o al bañarse. Después lo puse con ejercicios de resistencia. Así pasamos toda la mañana.

—Espero que le ayude… —respondió Hestia algo pálida al imaginar lo que Bell tendría que soportar.

—Claro que le ayudará. Será más fuerte que nunca. —reí mientras señalaba la puerta frente a nosotros—. Parece que llegamos.

Al entrar en la oficina, encontramos a una mujer pelirroja de porte elegante con un parche en el ojo, firmando documentos en su escritorio: Hefesto.

Al vernos, levantó la cabeza y suspiró.

—Hola, Hestia. Dime, ¿qué quieres ahora de mí?

—Hefesto, solo quiero un favor: me gustaría que le hagas un arma a Bell. Está entrenando muy duro y quiero darle algo que lo acompañe en su lucha. —dijo Hestia arrodillándose.

—¿Qué estás haciendo? —preguntó Hefesto sorprendida.

—Es una técnica que me enseñó un amigo: dice que así es imposible rechazar una petición.

—Haa… está bien. Pero será la última vez que te ayude así. —respondió exasperada.

Entonces Hefesto me miró directamente por primera vez.

—¿Y quién es el chico a tu lado?

—Él es Karl, mi nuevo hijo. Es muy fuerte.

—¿Muy fuerte? ¿Nivel 2 o 3?

—No, es nivel 6 —respondió Hestia con una sonrisa orgullosa.

—¿N-nivel 6…? —repitió Hefesto casi gritando, incrédula.

—Sí. Salvó a mi Bell y luego se unió a mi familia.

"¿Pero cuánta suerte puede tener esta enana…?" pensó Hefesto con una gota de sudor.

—Bueno, empecemos con el arma de tu hijo —dijo finalmente, activando un mecanismo que reveló un taller secreto.

Time Skip

Pasaron varios días. El entrenamiento de Bell avanzaba a buen ritmo, el arma estaba casi terminada y hacía poco había cenado con Eina para compensar su preocupación. Nuestra relación quedó en la de hermanos, algo que preferí porque no sentía nada más por ella y era mejor así.

Hoy era el día del Monsterphilia.

—Bell, tomate este día libre. Diviértete, mañana seguimos con el entrenamiento. Pero no olvides seguir usando las pesas: pronto te acostumbrarás al peso. —dije sonriendo.

Bell asintió antes de salir, emocionado por disfrutar del festival.

—Bueno, veamos qué me encuentro yo también… —murmuré mientras me preparaba para abandonar la iglesia.

Continuará…

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