Un miércoles cualquiera, a las 3:20 p.m., un joven se encontraba sentado en un pupitre de una escuela. Viéndolo más de cerca, se podía distinguir el logo de la institución: la Escuela Argentavis, en el distrito de Aldebarán, en Occidente.
El chico participaba poco o nada en clase; se limitaba a responder las preguntas que le hacían directamente sus profesores o compañeros, y a escribir sus tareas.
—Bostezo largo... Qué día más aburrido... —dijo Anyael sin interés alguno en la clase.
De repente, uno de sus compañeros, Alex Weather, le preguntó:
—¿Cómo es que eres tan inteligente, bro? Si nunca estudias y pasas los exámenes por encima de noventa. Nunca te aprendes una exposición y las haces mejor que nadie que conozca, y casi siempre que te pregunto algo me lo respondes. Solo te he visto no responder algo o decir que no sabes cuando no tienes ganas de contestar.
Anyael, como buen Anyael que es, solo le respondió:
—Ni puta idea, bro. —Y se volvió a acostar.
Después de eso, el día pasó como de costumbre: uno que otro compañero se peleó y poco más.
Una hora y varios minutos después, Anyael se encontraba en su casa, observando el auricular y decidiendo cuál sería su próxima pregunta. Solo habían pasado unos días desde que aceptó la propuesta de Rhys, pero ya hoy era su misión de exterminio.
"Ya sé, la pregunta que le haré a Rhys será: ¿qué son estos objetos con poderes que tenemos y cuáles son las habilidades de los demás miembros del departamento?", pensó Anyael.
De repente, una voz lo llamó:
—¡Anyael, baja a comer, que ya está la cena!
Anyael se sorprendió, vio el reloj y se dijo a sí mismo: "¿Cuándo chucha pasó tanto tiempo?". Sin más, se fue a comer.
—Qué rareza que estemos todos comiendo en la misma mesa, ¿no, Anyael? —Nala, su madre, lo miró.
—Sí, ma', es realmente raro. Por lo general, solo comemos tú y yo —respondió Anyael.
Yane, que era la más viva entre ella y su padre, captó rápidamente la indirecta de Anyael y dijo:
—Emmm, bueno, la verdad es que he estado un poco ocupada con los estudios y esas cosas —Esto lo decía con un tono avergonzado.
—"Un poco" dice —dijo Anyael en voz alta, con un tono tanto sarcástico como burlón.
—¡Anyael, respeta! —le dijo su madre, dándole un codazo en el proceso.
—Está bien, ma', me voy a controlar —dijo Anyael con desdén y miró a su padre con preocupación. Este no habló una sola palabra en toda la cena.
Apenas acabó de comer, Anyael se fue a su habitación. Nala lo llamó, pero él evitó totalmente tanto la conversación como el contacto visual, poniendo de excusa que estaba cansado. Nala sospechaba de él, pero lo dejó pasar, yéndose triste a dormir al cuarto de invitados.
En cuanto a Yane, esta estaba hablando con sus "amigas", por lo que Anyael no se tenía que preocupar por ella en absoluto. Así, para Anyael, comenzó la operación escape.
Unos 20 minutos después, ya se encontraba en el punto de encuentro: la decimoctava calle de la ciudad de Frax, en el distrito de Aldebarán. El Obelisco de Riel brillaba como nunca bajo la luz de la luna, y ahí, en la cima de la estructura de 35 metros de altura, se encontraban 3 figuras encapuchadas.
Estas descendieron y lo miraron a través de sus máscaras: la de un leopardo negro, la máscara de un doctor de la peste y una muy parecida, por no decir una copia exacta, a la del Rey Leproso.
Entonces Rhys se acercó y le dijo:
—Hola, Anyael, ¿cómo estás hoy?
Anyael le respondió de forma educada y siguieron con la conversación. Entonces Anyael le preguntó:
—¿Trajiste todo?
—sip traje todo lo que necesitas para esta misión, recuerda solo estaremos vigilando por si algo se sale de control.
—Sí, traje todo lo que necesitas para esta misión. Recuerda, solo estaremos vigilando por si algo se sale de control. —Acto seguido, procedió a darle una máscara de un demonio negro con rojo, una capucha con la capacidad de cambiar de color y una espada de acero inoxidable, y le dijo: —Buena suerte.
Un tiempo después, Rhys le enseñó a Anyael cómo se creaban los portales a Niviro:
—Para crear un portal a Niviro, lo primero es tener a un Pecador, que en este caso será Kael, y a un Santo, que será Elara. Estos tienen que entrar en un estado de Re-flujo de Ego/Karma, lo que se traduce como que se están pasando sus energías mutuamente: Kael le está pasando Ego a Elara y Elara Karma a Kael. Entonces, al no ser sus cuerpos y almas compatibles con esta energía "extraña", por así decirlo, se crea una disrupción espacio-temporal hacia Niviro, ya que el propio lugar detecta una energía familiar. Cuando eso sucede, en un radio de diez metros a la redonda, se generará de forma aleatoria un portal hacia Niviro. Por eso, es recomendable hacerlo en un lugar abierto como este campo.
—¿Listo para entrar? —exclamó Rhys con seguridad.
—¡Sí, Capitán, estoy listo! —gritó Anyael, haciendo una sutil referencia.
Ambas, tanto Elara como Kael, se rieron en voz baja.
Unas horas después, en un lugar desconocido, se ve a Anyael con un agujero de treinta centímetros en el pecho, parado sobre un charco de sangre, y en su frente una silueta borrosa y negra, lista para atacar...