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Chapter 8 - Aire contra fuego

Amelia solo había salido del hotel para dar un paseo y familiarizarse con la ciudad, pero al llegar a la preparatoria Evergreen Heights School, sintió que había un Iluminado cerca. Los usuarios podían identificarse entre ellos gracias a la conexión que les daba sus poderes. Aquellos que son capaces de controlar los elementos naturales emiten cierta aura que se diferenciaba entre otros según el tipo de persona que fueras. Si eras una persona justa o cuyas intenciones fueran no hacerle daño a nadie sin razón, entonces tu conexión se sentiría como una calidez agradable en el pecho. Por el contrario, si eras una persona codiciosa y capaz de matar solo por placer, entonces tu conexión se sentiría como un escalofrío constante en tu columna vertebral.

Por supuesto, con entrenamiento podías usar la conexión de otros usuarios para localizar su posición exacta e incluso sus movimientos. Amelia era capaz de hacer lo primero, por lo que no le tomó mucho tiempo encontrar a Amy, pero nada más verla, la chica de flequillo teñido comenzó a correr luego de enviar un mensaje con su teléfono. Amelia no entendía nada, por lo que comenzó a seguir a Amy mientras se preguntaba qué pretendía la chica.

La siguió hasta un edificio abandonado y supo, tanto por el aspecto como por el olor, que ese lugar no había sido habitado desde hace bastante tiempo, al menos no por gente aseada. Lo siguiente que notó era que aquella joven había encendido varias hogueras en diferentes barriles repartidos por el lugar; se había preparado para luchar. Además de los barriles en llamas, la joven frente a ella mantenía una postura de preparación. Sus pies estaban separados, lo que indicaba que estaba preparada para correr o atacar. Amelia no lo entendía, la conexión de esta joven era cálida, ¿por qué la estaba tratando de forma tan hostil? Desde luego, Amy no estaba dispuesta a bajar.

—No le hemos dicho nada a nadie —le dijo la joven a Amelia; esas palabras confundieron mucho a la peliblanca.

—¿Qué? —fue todo lo que alcanzó a decir Amelia. —Disculpa, pero ¿de qué estás hablando?

Aquel intercambio dejaba muy en claro que las dos chicas estaban en páginas totalmente distintas. Por un lado, Amy creía que Amelia estaba en la ciudad para matarla a ella y a su familia. Mientras que Amelia no sabía qué pensar sobre Amy. No entendía por qué la joven frente a ella mostraba tanto miedo y hostilidad, pero Amy no dejó que Amelia analizara la situación. Con el fuego de un barril cercano, le lanzó una gran llamarada a Amelia; la elemental de aire apenas pudo crear un muro de viento para bloquear el ataque y rechazarlo.

Un pensamiento se formó en la cabeza de Amelia: "Es buena". La joven elemental se impulsó hacia Amy, concentrando una buena cantidad de viento en las plantas de sus pies para acortar la distancia más rápido. Amelia trató de golpearla, grave error. Amy esquivó el golpe de Amelia y logró conectarle un uppercut en la mandíbula; después le asestó un gancho desde la derecha. Amelia finalmente reaccionó y se puso en posición de defensa, colocando ambos brazos al frente para bloquear los golpes de su oponente.

Amy comenzó a golpear a Amelia con movimientos de boxeo. Una lluvia de golpes constantes que no paraban de abrumar a la joven peliblanca. Le tomó un tiempo, pero Amelia sintió que ya había aprendido el patrón de ataque de su oponente; pero antes de que pudiera contraatacar, recibió una patada a la altura de la rodilla. La joven de cabello blanco casi cae de rodillas al suelo. Intentó tomar distancia, pero Amy no lo permitió y continuó con su arremetida de golpes y patadas.

Cada vez que Amelia intentaba responder, recibía una patada en la pierna que la hacía retroceder. Solo había un estilo de pelea tan agresivo y brutal: el kickboxing. Como su nombre sugiere, es un estilo de boxeo que combina puñetazos y patadas. Es un arte marcial brutal y frenético, capaz de someter a cualquier persona sin experiencia o conocimiento en las artes marciales. Los practicantes de este estilo de combate son entrenados para no permitir que su oponente descanse o se aleje, manteniéndolos a la defensiva todo el tiempo hasta que, inevitablemente, caen derrotados. Este estilo es temido y admirado, tanto por aficionados como por maestros. Sin embargo, Amelia no era ninguna novata.

La joven de cabello blanco identificó de inmediato el estilo de combate de su rival. El kickboxing es un estilo brutal, lo que lo hace muy agresivo, pero también lo vuelve muy agotador. Mantener el ritmo de los ataques se vuelve difícil, debido a la fatiga. Además, cuando se lanza una patada, los puñetazos se detienen, dejando un espacio ideal para un contraataque justo cuando su adversario realiza una patada.

Amy hizo exactamente esto: levantó la pierna para golpear a Amelia con una patada, pero Amelia, anticipando el ataque, movió el brazo para atrapar la pierna de Amy. Sin embargo, su oponente ya esperaba este movimiento. Una pequeña bola de fuego apareció desde la izquierda de Amelia; la joven detuvo su movimiento y saltó hacia atrás para evitar quemarse la cara.

Amy aprovechó esto y conectó un jab directo en la cara de Amelia, después un gancho a las costillas y una patada baja en la pierna de su oponente. Amy no se detuvo con ese combo. Tomó la cabeza de Amelia y la bajó con fuerza mientras levantaba su rodilla derecha, conectando un rodillazo directo en la cara de la joven peliblanca.

No le rompió la nariz, pero Amelia sí estaba sangrando, aunque se mantenía firme ante su oponente. Amy continuó el ataque. Trató de conectar un uppercut en la quijada de Amelia, pero una fuerte ráfaga de aire la hizo retroceder. Amy rodó en el suelo y se levantó, jadeando y sudando en abundancia. "Tienes que terminar la pelea rápido. De lo contrario, tu oponente se aprovechará de tu fatiga". Eso le había dicho su madre mientras entrenaban.

Una vez más, se puso en guarida contra Amelia, que también se levantaba del suelo. Amelia, por su lado, estaba sorprendida. ¿Una bola de fuego y kickboxing? Aquella fue una combinación precisa. Sí, cualquier usuario podría hacerlo, pero solo aquellos con entrenamiento de la orden podrían calcular el momento exacto para usar el fuego ¿Por qué es importante esto? Porque si no se calcula el momento exacto, te puedes quemar a ti mismo con tus propias llamas.

Esto solo aumentaba la confusión de Amelia. Ese estilo de combate, esa combinación entre artes marciales y manejo de elementos, era un estilo de los Iluminados ¿Por qué una Iluminada atacaría a Amelia? Más importante aún, ¿por qué estaba tan asustada al inicio? Amelia se limpió la nariz; sabía que esta chica no le diría nada por las buenas, así que solo tenía una opción: someterla y hacer que le diga todo cuando esté derrotada. No le agradaba la idea, pero tampoco tenía muchas opciones:

—¿Podemos hablar como dos chicas maduras y civilizadas? —Amy hizo que una bola de fuego saliera de los barriles y se preparó para lanzarla—. Tomaré eso como un no.

Amelia terminó de limpiarse la sangre de la nariz y los labios; ambas chicas se pusieron en guardia y, tras unos segundos viéndose fijamente, se lanzaron contra la otra. Esta vez, Amelia sabía exactamente qué esperar de Amy: una llamarada. Usó una corriente de aire en forma de flecha, es decir, dos corrientes de aire que salían desde el frente hacia los lados en forma de V, para protegerse. De esta forma, las llamas se dispersaron hacia los lados; Amelia permanecía a salvo y no frenaba su avance. Cuando el flujo de fuego se detuvo, Amelia dio un puñetazo dirigido a la cara de Amy, un derechazo, pero su oponente lo esquivó. No obstante, Amelia lanzó un gancho a las costillas de su oponente. Amy también alcanzó a bloquearlo, pero fue en ese instante, al bloquear el puño de Amelia, que cayó en la trampa. La joven peliblanca giró la cadera y logró conectar un codazo al costado de la cabeza de Amy. La joven de flequillo teñido retrocedió sujetándose el lugar donde había recibido el golpe; claramente no lo esperaba. Amelia le dedicó una mirada seria, a lo que Amy respondió con una sonrisa torcida; el combate apenas había empezado.

Volvieron a prepararse, ambas en posición de guardia. Esta vez, Amy lanzó dos bolas de fuego que Amelia rechazó fácilmente, pero ese era el plan; Amy solo quería hacer una finta. Lo siguiente que Amelia supo fue que había recibido un golpe en la cara de parte de Amy. La joven retrocedió y esquivó el siguiente golpe de Amy. Ambas se enfrascaron en un intercambio de golpes bastante frenético. Amy lanzaba jabs con bastante velocidad, Amelia los bloqueaba y respondía con varios golpes que Amy desviaba y contraatacaba con patadas a las piernas. Amelia levantaba las piernas para bloquear el golpe con la tibia y, al mismo tiempo, tratar de conectar un rodillazo, pero Amy esquivaba estos ataques. El combate había llegado a un punto muerto, y ambas lo sabían.

Amelia apartó a Amy con una ráfaga de viento; la joven Simons retrocedió hasta llegar a una pared, pero lanzó dos bolas de fuego nada más estabilizarse. Amelia las rechazó con varias ráfagas de aire, solo para poner su mano derecha a la altura de la cintura. La forma en la que su mano se encontraba era muy rara; parecía estar sujetando algo, una pelota invisible. No pasaron ni tres segundos cuando Amy empezó a ver cómo el humo y el polvo presentes en el lugar comenzaban a rotar y girar en círculos en la palma de Amelia. Parecían girar en todas las direcciones posibles, formando una esfera. Amy no entendía nada. ¿Qué era esa cosa? Sin darle tiempo a reaccionar, Amelia cargó contra su oponente, tratando de conectar esta esfera en el cuerpo de Amy, pero al desconocer por completo este ataque, la joven lo esquivó saltando a un lado.

Amelia terminó chocando la esfera contra la pared; ese hubiera sido el momento perfecto para contraatacar. De hecho, Amy estaba por lanzarle una corriente de fuego a Amelia desde su punto ciego, pero la sensación de sorpresa e impotencia le impidió moverse. La pared donde Amelia chocó la esfera se derrumbó parcialmente. Ahora, había un agujero de tamaño considerable en la pared y, por la expresión de Amelia, Amy podía decir con total seguridad que ni siquiera ella sabía lo que pasaría al conectar ese ataque. La joven Simons se sintió totalmente aterrada. Durante una buena parte de la pelea, Amy estaba dominando el combate, pero ese ataque de Amelia dejaba claro que la elemental de aire se había estado conteniendo contra ella.

La joven elemental, al darse cuenta del agujero en la pared, se escondió. Ese ataque, inspirado en el Rasengan de Naruto, era un cúmulo de aire comprimido que rotaba en múltiples direcciones al mismo tiempo. Arriba, abajo, izquierda, derecha y en diagonal. Todo para formar una esfera que, al impactar contra su objetivo, ejercía una fuerza explosiva que mandaba a volar a una persona, ocasionando daños graves a la caja torácica; también tenía el poder para romper muros de concreto o vigas de metal sin problema.

Sin embargo, este ataque era completamente nuevo, una invención original de Amelia, quien todavía no controlaba bien su fuerza. Si la esfera hubiera impactado contra Amy, probablemente la hubiera matado en el acto, desintegrando su cuerpo en una neblina sangrienta. Un ataque verdaderamente mortal.

Tras esconderse, Amelia pudo escuchar cómo se formaba una pequeña multitud alrededor del agujero para averiguar qué había pasado. «Será mejor salir de aquí», pero al darse la vuelta se encontró con que Amy estaba huyendo de ella.

—Mierda —Amelia estaba frustrada por la actitud de Amy.

Desde luego, fue tras ella. Salieron por el callejón y comenzaron a correr. La zona en la que estaban tenía varios edificios en muy mal estado; podría decirse que era la zona más pobre de toda la ciudad. Vagabundos en las calles y traficantes en cada esquina. Sí, definitivamente no era un lugar turístico. Amelia finalmente pudo alcanzar a Amy y la derribó de una tacleada. Ambas atravesaron la ventana de un edificio hasta caer al suelo; Amy se hallaba debajo de Amelia y no podía quitársela de encima.

—¡Carajo! —maldijo la joven Simons.

Amelia estaba gimiendo y respirando con dificultad; perseguir a Amy la había dejado sin aliento. La elemental de aire se había quedado sin aliento, irónico. La joven de cabello blanco observó a Amy con atención. Era guapa, eso era indiscutible, pero su mirada de terror puro dejaba en claro que su presencia no le agradaba en lo más mínimo. Sin más alternativa, Amelia se levantó y le ofreció la mano a Amy, quien se encontraba totalmente descolocada por la situación.

—Intentemos esto una vez más —dijo mientras le ofrecía su mano—. Soy Amelia Green, tengo 16 años, soy la elemental de aire y vengo de Nepal.

Por un momento, Amy dudó en aceptar la mano de Amelia; parecía estar buscando cualquier indicio de mentira o engaño de parte de la joven de cabello blanco. Sin embargo, por más que buscaba, no encontró absolutamente nada. Aunque tenía sus dudas, Amy estrechó su mano con la de Amelia.

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