El dolor abrasador se expandió como fuego líquido dentro de Karl, desgarrando cada fibra de su ser. Su cuerpo se retorcía sobre el suelo fangoso, convulsionando como si miles de cuchillas lo atravesaran desde dentro.
Las venas de sus brazos y cuello comenzaron a marcarse, negras y palpitantes, mientras su piel se estremecía como si algo quisiera desgarrarla desde el interior. Un grito gutural salió de su garganta, un alarido que no era completamente humano.
—Aaaaaaghhh… ¡mierda… mi cuerpo… se está rompiendo…!
Su visión se volvió borrosa, el mundo giraba entre sombras. Sintió sus huesos fracturarse y volver a unirse, sus músculos desgarrarse y regenerarse al instante. El maná de su cuerpo entró en caos, como si el monstruo que acababa de devorar intentara tomar el control de su carne.
Por un instante, su reflejo en el agua fangosa mostró un rostro deformado: ojos rasgados con un brillo escarlata, colmillos emergiendo de su mandíbula y su piel marcada por escamas negras que se formaban y desaparecían al mismo tiempo.
Pero entonces, algo sucedió. Su habilidad Evolución Infinita comenzó a reaccionar, absorbiendo y estabilizando la mutación. El dolor no desapareció, pero se volvió soportable, como si su cuerpo se estuviera adaptando a la carne prohibida.
Karl respiraba con dificultad, jadeando, mientras observaba sus manos: la piel aún ardía, marcada con venas oscuras, pero lentamente volvió a la normalidad. Sus colmillos retrocedieron y los ojos regresaron a su color habitual, aunque una chispa bestial permanecía latente en su interior.
—He sobrevivido… —dije entre risas quebradas—. No… no soy el mismo de antes…
Estado del anfitrión
Nombre: Karl ReusRaza: SemihumanoNivel: 4 [+]
Fuerza: B - 750Resistencia: SSS - 1300Destreza: A - 800Agilidad: B - 780Magia: A - 900
Habilidades:
Regeneración Súper Rápida – Ex
Evolución Infinita – Ex
Resistencia Absoluta – Ex
Mundo Transparente – S
Resistencia al Dolor – B → S
Maestro de Artes Marciales – SS
Cazador – D
Cuerpo de Maná – Ex
Mostrificación – S → [Fase 1, Bloqueado]
Magia:
Aguja de Brújula (canto ultra corto)
Ocho Puertas Internas (sin canto)
—Hmm, parece que ya no soy un humano completo… pero bueno, no era lo peor que me esperaba que sucediera. Y parece que puedo subir de nivel… pero mejor esperaré hasta tener todas mis estadísticas al máximo.
Espera… ¿qué es esa nueva habilidad? —pensé mientras pulsaba sobre ella.
[Mostrificación – Fase 1]Permite liberar una transformación parcial en la que el usuario se va transformando poco a poco en un monstruo. Aumenta en gran medida la fuerza, velocidad y resistencia. Pero solo se puede usar durante 5 minutos; para aumentar el tiempo, se debe alimentar de más monstruos.
Karl apretó los puños. El dolor todavía lo recorría, pero la sonrisa en su rostro era la de alguien que había cruzado un umbral prohibido.
—Ja… ja… ja… entonces… incluso comiéndome a los monstruos puedo crecer. Además, si solo la primera fase aumenta todo eso… ¿qué hará la última? —dije muy animado.
La bruma seguía rodeándome, los árboles crujían bajo el viento de la mazmorra. Pero Karl ya no era el mismo. Dentro de su pecho latía algo nuevo: un poder salvaje, monstruoso, aguardando para ser liberado.
—Bueno, antes de seguir parece que aún hay alimento para comer —dije mirando el cuerpo del tiranosaurio rex—. Tanto que querías comerme… ahora soy yo el que te va a devorar. Es incluso cómico.
Me acerqué al cadáver y le arranqué una escama.
—Es bastante duro… pero supongo que debería comérmela —pensé mientras me la metía en la boca y le daba un gran mordisco. En el instante en que mis dientes chocaron con la escama, esta se partió. Seguí masticando hasta poder tragarla. Después de unos segundos, el trozo bajó y de inmediato noté un calor recorrer mi cuerpo, fortaleciendo cada fibra.
—Esto es genial, pero comerme todo este cuerpo tardaría mucho… debería poder hacer algo.
Entonces se me ocurrió:—Espera… podría comprimir el cuerpo hasta que sea una pequeña bola y así poder comérmelo de un bocado.
Envolví mi maná alrededor del cuerpo y comencé a comprimirlo poco a poco. Rápidamente, el dinosaurio se convirtió en una pequeña esfera.
—Cuando por fin estuvo terminada, la hice caer en mi mano. "Vaya… ha quedado bastante pequeña", dije mientras la observaba: no ocupaba ni la mitad de mi palma. Sin pensarlo, me la metí en la boca y la tragué después de masticarla.
Entonces una gran energía empezó a fortalecer mi cuerpo. La sensación era tan embriagadora que, si alguien más la hubiese presenciado, pensaría que estaba haciendo otra cosa.
Cuando la sensación desapareció, empecé a buscar la escalera para subir al siguiente piso.
—Malditos monos… —dije mientras comprimía todos los cadáveres de los monstruos en una pelota y empezaba a comerlos.
Actualmente estoy en el piso 26, y delante de mí están las escaleras que me llevarán al piso 25. Recapitulemos los monstruos que descubrí y devoré en estos pisos:
Mosquitos gigantes azules. Gracias a su sangre tenían un tono extraño. Eran bastante rápidos y fuertes para su tamaño, pero su velocidad me sorprendió. Una vez que me acostumbré, fue fácil derrotarlos.
Monos salvajes. Demasiado rápidos y agresivos. Al principio lanzaban piedras envueltas en maná, peligrosas y veloces. Cuando te acercabas, dejaban las piedras y atacaban cuerpo a cuerpo. Su agilidad los hacía temibles, pero gracias a ellos pude evolucionar Aguja de Brújula, lo que me permitió activarla solo entrando en la posición de Akaza.
Jaguares sombríos. Felinos veloces que se escondían en la maleza y atacaban a gran velocidad. Si fallaban, huían y volvían a intentarlo.
—Hmm, cada vez necesito más cantidad de los mismos monstruos para tener un mayor efecto —pensé mientras empezaba a subir las escaleras hacia el piso 25.
El clima cambió apenas puse un pie en el piso. Sentí varias presencias observándome desde la oscuridad de la jungla.
Rápidamente activé la Aguja de Brújula y avancé con cautela. Tras unos pasos, dos enormes cabezas de serpiente intentaron atraparme desde los lados. Salté con fuerza, pero otras dos se lanzaron desde arriba. La que venía por la derecha recibió un golpe directo, estrellándose con la otra, lo que me permitió aterrizar en el suelo.
Entonces apareció la última cabeza, emergiendo desde la jungla, con un cuerpo colosal y un hambre asesina en sus ojos. Pronto, las otras cuatro se recuperaron y se alinearon a su lado.
La criatura, una hidra de cinco cabezas, rugió con tanta fuerza que toda la jungla tembló. Dos de sus cabezas se lanzaron hacia mí; salté hacia atrás, pero las demás me rodearon por los lados y desde arriba. No noté a tiempo su cola, que me golpeó con un coletazo brutal, lanzándome a través de decenas de árboles.
Me levanté con dificultad, escupiendo sangre.—Tantas partes del cuerpo me dan una gran desventaja… me pueden atacar desde muchos ángulos. Además, mi poca experiencia en combate me pasó factura: si tuviera más práctica, habría esquivado ese coletazo. Su velocidad y fuerza no son como las del tirano… —pensé mientras me reincorporaba.
—Bueno… ¿qué tal si pruebo otra vez la Mostrificación? Después de todo, no lo he hecho desde que luché con esos malditos monos.
Relajé mi respiración y sentí mis músculos tensarse. Mis uñas crecieron, uno de mis ojos se volvió completamente negro con la pupila roja como sangre, y mi cabello se erizó.
[Apariencia: Karl con el mismo rostro, pero con músculos más tonificados, uñas afiladas, pelo erizado y un ojo totalmente negro con pupila carmesí.]
—Me siento mucho más fuerte que la primera vez… debe ser por la cantidad de monstruos que he devorado.
Me agaché, preparando un salto, mientras cubría mis uñas con maná hasta transformarlas en enormes garras. Con un impulso devastador, el suelo bajo mis pies se destrozó y aparecí frente a una de las cabezas, desgarrando su cuello. La cabeza quedó colgando mientras las demás rugían de dolor.
Me impulsé hacia un árbol y me adherí a su corteza, sonriendo al ver el daño causado.
Las cabezas restantes me atacaron de inmediato, pero las esquivé saltando entre los árboles a gran velocidad. Aprovechando que la hidra se quedó quieta intentando localizarme, di un salto devastador y arranqué otra de sus cabezas.
El monstruo rugió furioso y lanzó sus fauces hacia mí. Corrí sobre dos de ellas, usándolas como plataformas, y llegué hasta la cabeza central. Clavé mi mano en su párpado y extendí mis garras de maná a través de su cráneo. Una explosión de sangre bañó todo mi cuerpo mientras la cabeza se desplomaba.
El peso desequilibró a la hidra, que terminó cayendo. Sin perder tiempo, activé Mundo Transparente y localicé su corazón junto a algo brillante: piedras mágicas.
—Así que aún permanecen dentro… —susurré sorprendido.
Atravesé su pecho, destruyendo su corazón. La hidra murió al instante.
—Fuuu… —dije mientras me destransformaba.
—Me encantaría tener un inventario. Estoy cansado de comerme mis presas en el momento, sin poder guardar las piedras en un lugar seguro.
Me acerqué y extraje una enorme piedra, más grande que yo. Luego comprimí el cuerpo de la hidra en una pequeña esfera que devoré al instante, sintiendo esa embriagadora energía recorrerme otra vez.
Estado del anfitrión
Nombre: Karl ReusRaza: SemihumanoNivel: 4 [+]
Fuerza: EX - 1999Resistencia: EX - 1999Destreza: EX - 1999Agilidad: EX - 1999Magia: EX - 1999
Habilidades:
Regeneración Súper Rápida – Ex
Evolución Infinita – Ex
Resistencia Absoluta – Ex
Mundo Transparente – S
Resistencia al Dolor – S
Maestro de Artes Marciales – SS
Cazador – D → B
Cuerpo de Maná – Ex
Mostrificación – S → [Fase 1, Bloqueado] [+]
Magia:
Aguja de Brújula (canto ultra corto)
Ocho Puertas Internas (sin canto)
—Bien, puedo subir de nivel… y también aumentar la habilidad.
Sin pensarlo, pulsé el "+" junto a Mostrificación. De inmediato, un dolor atroz recorrió mi cuerpo mientras este se transformaba en la Fase 1. Pero esta vez, algo más ocurrió: mi ojo derecho también se volvió negro, y de mis manos, piernas y mandíbula emergió un exoesqueleto sólido y oscuro.
Cuando el dolor cedió, observé mis manos: estaban cubiertas por guanteletes negros con garras y líneas azules brillantes. En mis pies, un refuerzo similar. Al tocar mi rostro, descubrí que una máscara con afilados dientes cubría mi boca, dejando solo un agujero por donde podía hablar.
—Vaya… es como una máscara de hollow… —dije sorprendido al ver mi reflejo en la piedra brillante.
Tras un rato, regresé a la normalidad.—Bueno, ahora… subamos de nivel.
Pulsé el "+" junto al nivel.
Estado del anfitrión
Nombre: Karl ReusRaza: SemihumanoNivel: 5
Fuerza: I - 0Resistencia: I - 0Destreza: I - 0Agilidad: I - 0Magia: I - 0
Habilidades:
Regeneración Súper Rápida – Ex
Evolución Infinita – Ex
Resistencia Absoluta – Ex
Mundo Transparente – S
Resistencia al Dolor – S → SS
Maestro de Artes Marciales – SS
Cazador – D
Cuerpo de Maná – Ex
Mostrificación – S+ → [Fase 1, Fase 2, Bloqueado]
Guarida del Monstruo – Ex: Un espacio interdimensional en forma de cueva, casi infinito, donde se pueden guardar objetos y cuerpos.
Magia:
Aguja de Brújula (sin canto)
Ocho Puertas Internas (sin canto)
—Genial… parece que ahora tengo una habilidad muy útil.
Sentí la información fluir en mi cabeza: cómo abrir y manipular mi nueva Guarida del Monstruo.
—Perfecto. Así puedo guardar presas y piedras sin preocuparme…
Rasgando el aire con mis garras, abrí un portal en forma de tres arañazos incandescentes. Lo lancé hacia la gran piedra brillante y esta desapareció dentro. El portal se cerró de inmediato.
—Bueno… continuemos con la cacería. —dije mientras me encaminaba hacia las escaleras que me llevarían al piso 24.
Continuará…