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La melodía que soltaste

nicole_7928
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Synopsis
Cuando el miedo es un factor característico a terror a cosas aterradoras, cuando sientes miedo o fobias aterradoras a cosas que ningún ser humano se atreve a enfrentar, pero que pasaría cuando tienes miedo a una melodía, una música que nada mas escucharla la piel se te estremece, sientes el mundo caer sobre ti... él es Leo un hombre felizmente casado con una cantante de voz espectacular, sin embargo pronto descubrirá que la traición no siempre es la infidelidad en un matrimonio, sino presentarte a tu peor pesadilla.
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Chapter 1 - En un comienzo...

Realmente fue ingenuo, en realidad pensó que todo eso estaba bien, hace apenas unas semanas abrazó a su esposa en un banca junto al parque donde el atardecer fue hermoso, ahora era difícil de creer que estaba presentando unos documentos donde se presentaba oficialmente el divorcio. 

¿Acaso estas loco?, preguntó alterada, miraba los papeles con recelo sin poder creer que eso estaba pasando, su esposo, dulce y cariñoso que nunca ha sido capaz de negarle nada, mucho menos proponer primero el divorcio. 

No es ninguna broma, respondió él con total neutralidad, sin emoción alguna y sin vacilar. 

Amelia una mujer de fama, una belleza, popular, era una mujer deseada en la cima de su carrera pasaba por una discusión junto a su esposo Leo, un hombre con un trabajo corriente de administrador en una empresa no hacia nada mas que reclamar sobre su carrera, lo dejaba pasar por amor y respeto a su esposo pero esta vez no estaba dispuesta a tolerar un capricho mas. 

Te divorcias solo por una simple composición, Leo ya no eres un niño, exclamo ella enojada, al punto de gritar y sorprender aun mas a su esposo. 

No me importa lo que digas, solo quiero el divorcio, puedes hacer lo que te plazca. Solicito Leo acercando el contrato de divorcio con términos claros y específicos, toda la riqueza de Amelia es solamente de ella. No tenía ninguna intención de solicitar algún bien en común. 

Que tiene de malo una composición musical con un piano, ¡Es un maldito piano! grito demasiado fuerte, vio como los ojos de esposo se decepcionaban aun mas de ella pero si flaqueaba entonces su carrera seguirá estancada como siempre, nunca despegará ni brillará como esa mujer, la mujer a la que quiere superar con tanta desesperación. 

Es mi última palabra Amelia, presentare la orden si no quieres firmas a voluntad, dijo con voz fuerte. 

Solo estas herido y es momento de superarlo juntos, dijo Amelia con voz dulce pero no escucho respuesta, solo el golpe de la puerta y un silencio infernal en la sala. 

Leo salió de casa, no quería seguir discutiendo y mucho menos escuchar mas a su esposa, camino sin rumbo, escuchaba los truenos fuertes en el cielo, alzo la mirada y pronto unas pocas gotas de agua se convirtieron en un aguacero tremendo que lo obligo a refugiarse bajo un toldo a pocas cuadras de la estación. 

No paso mucho tiempo cuando una presencia mas se refugio bajo el mismo techo, unos zapatos de tacón y un vestido largo, una dama de cabello ondulado y mojado a causa de la lluvia, sin percatarse de su acto involuntario miro a la mujer de reojo y rápidamente volteo avergonzado, era una mujer hermosa pero con una mirada fría y despiadada, sus ojos verdes solo asentaban mas su belleza, sin embargo, esta dama hermosa lo miró con ojos afilados como marcando su propio territorio. 

Leo se percato que el vestido de la mujer se ajustaba a su cuerpo y dejaba ver la parte superior de este al ser de una tela fina, se quito la chaqueta y de forma caballerosa le ofreció el abrigo a la mujer, mas ella solo lo vio con recelo sin ocultar su cuerpo al descubierto por un vestido delgado y casi transparente. 

Su ropa... quiso decir 

Solo debo preocuparme por mirones como tu, que tiene de malo mi ropa, contrataco ella dejando sorprendido a Leo quien solo quería ser amable.

Con un no bastaba, se defendió 

Leo dándole la espalda y privacidad se quedo de brazos cruzados mirando a otro lado, mientras que ella solo estilaba el agua de su vestido ignorando por completo al hombre, solo el silencio y el caer de las gotas era el único sonido de los dos. 

 Ella no preguntó su nombre.Él tampoco el de ella.Solo escucharon el sonido metálico de la lluvia cayendo, rítmica, casi musical, un ritmo suave y armonioso. 

Ella miro su reloj, era hora de marcharse, la lluvia seso un poco pero aun lloviznaba, pero miro la espalda de aquel desconocido antes de irse entonces ella susurró:

Si alguna vez oyes una melodía como el de la lluvia y no sabes de dónde viene… no la sigas... nunca. Algunas cosas no quieren ser encontradas. Murmuro lo último como casi un susurro 

Él no lo entendió entonces. Pero vio como ella se iba corriendo y salpicando agua con sus tacones de porte medio.