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Chapter 16 - Capitulo 15:Lo que Duele,Lo que Sana

🕒 Primer recreo — Perspectiva de Alex

Alex saliĂł al patio como siempre.

Pero algo estaba distinto.

Las miradas que antes lo admiraban, ahora lo juzgaban.

Los murmullos que antes lo celebraban, ahora lo señalaban.

No preguntĂł.

No reaccionĂł.

Solo se puso serio.

"Algo anda mal."

BuscĂł a Nicole.

En su banco favorito.

En el pabellĂłn.

En los pasillos.

Nada.

PensĂł que no habĂ­a venido.

Que quizás estaba enferma.

Que quizás… lo evitaba.

VolviĂł a su aula.

Se sentĂł solo.

Y esperĂł.

🧍 Después del recreo — Perspectiva de Nicole

Nicole seguĂ­a en el aula.

El corazón le latía rápido.

La respiraciĂłn era agitada.

El celular en la mano, sin respuesta.

"¿Por qué no me responde mi mamá?"

Se levantĂł.

Le pidió al profesor ir al baño.

Él aceptó.

En el baño, se miró al espejo.

Los ojos rojos.

La piel pálida.

—¿Qué está pasando? —susurró.

Se pellizcĂł la mejilla.

Le doliĂł.

—No es un sueño.

Se apoyĂł contra la pared.

Se abrazĂł a sĂ­ misma.

"¿Está todo el mundo contra mí?"

VolviĂł al aula.

Más triste.

Más sola.

🕒 Segundo recreo 

Nicole decidiĂł salir.

No querĂ­a seguir encerrada.

Necesitaba entender.

PasĂł por el pasillo.

EscuchĂł su nombre.

—"Nicole…"

—"La de la apuesta…"

—"Alex la usó…"

Se asomĂł a 2do A.

Un grupo de chicas reĂ­a.

Una imitaba su voz.

Otra decĂ­a que Alex solo querĂ­a ganar.

Nicole se quedĂł quieta.

Congelada.

"ÂżEso piensan de mĂ­?"

VolviĂł al aula.

Llorando.

Se sentĂł en su pupitre.

TapĂł su rostro con los brazos.

"No quiero estar acá."

 Perspectiva de Alex 

Alex seguĂ­a en el patio.

Las miradas no paraban.

Los susurros tampoco.

Se acercĂł a un chico del aula de Nicole.

—¿Nicole vino hoy?

El chico se riĂł.

—Sí.

—¿Querés seguir con la farsa?

Alex frunció el ceño.

—¿Qué farsa?

El chico lo mirĂł con burla.

—La apuesta.

—Grey y vos.

—Enamorar a su prima.

Alex se quedĂł en silencio.

El mundo se detuvo.

—¿Quién dijo eso?

—No sé.

—Pero todos lo saben.

Alex entendiĂł.

EntendiĂł lo que significaba para Nicole.

Entendió por qué no lo había buscado.

Entendió por qué ella estaba sola.

Y entonces, corriĂł.

CorriĂł al aula de Nicole.

Con el corazĂłn latiendo fuerte.

Con la culpa en los ojos.

Con la urgencia en los pies.

"Tengo que verla.

Tengo que explicarle.

Tengo que estar con ella."

Alex llegĂł al aula de Nicole.

EntrĂł sin pedir permiso.

Sin mirar a nadie.

La vio.

Nicole estaba en su pupitre, temblando.

Sollozando.

Con el rostro escondido entre los brazos.

Se acercĂł despacio.

Se agachĂł a su lado.

Le hablĂł con voz suave.

—Estoy acá.

Nicole levantĂł la mirada.

Los ojos rojos.

La voz quebrada.

—¿Es cierto? —preguntó entre lágrimas.

—¿Lo de la apuesta?

Alex negĂł.

Con firmeza.

Con dolor.

—Si fuera cierto…

—¿Creés que estaría buscándote como loco?

Nicole lo mirĂł.

Las lágrimas seguían cayendo.

Pero algo en su pecho empezĂł a calmarse.

Alex le acariciĂł el rostro.

Con ternura.

Con cuidado.

—No quiero que sufras por algo que no es verdad.

Nicole cerrĂł los ojos.

SintiĂł el calor de su mano.

Y entonces, él la besó.

Un beso suave.

Lento.

Que no pedĂ­a nada.

Solo ofrecĂ­a consuelo.

Nicole se dejĂł llevar.

CerrĂł los ojos.

SintiĂł que el mundo se detenĂ­a.

Cuando se separaron, Alex le preguntĂł:

—¿Cómo te sentiste?

Nicole respirĂł hondo.

—Como si todo mi dolor se fuera.

Alex apoyĂł su frente con la de ella.

—No dudes nunca de lo que siento por vos.

—Nunca.

La abrazĂł.

Fuerte.

Protegiéndola.

Nicole se aferró a él.

—¿Podés abrazarme más?

—No te voy a soltar.

Y en ese momento, lo decidieron.

Sin palabras.

Sin promesas.

Solo con el corazĂłn.

Ya eran novios.

Ya eran ellos.

đźš¶ Lo que otros ven

Desde el pasillo del ala de 2do C, varios chicos miraban.

Algunos se reĂ­an.

Otros murmuraban.

Alex los vio.

No se enojĂł.

No gritĂł.

Solo dijo:

—¿Nunca vieron lo que es cuidar a alguien?

Los chicos se fueron.

Nicole lo mirĂł.

Y sonriĂł.

Porque ahora sĂ­, estaba segura.

Y ahora sĂ­, se sentĂ­a feliz.

đź§Ť Michelle entra al aula

Michelle entrĂł al aula buscando a Nicole.

La habĂ­a estado buscando desde el recreo.

Cuando la vio, se detuvo.

Nicole estaba sentada, con los ojos aĂşn hĂşmedos.

Alex a su lado, acariciándole el cabello con ternura.

No hablaban.

Solo se miraban.

Como si el mundo se hubiera detenido para ellos.

Michelle sonriĂł con alivio.

—Estás bien…

Nicole asintiĂł.

No dijo nada.

Solo apretĂł la mano de Alex.

Michelle se acercĂł.

—Descubrí quién empezó el rumor.

Nicole no preguntĂł.

Solo mirĂł a Alex.

Y él entendió.

—¿Quién fue?

Michelle bajĂł la voz.

—Leo.

—Un amigo tuyo, ¿no?

Alex se quedĂł en silencio.

No se enojĂł.

Pero su mirada cambiĂł.

—Gracias, Michelle.

—¿Podés quedarte con Nicole un momento?

—Claro —respondió ella, sentándose al lado de su amiga.

Alex se levantĂł.

Pero antes de irse, Nicole lo detuvo.

—No le hagas nada malo.

—Solo… hablá con él.

Alex se agachĂł.

Le acariciĂł la mejilla.

—Solo quiero que diga la verdad.

—Y que sepa lo que causó.

đźš¶ Alex enfrenta a Leo

Alex llegĂł al aula de Leo.

Lo vio sentado, hablando con otros chicos.

Leo lo notĂł y se levantĂł, algo incĂłmodo.

—¿No estabas con Nicole? —dijo, intentando sonar relajado.

Alex no sonriĂł.

—Sí.

—Y vine porque estoy decepcionado de vos.

Leo se tensĂł.

—¿Decepcionado? ¿Por qué?

Alex dio un paso más cerca.

—Porque hiciste que mi novia se sintiera incómoda.

—Porque la hiciste llorar.

—Y porque no esperaba eso de vos.

Leo bajĂł la mirada.

Ya no sonreĂ­a.

—Yo…

—Lo hice porque me sentí dejado de lado.

—Vos eras mi amigo.

—Y desde que estás con ella, ya no estás con nosotros.

Alex respirĂł hondo.

—¿Y esa es tu forma de decirlo?

—¿Haciendo daño?

Leo negĂł.

Los ojos le brillaban.

—No pensé que iba a llegar tan lejos.

—Solo quería que volvieras.

—Pero me pasé.

—Perdón.

Alex lo mirĂł.

No con odio.

Sino con tristeza.

—Tenés que pedirle perdón a Nicole.

—Y tenés que decir que el rumor es falso.

Leo asintiĂł.

—Lo haré.

Alex se girĂł para irse.

Pero antes, se detuvo.

—Si vos y los demás se portan bien…

—Capaz paso más tiempo con ustedes.

Leo sonriĂł, aliviado.

—¿En serio?

—En serio.

Leo se riĂł.

—Entonces voy a arreglar lo que hice.

📣 Leo disuelve el rumor

Leo fue directo al grupo donde habĂ­a empezado todo.

Los mismos que se habĂ­an encargado de esparcirlo.

—Ey, escuchen.

Todos lo miraron.

—Lo que dije de Alex y Nicole…

—Era mentira.

—No hubo ninguna apuesta.

—Solo fui un idiota celoso.

Hubo silencio.

Algunos se rieron.

Otros se encogieron de hombros.

—¿Y por qué lo decís ahora?

—Porque hice llorar a alguien que no lo merecía.

—Y porque Alex sigue siendo mi amigo, aunque yo no lo haya sido.

Leo se fue.

Más liviano.

Más maduro.

Las clases terminaron.

Nicole caminaba junto a Alex, más tranquila.

Ya no temblaba.

Ya no lloraba.

Solo lo miraba con una sonrisa suave.

Alex no se fue.

La acompañó hasta su casa.

Pero esta vez, no solo para despedirse.

—¿No te vas? —preguntó Nicole.

—No todavía.

—Quiero decir algo… delante de tu mamá.

Nicole lo mirĂł, curiosa.

Entraron.

La madre de Nicole estaba en la cocina, limpiando algo.

—Hola, chicos —dijo, sorprendida al verlos juntos.

Alex tomĂł la mano de Nicole.

La sostuvo firme.

Y hablĂł con voz clara.

—Señora…

—Solo quería decirle que estoy enamorado de su hija.

—Y que ahora somos novios.

Nicole se riĂł.

—Sos muy cursi.

Le dio un beso en la mejilla.

Alex sonriĂł.

La madre se quedĂł en silencio, asombrada.

—¿Novios?

Nicole asintiĂł.

—Sí.

—Y estoy feliz.

La madre se acercĂł a Alex.

Lo mirĂł con ternura.

—Entonces te toca cuidarla.

—Y aguantarte sus momentos raros.

Alex se riĂł.

—¿Como cuáles?

La madre pensĂł.

—Cuando tenía cinco años, se disfrazaba de princesa para ir al supermercado.

—Y lloraba si no la llamaban "Su Majestad".

Nicole se tapĂł la cara.

—¡Mamá!

Alex la miró con cariño.

—Entonces tengo que tratarla como reina.

Nicole lo empujĂł suavemente.

—No empieces.

📱 Esa noche 

Ya en su cuarto, Nicole se acostĂł.

Le mandĂł un mensaje:

"¿Me llamás, novio oficial?"

Alex respondiĂł al instante.

La llamĂł.

—Hola, mi princesa del supermercado.

—¡No!

—No empieces con eso.

—¿Y si te digo que sos la chica más valiente que conozco?

—Entonces te perdono.

—¿Y si te digo que tu sonrisa me salvó el día?

—Entonces te beso por teléfono.

—¿Y si te digo que estoy enamorado de vos?

Nicole se quedĂł en silencio.

SonriĂł.

—Entonces te digo que yo también.

Hablaron por horas.

De todo.

De nada.

De ellos.

Porque ahora sĂ­, eran novios.

Y ahora sĂ­, el amor se decĂ­a en voz alta.

"Fin del Capitulo 15"

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