Tres días después, Uchiha Sasuke fue dado de alta del hospital.
Al quinto día, regresó a la Escuela Ninja.
Cuando Sasuke cruzó nuevamente la puerta del aula, el ambiente cambió de forma casi tangible. No era solo silencio: era una presión fría, una sensación que se arrastraba por el aire. Sus ojos estaban apagados, pero detrás de esa calma artificial se percibía algo peligroso, como una hoja envainada con demasiada fuerza.
Algunos compañeros bajaron la mirada.
Otros se estremecieron sin saber por qué.
Ino Yamanaka lo observó desde su asiento, con el ceño ligeramente fruncido.
Está diferente…
No solo triste.
No solo serio.
Sino afilado.
Al terminar la clase de la mañana, Ino se levantó y caminó hacia él.
Sasuke tenía los ojos cerrados, los brazos cruzados. Claramente no quería hablar con nadie. Pero cuando notó que la presencia no se alejaba, abrió los ojos con lentitud.
Lo primero que vio fueron varias loncheras cuidadosamente alineadas sobre la mesa.
"No te dije ayer que no necesitabas traerme el almuerzo", dijo con voz baja.
Aun así, tomó los palillos.
Es solo para no desperdiciar la comida, se dijo.
Probó un bocado.
"…Está bueno."
Ino soltó el aire que había estado conteniendo sin darse cuenta. La tensión de sus hombros se disipó apenas un poco.
"Me alegra", respondió con una sonrisa sincera.
Tras unos segundos, Sasuke empujó una de las loncheras hacia ella.
"No puedo terminarlas solo."
Ino parpadeó… y luego sonrió con más fuerza.
"Entonces compartiré la carga contigo."
Desde su asiento, Shima observaba la escena en silencio.
En el canon, Sasuke se consumía en la venganza hasta descuidarse por completo.
Ahora no.
Ahora comía.
Dormía.
Era contenido.
Si su cuerpo y su mente se mantienen estables…
¿Despertará antes el Sharingan?
¿Y el chakra de Indra?
Justo cuando Shima reflexionaba, Sasuke levantó la mirada.
Sus ojos se clavaron en él.
No era odio.
Era competencia.
"¡Qué mirada tan aterradora…!"
"¿Qué le pasa a Sasuke…?"
Chino y Hinata se estremecieron.
Solo Shima entendía.
Sasuke había perdido todo.
Y ahora, el honor del clan Uchiha reposaba únicamente sobre él.
No permitiría quedar por debajo de nadie.
Y mucho menos de Shima.
Shima suspiró en silencio.
Quería mantener un perfil bajo…
pero parece que el talento no coopera.
Se giró hacia Hinata y dijo con naturalidad:
"Come tú también. Si no te alimentas bien, no crecerás sana."
Hinata asintió rápidamente, con las mejillas ligeramente sonrojadas.
La campana sonó.
Iruka apareció en la puerta.
"Reúnanse en el campo de prácticas."
Mientras caminaban, Shima recordó algo.
"Naruto, ¿cómo va tu entrenamiento de taijutsu?"
Naruto se rascó la nuca.
"Aún me falta mucho… pero el tío Guy dijo que voy muy bien. Si sigo así, me enseñará un taijutsu poderoso."
Sus ojos brillaban de expectativa.
"Cuando lo aprendas", dijo Shima con una leve sonrisa, "Sasuke ya no será tu rival."
"¿¡En serio!?" Naruto apretó los puños. "¡Entonces lo aprenderé lo más rápido posible y lo derrotaré!"
Iruka sacó una lista.
"Llamaré los combates uno por uno… Hinata Hyūga contra Chino Chinoike."
"¿Eh?" Chino parpadeó. "¿Contra Hinata?"
Ambas se miraron.
Las dos querían a Shima.
Las dos sabían lo que eso implicaba.
En el centro del campo, se colocaron a dos metros de distancia.
"Sello de oposición", ordenó Iruka.
Naruto se inclinó hacia Shima.
"¿Quién crees que ganará?"
Shima respondió sin dudar:
"Hinata."